Bueno, ok, ok sé que está loca la idea pero en el fanfiction se vale de todo y traté de apegarlo lo más posible a la serie y a los personajes.
Disclaimer:
Hiromu Arakawa es dueña de todos los personajes de FMA. Cualquier personaje inventado fuera de los personajes originales de FMA, es propiedad de quien lo crea y lo caracteriza
Este fanfic no es copiado ni ha sido copiado (según plagio obvio). Las ideas principales presentadas en el fic pueden ser coincidencia, más no el ambiente y desarrollo según el fin con el que son escritos por el autor, de ser copiados éstos últimos, se le consideraría plagio
Nota: Sí, esto es un EdxWinry, espero que les guste.
¡Dejen comentarios pliz para saber si lo continúo!
Un gran cambio (capt 1)
Cierto día, un rumor corría por todo el cuartel general. En una de las salas de la milicia se discutía lo reciente.
-
¿Estás seguro de lo que dices?- preguntó Havoc con mueca de poca
importancia y jugando un poco con el cigarrillo en la boca, como si
lo que acabara de decir Fuery se tratase de una tontería.
-
Bueno, pues eso fue lo que oí.- dijo Fuery bajando la cabeza,
avergonzado porque no le creían.
En ese momento Roy entró acompañado de Riza a la sala. Ambos notaron que poco antes de su llegada, Fuery, Havoc y Breda parecían hablar de algo muy importante; los tres se encontraban reunidos en un rincón de la habitación muy atentos a la llegada e interrupción de Mustang.
-
¿Se puede saber de qué hablaban?- preguntó Roy un poco curioso,
que a juzgar por lo rostros de sus subordinados había interrumpido
una interesante conversación.
- No es nada, Fuery dice que hay un
"alquimista del amor" en ciudad Central.- dijo Havoc un poco
burlón en lo que al finalizar él y Breda soltaron una risita.
-
Es verdad.- afirmó Roy muy serio.
Los tres subordinados lo miraron con una cara de idiotas.
- ¡Les dije que era verdad!-dijo Fuery tras escuchar las palabras del coronel.
- Bueno sí, sí, y qué si es verdad.- se mostró molesto Breda porque el rumor de Fuery resultó ser verdad. Junto con Havoc sabía que Roy, con ese tono de voz, no se jugaría una bromita.
- Así es…un alquimista que parece poseer habilidad para desarrollar sentimientos en las personas ronda por las calles de Central, yo más bien diría que es brujería. Lo peor es que se toma la molestia de darle lecciones a la gente.- mencionó en su tono natural.
- ¿Lecciones? ¿Qué tipo de lecciones?- preguntó Havoc.
- Le gusta divertirse haciendo travesuras con el fin de que así la gente aprenda algunos valores.- continuó Riza muy firme, dando a conocer que junto con Roy sabía del tema.
- Supongo que he aclarado el rumor, en ese caso, me retiro, y espero que se pongan a hacer lo que les corresponde.- salió inmediatamente Roy de la habitación seguido por Riza.
Un rato se quedaron en total silencio los tres subordinados.
- Eh...tengo la ligera impresión de que estaba escuchándonos desde un principio del otro lado de la puerta.- dijo Breda poco después de que el coronel se marchara.
Afuera de la sala Riza suspiraba profundamente.
- Coronel, ¿Ya me puedo retirar?- preguntó ante la cara de orgullo de Mustang.
- ¿Ah? Claro, sólo quería mostrarles a esos buenos para nada que su coronel está bien informado de todo.- presumió Roy, quien efectivamente sí estaba escuchando desde un principio la conversación desde afuera.
- Sólo para eso me llamó.- se lamentó Riza, Roy le miró un poco ofendido.
- P-pero...- decía tratando de excusarse mientras veía que la teniente se retiraba muy decepcionada por su actitud.
Por otro lado, en las calles de ciudad Central, una armadura y un joven alquimista rubio se encontraban merodeando.
-
¡Aaaah que linda mañana!, ¿No te parece, Al?- le preguntó Ed a su
hermano menor.
- Así parece.- respondió Alphonse, que sólo
miraba la expresión despreocupada de su hermano.
Por fin, un día de descanso.
Poco después las tripas de Edward comenzaron a rugir, por lo que el paseo matutino se volvió pesquisa alimenticia para sesear el hambre del ambarino.
Los hermanos Elric siguieron buscando dónde comer hasta que Edward notó cierta inquietud en su hermano menor, debido a que constantemente bajaba la cabeza cuando él le miraba.
-
¿Sucede algo?- le preguntó después de notar su comportamiento.
