¡Hola a todos! Les traigo esta historia que salió de mi retorcida imaginación, seré sincera, no tengo idea de cuanto durara, ni la frecuencia con la que actualizare, pero tratare de ser constante, no la dejare a medias ¿ok? Y bueno ya saben, los personajes no me pertenecen y bla, bla, bla, ¡disfrútenla!
Capitulo 1. Nuevo camino.
-¡Estúpido Inuyasha! No, mas bien yo soy la estúpida, claro yo solo lo ayudo a recolectar los fragmentos de la perla, sin mi él no podría hacer mucho ¡soy mas útil que el! y aun así se van con ella y yo como tonta esperando a que regrese o torturándome espiándolos- solamente de recordar lo que vio y escucho, le revolvía el estomago.
-Inuyasha, quiero ir contigo, no quiero alejarme de ti
-Lo se Kikyo, pero no creo que los chicos acepten tan fácil, además Kagome…
-Kagome, Kagome, ella no soy yo, es una mala copia, ni siquiera te es de utilidad, siempre esta llorando o en peligro, su poder espiritual es débil, me necesitas a mi, a la original, a tu mujer
-Lo se, hare todo lo que pueda, no puedo estar sin ti, te necesito a mi lado, sé que contigo podremos recolectar los fragmentos mas rápido, pero tampoco quiero lastimarla, como sea es una buena amiga- el ojidorado rodeo la cintura de aquel cadáver con sus brazos y la acerco a su cuerpo, donde la acuno con amor y delicadeza, Kagome se rompía a cada movimiento, como quería estar en lugar de Kikyo
-Ven conmigo ahora, vamos a hablar con los chicos, convenceré a Kagome de regresar a su tiempo y destruiré el pozo, es lo mejor para todos, lo mejor para nosotros
-Oh Inuyasha ¿harías eso por mi?
-Lo haría todo por ti Kikyo- dijo, para después unir sus bocas en un beso- no la necesito, nos retrasa, me aleja de ti, la aprecio, pero llega a desesperarme, perdemos mucho tiempo cuando va a su época, de donde nunca debió salir…
Las palabras de Inuyasha se clavaban como puñales en su corazón, pero más que dolor, sentía ira, por ser denigrada, utilizada y desechada como si fuera un objeto.
Lo único que se escuchaba en el bosque era la voz de una linda y muy enojada chica de cabello negro y ojos azules, siempre era lo mismo, él se iba un rato con Kikyo y regresaba confiado de que Kagome lo estaría esperando con los brazos abiertos, dispuesta a ser su peor es nada, pero ya estaba harta, estaba cansada de ser una opción por "si algo fallaba", estaba tan metida en su coraje y su auto regaño que no noto que un par de fríos ojos dorados la miraban hasta que fue demasiado tarde.
-Humana patética- Kagome se giro al escuchar esa gélida voz a su espalda y aunque la reconoció al instante, cuando lo vio se sorprendió, normalmente sin Inuyasha cerca, trataría de alejarse de el para evitar problemas, pero su ira era tanta que no pensó
-¿¡Y a ti que demonios te importa!? Ocúpate de tus asuntos y déjame en paz ¡idiota!- cuando reacciono quiso huir rápidamente, pero solo pudo ver la cara de Sesshomaru, que no demostraba ninguna reacción eso era bueno ¿no?
- No eres mas que una humana estúpida, me resultaría tan fácil matarte que incluso pensarlo me da pereza, así que lárgate a llorar por ese asqueroso hanyou a otro sitio- sin darle mas importancia al asunto se recostó sobre la rama de un árbol.
Kagome, tomando su consejo, se giro para marcharse por donde llego, pero una idea loca le cruzo por la cabeza, lo que menos quería ahora era regresar con Inuyasha, eso seria demasiado denigrante a estas alturas, hizo su camino de regreso hacia el árbol.
-Sesshomaru...-espero una respuesta, pero solo le llego silencio, así que decidió seguir hablando- ¿puedo marcharme contigo? No quiero estar mas con Inuyasha, si me voy a mi casa el me buscara ahí y me traerá de regreso y... bueno no creo que lo haga, pero no quiero dejar nada inconcluso aquí y además quiero demostrarme que yo puedo…
-Esta bien, pero si me estorbas te matare y bien podrías cuidar de Rin-su voz seguía sin expresar emociones
-Gracias-dijo en un susurro, se sentó bajo la rama del árbol, esperando el momento de marcharse, pero al parecer dormiría ahí, Sesshomaru no se movía y ya estaba oscureciendo.
El youkai se estaba preguntando el por que había aceptado esa locura, si bien Rin le había dicho alguna vez que le gustaría que esa humana la cuidara, pero nunca había hecho nada para cumplir ese deseo ¿Por qué ahora? Debajo de esa ira, la chica lucia abatida y su aroma reflejaba su tristeza, ¿quería ayudarla? Se inclino mas por la opción de que estaría lastimando a Inuyasha al llevarse a una de sus mujeres, se levanto casi olvidando que ella iría con el, bajo del árbol y la encontró sentada dormitando, para ser una humana, era bonita, de finas facciones y por lo menos podía ver que tenia unas lindas piernas.
-Vámonos humana- ella despertó al escuchar su voz, en un volumen mas alto de lo normal, se levanto, se sacudió la falda y fue tras el, que ya había empezado a caminar, estaba oscuro, pero la luna alumbraba bien el camino.
-Kagome, me llamo Kagome, no humana- como siempre, solo recibió silencio como respuesta, soltó un suspiro y dudo por un momento si debía regresar con sus amigos, pero al final se dijo a si misma que mientras mas lejos de Inuyasha mejor, además no quería toparse con Kikyo.
