Nuevo fic de Ginny y Steve. Creo que, después de Becoming Free y Stay (with me) este será el último que escriba sobre la pareja. Espero que les guste, y gracias por el apoyo que me han dado hasta ahora :)
Dissclaimer: Ni los personajes o los universos de Harry Potter y The Avengers me pertenecen, son propiedad de JKRowling y Marvel respectivamente. Yo, sólo los uso para divertirme un rato.
Canción del Capítulo: Separate Ways, de Journey.
Capítulo 1. Caminos Separados.
Había comenzado lentamente.
Las noches que él no llegaba a casa, y las preguntas de los niños que ella no sabía responder. Las preguntas de ella que él no podía responder. Su obsesión con el trabajo.
Él había dicho muchas veces que eso cambiaría con el tiempo, pero sólo había empeorado. Y ella, que había prometido quedarse junto a él sin importar qué, y que en su juventud había sido capaz de soportar la espera, el no saber y la incertidumbre ante la muerte con la cabeza en alto y sin dejar de pelear, en esos momentos estaba cansada.
Él no lo hacía porque fuera una mala persona, y ella lo sabía. Había sufrido más que ninguno desde su infancia, durante todos sus años en Hogwarts y luego los horrores de la guerra. Pero, tantos años después los fantasmas seguían persiguiéndolo, y ya no se trataba solamente de ella. Tenía que pensar en sus hijos.
James y Albus todavía eran muy pequeños, y necesitaban a su padre. Eso hacía que tomar esa decisión fuera aún más difícil. Pero de todas formas, si su padre no les prestaba ninguna atención y ella debía seguir inventando excusas que al menos James ya no se creía, ¿de qué servía?
Aquí estamos, mundos separados
- Quiero el divorcio.
Cuando se lo dijo, él ni siquiera pareció sorprendido. Era como si lo estuviera esperando. Incluso siguió trabajando mirando a los papeles en su escritorio.
- De acuerdo.
Eso la dejó atónita. Un nudo en la garganta que hizo todo lo posible por ignorar, y esa joven que lo había amado lloraba en su interior.
Corazones partidos en dos
- Esta casa es tuya, buscaré un lugar en Londres donde pueda instalarme con los niños.
Él se frotó el entrecejo y suspiró cansado.
- De hecho, Gin, sería mejor si se fueran mucho más lejos.
Ella parpadeó, perpleja.
- ¿Disculpa?
- Las cosas no andan bien por aquí, los ataques de nuevos mortífagos se han incrementado, la semana pasada intentaron emboscarme a la salida del ministerio, y sabes que tú y los niños son un blanco bastante obvio.
- ¿Qué? ¿Cómo puede ser que no me hayas dicho nada de eso?
Noches sin sueño,
Sintiendo que se acabó
No puedo hacerte cambiar de opinión
- No quería preocuparte.
- ¡Pero es algo de lo que debería preocuparme! – no podía creer que Harry le hubiera ocultado algo como eso – Y de todas maneras, no puedo simplemente irme lejos con James y Albus, ¿tienes idea de lo difícil que sería eso para ellos?
- Puedes explicárselo.
- A unos niños de siete y cinco años… ¿Por qué no lo haces tú? Siempre soy yo quien debe explicarles por qué su padre no está en casa, por qué no juega con ellos, por qué…
- ¡Los trato de proteger! – bramó Harry, levantándose de su asiento.
- Ellos necesitan a su padre, pensé que tú, de entre todas las personas, entendería lo que es eso.
Se produjo un silencio helado. Por un momento, pareció como si él fuera a replicar, pero en lugar de eso, simplemente tomó unos papeles de un cajón y se los extendió a ella.
- Son boletos para Nueva York.
Ese no era el hombre al que ella había amado, se había convertido casi en un extraño. ¿Cómo podía?
Si no podemos seguir y sobrevivir a las mareas,
el amor divide
Furiosa, pero sin decir nada, le arrancó los boletos de su mano, y mientras le daba la espalda y se disponía a cruzar la habitación, le habló por una última vez esa noche.
- Buena suerte, Harry.
Ella escribía, y lloraba.
En el piso, estaban esparcidas las fotografías de ellos dos: sus días de novios, en Hogsmeade y en la Madriguera, su boda, el nacimiento de James, el primer cumpleaños de Albus, la alegría y felicidad en los ojos de ambos.
Un día, el amor te encontrará
Rompe esas cadenas que te atan
Él era su alma gemela. Alguna vez, ella estuvo segura de eso.
¿Por qué entonces, las cosas debían acabar así?
"Querido Harry,
Siento mucho que tenga que ser de esta manera. Todavía te amo, eso creo, pero no puedo seguir así. Lamento no poder seguir a tu lado, de verdad.
Ojalá un día veas que esa obsesión tuya sólo te aparta de quienes en verdad te aman.
Si un día nos necesitas, James, Al y yo estaremos allí para ti.
Con amor,
Ginny"
Ella acabó su corta nota, y la dejó sobre la cama.
Una noche te recordará como nos dañamos
Y fuimos por caminos separados
Para todos, ellos estaban cometiendo un error. Ginny y Harry eran la pareja perfecta, lo habían sido desde que eran sólo unos adolescentes. Su madre se había horrorizado al enterarse, así también Hermione y Ron.
El resto de la familia dijo poco, y Ginny les agradeció por aquello. Ya era lo suficientemente difícil de esa manera.
Por suerte, todavía contaba con amigos como Luna y Neville, que no dudaron en darle su apoyo.
También en esos momentos ella guardó rencor hacia Harry, por no estar allí dando las explicaciones con ella y dejárselo todo en sus manos. Claro, él debía trabajar.
Problemáticos momentos, nos atraparon en la confusión y la pena
Ojos distantes, promesas que hicimos en vano
Ellos se habían prometido amarse por siempre, estar juntos por siempre. Esas promesas, al parecer, se las había llevado el aire.
Con el significado de esas promesas, se iban también todos sus recuerdos felices, los colores, el sonido de sus risas juntos, todo.
El verdadero amor no te abandonará
Ginny acabó de explicarles a los niños que debían hacer los baúles para ese largo viaje.
- ¿Papá viene? – preguntó Albus.
- No, cariño. Él debe quedarse a trabajar.
- Él siempre está trabajando – se quejó James.
A ella le dolía ver a sus hijos así, confundidos y lastimados. Si tan sólo Harry estuviera allí, donde era realmente importante… pero Ginny tenía el presentimiento de que, pese a lo frío que intentara mostrarse, él no sabía cómo lidiar con toda esa situación.
Sabes que aún te amo, aunque nos dañamos
- Los visitará en cuanto pueda, estoy segura. – dijo, suspirando y haciendo un esfuerzo mayor por sonreír – Su padre se preocupa mucho por ustedes.
Acabó de empacar, guardando todo con un encantamiento minimizador de objetos, y le echó otra ojeada a la casa.
Y nos fuimos por caminos separados
Se había acabado.
