Historia alterna. Los personajes le pertenecen a Keiko Nagita y a Yumiko Igarashi.

Minific de Terror. Especial Halloween de Albert y Candy.

En una noche oscura tres chica decidieron entrar a la antigua mansión Andrew.

-Candy ¿estas segura de entrar?

-Claro que sí Annie en esa casa vive el profesor William.

-Pe… pe… ro… no me parece prudente.

-Paty deja tartamudear y entremos.

Las chicas caminaron sigilosamente echando a un lado las ramas que obstaculizaban su andar. El canto de búho hizo que Annie gritara exasperadamente Candy tuvo que abofetearla para tranquilizarla.

-Deja de gritar nos van a descubrir.

-No puedo tengo miedo mucho miedo.

-Yo también pero necesitamos recuperar esos documentos. Recuerden lo que nos dijo el celador de la universidad.

Flash back.

-Niñas ese hombre es misterioso tiene una vida oculta no habla ni mira a nadie parece un ser de otro mundo solo da clases en la noche nunca lo hace de día.

-Pero necesitamos saber con exactitud ¿A qué horas llega? ¿Qué hace?

-¿Para qué desean saber? ¿Qué hicieron?

-No le diga a nadie, por favor usted me conoce desde que era niña.

-Claro, confía en mí.

-Es que tuve una fuerte discusión con el profesor y… en venganza le escribí una carta… sin remitente para insultarlo… pero sin querer lo escribí en una hoja personalizada con el nombre mis amigas y él mío, debo evitar cuanto antes que él lea la carta.

-Esto sí esta grueso creo que a las van a expulsar de la universidad indefinidamente.

-No…no…noooooo por favor mis padres no lo soportaran Candy ¿Por qué? ¿Por qué eres tan impulsiva?

-¡Cálmate Annie lo vamos a remediar!

-Saben, por un tiempo trabajé con los Andrew, su rutina es muy extraña, les cuento una vez que termina las clases entra a su oficina donde todo lo tiene archivado por orden alfabético y fechas. Es un hombre extremadamente organizado ni parece de este mundo. Los exámenes solo los ve cuando los va a corregir tiene una hora específica para revisar todos los pendientes ni un segundo antes ni un segundo después.

-Y… ¿A qué hora revisa los documentos de la universidad?- preguntó temerosa.

- A las doce de la noche antes de servirse un rico filete de res crudo.

-¡Cru…crudo!

-Sí. Las clases terminan a las nueve y justo a esa hora una limusina de aspecto fúnebre lo recoge y se va directo a su mansión. Él no visita a nadie y nadie lo visita a él. Una vez un profesor le fue a llevar un pendiente pero terminó en un psiquiátrico.

-¿Psi…psiquiátrico?

-Sí señorita Candy, se decía que oía voces extrañas de lamento. Se especuló que tal vez sean voces de almas que no han encatrado su luz.

-Que… que no han encontrado su luz- replicó Paty.

- Quizás sean los familiares del joven profesor, verán los padres murieron cuando el apenas era un crío, su hermana se lanzó del balcón, sus sobrinos fallecieron uno se cayó de un caballo el otro se mató en servicio militar; era piloto y para colmo su tía Elroy que lo educó como a un soldado un día ¡bum!

-¿Qué?

-Disculpen ya es mi hora de salida, me voy. Ah suerte espero y logren rescatar la carta ja aja ja…

Fin de Flash back.

-Y ¿A qué hora regresa el profesor Andrew, que averiguaste Annie?

-Mi papá lo conoce a hecho negocios con él y me dijo lo mismo que nos había dicho el celador pase lo que pase siempre está en su casa a las doce de la noche es muy estricto y puntual… precisamente hoy tiene una conferencia y llegará pasada las once y media.

-Se dan cuenta chicas son las diez de la noche tenemos oportunidad.

Candy, Annie y Paty continuaron caminado hasta llegar a la entrada de la casa todo parecía muy tranquilo, Candy miro para todas partes y de su brasier sacó unos alambritos con los que pudo abrir el cerrojo. El ronroneo de un gatito las asustó pero a la vez atrajo la atención de Annie, quien sin saberlo se sintió seducida.