Caminaron durante toda la noche, ella prefirió no quejarse o pedir un descanso, mientras menos lo molestara mejor, al amanecer llegaron a un claro, donde Rin y Jaken esperaban al Lord del Oeste, cuando los vieron llegar Rin corrió emocionada hacia Kagome, habían tenido encuentros en el pasado y siempre había querido estar mas tiempo con ella, le gustaba esa chica.
-Señor Sesshomaru, bienvenido- saludo alegremente la niña quien sin esperar respuesta por parte de él se dirigió hacia Kagome y como si se conocieran de toda la vida la abrazo, un abrazo que fue bien recibido por la mayor, quien se lo devolvió- bienvenida señorita Kagome
-Gracias, pero solo dime Kagome- le dedico una dulce sonrisa
-Kagome, ve con Rin a buscar comida, no la pierdas de vista- Sesshomaru saboreo su nombre por primera vez, era un lindo nombre pensó
-Esta bien- la azabache tomo a la niña de la mano y Rin la guio hacia un rio cercano para pescar algo, Kagome estaba sorprendida por que el gran y temible Sesshomaru la llamara por su nombre, pero debía admitir que le había gustado escucharlo con su voz tan fría y masculina.
Rin no pregunto el por qué ahora Kagome viajaría con ellos y cuando Jaken lo hizo solo recibió una patada por parte de su amo bonito, lo que hizo que ya no preguntara mas y aceptara a regañadientes.
Mientras ellos avanzaban hacia el castillo del Lord del Oeste, en la aldea, estaban todos un poco locos, entre que ahora Kikyo los acompañaría y que Kagome no aparecía, no sabían por donde empezar a ordenar sus ideas, Sango estaba preocupada y molesta con Inuyasha, Shippo no quería tener cerca a Kikyo, no soportaba su olor y Miroku solo estaba mirando con frialdad al ojidorado, Kaede había salido con el pretexto de recolectar plantas, aunque lo había hecho por la mañana, pero cualquier lugar era mejor que su cabaña.
-Feh, están exagerando, seguro regreso a su época
-No lo hizo, ella salió a caminar y nunca regreso- dijo con tranquilidad Miroku
-Pero que casualidad que ella regreso contigo Inuyasha- dijo Sango, señalando acusadoramente a Kikyo- ¡Seguro le hicieron algo!
-No digas tonterías, ¿Qué ganaríamos nosotros?- alego Inuyasha
-Las almas que este cadáver quiere, perro tonto- Shippo sorprendió a todos con su arranque, estaba molesto, preocupado y asqueado-¿Cómo soportas siquiera su olor? Quiero que Kagome regrese
-¡BASTA! Kikyo es mi mujer y se quedara aquí, no permitiré que le falten el respeto, la necesitamos, Kagome solo nos estorba y complica el viaje y…-no termino la frase, Sango lo había callado con una cachetada, saliendo hecha una furia seguida por el monje Miroku, cuyo silencio ya era fuera de lo normal, Shippo salió junto con ellos, lanzándole una mirada llena de odio a la pareja y decidió que sin Kagome el no seguiría ahí, no la traicionaría así, por lo que se fue al bosque a buscarla, con la suerte que el viento que soplaba del oeste le trajo su olor, así que siguió el rastro, la encontraría.
Sango se sentó en una roca, refunfuñando palabras poco dignas de una señorita, mientras Miroku se ponía detrás de ella
-Excelencia, hay que encontrar a Kagome
-No creo que sea buena idea, con esa mujer aquí todo se complicara mas- soltó un suspiro- creo que si la señorita Kagome esta lejos de ella es mejor, dudo mucho que le hayan hecho daño, por lo menos no intencionadamente
-Ella fue a buscarlos ¿cierto? Debió ver las serpientes caza-almas de esa muerta y como siempre fue a ver que ocurría, estúpido Inuyasha
-Seguramente lo que vio no le gusto y se fue al bosque, aunque en realidad espero que este en su época
-También yo, seria peligroso si estuviera en el bosque sola, excelencia ¿Por qué estaba tan callado?
-No tengo palabras para expresar la molestia que siento por la situación, así que preferí no decir nada
-Lo entiendo, enserio espero que este bien
-Lo estará, no hay que preocuparnos, muy aparte de lo que Inuyasha ve o piensa de ella, la señorita Kagome se ha vuelto fuerte, su poder espiritual es mas fuerte que el de Kikyo, pero aun no lo sabe manejar
-Se puede cuidar sola, nos lo ha demostrado, solo espero que no tarde en volver, sin ella no me voy
-Concuerdo contigo Sango.
Cuando Kagome vio la inmensidad del palacio se quedo sin palabras pero ¿Qué más podría esperar del gran Sesshomaru? Al parecer la modestia no formaba parte de él, era un lugar digno de una Lord, nada como lo que había pensado que seria, al contrario, era bonito, había mucha naturaleza alrededor, Rin le había contado que había aguas termales en el terreno, un rio y un lago, muchos animales y frutas, por primera vez desde que deicidio abandonar a Inuyasha se sintió un poco tranquila, si hacia las cosas bien Sesshomaru no la mataría y Rin al parecer la quería cerca, Kagome se sintió bien con su decisión, solo esperaba poder ver a Shippo pronto, le preocupaba el pequeño demonio y sabia que Sango y Miroku estarían bien, ellos la entendían mejor de lo que ella misma se entendía.
Por primera vez desde que Kagome llego a esa época se sintió bien por algo, sabia que ese nuevo camino que había elegido la llevaría a un buen lugar.