-
¿Ah? N-no es nada jeje.- río Alphonse fingidamente.
Ed lo miró frunciendo el ceño, pero no le tomó importancia y siguió caminando.
- ¡Mira ahí parecen vender co...- gritó en un principio emocionado cuando vio un establecimiento, pero al mirar hacia su hermano, cortó sus palabras al ver que éste se encontraba de pie, de nuevo bajando la cabeza, aunque esta vez sin disimular.
-
Invité a Winry a ciudad Central.- confesó finalmente Al muy
apenado.
- ¡¿QUÉ HICISTE QUÉ?!
- Es que hace mucho que no
la vemos.- intentó explicar la invitación.
- ¡Si pe-pero no
debiste!- le reclamó aún sorprendido.
Alphonse no dijo nada, sabiendo lo que Ed se refería, recordando que cientos de veces él le pidió que no lo hiciera por la situación que atravesaban, además, no quería poner en peligro a Winry.
-
Uff.- suspiró Ed después de pensarlo un poco y de ver a su
arrepentido hermano.- ¿Y dónde quedaste en vernos?- preguntó
asumiendo la llegada de la chica.
- ¡Yo sabía que también
querrías verla!- emocionó Al.
- ¡¡ ¿Eh?! ¡¡YO NO DIJE QUE
QUERÍA VERLA!!- gritó molesto.- Además, necesito que cheque mi
automail.- dijo muy pedante.
- Hermano ¿No tienes otra excusa
mejor?
- ¡Já y para qué mas querría verla!- respondió muy
antipático.
- Nunca cambias.- expresó la armadura un poco
decepcionada.
Así Ed y Al se encaminaron hacia la estación de trenes, lugar donde quedaron en verse con Winry. Al llegar, rápidamente se toparon con la rubia.
-
¡Edward, Alphonse!- gritó ella al verlos.
- Qué bueno que
viniste Winry.- la saludó alegre Al.
- ¿Y tú Edward, no me vas
a saludar?- se dirigió Winry a él un poco molesta.
- Hola
Winry.- murmuró enojado y sin verla. Cruzando los brazos recordó
las insinuaciones que Al le hacía con respecto a ella.
- ¡Vaya
forma de recibirme Edo!- le dijo ofendida.- ¡Ya verás cómo te
recibiré la próxima vez que vallas a Rizenbull!
- ¡Pero si
siempre me recibes estrellando tu estúpida llave en mi cabeza!-
empezó el pleito.
- ¡Eso es porque tú te lo buscas!
-
¡Mecánica loca!- la retó Ed.
- ¡Grano de arroz!- se defendió
continuando la riña.
Alphonse sólo se apartó de los dos chicos que parecían nunca acabar de pelear, como si todavía fuesen niños.
Entre la gente que esperaba el arribo de los trenes, deambulaba una figura con capucha, que no dejaba ver su rostro y observaba todo lo que sucedía en la estación. Le llamó la atención ver a una chica rubia peleando con un chico de baja estatura del mismo color de cabello, y una armadura que trataba de calmarlos.
- Hermano...Winry, ¿Es qué nunca se van a llevar bien? ni si quiera intentan entenderse.- se quejó Al.
La figura que los miraba, al escuchar claramente las palabras de Alphonse, dibujó una gran sonrisa picaresca en su cubierto rostro.
Se acercó decididamente a ellos, se frotó las manos y pasó justo por en medio de Winry y Ed, quienes peleaban cara a cara. Extendió las manos de modo que tomó con una la mano de Ed, y con la otra la mano de Winry, pronunció unas extrañas palabras y los soltó en seguida.
Edward y Winry sintieron al mismo tiempo un escalofrío que les recorrió todo el cuerpo. Como si el tiempo se hubiera detenido sólo para ellos.
Cuando Ed volvió en sí, intentó reprocharle al hombre.
-
¡Oiga fíjese donde an...- pero al voltear, el causante se había
perdido entre la muchedumbre. - ¿Estás bien, Winry?- le preguntó Alphonse a la chica
que estaba anonada.
- Ah...si, creo.- respondió un poco
confundida.
- Oye Al, ¿no notaste algo extraño en ese sujeto?-
intentó Ed de buscar al hombre.
- No, todo pasó muy rápido.
-
Tal vez sólo estoy exagerando.- río un poco creyendo que el sujeto
había topado por accidente con ellos, ignorando por supuesto que
había tenido la misma sensación que Winry.
Los dos olvidaron el pleito y con Alphonse se encaminaron a casa de Huges, él amablemente había aceptado que Winry se alojara en su casa.
