Vainilla y Chocolate.
Todos los personajes pertenecen a Masashi Kishimoto.
-¿Quieres ser mi novia? – Y la pregunta hizo detener en seco a la chica, por unos segundos pareció como si el tiempo se le hubiera detenido, con movimientos suaves y sintiéndose como si fuera ajena a ese momento, se volvió hacia él, las mejillas levemente arreboladas, los labios suavemente separados, boqueó como un pez fuera de agua, pero las palabras negaban a formularse en sus labios.
¿Realmente había escuchado lo que estaba segura que había escuchado?
Sus ojos lo escrutaron con curiosidad.
¿Hablaba en serio?
Él le regresaba la mirada, impávido, carente de toda emoción, ni un rubor o titubeo se reflejaba en su níveo rostro, la chica entornó sus ojos, su actitud distante le hacía dudar un poco de dichas palabras:
¿Acaso estaba perdiendo la poca cordura que le quedaba? ¡No! Estaba segura que había escuchado lo que había escuchado... tal vez alguna otra persona a su alrededor había formulado dicha pregunta a su querida, y ella ilusamente la había amoldado a sus deseos.
La chica miró de reojo discretamente hacia un lado y hacia el otro, la calle estaba desierta.
De verdad... ¿hablaba en serio? ¿O era solo una broma?... ¿Bromeaba? ... De ser así, ¡era una broma muy cruel! ¡Con eso no se jugaba!
Toda clase de ideas absurdas y preguntas sin respuesta se arremolinaron en su cabeza mientras lo veía, como idiotizada, su respuesta no pudo ser mejor que su expresión:
-¿Neh?
Y él frunció el ceño.
Las opciones se le acababan, estaba segura que lo había escuchado, era demasiado joven como para empezar a sufrir ataques de demencia, también estaba segura que no lo había dicho nadie más, estaban solos al menos unos 20 metros a la redonda, si era una broma, bueno, entonces esa era una señal inequívoca de que el apocalipsis estaba cerca, jamás en la vida lo había visto soltar una broma.
No había más de donde elegir, tenía que ser él, analizó, mientras en su cerebro se formaba una sola oración que parecía no tener sentido en ése momento:
Neji Hyuga, quería que ella: Tenten... fuera su novia.
Frunció su ceño, mientras lo miraba en el más absoluto de los silencios, cuando era niña ¿cuántas veces no había soñado con una pomposa y bien elaborada declaración de amor? Velas, luz de luna, una cena, violinistas, ataviados con elegantes trajes de etiqueta, se mordió un labio para no reír...
¡Como cambiaban las cosas!
Venían cansados y sudorosos de una larga sesión de entrenamiento, el lugar; una desierta calle de Konoha, el momento, pocos meses después de la cuarta guerra ninja (aún se podían ver reparaciones por toda la ciudad) no podría ser menos romántico para dicha pregunta, y aún así estaba segura que prefería esa declaración, a aquella absurda y elaborada que se hubo imaginado cuando fuera niña.
Tenten, sonrió.
Todas sus amigas habían recibido la misma pregunta varios meses atrás, por sus "amores imposibles" en algunos casos, o demasiado evidentes en algunos otros, se preguntó si el resultado de aquella terrible guerra había motivado a sus compañeros, a tomar esa decisión, la castaña miró a su compañero a través de sus gruesas pestañas.
O en el particular caso de él... sería el hecho de haber estado en el umbral de la muerte que había cambiado su percepción acerca de ellos, o tal vez, solo era una obligación, al verse presionado por una sociedad que demanda a una cierta edad establecer un compromiso, después de todo, ya no eran ningunos niños.
Tenten acarició sus propios nudillos con nerviosismo, si de algo estaba segura era que Neji jamás haría algo que estuviera en contra de su voluntad.
-¿Tenten? –Preguntó él, después de un largo rato de permanecer en silencio, Empezaba a impacientarse.
¿Debía tomar ése silencio como una negativa?, ¿había sido precipitado formular esa pregunta?
Tal vez, dijo una vocecita llena de negatividad dentro de su cabeza, pero no podía evitarlo, ya no más, tenía que reconocer que muy a su pesar que sus entrenamientos, sus estudios o sus misiones, no reclamaban tanto su atención como lo hacía ella; se sorprendió a si mismo mirándole más de lo necesario, sonriendo como idiota cuando la veía, elaborando cada vez más absurdas situaciones para pasar más tiempo con ella a solas, sin Gai-sensei, ni Lee, ni sus primas, ni su tío, nadie que los pudiera importunar, nadie más que ellos dos.
Se descubrió que las pesadillas producto de aquella mortífera batalla, solo se disipaban con el recuerdo de su despertar en aquella sucia camilla de ese mal elaborado hospital que había montando para sus heridos...
