Hola a todos/as. Hace mucho tiempo que quería subir un fic sobre esta serie, pero tras mucha indecisión he aquí mi pequeño aporte a esta comunidad (espero que sea para bien). Hace mucho leí un web comic en devianart, no recuerdo si tenía que ver con esta serie o no, pero lo poco que recuerdo de ese comic me bastó para inspirarme en este fic.

Hora de aventura, sus personajes y todo el concepto del mismo no me pertenecen y este fic es solo por pura diversión sin ánimos de lucro (insertar aquí más cosas de derechos de autor). Espero que les guste.


—Al fin, ¡Lo he conseguido! —exclamó la dulce princesa, mientras sostenía un contenedor con un líquido rosa en su interior. Era la culminación de varios fastidiosos y repetitivos fracasos.

Contempló su creación con una gran sonrisa, a medida que luchaba por mantener sus parpados constantemente abiertos. No sabía si habían pasado días o semanas desde que empezó a trabajar en un nuevo y ambicioso proyecto, pero todas esas horas y horas de trabajo, trazando ecuaciones en una pizarra repleta de tiza, dando forma a complejas ecuaciones y formas, habían dado frutos.

Todo su esfuerzo se resumía a ese líquido rosa. Colocó con mucho cuidado el contenedor en una mesa y lo tapó con un corcho. Conociendo la suerte que poseía al realizar experimentos, tarde o temprano algo pasaría y su creación correría un extremo peligro si no tomaba las precauciones adecuadas.

Miró detenidamente el líquido rosa por unos instantes —solo un poco más— dijo, a medida que sus ojos parecían cerrarse en cualquier momento, pero no podía permitirlo. No cuando estaba tan cerca.

—¿Por qué tardaran tanto? —Se preguntó Bonnibel, mientras miraba constantemente un reloj —ya deberían estar aquí.

Aunque ya sabía que Finn y Jake solían tardar algunos minutos cuando eran llamados, el tener que esperar para poder utilizar su invento la hacía perder poco a poco la paciencia. Volvió a mirar el reloj y la puerta a la espera de que ambos aparecieran de repente, sin que se percataran o preocuparan por llegar tarde.

—Hola, hola dulce princesa —cantó el rey helado, entrado por una ventana —¿me extrañaste? Porque yo creo que sí.

—En primera, ¿qué crees que estás haciendo? Acaso no entiendes que no puedes entrar en mí laboratorio —exclamó Bonnibel, intentado no perder los estribos ante el rey helado —¿Y qué te hace pensar que yo te extrañaba? ¡Qué no vez que me vuelves loca!

La expresión del anciano cambió de una alegre e hiperactiva a una seria, mientras intentaba comprender lo que la dulce princesa intentaba decirle. Miró el rostro de la joven por unos momentos— oh, ya veo —dijo, llegando a una rápida conclusión— sólo estas de mal humor por falta de sueño. Ven, yo te guió a tu camita y te contaré tantos cuentos hasta que te duermas… y de paso te daré un beso de buenas noches.

El rey helado flotó hasta la espalda de la dulce princesa y la tomó por los hombros, a medida que intentaba llevarla hasta su habitación. Pronto la princesa tomó el control y alejó al anciano de ella con sus manos.

—Lo siento, pero dormir es algo que no puedo hacer. ¿Ves esa cosa de ahí? —Bonnibel señaló el líquido rosa puesto sobre una mesa. Sin percatarse del grave error que estaba cometiendo— eso va a ayudarme en algo muy importante y por nada del mundo debo quitarle la vista de… espera… ¿Qué estás haciendo?

—¿Tanto por esta cosita? —Los ojos de la dulce princesa se abrieron como platos al momento de ver como el rey helado tomaba el recipiente y lo ojeaba con curiosidad— No hay ningún problema, solo pongamos a trabajar este bebe y… que raro, el corcho no sale.