El par de hermanos se despidieron de ella quedando en verse al día siguiente.
xXx
En la noche, mientras todos dormían, a desconocimiento de Edward y Winry, algo extraño sucedía en ellos. El inquieto Edward, que se movía de una lado a otro en su cama del cuartel general, de pronto, se había vuelto un chico con tranquilo sueño, y Winry, que descansaba apaciguadamente, empezó a cambiar constantemente de lugar en la cama que le ofrecieron en casa de Maes.
A la mañana siguiente Winry despertó tranquilamente. Aún adormilada y desaliñada se sentó en la cama bostezando enormemente mientras se rascaba la cabeza. Luego miró extrañada el lugar.
- Pero... ¿qué lugar es éste?- se preguntó mirando la habitación que a su parecer no le era familiar. Se sintió extraña, miró sus manos, se tocó la cabeza y notó que su cabello estaba suelto.
Tocó asustada su cara recorriendo sus facciones, deslizó las manos por el cuello hasta llegar al pecho, ahí se detuvo.
- ¡Pero que ...- dijo sintiendo aquella parte de su femenino cuerpo.- ¡¡AAAH!!- gritó dando un salto de la cama.- ¡Y-YO N-NO TENGO PECHOS!- dijo mirando hacia su pecho notando que estaba muy equivocada.
Se acercó a paso lento al espejo del tocador con una cara de miedo, tragó saliva y ahí descubrió lo peor.
En el reflejo del tocador, Edward se topó con la imagen de Winry.
- ¡AAAAAAAAAAAAAAH!- se escuchó un grito ensordecedor por toda la habitación.
- ¿Winry? ¿Está todo bien?- preguntó Gracia pasando por la habitación de la chica.
Hubo un momento de silencio.
"No... esto no está bien ¡¡YO NO SOY WINRY!!" se dijo Ed en pensamiento al tiempo que veía la aterradora imagen de su no perteneciente cuerpo.
- ¿Gracia? Ah...s-si estoy bien es sólo que...que me topé con un bicho raro...- disimuló en su terror- ...raro, muy raro- susurró viendo el reflejo del espejo.
En Ed no había explicación de lo que le estaba sucediendo, parecía una pesadilla de la cual pronto quería despertar. Fue en busca de agua y lo único que encontró fue una jarra llena de la vital sustancia. No lo pensó y se vació la jarra completa en todo el cuerpo creyendo que así despertaría. Pero no fue así, ahora no sólo estaba confundido sino también mojado.
"No, no, no... esto no funciona ¡Demonios! ¿Y si esto es una broma de Mustang? pero, de ser así, esto no se sentiría tan real..." se dijo recordando cuando se tocó el pecho y se sentía demasiado real, a lo que se sonrojó de inmediato.
"Un momento..." pensó luego de un rato de agobio creyendo que no habría algo peor "si yo estoy en el cuerpo de Winry, entonces ella debe estar en..."
-
¡Hermano ya levántate!- le pidió Al debido a que se rehusaba a
despertarse.
- Hmm...- el chico abrió un ojo muy pesadamente.
-
¿Alphonse?- preguntó al notar que frente a sus ojos estaba la
armadura.
- ¿Hermano, estás bien?
- ¿Hermano? No te entiendo
Al. Y... ¿Por qué estoy en el cuartel general?- preguntó mirando a
su alrededor.
Alphonse permanecía de pie frente a su hermano sin entender su extraña actitud.
No fue hasta que Ed apreció ligeramente su reflejo en la coraza de Al.
-
¡Waaaaaa!- se puso de pie y fue corriendo al baño para percatarse
que tampoco ese cuerpo le pertenecía.- ¡Mi cuerpo! ¿Porqué estoy
en el cuerpo de Ed?- se preguntó Winry. Se miró un rato manteniendo
la calma, pero no soportó por mucho tiempo.- ¡Yo no quería esto!-
se lamentó llorando.
- ¿Hermano? ¿Qué te pasa?- se asomó Al
en el baño.
- ¡Déjame sola!- gritó entre lágrimas provocando
que Alphonse inmediatamente se fuese asustado.
- ¿Qué hiciste
para merecer esto Winry? ¿Por qué le tenía que pasar esto a una
chica tan linda como yo?- decía alterada.
Alphonse estaba muy asustado. Jamás había visto a su hermano actuar de esa forma; prefirió dejarlo solo para no causar más problemas.
Lo
que no sabía Al, era que esto todavía era el principio de un
desenfrenado cambio que traería las más alocadas situaciones para
Winry y Ed, en donde ambos descubrirían cosas de cada uno, y tal
vez, hasta sentimientos que desconocían.
Continuará:
