Woolaaa! ¿Cómo tan? Sie!! ToT no he terminado "Compartiendo el vivir" ni "Destino para dos" pero es que ideas vienen, ideas van... y no puedo evitar publicarlas. Xd Pero les prometo que seguiré actualizando... no me golpeen shi??!!

Oka, ya basta de tanta introducción... Este fic es un UA (si, de nuevo) y me inspire en un "No sé que" de HXH que una amiga hizo el favor de traducirlo y mandármelo. Es muy lindo!!! *-* Además es GonxKillua... :p mejor!!

Disclaimer: Nada de HXH me pertenece... aich! *Un libro cayo a la cabeza de Chibi y ahora ta inconsciente... *

Dejen review!!!! Gracias!! (creyeron que de verdad estaba inconsciente?? ¬¬ que malos son)

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Días de Juventud       

Primer Capítulo: ¡Ohayou!

Levanto una ceja, y miró el edificio que se alzaba ante él; no era ostentoso. ¿Cómo lo sería si se trataba de una preparatoria? Camino, con ambas manos en los bolsillos, silbando despreocupadamente una melodía y con el maletín de la escuela alicaído por sobre su espalda y meciéndose de una lado a otro con el caminar. Sabía que era tarde, pero no le importo. Ya era normal en él que llegase tarde a todas las escuelas a las que había ido... y cuando decía todas, eran TODAS.

Ya era un fastidio que sus padres se dedicarán a estropearle la vida, en todo aspecto. Aún recordaba a su primera novia; resultado: Chica con trauma por acoso excesivo de los padres. También recordaba a su perrito, ese lindo de color café... ¿Qué paso con él? Termino siendo un pobre perro callejero, lo veía de vez en cuando y le daba un poco de comida. Y lo peor de todo era que la lista continuaba... ¡Oooh sí! Desde que tenía memoria era de esa forma. Sus padres, grandes empresarios, viajaban por todo el mundo y con esos arranques de paternidad que tenían a veces [solo a veces]. Suspiro con tedio. No valía la pena recordar, lo único cierto era que por obligación viajaba por todo el mundo... ¡nunca había tenido un amigo! Tampoco era algo que le quitará el sueño... pero, a sus 17 años. ¿Era normal que siempre estuviese solo? Pero no era que fuese una persona desagradable... ¡Su estúpida familia era la culpable!

Una aparente venita se asomo por la sien del chico que ya echaba gruñidos de furia. No era bueno, no lo era. No agradecía haber nacido en una familia de prestigio, hubiera sido mejor haber sido pobre, pobre... pero feliz. Pero eso ya era un cuento viejo... ahora todo sería distinto.

Continuo con su recorrido con la cara de mil demonios, ya adentro del edificio se dirigió a la inspectoría. Debía preguntar cual era su salón. De todas formas era un lugar grande. Fácilmente podría perderse.

Se acerco hacía la secretaria, con aire distraído se apoyo en lo que parecía ser una mesita de atención. La muchacha frente a él no le presto atención, parece que estaba demasiado ocupada en algo que el chico no entendía. Números por aquí y por allá... un caos. Odiaba eso de las matemáticas.

Y en ese ir y venir de teclas en el computador ya habían pasado 15 minutos y la muchacha ni señales del chico frente a él, que con estrépito se movía por undécima vez los cabellos ya desordenados. Se inclino por sobre el mostrador, con expresión impaciente y ahora palpitante esa venita de hace un rato.

- Disculpe... – hablo con voz enojona.

La chica no le atendió. Más apresuro el teclear de sus dedos en el computador.

- Señorita... – Ahora la voz era exigente, demandante.

