EdCa:... Saben, la verdad no tengo excusa que dar en esta ocasión, así que lo diré sin mas.

Perdí mas que la inspiración (que esta casi siempre no esta) la razón del por que escribía fanfics, ya no sabia el por que lo hacia y el si disfrutaba hacerlo.

Si vieron el ultimo fic que saque, "por un regalo", pues este era un experimento que mas que nada era para ver que tanto disfrutaba hacer un fic y... perdonen la palabra pero CHINGADA MADRE (expresión mexicana), había olvidado como me rompía la cabeza pensando en todas las posibilidades que le podía dar a una historia.

El como dentro de mi mente formulaba una historia tras otra tras otra y, admitiendo que es un dolo de cabeza era divertido para mi, no se como fue que lo olvide ni se si me volverá a pasar.

No puedo asegurar si seguiré por aquí un tiempo mas, pero hasta entonces seguiré por aquí escribiendo.

Hasta entonces y sin mas los dejo con este nuevo fic que tenia ganas de hacer, pero ahora dedicado al Trio que caracteriza a la serie.


Una "grata" sorpresa

Ya era normal, hasta se podría jurar que es una ley universal escrita antes del nacimiento del hombre o tan siquiera de la creación del tiempo-espacio. Todos, absolutamente todos sin excepción querían o quieren de algún modo golpear, matar, atar, torturar, maldecir, encerrar, exorcizar, encadenar o cualquier derivado que incluya algún golpe o en cierro hacia una sola, sin siquiera dudarlo.

Lavi Bookman.

– Entonces... ¿Cómo fue que terminamos a mitad del desierto?

– No lo sé Moyashi.

– Es Allen, Ba-Kanda.

También que Allen y Kanda se pelen por cualquier cosa o razón, se podría decir que era pan de cada día que los dos tan siquiera se dedicaran una mirada casi "sutil" de no-tan-odio entre los dos.

Aun que, en este caso... Mas que estarse peleando entre los dos su "disgusto" iba dirigido más que nada al pelirrojo quien ahora estaba en cautiverio en una cajuela.

– ¡CHICOS, DÉJENME SALIR! – quien a todo pulmón y retorciéndose dentro de aquel espacio cerrado intenta salir, sobra decir que gracias a que estaba más que cerrada con llave y que, tanto Allen como Kanda usaban sus propios cuerpos para dar más peso este no saldría ni aun que lograra volcar el auto – ¡CHICOOOOOSS!

– ¡CÁLLATE! – como un acto coordinado ambos se bajaron del coche y la empezaron a patear y mover de forma violenta.

A millas de distancia se podían escuchar los gritos de auxilio de aquel conejo que solo duraron unos pocos minutos.

– Maldita sea – exclama Allen entre jadeos – En serio, dime como carajos le haces para meternos en estas situaciones.

– Es un don...

– Y el muy descarado lo admite – tanto Allen como Kanda habían le habían dado un nuevo significado a las palabras "estar cabreado", ni el disgusto que se tienen entre sí podría ser equiparable al enojo que les carcomía la piel a bocados inmensos.

Sip, definitivamente todos quieren darle aun que sea un golpe a Lavi, más que nada por que este tiene la extraña habilidad de meter a todos, sin excepción alguna, en problema.

Y para mayor descaro, este no presentaba ni el más signo de arrepentimiento, en muy raras ocasiones lo hace y eso solo pasa cuando en verdad se pasa del límite o de lo aceptable, cuando Lenalee o Kumui le recriminan o dicho sea, cuando la mano arrugada de Bookman le lograba no solo encestar le un golpe o dos, no, con eso no basta ni como calentamiento, lo que le hacia el viejo Bookman era algo que escapaba de la comprensión de todos, hasta del mismo Lavi quien tampoco entiendo cómo es que aun sigue bajo merced de aquel vejestorio.

Con resignación y para sorpresa de quien lo presenciara, Allen y Kanda estaban casi en total sincronía, no solo habían golpeado al mismo tiempo la parte trasera del auto, sino también que soltaron suspiro y cayeron al suelo más que nada agotados, recargados espalda contra espalda.

– ¡O-oe! Moyashi...

– ¿Que... quieres... Ba-Kanda?

– ¿Sabes... donde puñeteras estamos?

– ¿Cómo quieres que lo sepa? ¿Pregúntale a Lavi?

– ¡OEE! BAKA-USAGI ¿DONDE CARAJOS NOS MANDASTE ESTA VEZ?

– No lo sé, solo sé que me estoy muriendo de calor aquí adentro – después de un rato el auto se volvía a zarandear – ¡¿Pueden sacarme ya de una vez?! – cabe decir que Allen y Kanda, con tan solo compartir miradas pensaron en lo mismo.

– Te sacaremos con una sola condición – dice Allen levantándose al mismo tiempo que Kanda.

– No más estupideces hasta que regresemos – dicta Kanda mientras se acerca a la cajuela, dispuesto a abrirlo – Moyashi, las llaves.

– ¿Cuales llaves tu?

– Como que cuales, las del coche.

– Yo no las tengo.

– ¡JAAH! ¡Me tienes que estar jodiendo maldito Moyashi!

– Mira tú quien habla de joder – claro que, muy difícilmente los dos se pondrían de acuerdo en algo simple tan siquiera.

– Chicos... Creo que tengo yo las llaves – nadie, absolutamente nadie podría describir las miradas que adornaban sus rostros.

– ¡Tsk! Olvídalo, usare a Mugen – mas que fastidiado por el momento Kanda se dispone a partir en dos el auto, valiéndole lo que sea que corte de por medio con tal de sacar a Lavi a las malas, aun que si puede intentara llevarse una parte de él como recordatorio –... ¿Donde está Mugen? – ya hasta parecía ridícula la situación, como si no bastara qué momento atrás Kanda se había despertado adentro del auto en los asientos traseros a mitad de la nada y, para su desgracia, con un Allen durmiendo cómodamente sobre él.

Lo único bueno es que este traía ropa, a diferencia de él quien solo tenía sus pantalones encima.

Y ya ni hablar lo que paso después, solo uno puede asegurar que gritos, empujones y uno que otro jalón estaban de por medio.

– Mo-ya-shi.

– A mi ni me mires, yo que voy estar haciendo con tu estúpida espada.

– ¿Que dijiste desgraciado?

– Lo que oíste, sordo de...

– Emm... Chicos ¿Me pueden decir porque tengo la espada de Yuu amarrada en mi cinturón?

Como si las cosas no pudieran ponerse peor...

– Emm... ¡Allen!

– ¿Si?

– Creo que tengo también tu celular... ¡Ah! Y Lenalee te está marcando en este instante.

Como se había dicho, todos quieren golpear de alguna u otra forma a Lavi, solo el sería capaz de dejarlo a mitad de la nada, pero a saber dios que fue lo que hizo ahora para que terminaran en esa situación y el cómo le hizo para que este mismo estuviera adentro de la cajuela con todos los medios posibles para su liberación.