Drabble. (?)

Bokuroo.

OoC. Para llevar, gratis.

.

.

.


Cuando sus miradas se encontraron lo demás desapareció.

Sus ojos, similares a los de un búho, siguieron la figura que grácilmente se movía de un lado a otro, paso tras paso, alejándose de su persona, escrutándolo por completo mientras le siguen al final del pasillo, donde su figura se pierde al doblar a la izquierda.

La próxima vez que lo ve sabe, porque lo oye de un chico bastante alto y que (a su parecer) era extranjero, que el chico se apellida Kuroo.

Cuando sus ojos se enfrentan de nueva cuenta, puede sentir al océano mismo a través de ellos. Son oscuros y profundos y le hacen delirar, sentirse ahogado, como si fuese llevado por una corriente fuerte, potente, enorme. Le insiste a Akaashi en que el chico debe ser su amigo, algo más si tiene suerte.

Sabe, gracias a su amigo y ex armador, que el chico parece prestarle la misma atención que le brinda él.

Sus ojos se vuelven a encontrar una noche, a las afueras de un bar al que fue arrastrado por sus antiguos compañeros del Fukurodani (esa vez realmente no quería salir). Se vuelve a hundir en sus ojos cuando éstos le devuelven la misma y penetrante mirada.

«A esto bien se le podría llamar inacción»

Eso le dijo Akaashi. Y entiende a qué se refiere, aunque no quiere admitirlo. No va a ir a decirle «Tienes razón, no puedo hablarle porque sus ojos me absorben y me da miedo no ser lo que quiere o peor, que no me haya estado siguiendo el paso a mí sino a ti». No podría.

La siguiente vez que sus ojos se buscan y sucede el encuentro puede ver una sonrisa adornando el rostro del morocho. Y siente su todo vibrar más que al rematar una buena colocación.

Inacción: falta de actividad o movimiento.

Definitivamente él no era un cobarde que no podía ir y decirle al chico que le gustaba, justamente, que le gustaba.

Sus ojos se abruman llenos de un sentimiento de no sé qué que sólo ese chico parece hacerle sentir, cuando por fin le dice «Oye, me gustas» y el chico le mira de una manera particular, como brillante, como feliz y le dice «Tú a mí también».

Definitivamente la inacción no va con él.

.

.

.


Notas de Autor.

Después de escribir noté la boludez que hice por el color de ojos de Kuroo, pero bah, supongo que el oscuro no se aplica sólo al negro. Ahre.