N/A: Holas, he decidido editar los capítulos para adecuarlos a como escribo ahora, ya que los releí y me dió penita ver cómo escribía. :$ También he cerrarlo la historia en dos capítulos y su epílogo. Espero les guste como está ahora. :)
Cuando compartes memorias con una persona, es imposible que no llegues a tener un sentimiento hacia ella, pero a veces es posible, si ya no sabes quién es
Un día, como cualquier otro encontró a Uzumaki Naruto, contra toda su suerte, encerrado con quien hasta ese momento consideraba su mayor enemigo. ¿Por qué extraño factor labrado por el destino se encontraría con él? Lluvia. Y no una lluvia cualquiera, llovía a cantaros, que parecía que se caería el cielo.
– Aaahh! –Gimió el rubio– Parece que no podremos salir en un buen rato– dijo mientras miraba por la ventana, en su rostro se podían definir varios sentimientos, entre ellos se podía encontrar sorpresa e irritación– ¿No crees, Sasuke?
Frustrado, los pensamientos del Jinchuuriki rondaban alrededor de un "Me quede encerrado con él en su casa y todo es por su culpa"
– Sí, –respondió con su imperturbable rostro– fue una suerte que viniéramos a mi casa después de la misión. Aunque podrías haber llegado a tu casa si no nos hubiéramos detenido a comer ramen.
Por un momento, el tono acusador del de pelo azabache, logró que Naruto se sintiera culpable, hasta que recordó cómo habían llegado a esa situación y reclamó ofendido.
– ¡Eeehhh! Pero si fue TU idea ir a comer, tienes que abstenerte a las consecuencias. Además, si recuerdo bien, tú me ofreciste venir a tu casa para que no tuviera que ir hasta la mía. –Agregó el rubio con un tono suspicaz que sugería que pensaba que el otro planeaba algo.
– Baka! Si te hubieras enfermado nos habrías retrasado a Sakura y a mí.
– ¡Eh! Yo no haría algo para molestar a Sakura chan! –Al notar que el azabache lo ignoraba, susurró– No importa lo que digas, yo se que planeas algo y te lo voy a descubrir.
– Tsk, deja tus paranoias, usuratonkashi…
Un buen rato después, mientras se cambiaban, (el simple hecho de que Sasuke estuviera dispuesto a prestarle ropa era algo que no dejaba de sorprender al güero) empezaron a platicar para pasar el rato, en lo que bajaba la lluvia. De alguna forma, la conversación los llevó a sus respectivas infancias, cosa que alarmó de pronto al Uzumaki.
– Oye, Sasuke, ¿tú siempre has sido de aquí?
Sasuke volteo para mirar a Naruto, ligeramente confundido. Aunque mantuvo un poco las apariencias, frunciendo ligeramente el entrecejo.
– Eso no te incumbe, dobe.
Molesto, el rubio murmuró un quedo– ¿Cómo quieres que no piense que te traes algo si le das vuelta a todo lo que digo o me ignoras?
Suspirando, el Uchiha decidió, por una vez, darle por su lado.
– ¿Por qué lo preguntas?
A pesar de estar algo aturdido de la sorpresa, ya que por primera vez su compañero contestaría una de sus preguntas, contestó lo más rápido que pudo. No fuera que se lo pensara mejor y decidiera que ya no quería responderle.
– Pues, no recuerdo haberte visto antes de entrar a la academia…
Asombrado, el aludido abrió los ojos tan ampliamente que parecía que se le saldrían de su cuenca.
– ¿De qué hablas? ¡Por supuesto que nos hemos visto! ¡He vivido aquí, en Konoha, toda mi vida!
Ahora fue el turno del rubio de poner una expresión en la que pareciera que se le saldrían los ojos.
– ¿Cuándo? No es posible que eso haya pasado. ¡Lo recordaría!
– ¡Pues no parece, usuratonkachi!
La discusión irritaba al Uchiha, pero un recuerdo que tenía arrinconado en uno de los lugares más oscuros de su memoria decidió aparecer en el momento menos oportuno, haciéndose presente como en un flashazo.
Un niño güero con los ojos azules más cálidos que había visto se encontraba frente a él. Por alguna razón tenía unas marcas en las mejillas que parecían los bigotes de un gato. Éstas se deformaron un poco cuando abrió la boca para dejar salir unas palabras.
- T-tú me gustas…
El pálido rostro del azabache tomó un ligero toque carmín, lo que el portador del Kyuubi notó, pero, al no saber el motivo, lo aludió a que al fin lo estaba sacando de sus casillas, por lo que sonrió airoso. Pero sólo llegó a escuchar un ligero "Baka" antes de que su mortal enemigo saliera corriendo, sin que supiera qué había ocurrido.
Naruto, confundido, decidió seguirlo. Preocupado, pero aun sin confiar en el otro. Mientras iba atrás de él, lo único que atinaba a pensar era en lo genial que sería atraparlo en algo malo para así poder acusarlo y así ganarse el favor de Kakashi sensei y demostrarle a Sakura chan que no él no era tan perfecto como todos creían. Sin embargo, su línea de pensamientos fue interrumpida al oír a su rival maldecirlo.
Los pensamientos del güero se encontraban divididos en dos vertientes. Por un lado quería reírse de su enemigo y burlarse de él, para luego restregárselo a su cara, ¡nunca había logrado sobrepasarlo, ni siquiera en una discusión verbal y esta vez hasta había huido de él! Sin embargo, por el otro, había algo en el tono de su enemigo que se lo impedía. Parecía que ésta vez, sus palabras de verdad que habían lo habían afectado. ¡Ahora sí que la había regado!
Aliviado por al fin encontrarlo, aunque fuese en ese estado, decidió acercarse.
– Sasuke…
Al oír ser llamado por su nombre, el azabache volteó su rostro para encontrarse con el de Naruto, quien no podía salir de su asombro.
Pasaron unos cuantos minutos mirándose las caras, hasta que la tensión se volvió tan densa que ahogaba. Así fue cómo Sasuke, quién no pudo con el ambiente, salió corriendo, de nuevo. Pero en medio de su prisa algo se le cayó y el güero, que se percató de ello, reconociendo su oportunidad por lo que era, desistió de su persecución del Uchiha y se agachó para tomar lo que se le había caído. Eran fotos.
En una se veía un niño sonriente, de uno años, rubio, algo chaparro y con tres marcas en forma de gato en cada mejilla… ¡Pero si era él! En otra; se encontraba él de nuevo, pero con una linda chica en el patio de la Academia. Y en la última, se veía de nuevo esa linda chica pero esta vez se encontraba acompañada de un chico alto, con el cabello negro recogido en una coleta, y unas marcas en la cara que parecían ojeras. Ese chico se parecía a Sasuke, debía de ser su hermano mayor… Itachi… o algo así se llamaba… No sabía mucho de él. Pero esa chica, también se le parecía mucho, ¿Sería su hermana? No sabía que tuviera una. Y no estaba seguro del por qué pero había algo en esa chica que le sonaba vagamente familiar.
De pronto lo recordó, esa chica era a la que había conocido a los 7 años en la academia.
¿Sasuke tenía una hermana?