Pero no, no funciono. El muchacho ya estaba comenzando a molestarse y mucho!. Cuando ya estaba por lanzarle la silla puesta en el pasillo reparo en algo... la chica tenía lo que parecían ser unos audífonos puestos en sus oídos. Dejo la silla en su lugar y se golpeo la cabeza como recriminación a su idiotez. Y ahora decidido, quito los audífonos del lugar de la controversia, los oídos de la chica. Al momento, esta lo miró con algo de desconcierto y susto. De seguro no era la primera vez que le pasaba esto y perfectamente podría perder su empleo por tal grado de descuido. Un segundo después se escucho el gritillo de la muchacha.

- ¡Aaaaaah! ;o; Lo he hecho de nuevo... – La joven se paro de su asiento y se inclino por sobre el barandal asustando a su interlocutor.- Discúlpeme... no le diga al jefe.

Ante tal exclamación, el chico la miro con aire de cómplice e incluso con pena. Pobre... luego sonrió.

- ¡Claro!.- En ese momento su expresión cambio totalmente.- ¿Pero ahora si me podría decir cual es mi salón? T_______TUUUU

La secretaria con ojos llorosos le tomo ambas manos al muchacho, como agradecimiento.

- Si, si... gracias.- Al instante se sentó y se dispuso a dar respuesta.- ¿Usted es el muchacho nuevo no?

- Así es... –respondió echando una ojeada al pasillo.

Ese sonido de teclas de nuevo.

- Pues... señor. Su salón es el N° 10.

- ¿Y como llego ahí?

La chica nuevamente se inclino por sobre él, y apunto en sentido de las escaleras.

- Mira... subes esa escalera, luego doblas a la derecha al final del pasillo encontrarás una bifurcación, tomas el del lado izquierdo, subes nuevamente la escalera hasta el tercer piso, caminas hacia el frente y el tercer salón es el tuyo n_n ¿Entendiste?

- O.o Creo... creo que si.- Tomo su mochila y se dirigió lentamente, escuchando como tras de sí la chica gritaba "¡Ya comenzaron las clases!" Si claro... ¬¬ si por culpa de ella llegaría aún más atrasado de lo que estaba.

Se encamino con algo de prisa, subió los escalones... ¿? Al ver la inmensidad del pasillo... Rogó por no perderse.

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- ¡Por fin!.- Se dijo victorioso y con una gota de sudor en la mejilla. Se apoyaba en sus rodillas y estaba casi hincado. Respiraba agitadamente y muestra clara de que había dado la pelea a su desorientación eran sus mejillas que con carmín se teñían graciosamente.

Se apresuro a arreglarse un poco, la camisa fuera del pantalón holgado y la corbata en una dirección incorrecta. No podía presentarse con sus nuevos compañeros así. Seguidamente apoyo una de sus manos en la puerta, temblaba ligeramente por el nerviosismo, se quedo así unos segundos y justo antes de que pudiese abrir la entrada, alguien, desde adentro ya lo había hecho.

- Eeeh... yo... creo que... vengo tarde.- Articulo en muchacho, con algo de sonrojo en las mejillas, veía como todos sus compañeros lo miraban expectante.

- Si muchacho! Te esperábamos hace... –El profesor miro su reloj.- ¡20 minutos! ¿Qué estuviste haciendo en todo ese tiempo?

- n_nUUU Larga historia...

A esto el maestro le abrió el paso al salón. Todos mecánicamente y por costumbre siguieron por todo el trayecto desde la puerta hasta frente al pizarrón, el cuerpo acurrucado en sí mismo, que reflejaba entre otras cosas, vergüenza y fastidio. ¿Es que acaso no podían ser menos impetuosos?

- Bueno muchachos... Veo que ya se han dado cuenta de que tenemos un nuevo compañero de clases, él viene desde muy lejos. Y proviene de una familia muy respetable... sean amables con él por favor.- Luego dirigió su mirada a un inerte chico.- ¿Quieres decir algo?.- le pregunto al recién llegado

El muchacho saco sus manos de los bolsillos y se paso una de sus manos por el pelo. Ya era normal en él que hiciese eso cuando estaba nervioso.

- Pues... mi nombre es Killua Zoeldick. Gusto en conocerlos.

