Hola, nuevamente yo trayendo un fic Mio x Ritsu, mi OTP en K-on. No manejo mucho la narrativa en tercera persona y a decir verdad me siento un tanto incómoda haciéndola, pero creo que la historia avanzará mejor así. Tal vez no lo sepáis, pero llevo años intentando escribir este fanfic. Tenía la idea y creo si lo publico voy a presionarme a hacerlo avanzar. Espero y os agrade.
Disclaimer: K-on no me pertenece. De ser así hace mucho el Mitsu hubiera sido canon (?
— ¡Ritsu! –un golpe fue plantado en el hombro de la mencionada- ¿Estás escuchándome?
—Ouch—. Nuevamente la castaña estaba distraída, su mejor amiga venía hablándole un buen rato y ella no había estado prestando atención. No porque quisiera, había algo que estaba acosando sus pensamientos ya un buen tiempo y no sabía cómo tratarlo. Su compañera le dedicó un gesto de inconformidad por su falta de respuesta y prosiguió su camino a la escuela, Ritsu la siguió por atrás. «Es probable que esté enojada conmigo», pensaba mientras frotaba un poco el brazo que había sido dañado.
Ritsu saludó a sus compañeras al entrar al salón. La alegre y algo perezosa guitarrista, sorprendentemente llegando temprano, fue la primera en abordarla, seguida por la rubia de cabellera larga. Mio también las había saludado al llegar y ahora se encontraba en su asiento alistando los cursos de la primera hora. La baterista se acercó a su mejor para preguntarle si realmente se había enfadado por lo de la mañana, pero antes de hablarle ella la interrumpió.
— No voy a prestarte los deberes -se adelantó a decir–.
— No, no iba a pedirte eso
— Pues entonces ¿Qué sucede? -pregunto curiosa Mio, girando el rostro hacia su compañera.
— Es solo que creí que estabas enfadada por lo de la mañana, ya sabes, estoy un poco agotad. No he estado descansando bien con esto de los exámenes para la universidad —Ritsu suspiró pesadamente, al instante sujetó su cabeza y exclamó— Arggghh! ¿¡Por qué debe ser tan complicadas las preguntas!?
— Se supone que son preguntas de todo lo que deberías haber aprendido en los últimos años de escuela. —reprendió Mio a su baterista mientras observaba de manera reprochable su conducta—. Es algo muy típico de ti, así que no hay problema.
Tras decir esto Mio le ofreció una sonrisa pacificadora. La castaña pudo sentir como sus mejillas habían empezado a arder un poco. Aunque podría considerarse ofensivo el comentario, la sonrisa de su mejor amiga había disipado esa idea, su sonrisa era de todo menos ofensiva. La mayoría de tiempo Ritsu miraba el lado enfadado o asustadizo de Mio, eran pocas las ocasiones en las que la veía sonreír. No era muy difícil de lograr, solo que la baterista prefiere evitar ese tipo de reacción en ella al ver a su amiga sonreír. Últimamente no ha sabido cómo lidiar con eso.
— ¿Pasa algo, Ritsu?
— E-eh, no no, no pasa nada… Es decir ¿A qué te refieres con que es algo muy típico de mí? –decía la castaña mostrando falsa indignación-.
— Solo no espero que llegues a mi casa un día antes del examen a pedirme ayuda con algún tema –mientras decía esto, alcanzaba un pequeño cuaderno a su mejor amiga—, que no voy a abrirte la puerta.
— Esto es… -Ritsu cogió el cuaderno con la expresión de sorpresa un tanto descolocada en su rostro.
— Deberías dejar de ver conciertos cuando llevas deberes. Me lo dijiste ayer, así que asumí que no has hecho nada para hoy —suspiró, ahora un tanto resignada— Eso también es típico de ti.
Otra sonrisa pacificadora. La profesora Yamanaka ingresó al salón, Mio enderezó su posición y Ritsu fue a ocupar su asiento en la fila de adelante. El día pasó con la misma duración de siempre hasta la última hora, en la cual después que la profesora del último curso abandonara el salón la presidenta del consejo se dirigió al frente del salón. –Atención chicas, tengo un comunicado que darles-, dijo Nodoka con su ya clásica voz calmada. Ritsu y el resto se encontraban de salida hacia el club así que se detuvieron un instante a escuchar a la mejor amiga de Yui.
— Como sabrán, nuestra graduación esta próxima y con ella también el baile. El consejo está trabajando en los preparativos para ambas fechas, así que esperamos contar con todas ustedes para dicha ocasión. Cualquier consulta o inconveniente pueden conversarlo con la comisión o directamente conmigo. Eso es todo, muchas gracias por su atención—.
