Moonlight

Changes

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¿Por qué nada resulta como quiere? Esa pregunta llevaba rondándole por la mente por más días de los que hubiera deseado y ya se está hartando, por eso es que decidió recurrir a la fuente más cercana, pues Derek se ha mostrado demasiado egoísta desde que pareció creer que algo malo sucedía con él, y por mucho que McCall le fastidie, es necesario que le pregunte. Luego del entrenamiento, el que por cierto fue muy estresante al ver a Scott presumir de sus repentinas e increíbles habilidades, se fueron a las duchas; como siempre los "hermanos caradura" hacen todo muy lento, por eso es que también aprovechó para saber qué tan ocioso se puede ser, descubriendo que en verdad se trata de un par de perezosos en toda la extensión de la palabra, a veces ni siquiera comprende como Stiles lleva un buen promedio.

-¿Te espero? –Danny le interrumpió luego de que se mantuvo concentrado en los movimientos de los otros dos.

-No, no… tardaré un poco más, si quieres adelántate. –le dijo a su mejor amigo, sonriendo con el cariño que siempre le ha demostrado y la verdad es que así es, él ha sido fiel y leal en muchas ocasiones, por eso es que lo tiene en tan alta estima y duda mucho que alguna vez intente hacerle daño, de hecho, lo considera entre sus principales protegidos.

-Vale. –respondió Danny que pronto se retiró, observó a Stilinski marcharse detrás de su mejor amigo, lo que no comprendió ya que casi nunca se separa de Scott, pero por suerte eso es lo que necesita, tenerlo solo a él. Apresuró sus movimientos y tomó su bolso. Justo cuando McCall estaba por salir, atravesó su brazo en la puerta y lo miró con contundencia, el otro solo pudo rodar los ojos.

-Necesito hablar contigo. –fue lo primero que dijo, mostrándose menos hostil y con una voz neutral, de momento no tenía la necesidad de gritarle, aunque prevé que en algún momento tendrá que hacerlo, ese chico suele exasperarlo muy rápido.

-¿Y qué te hace pensar que yo quiero hacerlo? –cuestionó, mostrándose igual de sarcástico que siempre.

-Bueno, me has esperado. –afirmó. –Vamos, ¿crees que no noté que sabes que necesito hablar contigo? –el otro mostró un rostro aparentemente sorprendido que pronto se transformó en uno de indignación.

-No estoy tan necesitado Jackson. –respondió, intentando salir, pero siendo de nuevo detenido por éste. –En serio, hay muchas cosas que debo hacer y perder el tiempo contigo no es una de ellas. –su rostro se notó cada vez más fastidiado.

-Seguro que reprobar es una de tus grandes actividades. –respondió el castaño, mirándole con sarcasmo. –Necesito tu ayuda. –tuvo que mostrarse un poco débil para convencer al otro, aunque la mirada que le dio fue por completo de burla.

-Así que eres tú el que me necesita, mejor ve a con Derek, el tal vez pueda complacerte mejor. –no le sorprende que se muestre tan hostil, jamás han tenido una relación sana, ni siquiera como compañeros de clase.

-Así que lo sabes. –habló, dejando de lado las buenas palabras y encarándolo con mayor efusividad. –Pues sabes, no funcionó, no ha pasado nada conmigo, ni siquiera un mísero cambio… no tengo fuerza, ni agilidad, ni siquiera sentidos más agudos. Nada. –habló de manera exasperada, casi escupiéndoselo al otro a la cara. –No entiendo qué pasa, se supone que ya debería tener tus habilidades. –entonces el rostro del moreno dejó de ser rudo y se mostró condescendiente.

-¿Lo dices en serio? –el otro asintió. –Yo comencé a sentir los cambios casi inmediatamente, a estas alturas tú ya deberías sufrirlos. –le miró de reojo y el entrecejo fruncido, como si estuviera frente a una examen de química, de esos que el profesor Harris muy amablemente le hace reprobar.