No hizo una reverencia ni nada, simplemente aguardo ahí inexpresivo. Esperaba oír al profesor en cualquier momento, dándole alguna señal de donde se sentaría, pero a cambio de esto, solo escuchaba pronunciadas exclamaciones por parte del personal femenino de la clase.

- Pues... Bienvenido Killua. Siéntate donde quieras.

Killua hecho un vistazo a todos los asientos. Casi todos ocupados. Paso por entre los escritorios de todos los alumnos, a la vez que entrometidas muchachas le decían no sé que cosas. Prefería hacerse el sordo a que escuchar tal cantidad de sandeces.

De la nada, entre todas las cabezas, una mano se alzo. Killua miro en esa dirección, pero no vio la cara de quien daba la señal, un montón de cabezas se lo impedían y se encontraba ya al final del salón, en una esquina junto a la ventana. Camino en ese sentido, suponiendo que habría un puesto vacía y rogando que no fuera una mujer.

Finalmente llegó, y ahí estaba el puesto vacío. Rápidamente se sentó en él, y dejo sobre el pupitre individual su mochila. Miró hacia el lado, dispuesto a darle las gracias a quien fuera.

Se encontró con un rostro sonriente, demasiado feliz. Lo miraba dichoso; no pudo evitar sentirse acosado y hasta incómodo... se volteo, asustado por tanta demostración de afecto o si quiera alegría. Saco uno de sus cuadernos y una pluma para escribir, el profesor ya comenzaba a anotar algunas cosas en el pizarrón.

Cuando ya la punta del lápiz tocaba el papel, un pedacito del mismo apareció en la visión del chico Zoeldieck. Extrañado, lo tomo en sus manos, y lo desdoblo con la mayor precaución posible. Para que el maestro no lo viera. Apoyo una de sus manos en su mejilla, ladeándose ligeramente, mientras que con la otra lo sostenía frente a él con sigilo.

"Hola: Soy el chico del lado. Me llamo Gon Freecs. Bienvenido a la preparatoria "Hunter" (N/A: Kami-chan... lo saque del "no sé qué" de HXH Xd)".- Leyó las palabras impresas en el papel. 

Killua miró a su lado y descubrió los mismos ojos marrones felices, que lo miraban con más insistencia de lo que él hubiese querido. Se sonrojo, era la primera vez que de verdad alguien demostraba un supuesto interés en conocerlo.

Apresuradamente saco otro papel de su cuaderno lleno de garabatos sin sentido. Y se resolvió a escribir, pero antes de eso, la lúgubre sombra de alguien se interpuso en la luz del día, impidiéndole ver correctamente. No levanto la vista, sin embargo refunfuño irritado, pensando que de seguro se trataba de la chica que se sentaba frente a él.

La sombra gruño enojada, pero Killua no le presto atención. Aún moviendo la pluma de aquí a allá escribiendo en el papel. Indeliberadamente escucho un sonido, provenía de al lado.- Gon... – Pensó, y no se equivoco. Miro hacia él, y lo vio apuntar hacia el frente, con un rostro asustado. Muy distinto al sonriente de hace unos momentos.

El albino confundido levanto la vista, sin entender nada. Fue ahí cuando se topo con las gruesas gafas del maestro, enojado.

- Sr. Killua... ¿Qué es tan importante como para distraerlo de la clase?.- Interrogo con autoridad el profesor.

El chico no hizo nada. Solo se quedo ahí, este profesor no lo intimidaría.

- Pues... nada que a usted le interese.- Dijo con bravata y ambas manos en los bolsillos, aprovechando de partida, meter el papelito de la controversia en su chamarra.

Y ahí estaba, 10 segundos después de haber dicho eso y en un primer día de escuela. Afuera, en el pasillo... otro pasillo más, para variar -_-UU

Se encontraba lamentándose, cuando antes de seguir, escucho un leve grito del profesor desde el salón, al instante se abrió la puerta, con Gon aparentemente apenado. Killua lo miró un momento, de seguro había tenido problemas con el maestro por el papel. Sin embargo, la espalda del pelinegro no le permitía su completa visión, estaba de espaldas.

