Disclaimer: One Piece no me pertenece a mí, sino al gran Dios Oda (?).

Advertencias: ¡Spoilers! Hasta aproximadamente el capítulo 598 del manga, inclusive. ¡Así que cuidado! :'D. También el fic de basa en puros delirios y especulaciones, quiero avisar.

Claim: Sabo/Robin (sí, leyeron bien :D).

Notas: L-la verdad tenía miedo de escribir de él, pero DEBÍA hacerlo. Espero haberlo plasmado bien. Es difícil mantener un personaje IC cuando lo que conociste de él fue su versión de 10 años xDU. Pero hice lo que pude :3. Espero que el resultado no haya sido tan desastroso *sigh*. Oh, y para aclarar, el comienzo del fic es un par de meses después del final de la Guerra, no inmediatamente después.

Historias compartidas.

Robin había aprendido a ser muy observadora. No porque le gustara tanto como porque había sido necesario para su supervivencia antes. Y había terminado por volverse una costumbre más, un reflejo, casi como respirar. Por eso, la segunda cosa a la que más tiempo había dedicado estando con los revolucionarios había sido esa misma, observar (la primera siendo buscar fortalecerse lo más posible para poder ayudar a su Capitán y a sus nakama).

Y por eso mismo era que se había fijado en aquel particular revolucionario, ese que se veía distinto al resto (aunque sintió que todos a su alrededor estaban conteniendo su propia locura para guardar apariencias frente a ella). El mismo que reía todo el tiempo, y su risa la alcanzaba y la contagiaba incluso a ella, recordándole a su Capitán de alguna manera, no sabía cómo. Tal vez la semejanza estaba en que ambos reían por cualquier cosa, como restándole importancia a todo, aunque el revolucionario reía aún más que Luffy, si eso era posible.

Le causaba curiosidad aquella persona, pero le provocó aún más curiosidad la fría mañana en que él se le acercó a ella, con una sonrisa en el rostro y su sombrero cubriendo sus ojos (como hacían todos los demás), y con toda la naturalidad del mundo le pidió que le hablara acerca de su tripulación.

Robin sonrió.

—¿No dije ya que aún no confío en ustedes?

A lo que el hombre respondió levantando un poco su sombrero para que ella pudiera ver sus ojos, y sonriendo aún más ampliamente.

—No te preocupes, no le diré a nadie. No estoy preguntando como revolucionario de todas formas.

Bueno. No le haría daño a nadie si contaba algunas cosas triviales acerca de sus nakama, ¿cierto? Robin negó levemente con la cabeza, riendo entretenida por la situación, y luego comenzó a contar la historia del día en que se unió a los Mugiwara.

· · ·

Dos años después, aquel mismo revolucionario fue la última persona de la que Robin se despediría antes de perderse entre los bosques de Sabaody. No era de extrañarse, él había sido especial en ese tiempo, el que más la había ayudado, y ella estaba agradecida. Pero había una última cosa que quería preguntarle.

—Sabo, tú tienes una historia con Luffy, ¿no es cierto? Algo que nunca me dijiste.

Su intuición era buena, debía admitir eso. Pero él sólo sonrió (aunque de una forma distinta a lo usual, ella podía notarlo) antes de responder sencillamente:

—Espero que nos volvamos a ver, Robin.