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Sus ojos se abrieron con pesadez mientras escuchaba como entre sueños, gritos de júbilo y llantos dolorosos, era extraño, ¿Cómo es que había pasado eso? Cerró nuevamente sus orbes plateados esbozando una mueca dolorosa.
El cuerpo le dolía a mil demonios, sentía dolor en cada musculo de su cuerpo, músculos que no sabía ni siquiera que tenía, se sentía frágil y cansado, afiebrado, como quien se recupera de una fuerte gripe.
Un manchón borroso frente a él le hizo comprender que no estaba solo, parpadeó un par de veces, el manchón chocolate, empezaba a definirse y tener forma, era Tenten
Trató de pronunciar su nombre, pero las palabras se atragantaban en sus labios, Tenten sonrió entre hipidos y largas lágrimas rodaron por sus mejillas.
-Neji –llamó ella intentando controlar el temblor de su voz sin éxito, intentó decir algo, pero solo sus labios se movieron sin pronunciar sonido alguno, ella negó con la cabeza: –No digas nada. –Sonrió, pero sus labios temblaban suavemente por las comisuras –estas: muy débil.
Dos lágrimas gruesas siguieron a las primeras, parecía debatirse entre reír o llorar, Neji siguió el camino de esas lágrimas que se perdían bajo la tela de su chaleco shinobi, nunca nadie había llorado por él, desde la más tierna infancia, al cuidado de sirvientes y parientes con un largo historial de problemas personales, era imposible que alguien se tomara la molestia de preocuparse lo suficiente para derramar un par de lagrimas sinceras por su persona, sus primas tal vez...
Sin embargo ahí estaba ella, la eterna sonriente y optimista castaña, compañera de su equipo y ¿Por qué no? Una de las pocas personas que podía catalogar como amiga, llorando por él, por su causa, por su persona, él y solo él era el culpable de aquellas lagrimas, y un vacío, le pesó en el estomago.
No quería verla llorar, mucho menos por él, no valía la pena.
Quiso alargar su mano hacia su rostro pero se sentía demasiado cansado, su brazo pesaba como si fuera de plomo, no tenía fuerzas ni siquiera para eso.
-¡Neji! –Y otra voz más estridente y chillona de lo que le hubiera gustado nubló su visión de su compañera, un manchón rosado ocultó al castaño, y él se sintió como si el estupor estuviera reclamándolo nuevamente, las voces se hacían lejanas: – ¡Despertó!
Y en medio de aquella confusión, de cansancio, dolor y voces sin sentido, le pareció escuchar una voz que acallaba a todas las demás, la de su compañera y amiga, que en voz suave y gentil pronunciaba su nombre de una forma que solo pudo lograrle una sonrisa en los labios.
-Neji.
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-Si –Y su voz le devolvió al presente, Neji le miró en silencio, Tenten no le miró veía el piso como si no estuviera segura de cómo contestar, sus mejillas arreboladas se asomaban por detrás de sus flequillos castaños, con una cabezada seca, accedió a su pregunta. –Sí, sí quiero.
Neji quiso decir algo, pero no estaba seguro como se procedía en esos momentos, debía ¿estallar en carcajadas? ¿Prometerle el mejor futuro que él pudiera ofrecerle? ¿Besarla?
Enarcó una ceja, mientras barajeaba sus opciones, no tenía ganas de reír, aunque tampoco era de los que reían con facilidad, prometerle el mejor futuro, ¿para qué prometer eso? Bien sabía de sobra que Tenten, era capaz de tener el mejor futuro y lo haría con o sin él, hablar de esa manera ¿no era acaso minimizar las capacidades de Tenten y actuar él de forma arrogante?
Besarla, miró a Tenten sonrojada y nerviosa, le veía con una debil sonrisa timida en los labios... y parecía igual o más nerviosa que él, aunque no entendía porque... no habría sido ella la que acabara como un idiota, si le respondía de forma negativa.
Neji tragó en seco, nunca había besado a nadie, y sabía que no iba a empezar en ése momento.
Así que sin más opciones de las cuales escoger, se decidió por la única que podía tener, ser él.
-Bien. –Y dio una cabezada seca, y sin un beso, abrazo o tan siquiera un apretón de manos, ambos siguieron su camino.
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Hola!
Espero que les haya gustado este capitulo, ya traía esta idea entre ceja y ceja, de mi pareja favorita, espero dejen reviews si les gustó y si no también, estoy abierta a toda clase de críticas.
P.D. Seh, por si no se notaba, en mi fic, Neji no muere...
Besos y abrazos :)
María de las Mareas
