Capítulo 1 - Z de zombie

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¿Marinette una zombie?

Sí, señor…

Por mucho que adore y estime a mi querida mariquita, nadie le va a quitar que sea una zombie…

Sobre todo si nos referimos a la hora de levantarse todos los días de la cama…

-¡Adrien ayúdame!

-¿Otra vez Tikki?

Apenas la había despertado hace media hora mientras iba a preparar el desayuno para ambos. Y conociendo su costumbre de aferrarse a la cama el máximo tiempo posible, cada cinco minutos, comprobando la hora en mi reloj de pulsera, la había llamado para que se terminara de alistar y viniera a tomarse conmigo la primera comida del día.

Hoy precisamente era el primer día que volvíamos a ir a trabajar después de nuestro tiempo de relax y vacacional tras la boda. Durante aquellos días no había hecho más que disfrutar de su compañía y consentirla en todo y más que pudiera. Pero ya era momento de volver a la rutina, y en menos de una hora debíamos estar ya en las instalaciones Agreste.

-¡No me hace caso!

-¡Está chica duerme como un tronco! Y yo que pensaba que Adrien cuando era joven era de dormir a pierna suelta. Pero lo de esta chiquilla es insuperable.

Escuché las réplicas de los kwamis al entrar de nuevo a la habitación con los brazos en la cintura y apoyando mi espalda en el marco de la puerta. Todo estaba listo en la mesa del comedor. Lo único que faltaba era la "señora Agreste".

-Tranquila Tikki. Ya me encargo yo de despertarla. –Suspiré resignado pero alegre mientras veía dormir a Marinette tan apacible en el lecho y ausente de todo.-Id al comedor si queréis vosotros ya. He dejado un plato con galletas para ti, Tikki.

-Gracias Adrien.-Dijo dulcemente la kwami terminando de acomodar unos mechones rebeldes sobre el rostro de su portadora. Después se acercó hacia mí y en agradecimiento se frotó con cariño contra mi mejilla antes de marcharse.

-¿Y para mí no hay nada?-Reclamó Plagg observándome escrutador.

-¿Lo dudas?-Reí ante su mirada recelosa.- Claro que ahí. Ayer me llegó un queso fresco suizo solo para ti. He dejado un trozo para que lo degustes junto a Tikki, pero no te pasees con él por toda la casa. Sabes que luego deja mucho olor.

-¡Oh gracias Adrien! Aunque enserio no acabo de entender esa regla de no pasearme con mi adorado queso. –Terminó quejándose como siempre.-En tu habitación lo hacía antes y no había problema.

-Pero ya no estás en mi habitación Plagg-Justifiqué.-Ahora estamos conviviendo con Tikki y Marinette y tienes que entender que no a todo el mundo le gusta el aroma de este. Y créeme. No sé cómo he aguantado yo tantos años con ese tufo acompañándote.-Manifesté divertido tocándole la frente con el dedo índice.

-¡Bah! No sabéis apreciar el buen gustó.-Terminó replicando mi kwami, pero también con una sonrisa divertida al final.

-¡Plagg! ¿Vienes?-Llamó Tikki desde otro lugar de la casa.

Tras esto, mi kwami se fue volando tras Tikki y me quedé nuevamente solo en la habitación con mi chica…

…con mi mujer…

…mi esposa…

¿Quién lo hubiera imaginado tras conocernos de una manera tan patosa hace años siendo unos adolescentes e intentando aprender ser héroes?

Con un par de pasos me acerqué al filo de la cama de matrimonio y me senté junto a ella empezando a acariciar y desenredar su melena azabache. Su respiración era profunda y me resultaba graciosa verla poniendo morros mientras soñaba.

Durante estos días de luna de miel, más de una vez me había quedado contemplándola mientras dormía. Y realmente era una maravilla. Sobre todo…

-Adrien…

…cuando decía eso… cuando susurraba mi nombre en sueños…

Solo provocaba que me enamorara más de ella.

Me incliné un poco y le besé la sien durante unos segundos con suavidad. Sabía que con eso no lograría despertarla. Fuera lo que fuera que estuviera soñando, me apenaba tener que interrumpirla ahora que sabía que era relacionado conmigo.

-Princess…

-Mmmmnn…

-My lady…

-Chaton… No molestes y céntrate en el akuma...

Reí inevitablemente ante sus últimas palabras en sueños y tuve que tapar mi boca para evitar soltar una carcajada. Aquello era tan propio de ella y de mí que no me extrañaba nada.

-Marinette cielo… Despierta…-Dije esta vez meneando su hombro un poco.

