DISCLAIMER: Escribo como hobbie y sin fines de lucro y ninguno de los personajes me pertenece.
N/A: horrible, pero es lo que salió y odio no actualizar nunca.
De vehículos Muggles.
Harry aparcó el auto cerca detrás de una gran arboleda en el Manzanar, ese lugar a las afueras de la ciudad al que las parejas iban en busca de privacidad. Observó a Draco, que se veía tenso y se aferraba a los bordes del asiento, y soltó una risa.
- Sabes que odio los vehículos Muggles, Potter- le soltó el rubio cuando vio que lo miraban.
- No los odiarás tanto después de esto- comentó con una sonrisa maliciosa.
Acto seguido, lo besó, ansioso y casi desesperado, hambriento por esos labios. Lo atrajo hacia sí con un brazo mientras con el otro desabrochaba el pantalón de mezclilla que llevaba Draco. Con la misma sonrisa maliciosa, le dio un último beso y bajo suavemente la cabeza, hambriento por otra parte de la anatomía del rubio.
Draco cerró los ojos e reclinó levemente la cabeza hacia atrás, recostándose suavemente sobre el respaldo, gimiendo suavemente mientras pensaba que tal vez Potter tuviera razón y los autos no fueran tan malos.