-Derek dice que mi cuerpo pudiera rechazar el virus. –siguió diciendo, como si de pronto pudiera tener una charla civilizada con Scott, lo que no notó de momento, sencillamente que no estaban sucediendo las cosas como se supone las había planeado y eso le preocupa.

-Cada cuerpo es diferente, quizá aparezcan de otra forma o en más tiempo. –la frustración en el rostro de Jackson fue un poco conmovedora. –Tal vez pueda ayudarte. –agregó, creando un esperanza para el más alto. –Te espero esta tarde en el bosque… yo te encontraré. –esas últimas palabras se le hicieron curiosas, pero no comentó nada, solo se hizo a un lado, dejándolo salir.

Fue así como salió de la escuela, directo a su auto, su molestia por tener que pedir ayuda al que siempre ha considerado su némesis no fue menor, al contrario, hasta suspiró por tener que rebajarse a pedirle ayuda. Pero todo tiene un fin, si consigue tener sus habilidades, entonces podrá darle la lección de su vida y ya no temerá a su súper fuerza, porque debe admitirlo, enfrentarlo como simple humano jamás fue una opción. Arrancó el auto y estuvo a punto de echar en reversa cuando la imagen de un chaval detrás los hizo frenar en seco.

-¿Qué rayos? –miró por el espejo retrovisor una vez más pero aquel chico desapareció. –Justo lo que necesito, alucinaciones. –se dijo a sí mismo, poniendo en marcha una vez más la reversa. En cuestión de minutos ya estaba en las calles de la ciudad, directo a su casa, seguro se encontraría con Scott muy pronto, después de comer. Al llegar a casa sus padres le esperaban ansiosos para la comida, un hecho muy raro y poco habitual, pero al que correspondió con toda la naturalidad que se supo, aprovechar a los padres adoptivos no es algo de lo que deba avergonzarse, eso aunado a que lo han tratado muy bien.

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Estacionó su auto en medio del bosque, por suerte el camino de tierra no es tan pedregoso como para no usar el porsche hasta ahí. Una vez que estuvo en tierra su mirada buscó por todos lados a Scott, pero no lo vio por ningún lado. Avanzó sin rumbo fijo, solo adentrándose entre los árboles, escuchando sus pasos con facilidad debido al ruido de las hojas quebrándose bajo sus pies; avanzó por varios minutos, mismos que se le hicieron largos por su necesidad de encontrar respuestas a sus dudas, en algún momento la idea de que Scott solo se hubiese burlado de él se le vino a la cabeza, logrado que en su cien se marcara una vena de enfado.

-Esto me lo pagarás caro… -murmuró.

-¿Sí, cuánto? –brincó del susto al escuchar a Scott a su lado, apareciendo por detrás de un árbol, sonriendo cínicamente y acercándose como si nada. –Te he observado desde que llegaste. –le dijo, parándose enfrente de él, con esa pose tonta y las manos dentro de los bolsillos de su chaqueta.

-Sé que tienes una rara obsesión por mí, pero eso no significa que puedas hacerlo sin consultarme. –respondió, rodando los ojos pues siempre es lo mismo con él, no hay segundo que estén juntos y no traten de ser sarcásticos, fastidiosos o gilipollas en todos los sentidos.

-Como digas. –desdeñó sus palabras. –Empecemos. –empezó a rodearlo de una manera un poco rara, pero Jackson no dijo nada, solo lo miró y dejó que hiciera lo que quisiera. –Cierra los ojos. –eso le provocó levantar una ceja más de los normal. –Solo hazlo. –obviamente la palabra "gay" vino a su mente por sí sola por la forma en que empezó Scott a hablarle, pero no dijo nada, accedió sin más. –Trata de percibir todo a tu alrededor, deja de pensar. –respiró un poco y movió un poco la cabeza a los lados, centrándose lo mejor que pudo. –Pon mucha atención a tu sentido del olfato y oído. –buscó la manera de hacer lo que le decía, pero no podía.

