¡Hola mundo! ¡Regresé!
Ésta vez con un regalo de cumpleaños. ¡Disfrútalo Mari-senpai! ¡Es todo tuyo! ^^

Disclaimer: Los personajes de Axis Powers Hetalia no me pertenecen, son propiedad de Hidekaz Himaruya (Excepto Lovino, que por hoy será de Mari =D)

Advertencias: Un poco triste, supongo. ¿Cursi?, Fail!, y uso de Fem!Naciones. Referencias a Dios, si eres o no creyente, no te sientas ofendido, hago esto porque El Vaticano está en Roma, debe estar presente para él, ¿No?

Notas: El nombre de Fem!España es Antonella Fernández Carriedo, tomado de fic 'Ti odio' de Neko. Italia. Angel (Mari-senpai!) y como tal, Italia del Norte también es mujer. ¡Espero que no te moleste Mari!

Es la primera vez que manejo a estos dos personajes, así que si a media lectura tu cerebro colapsa, sólo regresa a tu lugar feliz…


Esos ojos verdes

Llueve. Es algo natural, pues el otoño llegó a la península ibérica, haciendo que la temperatura baje y los árboles se vistan de anaranjado.

Llueve. Es algo natural, pues desde que amaneció el cielo estuvo nublado, así que el pronóstico del clima estuvo en lo cierto.

Llora. Es algo natural, pues su corazón lleno de remiendos vuelve a romperse.

Y es así. Italia del Sur. Italia Romano. Lovino Vargas llora, y al primero que se ría o lo mire con lástima le partirá la cara. Aunque a estas alturas no cree que nadie sea lo suficientemente estúpido como para salir con semejante aguacero, nadie excepto él.

-Perché?- susurra de nuevo, con la manos cubriéndole el rostro. Sentado en una banca de algún parque del cuál no le interesa el nombre o ubicación.

Lo intenta, pero no lo comprende… Miente. Claro que lo comprende, pero de igual manera duele.

*·*·*·*·*

La puerta de la casa se abre, dejando entrar a la dueña de la misma, quien deja a un lado su paraguas y comienza a quitarse el abrigo.

-Lovi~ -Una voz femenina con marcado acento español lo interrumpe de su actividad, ver la tele- ¿Pero qué haces Lovi-love? Te pedí que hicieras la cena…-su cara muestra un poco de decepción ante la escena.

-¡Que no me llames Lovi, maldición! ¿Y por qué debería tonta? Es tu trabajo, yo soy el invitado aquí- sin siquiera mirar a la dueña de la voz, rezonga.

-Pero Lovi… sabes que tengo demasiado trabajo…-trata de hacer entender al italiano, pero sabe que no funcionará cuando éste voltea a verla- Bien, en un momento haré una paella…- suspira derrotada, arrastrando los pies hasta la cocina.

Unos 45 minutos después, ambos yacen sentados a la mesa, en un silencio bastante incómodo.

-Y… ¿Cómo te fue?-pregunta un tanto sonrojado el italiano, removiendo su comida con el tenedor.

-¿Uhm?- la española se sorprende un poco ante eso, pero un segundo después sonríe dulcemente- Es algo demasiado pesado, y mi jefe no me da un descanso, pero es lindo que te preocupes por mí Lovi.- Y ahí va de nuevo con ese apodo.

-¡N-no es como si me preocupara por una idiota como tú!- balbucea sonrojado- ¡Es que si esto sigue así no tendré quien me cocine mientras estoy aquí!- después de eso se levanta y sale corriendo escaleras arriba.

*·*·*·*·*

-Io veramente sono un idiota...- murmura hacia el suelo, con la mirada perdida y sin fuerzas ya para llorar.

A lo lejos la lluvia desdibuja una silueta que se acerca al italiano, ignorante del dolor que éste tiene dentro.

*·*·*·*·*

Una vez calmado, decide bajar a terminar con su cena, pero al acercarse a las escaleras, escucha la voz de Antonella, quien pareciera estar hablando por teléfono.

-¿Ita-chan?- escucha perfectamente el apodo cariñoso que tiene para su hermana, y pone más atención.

