Capítulo 1. Introducción a la aventura.
Una niña de 11 años, de mediana estatura, y con el cabello largo y de un rojo cenizo, pregunta a una mujer de aspecto descuidado la entrada al expreso Hogwarts. Y, resulta que la señora acababa de dejar a sus hijos ahí, le explica cómo. La niña, con su inocencia dibujada en el rostro, le agradece, y, mirando hacia todos lados, entra después de un chico atractivo al andén 9 3/4. Cuando iba a entrar al tren, se maravilló de lo que vio: un gran expreso imponente, color escarlata, cuya leyenda escribía: Hogwarts Express.
Ya faltaban menos de 5 minutos para partir, cuando ahí tropieza con una niña de ojazos de un tono grisáceo, un poco alta, tez clara y cabello lacio un poco debajo de los hombros de color rubio.
-¡Oh, lo siento muchísimo!- se disculpaba la niña pelirroja ayudando a levantar las pertenencias de la rubia.
-Ah, no te preocupes. –tranquilizó la niña con una sonrisa a la otra muchacha.- ¿Cómo te llamas?- le preguntó la chica a su interlocutora.
-Lily Evans- le respondió ella con una sonrisa, y levantando la mano para estrecharla.- ¿Y tú?
-Claire. Claire Milenks. – acto seguido, estrechan sus manos de forma amistosa.
-Mucho gusto. ¿Subimos al tren?
-Sí, nos están ganando los compartimientos. – exclamó Claire asustada, como si conociera exacta la situación de cada año del expreso.
Las dos niñas subieron juntas al tren, y volvieron a tropezar, pero con una persona de aspecto muy desagradable.
-¿Nuevo?- le pregunta Claire medio nerviosa y ayudándole a recoger las pertenencias de éste.
-¡Sí! ¿Y a tí qué te importa? – exclama él con aspecto enfadado, como si sentir a un ser humano común lo llenara de repugnancia.
Cuando él dirigió la mirada hacia ellas, casi se mueren del susto: Era terriblemente feo, de pelo que parecía reclamar a gritos una lavada y con una nariz de forma de las de águila. Por su aspecto de piel amarillenta ni parecía nuevo, ni siquiera un estudiante. Más bien, le daba un aspecto de persona enferma.
-¡Quítate de en medio!- le espetó éste a Lily.
Las dos lo vieron alejarse, y, al volverse a su compartimiento, Claire le pregunta a Lily:
-Qué geniecito se carga, ¿no crees?-
-Sí- le respondió la pelirroja. –Pero, ¿sabes? Será mejor no hacerle mucho caso.
Ya cuando se introducen al compartimiento y terminan de acomodar los pesados baúles, asegurándose de que no cayeran y en una de ésas las aplastaran, Lily le saca más plática a la otra niña, con la pregunta de rigor:
-¿Vienes de una familia de magos?
-Soy mitad y mitad.
-¿Cómo? ¿Es que acaso se pueden juntar una persona común con un mago?
-¡Claro! Mi padre es mago y mi mamá muggle.
-¿Muggle? – pregunta la ojiverde confundida.
-Sí. Son las personas comunes, como tú las llamas.
-Oh! ¿Y yo qué soy? – le pregunta Lily aún más confundida a su amiga.
-Bruja, por que naciste con capacidad para hacer magia. – explica Claire como quien no quiere la cosa.
-¿Y cómo es que mi hermana mayor no le hayan enviado una carta?
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Un niño de ojos castaños, pelo revuelto y con anteojos, aunque con un físico muy atractivo, observaba cómo el paisaje cambiaba mientras avanzaban, y, sintiendo lo solo que estaba en esos momentos, decide salir para conocer amigos. Y, en eso, entra el mismo chico bonito que vio Lily al llegar en el andén.
-¡Hola! ¿Nuevo? – le preguntó el chico que entró al compartimiento, sentándose cómodamente en el sillón del lugar.
-¡Sí! – exclama el castaño como pensando en entablar una amistad en ese momento. (N/A: Niños... qué ternura!) -¿Cómo te llamas?
-Sirius Black. ¿Y tú?
-James Potter.
-Mucho gusto. – exclamaba Sirius. Él era un niño demasiado atractivo, con un color de piel pálido, pero su cabello color chocolate y sus enormes y saltones ojos grises lo compensaban.
-Por cierto, ¿Cuáles son tus gustos? Digo, para conocernos más.- le pregunta Sirius, guiñándole un ojo.
-Bromas. Me encanta hacer bromas.- responde James con aire soñador y con una sonrisa.
-¿Cómo?- Sirius abrió los ojos, que exclamaban emoción.-¡A mí me encanta realizarlas!
-¿¡Sí? ¡Pues seremos grandes amigos!-le respondía James sacándole la lengua. Se subió en el asiento para abrir su baúl, y, sacando una bolsa grande de ahí, le dijo. –Mira, aquí tengo algo que traje de Zonko. ¿Sí sabes de esa tienda?
-Claro, yo soy mago. Me imagino que tú también.
