Hola gente, generalmente suelo escribir fics y no los termino, pero este tengo unos cuantos capítulos ya escritos, asique prometo no decepcionar.
Tiene una dedicatoria a Aelita's-chan, a quien le debo unas cuantas "muchas gracias", gracias por ser quien es y gracias por haberme introducido al mundo de Code Lyoko.
No poseo Code Lyoko.
Prologo: El piso de los dormitorios.
Un chico rubio de unos 14 años se encontraba sentado al frente de su computadora en la habitación de la Academia en donde asistía a clases de día y parte de la tarde, y donde vivía el resto de las horas. Él había comenzado un diario de su autoría por un proyecto de robots, cerró la puerta y se dispuso a escribir una entrada más. Revisando el calendario de su computadora, vio que su fecha era 7 de octubre del año 2005. Se dispuso a escribir sin más idas ni vueltas:
"7/10/2005.
Diario de Jeremie Belpois. Academia Kadic.
En mi búsqueda aparecen nuevos elementos, como esta aparición de elementos en una fábrica automotor de Renault abandonada a las afueras de la ciudad.
"La fábrica había sido abandonada hace 12 años atrás por la empresa desde que la empresa decidió mover su fábrica a otra parte más afuera de la ciudad. Desde ese entonces, la fábrica ha permanecido en pie, sin haber dejado rastro de las actividades allí realizadas", según el diario local, en un artículo acerca de la vieja fábrica.
Realmente no entiendo por qué habrían de dejar rastros de la actividad realizada. Solo espero que hayan dejado materiales para mi proyecto.
Este es un buen lugar para realizar la búsqueda de lo que necesito. Sin embargo, tendré que demorar esta búsqueda hasta el próximo domingo 09, cuando mis deberes como estudiante de la Academia no consuman el tiempo necesario para explorar lo que se supone que es una fábrica de amplias dimensiones. He bajado los planos de Internet, y hay algunas incongruencias en los mismos. Los planos necesitan una actualización.
Fin de la Entrada."
Miro el reloj del ordenador una vez más. Perplejo ante el descubrimiento de la tardía hora, se fue a dormir inmediatamente, esperando con ansias ver que encontraría en dicha fábrica. Y sin lugar a dudas, sin esperar con lo que se iba a encontrar. ¿Qué era lo que iba a encontrar? ¿Qué esperaba?
En una habitación del piso de los hombres, otro chico de la edad de Jeremie se encontraba ordenando su habitación, la cual sería motivo de inspección por parte del profesor de Educación Física, Jim Morales. Si bien Ulrich Stern era uno de los estudiantes varones más ordenados, jamás llegaría a complacer las exigencias del profesor, quien no mostraba mucho aprecio por el chico. Pero las cosas cambian y como Ulrich entró en el equipo de futbol de la Academia en el momento justo debido a su buen rendimiento, esto hizo cambiar la opinión de Jim y de pasar de ser un estudiante mediocre a un buen estudiante en su materia. Una vez que terminó de limpiar y ordenar su ropa y útiles escolares, se oyó un leve golpe a la puerta.
Ulrich abrió la puerta, y se encontró con Jim. Jim es una persona bastante grande de cuerpo, producto de años de entrenamiento en educación física y competencias en toda la nación, entre otras cosas.
-Stern, veo que has limpiado la habitación. No sé cómo lo haces, pero eres un ejemplo a seguir por todos los varones. Claro, no eres tan ordenado como Belpois, pero es un avance.
-¿Qué quieres?, Ulrich respondió de mala gana ante la comparación con el mejor alumno en noveno grado, Belpois.
-Tu padre ha llegado, Stern. Quiere verte, está hablando ahora con el director Delmas.
-Genial. ¿Algo más?
-No. Eeeh, si, Stern, prepara la habitación porque quizás tengas nuevo compañero. Nada definitivo, tan solo rumores. Y no olvides que las clases de Penkak Skilak comienzan el lunes. Ya hay alguien inscripto, no falles.
-Gracias Jim, no sabes cuánto me alegra saber. Me has alegrado el día, dijo Ulrich, sarcásticamente.
Jim dio media vuelta y se fue. Ulrich se puso a estudiar, solamente atormentado por el problema que traería la próxima conversación con su padre. Pero su concentración en el estudio se terminó en el mismo momento en el que escucho a dos voces aproximarse a su habitación en el piso de los dormitorios.