Bonnilbel corrió hasta el anciano tan rápido como podía. Extendió sus manos en un intento de arrebatarle su invento de las manos rey helado, pero éste se elevó hasta el techo para impedir que lo alcanzara.

Dulce princesa saltó tantas veces como pudo, pero fue imposible llegar hasta donde estaba el anciano. Miró cada vez más preocupada su obra, a medida que el anciano utilizaba sus dientes en un intento por dejar salir el corcho— ¡Eureka! —Gritó, una vez que logro abrir el recipiente— Ahora princesa, sé una buena niña y di "ah" para beber tu medicina.

La peli rosada se llevó una mano a la cara al oír ese comentario. Todo su esfuerzo pendía de lo siguiente que fuera a hacer y decir— viejo torpe, eso no es para beber. ¿Ves esa máquina de ahí? —señalo una gran máquina tan grande que podía caber una o más personas.

La máquina tenía un cilindro que podía partirse temporalmente en dos para permitir que alguien se introdujera. A los lados tenía una serie de máquinas repleta de botones, pantallas y otras cosas luminosas de distintos colores.

El rey helado, aún en el techo, intentó entender cómo o para qué pudiera llegar a servir esta máquina, pero perdió el interés tan rápido como su entrada al castillo. Bonnibel esperó a que el anciano pudiera recapacitar, pero por lo visto no había dado progreso alguno. Esperaba que al menos no hubiera empeorado la situación más de lo que estaba.

—Así que lo que hay que hacer es darle a esa cosa de beber esto —Dulce princesa volvió a golpear su cara tras escuchar esto. Las cosas difícilmente podían ponerse peor de lo que ya estaban— Pues si ese es el caso, sólo hay que darle a este pequeñín su biberón y ya está.

—¡Espera! —Gritó Bonnibel— Esta máquina sólo puede ser controlada por alguien desde afuera. Ya llame a Finn y a Jake para que me ayuden con eso. Yo necesito de alguien que sea responsable y preste atención a lo que se les dice.

—¿Qué? Pero si yo soy igual de responsable y presto tanta atención como ellos —La princesa exhalo frustrada, pues las palabras del rey helado eran casi acertadas— en todo caso ¿qué es o qué hace esta cosa?

—No puedo darte muchos detalles. Pero lo que sí puedo decirte es que solo basta con apretar unos botones, estos y estos, y cuando yo esté dentro, hay que verter ese líquido aquí —La princesa señaló un agujero que estaba al lado del cilindro. Luego, en su emoción, empezó a explicar la función de cada botón de la máquina. Aunque todo sonaba tan complejo para el anciano, al final todo era "aprueba de tontos"— pero te conozco lo suficiente como para no confiar en ti.

—Ah, ya entiendo… ¡Es una bañera súper potente! —exclamó el rey helado al mismo tiempo que dejaba el recipiente en la mesa.

—Espera ¿qué te hace creer que esto es una bañera? —Para este punto Bonnibel ya había perdido la poca paciencia que solía tenerle al anciano. Y eso ya era mucho decir cuando se trataba del rey helado.

—Bueno, veras… ¿Cómo te lo explico? Ah, sí. Mira —el rey helado tomó una mosca que traía dentro de su barba y la dejó ir en dirección a la dulce princesa. Ésta fue acercándose poco a poco hasta estar sobre la cabeza de la princesa y de pronto… cayó en picada al suelo— ¿vez? Esa mosca había olido cosas peores, como a Gunter, por ejemplo. Así que, en palabras suaves y que no hieran… ¡Apestas peor que un chiquero! ¡Báñate, cochinota!

Dulce princesa no podía creer que eso fuera cierto. Tomó una parte de su vestido y la olfateo por unos momentos— ¡Es cierto, apesto! —Exclamó al mismo tiempo que trataba de no vomitar— no puedo probar mi experimento en este estado. Hasta la más minúscula bacteria podría generación en cadena con resultados catastróficos. Rey helado, pon ese recipiente en la mesa y no toques nada hasta que vuelva… perfecto. Te lo repito… ¡No toques nada!