-Lógico.
-Sí, traigo algo yo también. Lo usaba para hacerle bromas a mi hermano menor Regulus. Me cae tan mal…
-¿Por qué? – preguntaba James mirándolo con cierto aire de confunsión y molestia, por que siempre había pensado que un hermano era lo mejor del mundo y que si él lo tuviera jamás lo desaprovecharía.
-Por que es igual que mis papás. Piensa, con tan sólo 9 años, que los magos no deben mezclarse con muggles, y que deben acabar con los que lleguen a saber algo de la existencia de nuestro mundo o vayan a Hogwarts. – explicaba el chico interpretando bien el rostro de James.
-Es terrible. – Ahora sí James había comprendido el porqué del repudio de Sirius a su hermano. Tener un hermano así sería lo peor que pudiera pasarle.
- ¿Sabes? Espero quedar en Gryffindor, no en Slytherin como toda mi familia. Mi tatarabuelo o algo así, Phinneas Niglle o como se llamaba, fue director de Hogwarts. Fue uno de los peores tiempos de la escuela. Pero, en fin, ya basta de hablar de mí. ¿Qué me cuentas de tí?
-Voy al grano. Mi familia es una de las más ricas del país y no hay nada oscuro escondido. Yo también espero quedar en Gryffindor.
-¡Mi vida sería mucho mejor si viera cómo es la tuya! Pero lástima que ni el mejor hechizo los haga cambiar en alguna manera.
Ahora le toca el turno al desagradable del "chico" (si se le puede llamar así) de nariz ganchuda:
-Esto es mucho menos de lo que esperaba. (Ay chulo pues qué querías?) Tendré qué mezclarme con sangres sucia . No sé por qué dejé que me mandaran aquí. Ojalá pertenezca a Slytherin. Si me quedo en Gryffindor tomo el tren de regreso, y tanto peor en Hufflepuff - se decía a sí mismo ese chico, que en realidad se llama Severus Snape. (le pinta excelentemente el nombre)
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Una chica de aspecto tímido se asoma al compartimiento donde van Clara y Lily. Era una chica morenita, pelo rizado, de estatura regular, y anchos labios, de un color rojo especial.
-¿Puedo entrar?- pregunta la chica con mucha pena.
-¡Claro! - le respondió Claire señalándole un asiento vacío - ¿Cómo te llamas?
-Ashley Simmons - les contestó sonrojándose.
-Nosotras Claire Milenks – señalando educadamente a la primera - y Lily Evans. - le responde ésta última con una sonrisa.
-Mucho gusto- les respondió Ashley, sintiendo más confianza.
-¿Quieres?-le ofreció Lily, mostrándole un pastel de caldero y una rana de chocolate.
-Claro, a quién no le encantan. Muchas gracias- le responde Ashley, tomando las golosinas.
-¿De qué tipo de familia vienes?-le preguntó Lily
-De magos. – Y, como queriendo alargar la conversación cambiando la costumbre: -Por cierto, ¿ya han leído la Historia de Hogwarts?
-No, creo que yo jamás terminaría de leerla- comentó Claire con cara de aturdimiento.
-Yo voy en la página 366.- le respondió la pelirroja después de tomar un poco de jugo muggle de manzana que llevaba, sin ver las caras anonadas de las dos niñas. Sin verlas (más bien no se dio cuenta), prosiguió:
-¿En qué casa esperan quedar? Yo en Gryffindor, creo que es la mejor.- comenta Lily con cierta emoción dibujada en su rostro salpicado de pecas.
-Yo también - aseguró Claire.
-Mi familia quiere que quede en Ravenclaw, como ellos- comentó Ashley desanimada, agachando la cabeza.
-Eso, depende de la decisión de cada quien que lo llevará a cada casa.- Con este comentario de Lily, Ashley se animó un poco más.
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-Vamos a vestirnos con el uniforme, ya va a parar-les señaló a James y Sirius un muchacho alto, pelo castaño claro y piel clara. Los encontró devorando todos los dulces que habían comprado con la señora del carrito. Mirando aquello, el muchacho alto les aseguró.
-Si siguen comiendo así les dará una fuerte indigestión al llegar al castillo.
Los dos muchachos ríen, y el jovencito también. Al verlos le dio cierta seguridad.
-¿Eres nuevo?-le preguntó Sirius con interés, e intantando calmar un poco su risa.
-Sí.- les respondió el muchacho, ya calmada la risa. - Soy Remus John Lupin - les dijo estirando su mano para estrecharla con la de los otros chicos - ¿Y ustedes?
-Siruis Black - dijo éste correspondiéndole el saludo.
-James Potter – respondió dándole el saludo.
-Mucho gusto. Bueno, vamos a ir a ponernos el uniforme, por que ya vamos a llegar.
James, Sirius y Remus fueron a cambiarse, cuando tropezaron con tres chicas que ya iban a vestidas con el uniforme de Hogwarts. (N/A: No me zapeen, por ser algo telenovelero, lo pensaba, y así podría quedar mejor.)
