Confuso, Traicionero, Hermoso… Destino.
Prefacio
Digamos que el mundo es un sueño, que el cielo es color de rosa y las mariposas vuelan libres, que los árboles huelen a menta y las sonrisas son la moneda mundial. Digamos por un momento que todos damos lo mejor de cada uno y la paz reina, digamos que el amor es el pan de cada día. Digamos que en el mundo no hay guerras, y que todos pensamos como niños, que vemos las cosas tan simples como juegos y que cada despertar esta lleno de colores hermosos.
Pero el mundo no es así, al menos no para mí, no para los que como yo están predestinados antes de nacer, no para los que como yo pierden todo interés en agradar a los demás, los que estamos reservados para ver el sufrimiento desde la primera fila y protagonizar la perdida.
Creo no haber cometido mayor falta que nacer, creo que no soy merecedora de tanto y tan poco, entre la delgada línea del bien y el mal, siempre una protectora, y siempre peligrosa, temiendo dar un paso en falso, sabiendo que un solo tropiezo desvanecería el sendero.
Mi historia no es la de una princesa de cuentos, ni tampoco se acerca demasiado a las suposiciones que relatan los libros de miedo, y aunque para muchos sea una ilusión, mi historia, mi vida, es una realidad.
