Ni blancanieves ni Crepúsculo me pertenecen; yo sólo los tomé prestados un ratito ^^
Ahora sí, ¡a leer se ha dicho!!
BELLANIEVES Y LAS SIETE DUENDECILLAS
Capítulo uno: Principio.
Hoy les contaré la historia de Bellanieves…
Hubo una vez, en el lluvioso pueblo de Forks, una joven pareja de esposos que vivían felices juntos; sus nombres eran Charlie y Renée Swan. Un día recibieron la noticia de que serían padres. Naturalmente, los dos se llenaron de alegría y esperaron ansiosos al nacimiento de su primogénito.
—¡Felicidades, señores Swan! Tienen una preciosa niña —anunció el doctor después del parto.
Cuando Renée tomó en brazos a su hermosa hija de ojos chocolates, sintió una ternura inmensa.
—La llamaremos Bellanieves, por su singular belleza y su piel blanca como la nieve.
Un día, cuando la niña aún era pequeña, Renée murió en un terrible accidente.
A pesar de su viudez, Charlie todavía era joven y bien parecido, así que decidió casarse al poco tiempo con Rosalie Hale. La susodicha era una mujer muy hermosa y elegante, pero su mayor defecto era que no podía soportar que alguien le aventajase en belleza.
Como la mujer era medio bruja, tenía un espejo mágico y diariamente acudía a él para cuestionarle:
—Espejito, espejito, ¿hay alguna mujer más bella que yo?
—No, mi señora, no existe mujer que pueda superar su belleza —contestaba invariablemente el espejo
Mientras tanto Bellanieves seguía creciendo cada día en edad y en belleza (y un poco también en torpeza…).
Hasta que un día, cuando Bellanieves ya era toda una adolescente, sucedió algo que la bruja, perdón, Rosalie, nunca se imaginó:
—Espejito, espejito, ¿hay alguna mujer más bella que yo?
—Sí, mi señora, Bellanieves es ahora más bella que usted —contestó el espejo con firmeza.
—¡¡¡Noo!!! —profirió Rosalie, con el horror impregnado en cada una de sus facciones.
—Le digo que sí, mi señora. Bellanieves es ahora más hermosa que usted —replicó el espejo con cansancio, fastidiado de tener que repetírselo.
Entonces la bru... perdón, Rosalie, que no estaba de humor para los comentarios de un insoportable espejo hablador, se alejó de allí para pensar que hacer, pues le resultaba inconcebible que alguien superara su belleza.
— ¡Llévate a Bellanieves a lo más profundo del bosque, mátala y tráeme su corazón, para que yo esté segura de que has cumplido mi mandato! —ordenó Rosalie a su sirviente Jasper.
Siguiendo las órdenes de Rosalie, Jasper se llevó a Bellanieves hasta el bosque. Estando ahí, sacó el cuchillo de su bolsillo, pero no pudo tocar siquiera a Bellanieves. Viéndola tan inocente y completamente aterrada, fue incapaz de no sentir compasión por esa dulce jovencita.
— ¡Vete, Bellanieves! Corre y no vuelvas a tu casa, porque tu madrastra quiere hacerte daño.
Hallándose sólo, Jasper vio un venado a lo lejos y dedidió darle caza para llevarle el corazón a Rosalie. De este modo fue que Bambi se quedó huérfano… Pero, volviendo a nuestra historia:
Aunque Bellanieves no había comprendido de qué hablaba el sirviente, había optado por seguir su consejo y adentrarse en el bosque para huir de casa.
Y entonces, apareció el lobo feroz…
(Un momento, por favor.)
—Jake, el lobo feroz no puede quedarse con Bellanieves. Así que sal de esta historia y ve a perseguir a la pequeña CaperuNessie Roja.
(Ahora sí, continuemos…)
Penetró en el bosque, sin que faltaran los resbalones y una que otra caída, y pronto encontró una enorme y elegante casa en medio de los árboles. Se adelantó hasta ahí, y como la puerta estaba abierta, entró para inspeccionar el lugar.
Bellanieves se sorprendió al entrar, pues no encontró los muebles típicos de una casa y en su lugar halló un sinfín de ropa, zapatos, bolsas, accesorios, maquillajes… en fin, todo tipo de cosas típicas de señoritas. Por un momento creyó que en lugar de estar en una casa se encontraba en un armario gigante… o en un almacén.
En el fondo de la habitación, si es que entraba en esta categoría, había una escalera. Bellanieves fue hasta ella y se dirigió al segundo piso. Al llegar, encontró sólo una espaciosa habitación, ocupada tan sólo por siete camitas, alineadas perfectamente contra una de las paredes; la otra, estaba cubierta casi en su totalidad por un brillante espejo.
Bellanieves estaba exhausta por la caminata y un poco adolorida por las caídas sufridas en el camino. Viendo las cómodas y mullidas camas frente a ella, no resistió la tentación y fue a acostarse, quedándose profundamente dormida en poco tiempo.
Al poco rato apareció papá oso…
(Nuevamente, permítanme un momento.)
—¡Emmet, Papá oso tampoco aparece en Bellanieves! Su papel está en Rose-ricitos de oro. Por tanto, haz el favor de salir de esta historia.
(Ugh, ¿en qué iba?... ¡Oh, sí!...)
Al poco tiempo aparecieron siete hiperactivas duendecillas, que eran las dueñas de la casa. En cada uno de sus bracitos traían colgadas bolsas, bolsas y más bolsas. Eso sólo podía significar que acababan de regresar de una expedición al centro comercial, otra vez.
Una de las duendecillas subió las escaleras para ir a su habitación. Cuando vio a Bellanieves dormida sobre una de las camas, sonrió de forma macabra y fue corriendo hasta donde estaban las demás: ¡tenía una maravillosa idea!
Antes que nada quiero agradecer a todos los que leyeron mi otra historia, me hizo taan feliz recibir todos los reviews y las alertas. ¡ Fue simplemente genial! ^^
Como ya se habrán dado cuenta, esta es la historia de blancanieves adaptada a los personajes de Crepúsculo. Sólo serán dos capítulos, mañana les dejo el otro
Espero recibir sus reviews para que me digan que les parece.
¡Nos leemos!