-¡Fíjense por dónde van! - les reclamó Claire molesta, viéndolos como si estuvieran locos.
Pero James no oía. Sólo se quedó viendo a Lily y ésta a él.
-Hola. ¿Nueva? - le preguntó James a Lily mientras la ayudaba a levantarse.
-¡Sí!¿Y qué más da? - le gritó Claire de forma altanera.
Ashley se quedó viendo a Sirius, admirada de ver a una belleza, mejor dicho, chuleada de niño, pero éste no le hacía ni el menor caso.
-Bueno, ya nos vamos, ¿no? - le preguntó Sirius a James y a Remus.
-Sí, ya nos vamos - le dijo James sin dejar de ver a Lily. Se hallaba como en un estado de embobación, y la miraba con los ojos chispeantes.
-Bueno, ya fue todo. ¡Vámonos! – Y Claire agarra a Lily y a Ashley por el brazo, arrastrándolas.
Las tres se van, siguiendo a la rubia, y James dice:
-¡Pero qué bonita!
-Ya, James, olvídalas, son unas majaderas.-le dijo Sirius viéndolas irse.
-Miren, ya paró. Vamos por nuestras cosas.- les apremió Remus. Rápidamente sacaron sus baúles, y los tres se reunieron al salir del expreso.
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Cuando James, Sirius y Remus salieron del tren casi se caen del susto al ver a un hombretón de unos 35 años de edad, igualmente Lily, Clara y Ashley con la misma reacción.
-¡Los de primer año, síganme por favor!-
Los niños que entrarían a primero siguieron al gran hombre (y no por gran obra), y les dijo en voz alta para que todos oyeran:
-¡Esto es Hogwarts!
Todos exclamaron ruidos de emoción, sorpresa y maravilla.
Y la descripción ya se la saben, pero la repito: un gran castillo de aspecto majestuoso, con hermosos paisajes y terrenos alrededor, se mostraba imponente ante los nuevos, mostrando su presunción.
El hombre les pasa las pequeñas canoas para que vayan de cuatro en cuatro por el lago. Lily y sus nuevas amigas van junto a un niño menudo de aspecto triste, y James, Sirius y Remus van con Severus Snape. Éste mostraba un aspecto inmutable que de verdad daba miedo.
Logran atravesar el gran lago con éxito, y desocupan los botes para ingresar al castillo. Cuando entran, ven a una bruja joven de aspecto regañón. A los niños les inquietó la presencia de la mujer enfrente de ellos, pero cuando exclamó palabra alguna, se dieron cuenta del error que habían cometido al juzgarla interiormente.
-Los de primero, ¿es así, Hagrid? - pregunta la profesora, como dudando de algunos niños.
-Sí, profesora McGonagall.-respondió Hagrid, llamado el gigante por todos los niños.
-Está bien. Gracias. – Esperó a que Hagrid se retirara, y, volviéndose hacia los nuevos, les dijo:
-Bienvenidos a la Escuela Hogwarts de Magia y Hechicería, señores y señoritas. Antes que nada, les anuncio que antes de la cena de Inicio de Curso, se efectuará una Ceremonia de Selección para colocar a los alumnos en sus respectivas casas, que son Gryffindor, Hufflepuff, Ravenclaw y Slytherin. Ésta se mostrará con una prueba, enfrente de todo el alumnado, donde se determinará su capacidad y carácter ante lo que toque.- Hubo rostros de varios niños llenos de pánico, ¡enfrente de todos! - Y también les digo que a los alumnos brillantes se les concederá puntos a su casa, y a los que hagan alguna infracción de las normas, los perderán. Al finalizar el año, se concederá la Copa de la Casa, que será para la casa que haya obtenido más puntos. Esperen aquí, por favor. - Lo dijo todo muy rápido, haciendo énfasis en lo de los puntos, pero se le entendía.
Después de unos minutos, llegó la profesora McGonagall y les indicó el camino que seguirían para arribar al Gran Comedor. Todos los niños y niñas se sorprendieron de aquella maravilla: grandísimo, iluminado de forma presuntuosa con un techo que parecía al aire libre.
La profesora McGonagall los puso alrededor de un pequeño taburete que tenía un sombrero viejo, y el sombrero empezó a cantar así:
Hoy es un día muy importante
Para
los nuevos magos que
Hogwarts formará:
Con sus planes
de enseñanza
Harán este sueño realidad.
Pero
lo realizarán por separado,
Ya que depende de su carácter
y
personalidad:
Serás de Gryffindor si eres
Valiente,
educado y caballeroso
De Ravenclaw si eres de gran inteligencia
Y
si todo se puede lograr
Con el uso de la glacial lógica.
O
Hufflepuff si defiendes
La justicia y la honestidad
a capa y
espalda.
O de Slytherin,
Donde usan cualquier medio
Para ser
los mejores.
No me tengas miedo,
Ya que yo te diré
Tu
camino correcto,
Ya que soy el Sombrero Seleccionador
De la
gran escuela Hogwarts de Magia
Y Hechicería.
