"Haré que mi amor no olvides, que mi nombre en tus recuerdos quede y si es verdad que el amor con el tiempo muere, haré que el tiempo detenido espere".
Chapter I:
Misaki Ayuzawa asistía a su ultimo año en la preparatoria Seika, al tiempo que trabajaba en el Café Maid Latte. Su vida siempre fue normal, sus calificaciones buenas, un tanto tsundere, pero una chica buena. Jamas sospecho que se hallaría de frente con lo sobrenatural.
Caminaba ese noche por las tranquilas calles del barrio, al salir del trabajo. Eran cerca de las 10:00pm, y claro, se le había echo tarde al quedarse a limpiar con la gerenta, que por costumbre le hablaba sobre sus años de escuela y su sueño de abrir un café. Pero sus pensamientos se alejaban al rincón conciente, a aquel gramo de miedo y verdad que siempre le atormentaba.
En realidad no sabia cual era su vocación. A pesar de que planeaba estudiar algo provechoso como Leyes o Medicina, aun no estaba decidida, y el tiempo se terminaba. Iba así, hurgando entre las alternativas y pesares de sus habilidades o mas bien defectos a superar, cuando tres hombres comenzaron a perseguirle. Ella, claro esta, se percato de inmediato, por lo que a propósito se interno en un callejón. No estaba del todo convencida de poder con los tipos, pero su enojo con ella misma seria ventajoso.
En un movimiento rápido trato de darle una patada a uno, pero este le derribo con facilidad. Observo entonces los rostros de estos hombres, y se llevo un gran susto al ver que sus ojos destellaban en la oscuridad con un rojo intenso.
-¿Qué?... -Los tipos le sujetaron y esta impactada por la fuerza que ejercían, ahogo un grito aterrado-.
-¿Qué creen que hacen? -Una tranquila pero seductora voz detuvo a los hombres-.
Voltearon al punto del que provenía la voz, justo a la entrada del callejón. Misaki observo hacia aquel lugar y solo fue capaz de ver una silueta, que con rapidez desapareció. Lo siguiente llevo a tope su comprensión. Los tipos se alejaron como perros en presencia de un invasor. El extraño arremetió a uno contra la pared, para luego destrozar su cráneo de un golpe. Se hizo polvo en un segundo. Luego los otros dos saltaron con fuerza intentando huir, pero los intercepto con rapidez, lanzandoles al suelo con fuerza. En pocos segundos, estos también desaparecieron hechos polvo.
Aun impactada por lo sucedido, vio como lentamente desaparecían los igualmente rojos ojos del tipo, para toparse con la verde mirada de Usui Takumi.
-¿Usui Takumi? -Susurro aun incrédula-.
-¿Aun asustada, Kaichou? -Le pregunto esbozando una traviesa sonrisa, rara en el-.
-¡¿Qué?! ¡¿yo, por favor?! -Mintió cruzando sus brazos sobre el pecho, aun en el suelo. Pero de nada servia, él lograba oler el miedo en ella-.
-Descuida... -Se acerco inclinándose para que le viera a los ojos- ya no necesitas temer... -Susurro, provocando que Misaki sintiera sueño. Se vieron unos segundos a los ojos, mientras él se acercaba y le sostuvo antes de que cayera desmayada- Que obediente.
Takumi le cargo cual princesa, al tiempo que se sentía intoxicado por el dulce aroma de su ser. Comenzó entonces a caminar hacia donde sabia, estaba la casa de Misaki. Desde que había entrado al instituto, la esencia de esa humana le atraía peligrosamente. Su forma de ser, algo brusca con los chicos pero tierna en el fondo, su porte, su inteligencia, si algo debía admitir, es que la hermosura que ella escondía tras ropas holgadas y nada femeninas, podían fácilmente ser suyas si quisiera. Pues bien, Usui Takumi, en realidad es un vampiro.
Poco creíble, ¿no?. Verán, él, a diferencia de muchos vampiros de sangre pura y sus descendientes, puede caminar bajo el sol sin problemas, su piel y sentidos no se ven afectados por los tibios rayos que queman la piel de los otros. Pero a causa de su propia naturaleza, esta a punto de perder la cabeza.
Tendió sobre la cama a Misaki, y le observo un momento. Le quito lo zapatos y extendió las mantas sobre aquel menudo cuerpo, solo para respirar un poco mas de ese dulce aroma a mujer. La deseaba, claro que deseaba a esa simple humana, pero...
Se acerco a su cuello, sintiendo como cada inhalación hervía su sangre, arriesgaba su cordura. Lamió aquel cuello, escuchando con atención el correr de aquel liquido vital, imaginándose sobre ella, desnudo, penetrándola con fuerza. Dulces gritos de aquella boca, y aquel néctar fluyendo de su cuello... desgarrar la frágil piel, exponer tan delicioso ser. Pero volviendo a la tierra, una sola mordida le convertiría en vampiro, un vampiro de la peor clase, "un antes humano". Y matarla no era opción.
Se alejo en silencio, y solo volteo para verla girar y aferrarse a la almohada. Desde hace casi tres años, casi tres años deseándola, reprimiéndose, cuidándola de los malditos y salvajes vampiros... Todo para que llegara ese día Ella se vio en los rojos ojos de un vampiro, por lo cual, se convertiría en "guardián".
Caminaba con calma hacia su departamento. Desde que había llegado a Japón, luego de diez años en Londres, se le había asignado cuidar esa zona de la ciudad. Vivir como un humano normal, sin llamar la atención, cuidar a los humanos y mantener en secreto la existencia de su raza. Eso se había vuelto su deber, su única obligación como vampiro noble.
Pero bien, ser un ser "mitológico" en medio de tanta gente cobarde, tenia ciertas ventajas. A pesar de no beber sangre directamente de un humano, divertirse seduciendo mujeres para que luego no supieran donde están paradas... bueno, algo de diversión no estaba de mas. Mientras evitara que estas vieran sus ojos rojos, todo quedaría en nada.
Pero Ayuzawa Misaki vio sus ojos, y eso tendría un costo para su rudo ser.
A poco de llegar a su solitario hogar, un grupo de al menos veinte vampiros detuvieron su paso. A esa hora ningún humano vería nada, pero este solo aprovecharía la ocasión para liberar su auto-enfado. Sin importar la cantidad de insolentes subordinados, ninguno fue capaz de poner una mano sobre Takumi. En menos de un minuto, toda aquella vacía avenida quedo cubierta de polvo, único despojo de "vampiros antes humanos", que Usui desaparecía sin consideración.
Alzo la vista. La luna estaba a pocos días de alcanzar su mayor esplendor, y eso solo significaba; "enemigos".
Recostado en su fría cama, se dejo llevar por el recuerdo de aquel fragancia tan exquisita. El olor de la querida ex-Kaichou, que hacia poco había perdido su puesto en contra de un extraño chico de segundo, era demasiado tentador.
Quería besarla, acariciarla, hacerla gritar, morder su piel y beber su sangre... Deseos que le volverían loco. Y aun con esos deseos apoderándose de su entrepierna, debía procurar que esta no fuera mordida. Debía evitar a toda costa desgarrar su suave y blanca piel, debía... si lo hacia ella seria como esos seres tan bajos. Un vampiro sin ningún auto-control, peligroso para los humanos y el secreto de su existencia, tan propenso a perderse en la locura.
No, no quería eso para su Kaichou, no quería eso...
N/A: Gomen! a quienes esperaban lemón en el primer capitulo, pero luego luego sera bastante explicito.
¿O creen que Usui resistirá mucho tiempo?
Bueno, saludos y gracias por leer.
Bye-ne!