-Mmmnnn…Cinco minutos más mamá…

No quería ser malo y tener que recurrir a métodos drásticos para lograr despertarla… pero, ¿qué podía hacer? ¿Pegarle un susto? Si le gasta una broma y se levantaba de malas luego la tomaría conmigo, y no era la mejor forma de empezar el día.

¿Qué otra solución tenía?

Quizás…

¿Y si la sorprendía pero con algo agradable?

Con una sonrisa pícara se me iban pasando por la cabeza varias de las ideas que se me habían ido ocurriendo y que había experimentado con ella durante los últimos días a solas… ¿Debería?

Pese a que me encantó la idea mientras dibujaba con mis pulgares el contorno de su rostro y de sus labios, tuve que menear la cabeza y borrar de mi mente esos pensamientos. Si no la lograba levantar realmente llegaríamos con retraso a la oficina.

Insistí de nuevo.

-Marinette, si no te levantas ya llegaremos tarde a trabajar.- Me acerqué a su oído esperando a que escuchara mis palabras-¿No querrás recibir luego preguntas incómodas de mi padre sobre a qué se debe el retraso de su mejor diseñadora y el de su mejor modelo?

-Tra..tra…traba…

Empezó a balbucear en sueños de nuevo y de repente, como si hubiera sido cuestión de suerte, recibí un mensaje en mi celular sobre la mesita de noche. La chica abrió los ojos como platos y se levantó con tanta rápidez y fuerza abrumadora que yo fui el que quedó tirado por el suelo y enrollado con las sábanas que la cubrían antes.

-¡Oh Dios mío! ¡Adrien! ¡Mira qué hora es! ¿¡Por qué no me levantaste antes?! Tengo que vestirme y aún no he desayunado.-Exclamaba sin aliento aún con los ojos entrecerrados y angustiada palpando dentro del armario en busca de qué ponerse.

-Lo hice Mari, Plagg y Tikki están por testigos. Pero no es culpa mía que el sueño te venza y se te peguen las sábanas.-Dije con una pequeña risa de fondo mirando el espectáculo que estaba montando en la habitación. ¿Cómo era capaz de encontrarlo todo a tientas y colocárselo aun con los ojos cerrados?

-¡No te rías Agreste! ¡No es divertido!

-De una manera o de otra te ibas a acabar molestando conmigo por levantarte.-Dije sonriendo y con postura resignante alzando hombros y brazos.- ¿De quién fue la idea anoche de quedarse hasta tarde "jugando" cuando empezábamos a trabajar hoy? Mía no.-Reí mientras le besaba la mejilla con intención de dejarla en paz en la habitación para que terminara de arreglarse.

-¡Qué yo sepa tú no te negaste, chaton!

-Un gato nunca se niega a las peticiones de su princesa.-Respondí burlón guiñándole un ojo antes de dejar atrás el marco de la puerta y marchar por el pasillo.- ¡El desayuno ya está listo! ¡No corras tanto que aún tenemos tiempo y ten cuida…

-¡Ahh!

Demasiado tarde, un estruendo se escuchó mientras llegaba a la cocina procedente de la habitación. Escuché de lejos maldiciones referidas a la pata de la cama, la puerta del armario y hasta de los zapatos que se estaba colocando.

Mientras me sentaba en la mesa a esperarla, Tikki reía conmigo, acostumbrada a vivir escenas como estas todas las mañana desde que conoció a Marinette años atrás. Plagg por otro lado, estaba panza arriba sobre un plato hondo en el que había dejado su ración de queso y parecía estar en modo reposo y absorto de todo su alrededor.

Pequeños momentos como el de esa mañana los viviría durante el resto de mi vida… y cada día amaría más a mi dulce y pequeña zombie.

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Holaaa a todos y a todas mis queridas mariquitas y gatitos negros!

Larga la espera no? He estado trabajando en otros asuntos además de que pronto me dispongo a acabar con el fanfic de Chateando con un gatito. Mientras tanto os quiero dejar para calentar motores con este pequeño y primer capítulo de la segunda parte de mi SAGA ABECEDARIO.

Para los que no lo sepan. En este fanfic se relataran anécdotas de la vida de nuestros protagonista héroicas bajo el punto de vista de Adrien describiendo a Marinette con cada letra del abecedario. Para los más curiosos, está la versión de Marinette ya completa y podéis leerla en mi perfil bajo el nombre de "De la A a la Z"; en ella será Marinette quién describa a Adrien con las letras del abecedario contando anécotas totalment diferentes a las que sucederán en esta historia, pero todo siempre en la misma línea temporal.

Os interesa la idea y el plan?

Espero que sí y que podáis disfrutar mucho de la lectura.

Nos vemos prontico,

Saluditos,

Ladyaqua198