-Tal vez si dejas de caminar a mí alrededor pueda hacerlo. –habló con molestia, pero logrando que el otro hiciera caso y de pronto dejara de escucharle. El tiempo dejó de ser importante, su mente trató poco a poco de concentrarse en lo que Scott sugirió y de un momento a otro algo cambió, los olores, los ruidos, todo parecía más concentrado y fuerte. El viento pasando a su lado se escuchó como el sonido de olas en el mar y al mismo tiempo le traía olores nuevos y diferentes, en algún momento hasta percibió la respiración de McCall, todavía frente a él.

-Los arboles… huelen distinto. –fueron sus primera palabras luego de al menos diez minutos.

-Los has detectado, hay al menos tres especies de árboles en este bosque. –el castaño sonrió con satisfacción a las palabras del chico, por primera vez se sintió contento por algo que le decía. –Sigue. –habló con suavidad Scott, tratando de no romper su concentración. Su mente volvió a total relajación, ya ni siquiera le importó estar de pie sin moverse un centímetro, pues de alguna forma empezó a buscar ruidos extraños en la lejanía, el viento se los empezó a traer tan pronto como descubrió cómo hacerlo.

-Unas pequeñas pisadas. –habló, agudizando un poco más su sentido. –Un animal pequeño, un zorro quizá. –dijo, frunciendo el entrecejo por no comprender bien de qué animal se trata.

-Bien… -habló Scott. De pronto sintió un fuerte empujón que rompió toda la armonía que hubo conseguido, al abrir los ojos se encontró con McCall que le miró con determinación. -¿Qué coño haces? –pero un segundo empuje sobre su pecho lo hizo trastabillar, pero no cayó, se sostuvo como pudo. -¿Intentas probar algo? –preguntó, creyendo que tal vez se trate de otra de sus pruebas, pero no le habló, solo se atrevió a soltarle una bofetada.

-¿Te molesta? –preguntó el moreno, sonriendo con burla, provocando pronto el enfado en Jackson, quien intentó regresarle el golpe, pero el otro se movió con rapidez y lo evitó sin contratiempos. –Vamos, ¿es que no puedes golpearme co-capitán? –el sarcasmo no es algo que pueda soportar, menos viniendo de él. –Yo debería ser capitán, porque tú solo eres un simple humano. –habló otra vez, aunque ahora sí que comenzó a provocarle exasperación.

-No te atrevas Scott. –le advirtió, levantando el dedo índice y señalándolo con amenaza. El moreno solo volvió a golpearlo, logrando que el calor del coraje siguiera aumentando; los insultos aumentaron, acompañados de más empujones y bofetadas. Jackson no aguantó mucho tiempo y luego de formársele un nudo en la garganta arremetió con todas sus fuerzas contra Scott. Fue así como sin saber cómo, sus brazos se fortalecieron y logró a enfrentarse al otro, el choque de sus cuerpos fue descomunal y uno al otro trataban de derribarse, el coraje de Jackson fue tal, que su mente empezó a darle vueltas y su único deseo fue romper en dos a su adversario.

Como un choque de titanes se enfrascaron en una aparente lucha grecorromana, en la que ambos trataban de tumbar a su enemigo, pero ninguno tenía la suficiente fuerza para hacerlo, Jackson pudo ver los ojos de Scott brillar de color amarillo, el típico cuando trata de convertirse en hombre lobo, pero por mucho que eso lo intimidara, su deseo de arrancarle la cabeza creció. Cuando creyó que estaba por vencer a su oponente un giro sorpresivo de la situación y con un movimiento muy audaz por parte de McCall al poner el pie de manera que no evitara caer al suelo dio por terminado el choque de fuerzas.

Así fue como se encontró debajo de Scott, con la respiración muy agitada y los brazos por sobre sus hombres, aun sostenidos por la brutal fuerza del moreno, intentó moverse pero no logró hacerlo; pudo percibir que el agotamiento de éste, con sus ojos todavía de color amarillo y la presión en sus muñecas sin disminuir, entonces cayó en la cuenta, pudo detenerle. Poco a poco fueron bajando el ritmo de sus respiraciones, la calma llegó a sus mentes y la cordura les hizo darse cuenta del gran avance.