Killua se acerco condescendientemente, y apoyo una de sus manos en los hombros del muchacho que seguidamente se volteo con tristeza.

- Gon... yo lo siento.- Genial... buena forma de comenzar una amistad.

Gon levanto la vista; De inmediato el semblante le cambio por completo. Ahora los ojos, más despiertos que nunca, le dirigían dichosamente una bienvenida. La boca, curvada en una pronunciada sonrisa. El más pequeño se sentó en el piso, y le invito a Killua a hacer lo mismo.

- No te preocupes. Lo hice a propósito...

- ¿A propósito? ¿Por qué?.- El albino dirigió incómodo sus ojos a la ventana del pasillo que estaba frente a ellos. Y se sentó junto al extraño muchacho.

- Porque... mm... –Gon medito un momento su respuesta. Observo el techo, con uno de sus dedos en el mentón.- Creo que por nada en especial... ¿Acaso tendría que haber un motivo?

Asombrado, Killua movió la cabeza como negativa. Luego se asomo un pequeño atisbo de una sonrisa en el rostro pálido de él de los cabellos canos.

- Bueno... Gon. Me llamo Killua... mucho gusto en conocerte.- El albino le devolvió la mirada al chico moreno.

- Torpe... ya había dicho tu nombre ante el salón.- Se burlo Gon.

- ¿Torpe? ¿A quién le estás diciendo torpe?.- Pregunto enojado Killua. A la vez que elevaba uno de sus puños frente al rostro nervioso del pelinegro.

- Obvio que a ti Killua... no hay nadie más aquí y... –El coscorrón de improviso que le había dado el susodicho había llegado demasiado sorpresivo para él.

Entre medio de los fuertes brazos de Killua, Gon trataba de safarse de ese "abrazo acogedor" que le estaban propinando.

- Killua... duele... auch... la cabeza.- Chillaba Gon, entre lo divertido y el sutil dolor que los coscorrones de Killua le provocaban.

- Te lo mereces por decirme torpe.- Hablaba animado el albino, que con más fuerza sobaba la cabeza alborotada por tanta cabellera negra.

Se detuvo, al sentir leves pasos dirigidos hacía ellos. Miró junto a él, la puerta del salón. De inmediato apareció la figura del maestro, de nuevo tras de esas gafas, observándolos con más de una vena en la sien.

- Tenía entendido que los había castigado... a ambos.- Pronunció el maestro tratando de sonar malo.

- Lo siento Maestro Wing.- Dijo Gon, respirando después del abrazo asfixiante de Killua.

El maestro rezongo resignado. Y los vio por sobre los anteojos, antes de que pudiera regañarlos de nuevo... el sonido de la campana del receso le hizo retroceder y entrar al salón.

- Chicos... por favor. Pórtense bien. No hagan más travesuras.- El cuerpo ya se alejaba de ellos, sanos y salvos. ¡Gracias a Kami!

Ambos suspiraron aliviados... por poco y sufrían una muerte tortuosa. Se miraron cómplices y comenzaron a caminar por entre medio de los estudiantes que salían de sus aulas. A penas pasaban por entre la multitud, recibían devotas miradas de las chicas. Que suspiraban soñadoras.

Killua alcanzaba a escuchar distintos elogios hacia él; pero lo que más le llamaba la atención era que Gon también parecía ser muy famoso entras las mujeres de la preparatoria. En solo el lapso desde la puerta de la sala hasta el final del pasillo, había oído de todo; desde un "Gon... eres el más lindo y tierno" hasta una propuestas bastante lujuriosas.

Su semblante se torno pervertido de pronto. ¡Jejeje! Se divertiría mucho ahí.

