Era un dia común y corriente en mistic falls, las personas tenían una vida apresurada llena de emociones encontradas, entre ellos amores y desamores. Algunas más que las otras, pero dejando de lado todas esas cuestiones, había más que eso un gran secreto que tenia oculto en ese lugar. Ya que hay habitaban criaturas sobre naturales que trataban de encajar en el lugar. Y no dejar sospechas a los demás habitantes, Mientras tanto en un restaurant del lugar unas amigas de toda la vida tenían una plática importante aunque un tanto rutinaria, ya que la mayoría de las ocasiones se encontraban para tomar algo y ponerse al corriente de lo que acontecía en sus vidas. Aunque una chica no estaba poniendo mucha atención a la plática de sus dos amigas ya que ella tenia mas que serios problemas en la actualidad. Estaba convencida de que su vida amorosa estaba en picada, en relación a su ex novio que era un hibrido que la había dejado por razones algo complicadas y le había dejado un hueco emocional en su interior, por otro lado también estaba el macho que tenía una voz tan seductora que hacia que sus piernas temblaran de solo tenerlo cerca. Le gustaba dominar a las peronas, que no se le atraviesan en su camino porque los haría pagar con la propia vida. Definitivamente la rubia de ojos soñadores tenia una confusión de dimensiones colosales al respecto Caroline Forbes estaba mas que perdida en sus pensamientos tan profundos después de tener sus episodios románticos y pasionales con ese hibrido de piel bronceada y a su vez se sentía culpable por traicionar a su primer amor; que en ese entonces se trataba del acaudalado y deportista chico trigueño Tyler Lockwood. Consideraba que su problema real era estar enamorada del "amor" mismo, ilusionada con la idea de encontrar a ese hombre especial con quien compartiría no solo una noche de caricias, besos, éxtasis, sino en verdad un compañero y protector como lo era en su momento Stefan Salvatore; ex novio de su mejor amiga Elena. Las cosas no resultarían nada fáciles para ella, pues el reciente regreso del hombre lobo, el mar de sentimientos encontrados con Klaus y el cambio drástico de sus propias emociones complicaba demasiado las cosas. Tampoco sabía cómo enfrentar el hecho de que ahora se encontraba dividida entre dos hombres que se aborrecían. -Caroline, ¿Te sucede algo?—Preguntaba la morena poniéndole especial atención al cambio tan drástico de personalidad que la rubia tenía. A decir verdad no conocían a una Caroline Forbes limitándose a decir pocas palabras en una conversación. -Nada Elena estoy bien—Volvía a la normalidad dibujando en su rostro la sonrisa tan soñadora y despreocupada que la caracterizaba. - Lo que tú deberías hacer es contarme tu nochecita con Damon—Sugería en tono pícaro y traviesa provocando un cierto morbo en Bonnie Bennett, quien tenía que ponerse al dia con los chismes y cotillas. Elena Gilbert era una joven sola, se había quedado sin su padre hacía pocos años convirtiéndose en tutora legal de su hermano menor, tampoco las cosas eran ligeramente sencillas para la morena. Bonnie Bennett era la tercera que completaba al grupo, una morena de piel de ébano con un rostro tan hermoso como el de una muñeca de tierras cálidas; bruja por naturaleza y entendedora de la misma. Las dos la miraban preocupada ya que no era muy común en ella. Las dos chicas se miraron una a otra con caras de preocupación Decidieron indagar mas al respecto tomándole cada una de sus manos. -Mi noche con Damon puede esperar Caroline, pero sé que te pasa algo—mencionaba la morena. —No nos engañas, no a nosotras. Caroline las miraba a ambas, sostenía su sonrisa y sin embargo por primera vez decidía guardarse la confusión para ella misma, pues consideraba que ocasionaría más problemas de los que ellas tenían. Dio un largo respiro bebiendo un poco mas de la malteada de chocolate con el que cada viernes por la tarde acompañaban la charla de chicas. -Ya sabes, Tyler, lo de siempre, Klaus—Rodaba los ojos. -Ok, ok, pueden agregar lo de… Klaus. Las dos chicas se miraban una a la otra conteniendo las ganas de reir; conocían los antecedentes de aquellos dos y por lo tanto les parecía descabellado que Caroline de buenas a primeras aceptara ya sea por arrebato un momento tan pasional con ese hibrido. Bonnie en cierta manera la veía con cara de preocupación, no sabia exactamente que es lo que senta en esos momentos ya que no habian conversado como antes probablemente se estaba apartando o guardándose demasiadas cosas para si misma. No conto con la presencia de aquel individuo que entro en el establecimiento, aquel joven que aun la hacía dudar de sus sentimientos, ese joven que lo perdió para siempre y era definitivo pensaba que