—Bien, al cabo que ni quería utilizar tu súper bañera —reprochó el anciano, sintiéndose ofendido. Por unos momentos le parecía que la princesa pensaba que él era una persona descuidada. Pero él no lo era, así que no había ningún problema. Ya habría tiempo para aceptar sus disculpas en una futura cita. El anciano siguió con la mirada a la princesa hasta que ésta atravesó la puerta.

A los pocos minutos el aburrimiento era abrumador. Ya había olvidado por completo a que había venido, pero podría jurar que tenía que ver con alguna princesa volviéndole a rogar que saliera con él en una cita— En fin —dijo y con su magia empezó a volar por toda la habitación.

Meditó por unos momentos a cuál de todas las princesas tendría que aceptar la proposición de matrimonio. Era una lástima, tantas princesas, pero solo uno como él. De verdad esperaba que supieran perdonarlo si sólo podía elegir a una de ellas. ¿Pero a cuál?

Sus pensamientos, y nauseas por girar tanto, fueron interrumpidos al oír la puerta abrirse de golpe— Ya era hora, princesa… Ah, eres tú —El rey helado había esperado a dulce princesa, pero en su lugar fue Jake el perro quien había entrado— Bien, toma asiento y espera tu turno a usar la súper bañera… Apropósito, donde está el otro. Ya sabes, el que siempre te acompaña.

—Dulce princesa nos llamó a Finn y a mí, pero no nos dijo para qué —respondió Jake, tomando posición de combate y mostrando una cara amenazadora al anciano— Finn fue a intentar arreglar las cosas con la princesa flama. Pero descuida anciano, que conmigo sobra y basta. ¿Cómo la ves?

—¡Espera! Yo no tengo nada que ver con todo esto, es esa súper bañera —Aunque el rey helado intentó excusarte tan rápido como pudo, Jake ya se había estirado y empezado a encestarle una buena cantidad de golpes hasta hacer caer al anciano.

Jake no sabía de lo que estaba hablando el rey helado o por qué al fin estaba tan quieto. Aunque dejó de golpearlo se mantuvo alerta por si algo pasaba— A ver, a ver. ¡Explícame que es eso de una bañera!

—Veras, la princesa no lo ha dicho aún, pero es obvio que ha estado esperando todo este tiempo para pedirme tener una cita con ella —Jake trató de mantener su concentración tras escuchar esto— Pero el problema es que ella es muy tímida, así que construyó esta bañera para poder estar presentable cuando finalmente me declare su amor. Que dulce, que bueno que se haya molestado. Hoy apestaba.

—Digamos que eso es cierto y que tal vez, y solo tal vez, dulce princesa se volvió ciega y tonta ¿Cómo sabes que es una bañera? —Jake definitivamente no podía creer una sola palabra que saliera del rey helado, pero debía admitir que a veces dulce princesa tenía las ideas más locas que pudiera imaginar.

—Una súper bañera —corrigió el anciano— Ella me explicó que hay que poner esa cosa rosa y apretar unos botones. Ven te muestro.

Jake miró como el anciano tomaba el contenedor rosa y lo vertía poco a poco en la máquina. Justo cuando él se introdujo en ella, Jake ya estaba lleno de dudas— No creo que a ella le guste que juegues con sus cosas.

El rey helado hizo un bufido ante este comentario— Relájate hombre, o perro, es solo una bañera, ¡Una súper bañera! No creo que a ella le moleste que tome un baño.

—O un súper baño —Agregó Jake antes de seguir las órdenes del rey helado. A diferencia de otras veces, y creyendo ciegamente que Bonnibel querría una cita con él si memorizaba los pasos para usar la máquina, fue indicando correctamente como usarla.

De pronto todo el laboratorio empezó a llenarse de un ruido tan fuerte como para hacer que Jake se tapara los oídos con mucha fuerza. A través del cilindro pudo notar como el rey helado empezó a quitarse parte de su ropa, bueno, su túnica y parecía que empezaba a cantar. Jake agradeció que la maquina hiciera tanto ruido como para acallar el canto del rey helado.