-¡Bien, listo entremos!

-Es una mansión enorme ¿Cómo vamos a saber en qué lugar están los documento? Nos tardaríamos meses incluso podemos hablar de años- habló Paty con voz inaudible y nerviosa.

-Deja de ser tan pesimista. Escucha nos separamos buscamos el maletín y sacamos la hoja si está cerrado no los llevamos y listo resuelto el problema, mira tú ve hacia la derecha ¿Va? Deja de temblar y llévate la linterna peor será que nos boten ¿De acuerdo?

-Si- Dijo Paty poco convencida.

-Y tu Annie, Annie ¿A dónde se fue? ¡Qué cobarde!

Candy siguió por el frente todo se veía oscuro y tenebroso a su nariz llegó un extraño olor a sangre. Entró a una habitación que tenía varios esqueletos colgados en el techo, era como una especie de laboratorio que contenía una maquina centrifuga, el cual separaba los glóbulos rojos de las plaquetas, lo que más le generó pánico fue ver frascos de vidrios de distintos tamaños cada uno contenía fetos ordenados por su etapa de gestación. Un cuervo entró a la habitación e hizo que Candy del susto tropezara con uno de los frascos y se partiera.

Alguien giró la perilla…

-¿Quién anda ahí? Disparé a cualquiera que entre a la Mansión Andrew- advirtió un hombre de porte elegante, rostro inexpresivo y vestimenta fúnebre.

Candy se ocultó de inmediato debajo de una mesa.

El hombre meticulosamente vio a todos lados, alumbraba con la linterna cada rincón.

-Georges ¿Encontraste la falla…?

Candy se atemorizó al escuchar la voz de su profesor, su cuerpo empezó a temblar sin explicación alguna.

-No, señor. Espere un momento hay algo cerca de la mesa.

-¡No puede ser!- George volteó la mirada y Candy aprovechó la distracción para meterse atrás de un estante de materiales para experimentos.

Candy pensó: Se supone que él vendría a las once y media ¿Qué hace aquí? Diosito por favor que se vaya te lo suplico. No entiendo me dieron mal la información -dijo mirando su reloj-¡Oh rayos mi reloj está descompuesto! ¿Cómo no me dí cuenta?-Se reprochaba.

-Tranquilo George es la bella Sofía que siempre entra a esta hora-El Ave se paró encima del hombro de Albert.

-Señor temo que su amada Sofía partió uno de los frascos.

Albert, serio contestó- no creo ella es muy cuidadosa. Vayamos a ver la falla.

Candy se quedó inmóvil hasta cerciorarse que se habían marchado, miró por debajo de la mesa los pies de ambos hasta que cruzaron la puerta para marcharse, salió aprisa de ahí y se topó con Paty.

-Candy no encon…encon...encontré nada.

-¡Ya cálmate Paty me tienes nerviosa!-Candy por un instante le dio la espalda para alumbrar un traje de piloto que le llamó la atención.

-Yo… pe… pero ¿Por qué?- Paty vio una tortuguita y se enterneció.

- La cobarde de Annie huyó ahora tú… Paty… ¿A dónde se fue? Otra que desapareció- Candy respiró profundo y se persignó unas 5 veces seguidas- No me rendiré buscaré el documento y me iré de este lugar horrible.

Subió las escaleras con cuidado miró una puerta semiabierta y pasó; al fin dio con el dichoso maletín se sintió en la gloria, nuevamente oyó pasos fuertes y firmes, se ocultó rápidamente dentro de un armario. Por la rejilla medio veía que la habitación estaba forrada de espejos, tenía en el centro una cama enorme con forma circular, las sábanas eran negras y rojas al igual que las cortinas. El hombre entró y cerró la habitación con llave, ayudado con una lámpara de queroseno alumbró varias velas, este hombre rubio, alto de ojos azules se empezó a desvestir. Candy no creía que su muy serio e inexpresivo profesor tuviera un cuerpo bien tonificado, al quedar en bóxer pudo notar lo bien generoso que había sido con él la madre naturaleza por último se quitó la barba postiza que siempre usaba, Candy quedó hipnotizada por su bello y elegante rostro.