—¡Hey! ¿Qué te ocurre bichito? —preguntó Chat Noir a su Lady, al verla sentada en esa posición tan deprimente. Ladybug negó la cabeza que era sostenida con sus dos manos, sus codos presionados en sus rodillas.

—¡Soy un bicho raro! —exclamó Ladybug de la nada.

Chat Noir rió.

—¿Qué? —Mostrando sus dientes en una sonrisa extraña.

—Lo que escuchaste, estoy segura que piensa que soy rara. Una rara amiga... —dijo— Agh... —Desordenando su pelo, no quería oír esa palabra y ella misma se la decía. ¡Tonta!

—No me pareces que seas rara... —le dijo examinándola con la mirada— Ya me acostumbre que lleves ese traje moteado ceñido a tu cuerpo— bromeó, Ladybug se cubrió con sus dos manos su pecho, mirándola con sorpresa como se denotaba en sus ojos azules.

El gatito desvió la mirada un poco avergonzado por eso...

—Bueno... —Se recompuso la heroína. Mirando sus pies— Pero... si soy rara cuando estoy cerca de él. Tartamudeo y me tropiezo con mis pies —suspiró quejumbrosamente, moviendo los mismos— Bueno ahora ya no tanto... —dijo— creo...

—Eso no es raro.

—Eso es lo que dices, pero si me vieras... —Se fregó su pelo, una vez más— Actuó como una lunática. ¿Quién querría estar al lado de una loca?

Él rió.

—¡Yo! —se ofreció el minino. Levantando una mano, felizmente— No sería un problema porque yo ya estoy loco por ti —Añadió esbozando una sonrisa gatuna.

Ladybug no dijo nada, un poco avergonzada por esas palabras.

—Te asustarías... —añadió, a pesar de que nadie corrió luego de actuar de forma tan extraña, ella creía que algún día... tal vez lo harían.

Chat Noir negó con la cabeza.

—Nunca huiría de ti.

—¡Soy un bicho raro! —exclamó, de nuevo—...siempre me terminan pisoteando—Susurró sin que sea oído por el minino.

Sus ojos vacíos, recordando como Chloé encontraba las maneras de humillarla y que su torpeza reluzca más. ¡Era tan vergonzoso!

—Los únicos bichos raros que conozco son los que están en la boca de mi estómago, revoloteando cada vez que te ven.

Ladybug se sonrojó levemente.

—No intentes hacerme sentir mejor —sus ojos intentando no realizar contacto visual con el felino.

—Estoy diciendo la verdad —sonriendo—Para mí no eres un bicho raro —aseguró— Si debo clasificarte de alguna manera... eres un bicho en peligro de extinción.

Al escucharlo, Ladybug posó sus ojos azules en los verdes de él.

—Muy hermoso y único —repuso honestamente.

Ladybug sentía los latidos de su corazón cada vez más acelerados. Sentía que si hablaba iba a tartamudear como lo hacía en presencia de Adrien.

—¿Y que si eres torpe? —Preguntó— Si lo ves de otro modo, eso es adorable —refutó— Así que deja de pensar que eres un bicho raro. ¿Si, My Lady?

Ella asintió pensativa, sus mejillas coloradas. Chat Noir sonriendo, se sentó en cuclillas y cerca de su rostro. Dijo: "Recuerda, si eres algo... eres mi bichito" Al decir esas palabras, se levantó como si nada hubiera pasado y se dio la vuelta, estirando sus brazos mientras observaba la torre Eiffel desde allí.

— ¿Vamos a comenzar el patrullaje?

Ladybug teniendo un rubor, no contestó mientras miraba su ancha espalda y sus cabellos rubios mecerse por el viento, olvidándose del monumento. Sin poder creerlo; porque a pesar de que ahora no creía que era un bicho raro. Comenzar a sentir como bichos revoloteaban en su estómago al solo observar a su compañero, eso, ya de por si era raro.