Al terminar el anuncio los murmullos entre las chicas del aula se hicieron presentes. Algunas planeaban su viaje de graduación, otras conversaban sobre el color de vestido que llevarían ese día, también se escuchaba conversaciones sobre la universidad y lo que se vendría después de la preparatoria. Las chicas del club de música ligera habían abandonado el aula y se dirigían al salón de música, Ritsu y Mio venían discutiendo algo, por lo que aceleraron el paso inconscientemente dejando a Yui y Mugi atrás, quienes preferían no interrumpirlas. Esto último idea de Mugi, quien decía que ambas despedían un aura de complicidad durante aquellas riñas.
Mientras Yui trataba de entender las palabras de la tecladista se cruzaron con la pequeña kouhai que también iba rumbo al club.
— Voy tarde al salón —dijo Azusa mientras hacia una reverencia—. Lo siento, hoy me tocaba limpieza en el aula y Jun no dejaba de jugar con la escoba imaginando que era un bajo
— Hahahahahaha, eso suena divertido —respondió Mugi mientras reía—. No te preocupes, de todas formas nosotras también vamos tarde al salón
— ¡Aaaaaazu-nyan! —se abalanzó la castaña de ganchos amarillos sobre la pequeña de coletas, frotando su rostro con una de sus mejillas—. Vendrás con nosotras al baile, ¿Verdad?
— Yui-senpai, le he dicho que deje de hacer eso —decía mientras intentaba separarse del abrazo sofocante de su senpai—. Por cierto, ¿De qué baile hablan?
— Nuestro baile de graduación —volvió a contestar amablemente Mugi.
Mientras Mugi y Yui le explicaban a Azusa el anuncio que les había dado Nodoka, Ritsu y Mio habían llegado ya al salón. Mio se adelantó a sacar su bajo del estuche mientras Ritsu se limitó a observarla apoyada en el marco de la puerta.
— Danos un suspiro, las clases acaban de terminar. Tomemos algo de té y hablemos del baile –Ritsu ingresó al salón de modo holgazán, lanzándose al sillón con lo último dicho.
— El festival de la escuela llegará pronto y también los exámenes de admisión, si dejamos todo para el final vamos a saturarnos de responsabilidades. Además —añadió Mio mientras acomodaba la correa del bajo tras su cabellera— el baile no es algo que tenga demasiada importancia.
— Uhmmm –la castaña ladeó su cabeza unos instantes, tratando de entender el punto de vista de su amiga- sí, de repente tienes razón.
Ritsu observó a su amiga mientras ejecutaba algunas lineas con el bajo y se unió con algunos golpes de batería. Crearon una melodía bastante uniforme que llegó a gustarle a ambas. «Tal y como en los viejos tiempos» soltó la castaña en un suspiro mientras veía a su amiga apuntar las notas en su libreta.
Después de una larga charla sobre temas random y una pequeña práctica (esta última por órdenes de Mio) las chicas se dirigieron a sus respectivos hogares. Ritsu acompañaba a su mejor amiga a paso lento, como si no quisiese llegar a su destino. Era probable que la castaña tuviese muchos pensamientos en la cabeza sobre un par de emociones que habían empezado a salirse de control. ¿Hace cuánto que las viene trayendo? Trazó una pequeña línea de tiempo en su mente recordando cuando empezó a sentirlas.
Repitiendo la escena de la mañana, su mejor amiga volvió a sacarla de sus pensamientos con un golpe en la cabeza.
— En serio, no sé qué pasa contigo hoy.
— ¿Podrías intentar llamar mi atención de una manera menos dolorosa? —se quejaba Ritsu con un pequeño puchero en el rostro.
— Te lo has buscado sola —Respondió Mio, quien se había detenido frente a ella—. Es un poco extraño viniendo de ti. Es decir, sé que eres distraída y todo eso, pero hoy lo estás más que lo usual ¿Está todo bien?
Ritsu titubeó unos instantes antes de responder. Su rostro se había encendido tras las palabras de Mio, especialmente sus últimas palabras ¿Está todo bien? ¿Realmente lo estaba?
— Sabes, no es bueno estresarse tanto —masculló la pelinegra al ver que su amiga no le respondía—. Creo que todas estamos un poco estresadas ante la idea de lo que se nos viene adelante, pero no debemos pensar demasiado en ello.
— Si, creo que tienes razón. De cualquier manera sé que no podrás negarte a ayudarme con los exámenes para la universidad, así que no me preocuparé tanto —dijo Ritsu, mostrándole su lengua a Mio y riendo por el comentario— Siempre he confiado en tus repasos de último minuto.
