Disclaimer: Esto debería venir incorporado en ff, algo así como una aplicación, porque después de casi dos años en el sitio, cansa xD
Claim: Rachel/Rebecca.
Advertencias: Incesto, ¡tadán!. Femslash.
Notas: Participa en el Reto Palabras para el recuerdo, del foro LOL.
Sentirla
(59# Secreto)
Rachel.
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Roza sus labios con los de ella, esperando alguna reacción lógica: ira, susto, asco, locura, cualquier cosa. Pero no recibe nada de aquello, y continúa. El corazón le late demasiado rápido, pero ella lo ignora y no quiere que su hermana lo sepa (aunque está segura de que el corazón de ella late desaforado, haciéndole eco).
Sabe que está mal, pero hacía cuatro años que no la veía, y la sentía tan lejos que un simple abrazo y un «Te extrañé» no sirven de nada. Y aunque la besa, la sigue sintiendo distante. Rebecca no responde, porque se encuentra demasiado ocupada acariciando sus cabellos, aspirando su aroma. Le dice con aquello que la extrañó también.
La mano de Rachel acaricia el rostro de su hermana, el rostro que también es suyo, pero lo siente (lo ve) muy diferente. Ellas nunca se sintieron iguales, como todo el mundo decía, pero ellas eran parte de la otra, como si hubieran sido una sola separada en dos mitades exactas que no se sentían así, porque les faltaba la otra. Todo el mundo decía también que los hermanos gemelos suelen ser muy unidos entre sí.
Nada importa, porque en aquel momento vuelven a encontrarse, se unen y se exploran. Se contemplan de nuevo y se cuidan. Se besan, se tocan y se reconocen, pensando aquel «Se siente tan raro, como si no te conociera» que callan.
Y lo hacen porque es un secreto, porque entre ellas todo siempre fue en secreto. Era secreto que rebecca se comiera las galletas y era secreto que Rachel se gastara todo el papel haciendo aquellas difíciles cuentas de Cálculo. Todo en ellas era secreto y lo sigue siendo, como aquel beso, las manos inertes y el quedarse horas y horas con los rostros a milímetros de unirse, los ojos cerrados y sintiendo cómo el aliento húmedo de la otra acariciaba la mejilla y se enredaba entre los cabellos.
Es secreto porque ellas no necesitan hablar, porque sienten que no se conocen, pero sí lo hacen.
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