#61

La relación entre Harry y Hermione continúa creciendo mientras continúan con su segundo año en Hogwarts; mientras tanto, Draco Malfoy planea su venganza. la Cámara de los secretos no será su único problema ésta vez. Segunda parte y traducción de 'Soledad|Loneliness' por el señor 'Piccolo999'.

Steps toward Something

Pasos hacia algo

"Y bien, Potter, ¿qué te parecería vivir conmigo?"

Y fue así, como Harry tuvo un hogar de nuevo, un hogar real, no era una familia ficticia, ni una casa de auspicio vana, y ciertamente no era un alienado hospital mental del gobierno. Las cosas no eran perfectas, ni cercanamente; pero al menos Harry sabía que Snape, de alguna forma, se preocupaba por él. Además de que el mago era una conexión con sus padres, no una pareja al azar que quisiese reclamar a un niño como suyo… -cualquier niño estará bien, solo denos uno, por favor…-

No, Snape era mucho más que eso. Exactamente que tanto más, Harry no sabía pero de eso se podía enterar después. Por ahora, solo se sentía bien ser querido.

Reflexionando en lo sucedido en el año anterior; él jamás se hubiese imaginado lo que sucedería; el que conociese a Hermione, alguien tan lastimado como él, aunque no de la misma manera; el que fuesen a unirse tanto, y el que finalmente fuese a tener una amiga real, y no imaginario como la serpiente hecha de fuego de sus sueños; sino una persona real de carne y hueso.

Estaba además, Hogwarts, la magia, el conocimiento… la escuela era algo que él jamás había experimentado de verdad, no al menos de ésta manera. Hogwarts había abierto su mundo no solo educacionalmente, sino físicamente; eso era algo que él jamás olvidaría, Hogwarts le había dado su primer respiro de libertad, algo que jamás imaginó poder tener.

Snape era la parte final. Exactamente como esa parte entraba en todo, era algo que aún tenía que averiguar. Alguien a quien le importase, un adulto, una figura paterna. Era como tener un padre otra vez,… o al menos eso era lo que Harry se imaginaba, mientras ya hacía recostado en la cama conjurada por Snape en sus cuartos.

Harry no recordaba a su propio padre, había visto su foto en algunos periódicos viejos de Hogwarts, lo había visto sonreír con sus amigos en algún juego de quidich; pero era hasta ahí hasta donde sabía sobre él. No podía recordar como olía, no podía recordar su rostro, además de lo que había visto en las fotos, Harry ni siquiera sabía si lo había cargado, seguramente debió haberlo hecho, pero por lo que Harry recordaba, era posible que no. Harry podía recordar a su tío Vernon más que a su propio padre, aunque desearía no hacerlo, esa era la triste verdad.

Sintiéndose incomodo, Harry se quitó las sábanas de encima, y se sentó en la cama, mirando la obscuridad que lo rodeaba. Una luz tintineaba en la pared opuesta, proyectando extrañas sombras. Harry miraba la luz, no estaba ni remotamente cansado; eran pasadas las doce de la noche y él no podía dormir; los pensamientos hacían remolinos en su cabeza, pasando de Hermione, a Snape, a su padre muerto, a su próxima visita a la casa de la calle de la Hilandera, e inevitablemente de regreso a Hermione. Pasarían dos meses completos para que la pudiese volver a ver, para cómo se sentía ahora, parecerían dos años. ¿Cómo podía esperar tanto? Ella era su salvavidas, su oxigeno…. Tenía que salir, estar ahí en la cama solo pensando no le ayudaba en nada. Necesitaba esa libertad de movimiento, algo que distrajera sus pensamientos… cualquier cosa…

La puerta de los cuartos de Snape se cerró tras de Harry.

Hogwarts estaba tranquilo mientras Harry caminaba por los vacíos pasillos; el piso se sentía helado en sus pies descalzos; en verdad no tenía idea de a donde se dirigía, solo caminaba sin rumbo, sin embargo, eventualmente, se encontró de frente a la oficina de Filch.

