Summary: Tenzin conocía todo sobré Lin. Se pertenecían el uno al otro. Pero años después, deja de serlo, y en vez de ser su sanador de almas, sólo es uno de los causantes de su amargada existencia. Drabble.

Disclaimer: LoK no me pertenece. Si me perteneciera, habría más sobre los adultos y muchos flashbacks. Todo es de Bryke.

N/A: Se supone que debería estar escribiendo para la semana Kyalin, pero tengo el fandom hispano súper abandonado, y qué mejor que escribir sobre una de mis OTP's. Esto es más como un análisis de su relación, en realidad. Con cabeza fría trate a Pema con más... Cariño y menos odio.

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Lin era un ser complejo.

Con el tiempo, podía ser bastante predecible. Pero sólo con el tiempo. Conocía sus acciones, sus gestos, su sarcasmo, su doble sentido. Y en algún momento de su adolescencia casi adultez, sabía manejar eso sin esfuerzo alguno. Ser la persona que ella más amaba era una buena ayuda.

La conocía lo suficiente como para saber que detestaba la forma que tomaba su vida. Sabía lo que la lastimaba no tener el orgullo de su madre, porque quizás unirse a la Fuerza Policial no "era su destino". Pero él la apoyó. La amaba demasiado como para no hacerlo.

Sabía lo mucho que le había dolido su graduación solitaria. Porque no era un secreto que los Beifong podían ser malcriados y caprichosos, y Toph Beifong no era la excepción. Si ella no quería ver a su hija como un oficial, no lo haría. Simplemente colocaría su placa y dejaría que celebrara sola. Pero ella no estaba sola, ella lo tenía a él.

Él era suyo, y ella era suya.

Recordaba los intentos en vano. En las reglas de ingreso, había aparecido la necesidad de un título. La orden de la Jefa de Policía como madre, fue conseguirlo en la universidad del Reino Tierra. Ella sabía lo mucho que detestaba esa universidad.

Pero detrás de esa mujer justa y recta, que no rompe ni una regla, había una bestia rebelde y decidida. Por eso Lin Beifong obtuvo su título con los Dai Li. Él no podía estar más orgulloso de la mujer que amaba, y en ella veía esa firmeza que deseaba para la madre de sus hijos.

La idea era simplemente perfecta. Exceptuando la rabieta de su tía Toph, por supuesto.

Él conocía cada una de sus facetas. Incluso conocía a la Lin Beifong desconsolable y llorosa, aquella niña en cuerpo de mujer que lloraba por la partida de su madre. Toph Beifong había prometido volver. Pero crear una nueva vida de iluminación con su hija menor parecía más tentador.

Pero él seguía siendo suyo, y mientras lo siguiera siendo, ella jamás estaría sola.

Recuerda su faceta de mujer celosa y posesiva. Cuando conoció a Pema, la adolescente tierna de estados de humor cambiantes y risillas cantarinas, todo cambió. Con sus mejillas sonrojadas, su belleza natural y su conocimiento cultural, logró desprenderlo.

Lin lo había notado. Probando el maquillaje de su tía Suki con torpeza, y usando ropajes cautivadores, lo intentó. Pero él ya no era suyo. Le pertenecía a la niña tierna y maternal.

Años después, de cierta manera, se arrepiente. Solía criticar las acciones de su padre, Moochee, por abandonarla. Solía criticar a Suyin por causarle sus cicatrices, y a Toph por abandonarla al igual que ese hombre.

Su propósito era ser el sanador de su alma. Pero terminó siendo alguien más en la lista de personas que la habían lastimado.