A los pocos segundos, Bonnibel llegó con una toalla cubriendo su cuerpo y su cabello aún mojado, gritando palabras que Jake no podía escuchar por el ruido. Bonnibel notó que Jake no entendía ni una sola palabra de lo que decía e intentó apagar la maquina por su propia cuenta, pero ya estaba en pleno funcionamiento y detenerla ahora sería peligroso para quien estuviera ahí dentro.

Jake notó que la princesa le hacía señas para que ambos salieran del laboratorio. Ambos caminaron hasta un lugar donde el ruido era apenas audible, así sabrían cuando acabaría el proceso.

—¡Jake! ¿Qué fue todo eso? ¿En que estaban pensando tú y Finn? Por cierto ¿Dónde está Finn? —Debido a la niebla rosa que se estaba formando dentro del cilindro, dulce princesa empezó a temer lo peor. ¿Y si era Finn quien estaba dentro?

—Tú relájate, es una larga historia. Pero acortándola un poco, él está bien —dijo Jake, con completa calma, a diferencia de la princesa, que sufría un ataque de nervios.

Aun así, Jake no sabía si debía estar preocupado, si lo regañarían solo a él, en caso de que el rey helado saliera volando, si debía estar preocupado por su amigo o si debía cubrir a la princesa debido a que varios guardias empezaron a reunirse ante el estruendo. Opto por hacer esto último y estiró su cuerpo para crear una barrera entre ella y los soldados.

—Gracias —dijo Bonnibel sintiéndose avergonzada. Sólo hasta ese momento había notado que ni siquiera traía una toalla para el cabello y la toalla que cubriera su cuerpo se le hubiera caído si hubiera continuado corriendo.

El tiempo pasó y pronto ambos pudieron entrar a ver el estado en que se encontraba el rey helado, o lo que pudiera quedar de él. Bonninel notó como una persona estaba acostada en medio de la máquina. Pero él no era el rey helado ¿o sí?

No lo sabía con exactitud pues ahora él era literalmente irreconocible— Jake, ayúdame a llevarlo con la doctora princesa.

Bonnibel sabía que los magos podían vivir durante muchos años, siglos o hasta milenios, esperaba que ese fuera el caso del rey helado. De ser así, cuantos años tenía. Cien, trescientos, esperaba que fueran más de quinientos, porque si no…

Nunca debió dejarlo solo, ella sabía eso. ¡Se trataba del rey helado! No era una mala persona… sólo tonto y molesto. Tras un par de horas la princesa doctora salió de la sala de observaciones. Su expresión no demostraba buenas o malas noticias.

—¿Cómo se encuentra? —pregunto Bonnibel, nunca se hubiera imaginado que tendría que preguntar por el estado del rey helado.

La princesa doctora se llevó una mano a su barbilla, pensando en cómo explicar lo que le estaba pasando al rey helado— será mejor que lo veas por ti misma —Al final, no supo cómo explicarlo.

Los tres vieron al rey helado con una cara de asombro y con sus bocas abiertas, nuevamente la doctora princesa estaba más que sorprendida por lo que le había pasado a ese anciano. La pregunta era: ¿esto es bueno o malo?


Creo que ya todos saben lo que le está pasando a nuestro rey helado y sino... siempre podrán saberlo hasta el próximo capitulo. Como es la primera vez que subo algo de esta serie, créanme que aun tengo mis dudas sobre el camino que este fic tomará, por lo que no les aseguro que actualice pronto.

Por ahora ya tienen una ligera idea sobre su trama y los posibles arcos argumentales que tomará.

En fin. Qué me dicen ¿les gusto? ¿fue aburrido? ¿largo? ¿corto? Espero que no lo segundo. Como siempre, el que se den la molestia dejar un comentario será bien recibido. Hasta la proxima... sea cuando sea.