N/A: Después de tanto tiempo, he decidido actualizar "Vacaciones, Aventuras y Merodeadores". Pero antes de continuar, creí conveniente reescribir este fic, después de cuatro años. He cambiado mi forma de escribir, por lo que he quitado faltas de ortografía, iconos gestuales que solía poner, y puede que cambie algo más de la trama que vi defectuoso. Espero que se noten estos cambios. ¡Gracias por los reviews a todo el mundo! Resubir este fic es el comienzo de una nueva era.

Capítulo 1: La presentación.

Lily estaba nerviosa. Ésa era la palabra. Nerviosa. Nervios. Esos gusanos que se mueven en tu estómago buscando que te pongas malo de solo pensar lo que se te avecina. Sentada en una silla de algún rincón de Hogwarts, cerca del Gran Comedor, oía como Dumbledore (un director muy simpático con una larga barba), la presentaba como chica de intercambio.

"Ja, nada más lejos de la realidad" -pensó, riéndose para sus adentros.- "Venga Lily, es el momento. No te detengas, respira hondo, y ve con la cabeza en alta, sin parecer altiva, ni presumida, pero tampoco una mosquita muerta".

-…¡Lilian Marie Evans!

A su entrada, todo el colegio empezó a murmurar. Tal vez fuese su aspecto poco común, pues en Inglaterra no abundaban los pelirrojos, sino más bien en Irlanda. Tal vez fueran sus andares ágiles, o simplemente el hecho de que fuese la novedad del año. Quién sabe. Se sentó en el taburete, dispuesta a ignorar los murmullos y constantes runrunes que se metían en su cabeza, pero otra vocecita fue la que se metió. La del Sombrero Seleccionador.

"¿Evans? Es un apellido poco mágico, pero me suena tu cabeza, te pareces… no sé, déjame ver tus capacidades, y tus ambiciones. Eres muy ambiciosa, ¿por qué no te mando a Slytherin? Pero también veo mucho valor, y un coraje admirable… Creo que…"

-¡Gryffindor!

Los alumnos de la casa de los leones aplaudieron a Lily, haciendo que la bienvenida fuese más cálida, mientras ésta se dirigía a la mesa correspondiente. Antes de que llegara, el director comenzó a hablar de nuevo, creando un espléndido silencio, que muchos se preguntarían si tenía una voz hechizante, o simplemente era un hechizo silenciador:

-Como ya he dicho antes, Lilian Evans entrará en quinto año, y todos deseamos que se sienta cómoda. Todos sabemos que los comienzos son difíciles, así que no quiero ninguna broma, problema o queja de ningún tipo. Ahora, sí, podéis comer. Hoy hay especialidad de la casa, ¡tarta de limón!

Lily eligió sentarse entre una chica rubia, y un chico con el pelo muy negro, que comía sin parar, hasta que se fijó que ella se había sentado. Tragó todo a la vez, y mientras se aclaraba la garganta con jugo de calabaza, se presentó:

-Hola, pequeña pelirroja. Soy el merodeador más encantador, el más simpático y el más atractivo de todos. Soy, Sirius Black.

Iba a seguir con esa estupenda carta de presentación, pero un grito al otro oído de Lily lo espantó:

-¡Black, déjala en paz! Es su primer día de clase, y tú ya estás intentando ligártela. Ignórale, Lily… te puedo llamar Lily ¿verdad? –Lily asintió.- Bueno, yo soy Diana Holland, más conocida como Holly, por el apellido.

-Ah, y yo Remus Lupin –dijo el chico de cabellos cenizos que había al lado de Holly- Y estos son James Potter y Peter Pettigrew –señaló a los que estaba enfrente de ella.

Lily miró a los dos chicos, que no hicieron caso de la presentación, o no habían oído nada, porque estaban ensimismados en la comida. Aunque los dos comían sin parar y casi sin respirar, no podían ser más diferentes: uno era delgado, y el otro lo contrario. Uno era medio rubio, y el otro con el pelo tan negro como las plumas de los cuervos. Y tenía las gafas manchadas de lo que parecía compota de manzana, o algo así. El otro tenía dientes de conejo, y roía una galleta mirando hacia los lados, como si se la fueran a quitar. "Y luego yo soy la nerviosa", pensó.

-Cuéntanos, Lils, ¿tus padres son muggles? Nunca he oído de la familia Evans.- Sirius la sacó de sus pensamientos.

-Bueno, es raro. Creo que tuve un bisabuelo o algo así que sí era mago. Pero el resto de mi familia ha salido sin magia.

La primera cena de Lily fue muy formal. Tanto Sirius como Remus le daban conversación, y a veces Holly intervenía metiéndole cizaña a Sirius, que no se molestaba por nada. Lily estaba contenta. No se había sentido tan cómoda desde hacía tiempo. Terminó la cena, y Holly le dijo que le presentaría a las demás chicas del cuarto donde dormiría.

Annie Hatton era una chica bonita, con el pelo corto y sonrisa sincera. Sus ojos verdes reflejaban una tranquilidad inusual, y vestía como una princesa, se dijo Lily mientras le daba la mano. Por el otro lado, Mary Brompton tenía una mirada seca, pero parecía querer caerle bien a Lily. Sin embargo, no se sintió mal cuando la abrazó. Eran sinceras, y querían ser amigas suyas. Todo iría bien a partir de ese momento.

Se dieron las buenas noches, y la habitación quedó a oscuras. Y Lily se puso a dar vueltas en la cama, no supo por qué. Había tenido una buena noche, pero no podía conciliar el sueño. Inquieta, bajó a la sala común, con un pijama azul con corazones azules con alas. Se sentó frente a la chimenea, y mirando que no hubiese nadie, encendió el fuego con un movimiento de su mano. Se quedó mirando su mano. Nadie, excepto Dumbledore, sabía que podía hacer magia sin necesidad de varita. Era la principal razón de sus padres para que se trasladara a Hogwarts. Ahí, bajo la protección del gran mago Dumbledore, estaría a salvo.

-Hola, ¿puedo sentarme?

Esa voz tan cálida le sacó de sus pensamientos. ¿Quién podía ser a estas horas?