— ¡De esa manera solo lograrás que yo me estrese! —reclamaba Mio haciendo una pequeña rabieta.
Ambas amigas continuaron el camino a sus hogares. Al llegar, Ritsu se dirigió a su habitación. Oyó la voz de su mamá llamándola para el almuerzo pero no tenía ganas de comer, los pastelillos de Mugi habían logrado saciar su hambre por el momento. Tras recostarse en su cama alzó la mano hasta coger una pequeña caja ubicada en la cabecera, la abrió y extrajo una hoja doblada en cuatro. La observó unos instantes antes de extenderla y leer su contenido. Lo conocía de memoria.
«No importa que tan fríos sean los días de invierno, soy feliz.
Cuando veo tu blanco aliento al correr pienso que tu cabello con la diadema te queda muy bien.
Pero quiero verte con el flequillo hacia abajo.»
[Inicio flashback]
Una mueca de incertidumbre se dibujó en el rostro de la castaña mientras leía la nota que había encontrado en su buzón al llegar de la escuela. Giro hacía ambos lados la cabeza buscando si alguien, probablemente el autor del escrito, se hallaba cerca. Incluso consideró que podría tratarse de alguna broma jugada por su hermano, pero parecía no ser algo propio de él. Tampoco podía tratarse de una confusión de buzón, el pequeño verso parecía estar dirigido inconfundiblemente a ella.
«Pero ¿Quién?»
Ese pequeño escrito trajo distraída a Ritsu un par de días hasta que su mejor amiga terminó por confesarle que ella había sido la autora del mensaje. Al inicio la castaña reaccionó impulsivamente zarandeando a Mio por ser quien le causó terribles dolores de cabeza durante los últimos días. La pelinegra se excusó diciendo que era la siguiente canción que estaba preparando para la banda, cosa que la castaña se negó a aceptar como tal alegando que era demasiado cursi.
Camino a casa ambas venían en silencio. Ritsu no podía dejar de repetir mentalmente el verso mientras imaginaba a Mio escribiéndolo.
— Oye Mio —habló con algo de esfuerzo la castaña— Estaba preguntándome sobre esa letra… Sabes, a veces escribes cosas cursis que me causan escozor, pero en esta ocasión creo que te pasaste un poco… Es decir ¿En qué rayos pensabas mientras la escribías?
Ritsu silenció su reclamo unos instantes. Bajo algún motivo había empezado a sofocarse al tiempo que su corazón parecía haberse agitado momentáneamente. Sintió algo de nervios al continuar hablando, así que evitó el contacto visual con su compañera y solo traía la cabeza hacia abajo.
— Más aún, ¿No podías haber buscado otra manera de hacérmela llegar? Mis padres pudieron haberla encontrado antes que yo. Y eso hubiera sido un problema… Ya sabes… Creí por un instante que se trataba de otra cosa… No lo sé… ¿Una carta de am-
Volvió a silenciarse. Observó de reojo a su compañera, caminaba tranquila tarareando la canción que su reproductor de mp3 traía en esos momentos. Ritsu no había notado esto último ya que, aparte de los audífonos, Mio traía protectores de oídos para protegerse del frio.
Al notar que su amiga la estaba mirando Mio bajó sus protectores y se retiró uno de los audífonos del oído.
— Discúlpame, traía los audífonos puestos. ¿Me decías algo?
El rostro de la castaña se tiño de carmesí. Mio se había quedado observándola. Ritsu sacudió su cabeza para disipar sus pensamientos repentinos intentando decir algo casual sin hacer tropezar sus palabras.
— Eres cruel, Mio-chuwan —fingió estar dolida mientras su compañera solo bufó un poco por el reclamo—. Te preguntaba sobre si has logrado componer algo hoy.
Mio le habló sobre su, nada reconfortante, día en la playa. Ritsu solo escuchó. Ella no ha mencionado nada sobre el incidente de la carta. Tal vez y solo sea un malentendido. En fin, Mio no le estaba prestando atención a ese detalle, así que Ritsu decidió hacer lo mismo y se unió a la conversación narrándole sobre el día de invierno que había pasado.
[Fin flashback]
Con el rostro oculto por el papel Ritsu intentaba dominar nuevamente sus sentimientos. Cometió un error al ignorar el contenido de la carta. Quizá si no hubiera sentido esa pequeña agitación interior hubiera logrado hablar. Agitación que había crecido con el paso del tiempo y ahora se le hacía un poco difícil de controlar.
Los pensamientos posteriores a la carta y su exposición a las constantes releídas que le hacía habían logrado que Ritsu reconociese que guardaba sentimientos por Mio. Y no se trataba del afecto amical que siempre le había tenido.
Se había enamorado de su mejor amiga.