era lo peor en esos momentos lo que había escuchado era que regreso por ella y se topa con aquella gran sorpresa. En ese instante su corazón se `entristeció considerándolo la gota que derramaba el vaso, miró a sus amigas y sin decir algo mas, sus ojos se clavaron en ambas para poder por fin escupir esa decisión que llevaba días rondando en su cabeza -Chicas, me voy de viaje por un tiempo indefinido, se que estarán bien, y se Elena que necesitas siempre de mi sabio consejo para salir adelante con Damon, pero créeme cuando te digo que eres la única que hace de ese pelmazo un mejor hombre es verdad—Miraba rápidamente a Bonnie. -Y tu, por favor déjate crecer el cabello otra vez, no es por nada linda pero te ves más vieja, perdón mi asquerosa honestidad pero ese corte no va con tu estructura ósea—Tomaba sus cosas a pesar que sabía que Klaus la seguiría, sin embargo, estaba segura que no le haría daño, no a ella. Se despidió de sus amigas a quienes la noticia les caía como baldazo de agua helada mirándose la una a la otra. Bonnie todavía acariciaba su cabello considerando una pésima decisión el haberlo cortado. Eso fue lo último que escucharon de Caroline Forbes aquella joven que tenía su corazón destrozado. Corría por el bosque dirigiéndose a un lugar sin rumbo donde podría ahogar sus penas, sentirse tranquila en esos momentos necesitaba estar sola no quería que se preocuparan, dejo de correr para caminar lentamente solo escuchando el crujir de las hojas con sus pisadas respirando el aire fresco, limpiando aquel bello rostro lleno de lágrimas de sentimientos encontrados. Parecía tan indefensa en esos momentos sus ánimos estaban más que en el suelo. Pensaba en la reacción que su madre tomaría al saber que se iría a un nuevo lugar por un tiempo definido. La reacción primaria de sus amigos sería que era una cobarde por alejarse de todo. Se recargo en un árbol resbalando poco a poco para quedar sentada debajo del mismo. Abrazando sus piernas fuertemente hundiendo su cabeza en ellas y empezar a llorar por un largo tiempo en su cabeza pasaban imágenes de todo lo que había vivido. Lo más presente que tenia eran aquellos dos hombres que la tenían sujeta en ese lugar. Recordó como había sido su relación con Tyler, estaba feliz en tenerlo a su lado la hacía sentir más segura de lo que ella era amada en ese momento era su pilar su apoyo para seguir adelante pero aquellas discusiones que tenían acerca de Klaus que lo controlaba lo tenía el ultimátum la había dejado dos veces no sabía nada de el por un largo tiempo. Era como un juego para Tyler. Ir y venir confiado en que aun ella estaría para el... Respiro hondo por un momento abriendo los ojos para cerrarlos de nuevo y pasar aquellos recuerdos con aquel macho alfa levanto su cabeza abriendo sus ojos color verde para contemplar el cielo sintiendo un nudo en su garganta para dejar escapar un susurro - Klaus. -Ese joven que le bajo la luna y las estrellas con aquella voz irreconocible aunque habían tenido sus conflictos le había tomado más que aprecio. Aunque habían tenido sus conflictos ya que tenían diferentes mentalidades por eso chocaban. Klaus después de buscar por todas partes a su amada se adentro en el bosque se escuchaba el crujir de las hojas por sus pisadas fuertes parecía que estaba en busca de una persona desesperadamente se paro por un momento para agudiza sus sentidos. Y poder escuchar cualquier ruido a lo lejos escucho algunos sollozos corrió hacia donde esta para encontrarse de frente con aquella chica que aun teniendo sus caminos de humor pudo hacer que su corazón se brandara un poco odiaba verla que llorara por una vez en su vida quería que olvidara todo lo que le causara algún dolor sin pensarlo la abrazo atrayéndola a su pecho respirando su aroma tan particular que le causaba una tranquilidad inimaginable haría lo posible para alejarla de ese gran dolor.. Se aclaro la garganta para poder susurrar en su oído. -¿Que ocurre Caroline?—Klaus acariciaba su mejilla y al mismo tiempo su expresión seria dejaba de lado lo imponente y frenético para solo mostrar al hombre que alguna vez en la vida tuvo humanidad.- ¿Desde cuándo miss mistic falls se encuentra tan decaída? me has extrañado no es así. - Preguntaba el hibrido teniendo como siempre el ego tan inflado como la papada de un sapo No sintió en qué momento alguien la aprisionaba en sus brazos haciéndola sentir reconfortadle, protegida, amada y segura cerró los ojos al sentir el contacto de su pecho espirando el aroma que era reconocible para sus sentidos el corazón se le acelero un poco para después escuchar aquella voz tan seductora. Sin pensarlo lo abrazo como si su vida dependiera de ello sintiendo sus lagrimas correr sería la última vez que lo vería necesitaba grabar en su memoria aquel aroma, al escuchar aquellas palabras rio levemente olvidando de su problema apartándose de sus brazos aunque era imposible ya que es lo que menos quería. -¡Que haces aquí Klaus!, te dije terminantemente que no me buscaras y me dejaras decidir por mi misma lo que deseo, y..