Dicen que cuando muere el alma, el cuerpo no es más que una simple máquina. Hay tres formas de matar el alma. Con el corazón, con el maltrato y con la pérdida de la esperanza.
Sebastian Smythe había perdido la esperanza casi al nacer, cuando su madre murió en el parto. Nació con el alma ya muerta, y desde niño no fue más que una máquina que intentaba agradar a su padre.
Le mataron el alma una segunda vez, cuando su padre decidió que era definitivamente el asesino de su madre. Los golpes caían como agua sobre su piel, marcándolo para siempre. Arrancando cualquier atisbo de ánima que pudiese quedarle.
Se convirtió en un ser frío, silencioso y solitario, que despreciaba a todos. Nadie conseguía ver tras su coraza de mentiras. Vivía esperando al último asesino de su alma. Se había acostumbrado a llamar killer a cualquier chico con el que ligase o mostrase interés.
Ninguno lo asesinó, pero todos mataron un poco de él. Se estaba muriendo lentamente y no tenía salvación.
Hasta que conoció al novio de uno de sus Killers.
Hasta que conoció a Kurt Elizabeth Hummel.
Pues les dejo un drabble, que tengo tiempo libre ahora :P
No sé de donde se me ha ocurrido o si les gustará, pero aqui está.
Besitos monosos
Nina Bane