El siempre miserable celador de Hogwarts era notoriamente estricto; algunos dirían que evidentemente sádico. No sin ser la primera vez, Harry recordó sus días en el instituto psiquiátrico, recordó a las enfermeras y personal que por igual veían a sus pacientes como pequeñas molestias, con las que tenían que lidiar, en lugar de tener que ser cuidados. Había una mujer, una figura esquelética llamada señorita Harding, que parecía haber desarrollado un enfermizo placer al maltratar a sus pacientes, y Harry había quedado en una mala posición para con ella desde el primer momento en que estuvo a su cargo. A él lo habían aislado, sin razón evidente, amarrado a una cama, sin comida, y más de una vez, quemado. Recordó la quemadura de su cigarro, y sintió debajo de su camisa la cicatriz de lo que alguna vez fue su pezón izquierdo. Y que ahora era una masa deforme. Ella había puesto su cigarro ahí, en una noche en la que él estaba amarrado a la cama, mientras ella sonreía dulcemente todo el tiempo.

"Pensé que te gustaba quemar cosas." Recordó que ella decía, y él apretó los puños.

Quizá Filch jamás había hecho algo así, pero todos sabían que le gustaría hacerlo si pudiese.

Sonriendo de lado, Harry tomó el picaporte y pudo abrir la puerta sin dificultad. Filch seguramente pensó que era seguro dejarla sin cerrojo ahora que los estudiantes se habían ido; obviamente olvidó a Harry.

En la parte posterior de la oficina, toda una pared con cajones ocupaban toda la pared, en una placa se leía, 'Confiscado y muy peligroso'.

Curioso, Harry rebuscó entre los papeles.

Supo que pertenecía a él, en el momento que lo tocó; el pergamino 'lo llamó'. Lo sacó de entre los archivos, y lo abrió sobre el escritorio, al terminar de desdoblarlo, pudo leer un mensaje que decía:

-Lunático, Colagusano, Canuto y Cornamenta, maestros del desastre mágico, presentan con orgullo:

El mapa del merodeador-

Harry leyó el mensaje con confusión, lo leyó de nuevo, y el mensaje cambió, dibujando ahora líneas, para formar finalmente un mapa. Era impresionante, el mapa mostraba la localización de las personas en el castillo, pudo notar, cuando vio los nombre de Severus Snape y Albus Dumbledore en sus respectivos dormitorios.

Harry trazó las líneas del mapa con la punta de los dedos; aunque sabía los pasillos de Hogwarts como la palma de su mano, algunos pasadizos se le hacían extraños, por lo que o el mapa estaba equivocado, o él se había saltado algunos detalles.

Harry no había robado nada desde que Snape lo había confrontado, pero en ésta ocasión, no lo pensó dos veces para cerrar el mapa y guardarlo en el bolsillo.

*Notas de la traductora:

Bueno, gracias al lector de la primera parte que me avisó que ya estaba la segunda parte, de hecho, un poco después, el mismísimo señor Piccolo999 me lo avisó también.

Intentaré subir lo más rápido que pueda e ir solo un capítulo detrás del autor, pero no prometo nada. En éste momento, el autor tiene publicados ocho capítulos, por lo que subiré uno a la semana hasta el 7, o si el autor actualiza antes uno más. Muchas gracias a todos por seguir en ésta segunda parte.

Ya tenía seleccionada mi próxima traducción, pero aún no había comenzado.

Gracias a los lectores de la primera parte y a los que se unan…. -¡Lectores a mí!-

Llega un momento en tu vida en el que te das cuenta de que 'Harry Potter' no te pertenece. Y luego viene ese otro momento en tu vida en que te das cuenta de que ésta historia tampoco… para después despertarte y saber que Dragon Ball tampoco… ni 'Eso'… ni 'El pequeño Nicolás'… ni….