—Pensaba por un momento al recordar la forma en la que había cerrado su noche.-No, no tendré sexo contigo esta vez. —Declaraba tan segura y temeraria que incluso Klaus comenzaba a admirar la forma tan bravía con la que se expresaba. Klaus la miro extrañado en mucha parte no era la Caroline alegre que había conocido en sus ojos se veía la tristeza que tenía en su corazón odiaba de sobre manera, la abrazo aun mas fuerte escuchando sus sollozos no sabía qué hacer nunca había sentido eso en su vida era como una impotencia inimaginable. Se aclaro la garganta para hablar de nuevo. -Tu madre esta preocupada porque no has ido a casa - Hacía una pausa, no podía creer que en verdad estuviese preocupado por la joven y sobre todo por su madre. -¿Que te ocurre Caroline?, tú no eres así dímelo de una vez- Aquedaba sus cejas un poco sin dejar de acariciarla. -¿Que es lo que tienes? , no me mires con esos ojos, contéstame-fue lo único que pudo decir minutos después la tenia acorralada en un tronco del árbol. Caroline se quedo extrañada por el comportamiento de Klaus, le escucho con ,se le había olvidado por completo que hoy cenaría con su madre, respiro profundo abrazándose a sí misma, escuchaba a Klaus con cuidado no quería que se preocupara. Al escuchar su voz dominante se asusto alejándose el, no podía decirle no por ahora sin previo aviso la tenia acorralada le miro a los ojos y susurró. -Me iré de aquí muy lejos—Declaraba segura de sí misma a pesar de tener emociones encontradas. -¡Suéltame que me lastimas!-Lo empujó con todas las fuerzas que tenia. Para así correr perdiéndose de su vista. Klaus tenía ganas de perseguirla de nuevo, pero sabia que tendría que respetar su decisión, pues si en verdad deseaba ganarse el corazón de la rubia tenía que jugar por primera vez de manera limpia, sin trampas, sin coacciones, sin engaños, sin obligarla vampíricamente a acceder a sus peticiones. Esperó un tiempo considerable en el bosque también para ordenar sus ideas; sin embargo estaba completamente seguro de una cosa. No dejaría de luchar por Caroline Forbes. Después de unos segundos se encontró dentro de su casa; aun no podía olvidar la reacción de klaus al saber que se iría del pueblo camino a paso tranquilo hacia la cocina por algo de comer y al ver a su madre que corría y la abrazaba fuerte cerraba los ojos conteniendo sus lagrimas -Anda que prepare tu postre favorito - Elizabeth Forbes nunca cocinaba en su vida, siempre que tenia la oportunidad el supermercado u otra persona le ayudaba con las labores hogareñas, sin embargo, esta noche seria tan especial que haría que su hija estuviera tan orgullosa por sus dotes culinarias. -Mamá, siento que no quiero, siento que no deseo dejarte sola—La tomaba de las mejillas—Se que no he sido una hija ejemplar, a veces he sido un mounstro, pero. Su madre le colocaba un dedo en los labios comprendiendo la situación. Caroline a pesar de tener la edad de una chica adolescente de diez y siete años, tenia la madurez de una joven de vienti cuatro; eso basándose en años humanos. Tenía en cuenta que su hija alguna vez dejaría el nido para volar por su cuenta, tendría que aprender a desapegarse de su zona de confort para poder enfrentarse a los problemas por cuenta propia. Parte de la madurez de todo ser humano. -Me siento orgullosa de ti hija mía, yo tampoco he sido una madre ejemplar, pero ahora debes emprender'Times New Roman', Times, serif tu camino, buscarte a ti misma, además, Europa es muy grande, algun dia ire a visitarte e iremos de compras juntas— Le limpiaba con ternura sus lagrimas indicándole que debían sentarse para disponerse a cenar. Ya había hablado al respecto con su madre de su viaje, le dolía en el alma pero era la mejor manera. Sus maletas ya estaban listas, y a pesar de sus cortas despedidas sabia perfectamente que la decisión debía tomarse ahora o nunca. La respuesta era simple, debía ser esa noche. Elizabeth miro a su hija con ojos llorosos se sentía tan orgullosa de ella la había cariado como debería de ser antes no la había aceptado al saber que se convertía en vampira pero con el tiempo su relación fue de maravilla acaricio su mejilla con ternura contemplando a su hija con orgullo pero a la vez preocupación sonrió al sentir la cálida mano de su hija tranquilizándose al saber que la llamaría Caroline todos los días... se abrazaron por un largo rato hasta después separarse