-Pude hacerlo… -soltó Jackson, sonriendo un poco, mirando a Scott no como un enemigo, sino como un aliado o algo por el estilo, sin embargo, algo no fue bien. La mirada de Scott seguía centrada en la de él. -¿Qué pasa? –preguntó, mirándole un poco confundido.

-Tus ojos brillaron. –soltó el moreno, aun sin perderle de vista. –Fue un azul muy intenso, más que el de Derek antes de convertirse en el alfa. –eso satisfizo al recién hombre lobo que sonrió victorioso, a pesar de ello Scott no se quitó de encima. –No puedo evitar…

-¿Evitar qué? –cuestionó, pero casi se arrepiente al ver como Scott empezó a acercarse demasiado a su rostro. –Tú intentas… -no termino de hablar cuando sintió los labios de su supuesto enemigo sobre los suyos, estuvo por darle un fuerte empujón y quizá hasta partirle la cara, pero de manera que ni él mismo comprendió, los labios de Scott le parecieron inusualmente suaves e inevitablemente empezó a corresponder. Al principio presintió que hacían mal al besarse de esa manera, no solo porque son dos chicos, lo que por cierto no es el verdadero problema, sino porque se supone que ambos son rivales, no pueden tener un contacto de ese tipo bajo ninguna circunstancia.

Cuando llegó el momento de separarse sus miradas se volvieron a encontrar, pero esta vez se veían completamente normales, los labios de ambos estaban ligeramente rojizos, aunque de hecho el beso no fue tan intenso, solo una serie de movimientos bastante delicados, como si en ellos hubieran entregado algo más que solo pasión. Para los dos fue un vuelco en el corazón darse cuenta de a quien habían besado, pues detrás de ellos, en su historial, jamás en la vida llegaron a imaginar tal cosa. Jackson supo a partir de ese momento que algo en él cambió, no solo las cualidades de ser un hombre lobo, sino su idea sobre Scott, que repentinamente tenía un atractivo muy peculiar. Jamás ha negado su bisexualidad, pero tampoco se ha permitido tener sentimientos por algún chico, ni siquiera por Danny que alguna vez le confesó su amor. Ahora todo parece diferente.

-Yo… -fue Jackson el primer valiente en decidirse a hablar, pero no le dio tiempo para decir algo más, pues el moreno se levantó como rayo y sin esperar a mediar conversación, lo cual sería un tanto ilógico, salió corriendo a toda velocidad de ahí. -¡Scott! –gritó el castaño, su idea en ese momento fue la de aclarar aquello, que tal vez fue un simple error o un hecho casual sin importancia. Se levantó y se sacudió las hojas que tenía pegadas en su ropa, después intentó ir tras su… ¿amigo?, pero no lo vio por ninguna parte, además, está tan alterado que ni siquiera pudo concentrarse para escucharle correr o al menos ubicarlo.

Decenas de preguntas se formaron en la mente del heredero Whittemore, pero ninguna tenía sensatez, todas parecían menos probables cada vez, porque no le daba sentido a lo sucedido, ni siquiera lo que motivó a Scott para que se atreviera a besarlo. Pensó incluso que el moreno debe estar mucho más confundido, pues hasta donde sabe jamás ha mostrado algún signo que evidencie su interés por los chicos, por mucho que fuera un tanto débil y sumiso antes de tener los poderes de un hombre lobo, jamás demostró signos homosexuales. Fue hasta su auto y salió del bosque lo más pronto posible, ahora mismo presentía que las cosas estaban por dar un giro sin precedentes.

Continuará…

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Pues bien, desde hace semanas que tenía por comenzar un fic de esta serie, la que por cierto me encanta cada vez más. Tuve algunos intentos antes de esto, pero no me gustaron, por eso los borré, ahora me siento un poco más satisfecho y espero que de buenos resultados. Agradecimientos a quienes se toman el tiempo de leerme y dejar un review. Aclaración, ubiqué el comienzo de este fic más o menos en el principio de la segunda temporada. Debo decir que no estoy de acuerdo en que a Jackson lo hayan vuelto el kanima, por lo que no sucederá en mi historia. Saludos.