Predestinados

¿Señora mala suerte?

¡Maldición…!-era la quina vez que maldecía ¿y como no? Nunca ,pero nuca, en toda su vida, él había llegado tarde. Aniaga sitio y menos al colegio. Desde pre escolar él había tenido asistencia perfecta; no faltaba, tenia buenas calificaciones, bueno en deporte e incluso había sido premiado incontables veces. En otras palabras era perfecto.

Pero hoy tenía un examen a primera hora, y no cualquier examen, sino "el examen" de física elemental. Y aunque él era bueno en todo, odiaba a esa asignatura.

Y e aquí el problema. El famosísimo y prestigioso Instituto Konoha, reconocido incluso mundialmente por recibir, formar e integrar a los mejores; como hijo de empresarios, millonarios, famosos, realeza y uno que otro becado prodigio. Cerraba sus puertas a las 8 am, ni un minuto más ni un minuto menos, y si por esas casualidades un estudiante llegaba tarde queda fuera todo el día. Sumándole que si llegabas dos veces más fuera de hora, quedabas suspendido dos semanas. Y si había una cuarta vez, uno podía considerare expulsado del establecimiento.

Y él, el grandioso y perfecto Sasuke Uchiha llegaba tarde.

¿Y cual era la razón de su retraso? Pues, la señora mala suerte había decidido arruinarle toda la maldita mañana.

Primo su despertador se queda sin baterías, provocando que se levantara a las 7:10, aun así tenia tiempo de llegar. Pero su ducha se averió, ni una mísera gota de agua salía de a ella y tubo que ducharse en el baño de invitados.

Todavía seguía con tiempo de llegar. Pero por alguna razón su mochila no estaba por ningún lado, la había deja en su habitación como siempre pero ni rastro de ella, perdiendo así 10 minutos más.

A las 7.35 la encontrado en el garaje ¡No sabia como rayos había llegado ahí!

Se dirigió a su auto. Y como siempre que lo veía, le quitaba la respiración. Un jaguar XKR Coupé negro, que igualaba la piel de un puma. Con un diseño aerodinámico. Era tan provocador como las curvas de una mujer, y te impedía que le quitaras la vista de encima. Pero eran sus ruedas las que...que... ¿¡ Qué carajos!? ¡Su rueda trasera derecha estaba desinflada!

¡Dios! ¿Y en que diablos ira ? No habría tenido tiempo de cambiarla.

Y entonces escucho el ronroneo de un auto afuera, y sonrió. Conocía perfectamente ese sonido, el queridísimo auto de su hermano Itachi.

Había camino rápidamente, claro que no iba a correr, tenia su dignidad.

Lo visualizo estacionado en la orilla de la calle, frente a su lujosa casa. Y le hizo una seña con su mano mientras caminaba hacia él. En cuanto su hermano lo miro sonrió. Y si que había conocido esa sonrisa, era la diabólica. También levanto la mano pero, a contrario de él, en señal de despedida. Y Guiñándole un ojo salió a gran velocidad.

Se había quedo petrificado con su mano en el aire, lo única que se movía en él era, el palpitar de su corazón y el de la vena que había aparecido en su frente. ¡Maldito Itachi!

¡Se las pagaría, lo juraba! Cuando reacción se dirigió rápidamente a la acera. Y en cuanto había divisado un taxi, sin importar que, se paro en el medio de la calle provocando que frenara de golpe. Luego de recibir una fuerte reprimenda por parte del conductor, se dirigió al instituto. ¿Como era posible que el anduviera en taxi?

7:59 la gloriosas puerta de konoha se erguían a unos metros de distancia. Bajo del taxi entregándole un billete de 100 al conductor- ¡Quede se con el cambio!- Y sin esperar una respuesta del sorprendido taxista, comenzó a caminar.

Solo unos cuantos metro y llegaba. Camino más rápido. Pero cuando las puertas comenzaron a cerrarse antes sus ojos, le importo una mierda su dignidad y comenzó a correr a toda velocidad. Solo un poco más y ya eso seria todo solo un… pohmm! Las puertas se cerraron justo en frente de su nariz.

¡Mierda!- estaba perdido.

Él, el perfecto Sasuke Uchiha- ¡Mierda!- llego tarde.

¡Mierda!- por primera vez- ¡Mierda!- en su gloriosa vida- ¡Mierdaaaa! ¡llego tarde!.

Tiro de su lacio cabello azabache. Estaba realmente fastidiado. Tapo sus ojos con su mano derecha.

¿Que iba a hacer ahora?

El examen… realmente estaba perdido.

¡Dios! que alguien lo ayude. -¡Mier

¡MIERDAAA! – su insulto quedo por la mitad ya que alguien más había maldecido a su lado. La miro.

¡Mierda! si llego tarde de nuevo me suspenderán y es más esa vieja bruja de Tayuyá me castigara un mes… - la chica paro de golpe y se llevo una mano a la barbilla- ¡no!- dijo de repente-¡ un año entero !

Esa chica estaba loca. De remate. Hablaba sola, bueno él también había estado lanzando palabrotas pero no tanto como esa loca y lo que más le sorprendía era su color de cabello... rosa. ¿Se lo abra teñido?

Bueno, que más da. Ya era tarde, para ambos.

Lo mejor que podía hacer era regresar a su casa y armar una estrategia para justificar su falta de este día y…

-¡Bueno, que más da! Voy a tomar el atajo.

Paro en seco su retirada ¿Atajo? Esa niñata había dicho ¿Atajo?

Era imposible. Konoha era lo más parecido que conocía a una prisión. Toda una fortaleza impenetrable, cercas electrificadas, cámaras de vigilancia, vigilantes. Era claro que abría ese tipo de cosas. Después de todo hijos de gente muy importante asistía aquí, incluyéndose. ¿Como demonios iba a entrar?

Va a sonar la campana, mejor me apuro antes que suene la tercera- la chica giro a su costado contrario y comenzó a caminar

¿Atajo?- la palabra salió de su boca.

Esta era su salvación.

La chica paro, giro y por primera vez lo vio y él también.

Un escalofrió lo recorrió y su pecho se apretujo.

¡Ojos! Sus ojos eran de un verde jade brillante y lo miraban de una forma extraña. ¿Qué era esa sensación ?

¿Y tu quien diablos eres?- Sacudió su cabeza y la miro frunciendo el ceño.

¿Cómo no lo reconocía? Era demasiado popular en el instituto, por no decir el más popular, debería ser él quien preguntara eso ya que nunca la había visto. Bueno, se le hacia familiar pero no sabia a quien.

¡Hmp! Yo, soy Sasuke Uchiha- le salio de una manera tan orgullosa y altanera, provocando que la peli rosa frunciera su ceño.- ¡Y tu, me enseñaras ese atajo!- la mucha frunció más el ceño.

Lo siento, señor... Sanoke Uchita alias globo aereo de ego ¡Pero no lo conozco!

Al peli negro le salió un tic en el ojo izquierdo. Nadie, a exención de Naruto y su hermano, lo habían insultado de ese modo y menos cambiado su nombre a uno tan ridículo como ese.

¿Quien se creía esa estúpida niña?

La muchacha sonrió con altanería y Sasuke supo que esa chiquilla seria un problema. Un gran problema y le sumaria un dolor de cabeza.