- ¿Eh? Killua... ¿Por qué pones ese rostro?.- Pregunto el más pequeño desprendiendo esa inocente dulzura que hizo suspirar o desmayar a más de una chica en el pasillo.

- Eeep... por nada Gon. Olvídalo. n_nUUU.- Le miró suspicaz.- Eah Gon... No sabía que eras tan popular entre las mujeres.

El moreno le miro interrogante. ¿A qué se refería con eso Killua? Quizás se trataba de alguna cosa que había aprendido en el extranjero... curioso...

- No entiendo a que te refieres con eso...

De la sorpresa se tropezó con sus propios pies y cayo de bruces. ¿Cómo que no entendía? O.ó La pregunta era bastante explicita... Gon parecía ser, demasiado... inocente T.TUU. Sonrió para sí, le agradaba este chico. Se levanto y puso una de sus manos en la espalda de Gon.

- Nada nada... olvídalo... ¿si? n_nUU

- Esta bien, pero eres muy extraño Killua.

El albino cayo nuevamente con estrépito al suelo, dándole un "delicioso" beso.

¡¡¿Qué el era el raro?!! Levanto el rostro del frío piso, y apoyo una de sus manos en su mejilla, recostado aún en el suelo y con cara de fastidio.

- Si Gon... yo soy el raro.- Mando con sátira.

No supo cuando, pero Gon le toco la punta de la nariz y se hinco frente a él. Se asusto con el solo contacto de la yema del dedo del moreno, a tal punto que ese molesto sonrojo le acudió de inmediato a los pómulos más que tibios. No reacciono, ya que el mismísimo chico le recorrió la cara llegando a su barbilla. ¿Qué pasaba ahí?!!! O.ó Pero extrañamente le agrado... y eso le hizo estremecerse aún más. Con los ojos semiabiertos, observo el rostro inocente de Gon acercarse al suyo. Tampoco opuso resistencia, más bien cerró los ojos, como deseando secretamente lo que podría suceder.

Pero lo que quería nunca llego... entreabrió los párpados solo para ver al chico sacando algo de mochila y que al instante se giraba con un algo en las manos, nuevamente puso las cálidas palmas en su barbillas y Killua se dejo llevar otra vez, y adivinen... ¡Sorpresa!

- Killua. ¿Por qué tienes los ojos cerrados?.- Le pregunto Gon ya de pie.

De un soplo el albino los abrió; ya no estaba Gon frente a él, pero si tenía una bandita en su barbilla. T___TUU el mismo lugar donde el moreno había puesto sus manos. Sagazmente y con turbación se paro, el corazón le latía con mucha rapidez. No le gusto para nada. Agradecía que en ese momento no hubiese nadie en el pasillo. 

- Por nada Gon...

Sintió sonidos de pasos, pero no les presto atención. Lo que le había sucedido era algo muy extraño. ¡Más que eso! El brazo laxo fue tirado por una mano, Killua miró en dirección de esa intervención, y solo vio estupefacto la espalda de Gon.

- ¡Vamos Killua! ¡El receso terminará!.- Le indico este eternamente feliz, ya casi a la entrada del patio.

Le siguió, aún con la mano en el pecho. Miró la salida, y ahí estaba el sol. De lleno en la cara. Se detuvieron.

- ¿Qué pasa Killua?.- Pregunto el muchacho ya algo más alejado del albino.

Killua lo observo detenidamente. ¡Pero bueno! Cosas raras que pasan... nada que tenga importancia. Corrió tratando de alcanzar a Gon... ahora más tranquilo.

Cosas raras que pasan... ¿no es así?

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Hooolaaa de nuevo!!! Pues... yap, me voy altiro, es que me mandan a acostar!!! X_x

Espero que les guste, muchos besitos, saludos y abrazos.

No me voy me echan!!! XDD

Reviews please... para una pobre escritora de fics y fanática sin cura de HXH y de Gon y Killua

Chibi-poio... Obsesionada con Killua *-*