-Sí, soy yo. ¿Cómo estás?- luego la escucha reír, seguramente le está contando sobre su estadía con el macho-patatas- Ya veo, Ludwig tiene vacaciones también, ¿Vendrán? -¿Venir? ¿Venir a qué?- Claro, siempre serán bienvenidos aquí. Y de pasó, podrás cocinar pasta para Lovino- y lo último que escucha es la risa de la española, antes de regresar a encerrarse en la habitación de huéspedes.

-¿Por qué nunca es suficiente conmigo?- se pregunta recargando la frente en la puerta, y luego recuerda su actitud luego de la llegada de la española -¿Realmente soy tan inútil?-

Prefiere no contestarse a sí mismo, o terminará más lastimado. Sin pensarlo mucho toma su chamarra –la primera que encuentra- y sale de la habitación dando un portazo.

Al bajar encuentra a Antonella con esa boba sonrisa de siempre, y que al verlo sólo se hace más grande.

-¡Lovi! ¡Qué bien que bajas! Tengo algo que…-pero ella no termina su frase, pues el italiano pasa de largo, ignorándola, y saliendo apresurado hacia la calle.

La española se alarma, pues sigue lloviendo y Lovino salió sin un paraguas, así que va tras él.

-¡Lovi! ¡Regresa! ¡Vas a enfermarte!- Con una corta carrera le da alcance y lo toma del brazo para que regresen, al menos ya está bajo la protección de su sombrilla- ¡Te prometo que cocinaré pasta!- le dice con una sonrisa, sin notar que eso empeora la situación.

-¡Puedes prepararle pasta a mi stupida sorella cuando llegue! ¡Seguro estarás más feliz con ella!- le grita, soltándose de su agarre y acelerando el paso.

-¿Ita-chan? ¿Es porque viene de visita?-pregunta confundida, a veces -por no decir siempre- no entiende las actitudes de Lovino.

-¡No, claro que no!-responde sarcástico, deteniendo su andar y volteando a mirarla- ¡Pero supongo que con ella y el macho-patatas aquí no necesitarás que alguien te amargue la vida!- y retoma su camino, cada vez más enojado.

-P-pero Lovi…-la española aún confundida, es interrumpida de nuevo.

-¡Mi nombre es Lovino, joder! ¡Con ella aquí no me necesitas, y yo no te necesito ni a ti, ni a nadie!- grita frustrado y con los ojos fuertemente cerrados, escucha que algo se cae, y comienza a correr -¡Che palle!-

En su desesperada carrera por que ella no escuche su corazón rompiéndose, no llega anotar que la española se queda inmóvil, bajo la lluvia. No llega a notar la triste mirada que tienen sus ojos verdes. Así como tampoco nota que el moño en el que normalmente recoge su cabello está deshecho debido a la lluvia.

*·*·*·*·*

-Esa española estúpida…- masculla, y luego suelta un pesado suspiro- quizás si la tratara mejor, ella me querría tanto como a mi sorella…- vuelve a murmurar, y se deprime más.

El problema radica en que él no quiere que Antonella lo quiera igual que a Felicia. Ni si quiera más que a Felicia. Lovino quiere que ella lo quiera así, como Lovino. Debido a que él la quiere como Antonella, así la ama.

Suelta otro suspiro exasperado, esto es tan difícil y doloroso. En medio de sus cavilaciones, nota que una figura se para a su lado y su corazón se acelera.

-Disculpa muchacho, pero tengo que cerrar-

Y su corazón se rompe otro poco. ¿Cómo fue tan idiota para creer que…?

-¡Lovino! ¡Lovino!-escucha a lo lejos, y ésta vez su corazón se detiene. ¿De verdad ella...?

Y la ve ahí cuando ésta se detiene a unos cuantos metros, respira agitada, su cabello es un desastre y está toda mojada…

-¿!Pero qué haces estúpida¡?- grita mientras se levanta y va hacia ella -¿!En qué diablos pensabas¡?- pero se detiene cuando está a un metro de ella, sin atreverse a acercarse más.

-Lovino, Lovino…- jadea por la carrera, pero no para de decir su nombre.

De nuevo lo mira de esa manera, es por esa verde mirada que el italiano aún tiene un poco de esperanza, porque lo mira como… como si de verdad lo quisiera…

Y sin esperar más, la española se lanza contra él, haciendo que ambos caigan al suelo -en un charco para variar- y soltando una limpia risotada.

-¡Lovino! ¡Es obvio que no te quiero tanto como a Ita-chan!- le dice abrazada a él, y con una enorme sonrisa. ¿Qué no se da cuenta de que lo está matando con esas palabras?- ¡Yo no te quiero Lovi! ¡Te amo!- y oficialmente, Lovino Vargas queda en blanco.

¿En verdad ha dicho lo que cree que ha dicho? ¡No puede creerlo!

Ti amo Lovino!- Ella vuelve a gritarlo, en un italiano con acento español. Él deduce que no hay nada mejor que eso.

-A-Antonella…-susurra, y cuando ella levanta la mirada y él observa esos brillantes ojos verdes y la alegre sonrisa que tiene en estos momentos la española, no puede creer que Dios haya sido tan bondadoso para mandarle algo tan hermoso- Y-yo… también te… te amo-

Su español es bastante pobre, sin contar con que sólo sabe decir unas cuantas palabras, entre ellas la primera que aprendió a decir… Al recordarla, siente que su rostro le arde.

-Bésame…- y para su buena o mala suerte, la española también la recuerda.

Y él cada vez se siente más agradecido con Dios. Le ha dado la ocasión, la declaración, y ahora un beso de parte de su española…

-Ehm… lamento interrumpirlos… pero debo cerrar ya…-dice un poco apenado el hombrecito de antes, que seguía ahí viendo toda la extraña -y cursi- escena.

Después de una mirada asesina hacia ese hombre de parte de Lovino, ambos se levantan y el italiano se pregunta, Dios ¿Por qué me has abandonado?

Aún así, después de esa extraña declaración, y de haber salido del parque, ambos emprenden el camino de regreso a casa. Antonella firmemente agarrada del brazo del italiano y con su chamarra sobre los hombros, y Lovino con el rostro bastante sonrojado y una pequeña sonrisa en los labios.

*·*·Al día siguiente·*·*

-Así como lo oyes, no pueden venir- se escucha la voz de Lovino desde la habitación de la española- ¡Pues porque aquí nos morimos de gripe!- y luego de esa exclamación, un sonoro estornudo reafirma sus palabras- si, los dos-

-Lovi~ cuelga ya~ -se escucha el quejido de la mujer desde la misma habitación.

-Tengo que irme- y vuelve a estornudar- Si, ti voglio bene sorella…- baja un poco la voz, pero es bastante audible para la persona del otro lado del teléfono- ¿Uhm? Es que hoy estoy de buen humor, bueno, ¡Ciao!- y cuelga.

Al terminar de colocar el teléfono en su lugar, se da la vuelta en la cama, sólo para observar a su tonta española, que tiene el cabello revuelto y los ojos entrecerrados, con una adorable sonrisa en sus labios.

Después de todo, él podrá ser un inútil en ciertas cosas, podrá ser enojón, de carácter demasiado volátil, tsundere, y demás, pero eso ya no le importaba –tanto- pues sabía que así su Antonella lo quería.


Bueno, y así acaba.

Espero que te haya gustado Mari-senpai, le puse ganitas, jaja. Sé que está -MUY- atrasado, pero tuve que reescribir algunas partes porque, bueno, eran un asco. (Si es que esto no lo es también… T^T)

Si estás leyendo esto Gumi-chan… ¡Yay! ¡No es yaoi!(?)

Bueno, me despido, si alguien lee alguna de mis otras historias, no me maten. En verdad he estado muy deprimida y no tenía ganas de escribir nada, pero este regalo debía hacerlo. Quizá en una o dos semanas suba algún nuevo capítulo. ^^

¡Nos vemos!

PD. El complejo de inferioridad de Lovino me pone triste... T_T