Disclaimer: Los personajes utilizados NO ME PERTENECEN (Salvo mi propio OC, Kiara Collins), todo es creación de John Carpenter y Debra Hill (Entre otros), solo manejo hilos en esta historia tratando que no sean muy OOC.
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Capitulo 1
"La sombra de Smith's Grove."
Haddonfield, Illinois. Octubre de 1977.
Octubre. Mes en el cual el Doctor Samuel Loomis solía mostrarse más tenso, hacia seis años en que luchaba para tratar de contener a cierto individuo que habitaba el Sanatorio Smith's Grove. Samuel ya venía pensando e ideando algo para el treinta y uno de octubre con objetivos de tantear, una vez más, al pequeño que hacia ya catorce años había matado a su hermana mayor en una fría noche de Halloween.
Habían sido años difíciles y el niño, casi sin mucho esfuerzo, había logrado formar su pequeño lugar en el mundo solo con haber estado encerrado el primer par de semanas, un lugar en el que era temido y respetado por varios de los integrantes que habitaban aquel sanatorio. Y las cosas eran buenas, al menos para él, ya que parecía disfrutar de saber que no se atrevían a siquiera reírse de él, todos sabían que él era alguien de quien cuidarse, muchos sufrieron con solo transmitirle una simple mirada de desafío. Y ni hablar de los bullies, esos pasaron cosas, traumas, de los cuales ahora solo formaban parte en sus listas de problemas a reparar.
Y las cosas siempre habían sido así esos años en que Myers había pasado, siempre y cuando no le provocaran, él parecía ser el paciente ideal a los ojos de los médicos, ya que muchos de los problemas internos que ocurrían entre el chico y los otros pacientes, quedaban entre ellos. Todos temían el siquiera hablar al respecto.
Él era el paciente ideal para el medico común, para el medico que ni siquiera tenía idea de las cosas que pudieran pasar por la mente de ese extraño adolescente, médicos que ignoraban casi siempre las advertencias de Loomis. Michael no hablaba, no lloraba ni hacia escándalos, no mostraba tener caprichos… Rayos, ni siquiera se movía. Él prefería estar sentado y ver hacia las paredes. Y como decía su doctor primario, Samuel Loomis, él parecía que viviera dentro de su mente. Su vista parecía atravesar las fronteras de aquellos muros y desplazarse más allá de lo imaginable… Como si esperara a algo, como si estuviera atento a algún extraño llamado, era algo más fuerte que él.
Samuel sabía que Michael no podía ser soltado nunca, el ahora hombrecito, porque ya no tenía seis años, sino veinte, parecía querer despistar a todos con esa actitud sobresaliente. Pero el doctor lo sabía y como siempre, él luchaba con aquellos tontos esfuerzos para lograr que los demás vieran que ese paciente no podía ser soltado jamás
Faltaba menos de un par de semanas para la tan ansiada noche de brujas para muchos niños, y como algo involuntario por parte del paciente más temido, este se solía enseñar más tenso que de costumbre.
Era una tarde algo fresca, y, siendo día de visita, Sam se dirigió al sanatorio portando su usual gabardina color mostaza. Le gustaba esa prenda, era cómoda y le era perfecta para el clima de ese diecinueve de octubre.
Él avanzó por los pasillos, los médicos y guardias obviamente al reconocerlo, muchos le saludaron ¿Quién no conocía a ese psiquiatra? Era bueno en sus estadísticas, lástima que a veces pareciera que nadie quisiera prestar un oído a sus comentarios de advertencia, pero bueno. Siguió un poco más, atravesando algunas puertas, dirigiéndose al cuarto piso, luego de unas cuantas puertas con cerraduras más, puertas vigiladas las veinticuatro horas del día por guardias, finalmente ve la habitación por la que buscaba llegar.
Al final del pasillo, allí estaba. La puerta de color blanco que hacia combinación con las paredes, aquella entrada tan vigilada, dentro se encontraba aquel sujeto, aquel sujeto que aparentaba querer competir contra el mismo silencio.
Escuchó la puerta abrirse detrás de él, supo entonces que él había venido a verle, como siempre. Era uno de los pocos doctores que se atrevía siquiera a dar la cara tranquilamente de tal manera frente a su ser, aún así y todo, no se digno a mirar al Dr. Loomis. Que se acercara, no era problema, estaba acostumbrado a sus mil y un intentos en tratar de provocar reacciones en él.
Michael se encontraba sentado en una pequeña silla frente aun gran ventanal con barrotes, vestía ropas del sanatorio, notoriamente el clásico pantalón de tela y camisa blanca por igual. Su cabello era de un castaño oscuro, no rubio como lo había sido de pequeño, su color se había opacado notoriamente ahora tras los años. Y ya le estaba creciendo un poco, manteniendo un largo casi por los hombros. Sus ojos, bueno, clásico marrón oscuro solo que al centro, el iris era más notorio, haciendo que su ojo resembrara a casi un negro profundo si se lo veía y la sombra pegaba en su rostro. Ninguna cicatriz o marca extraña, actualmente era un joven bastante apuesto, solo que su actitud lo hacia aterrador ante cualquier chica que quisiera posar sus ojos sobre él. Su mirada era sumamente abrumadora a veces, al punto de erizar la piel, pero por lo general, la mayor parte del tiempo solo enseñaba una mirada blanca y sin expresión.
Loomis acercó una silla y la colocó a un lado de donde Michael se encontraba, pero al comienzo no se sentó, solo dejo la silla allí y se paro junto a la ventana… Observando, tratando de ver que era aquello que Michael disfrutaba el observar.
Nada.
- Es una tarde bastante tranquila, solo espero que las cosas no se pongan feas. ¿Cómo has pasado estos últimos días, Michael? –Comento el mayor sabiendo que no tendría respuesta, sin observar directamente al muchacho sentado cerca de él.
Y claramente no hubo respuesta.
- Si, en tranquilidad como siempre. ¿Te enteraste que hubo un accidente con el paciente que habita el cuarto contiguo? Un caso bastante curioso, podría decirse.
De nuevo, Michael ni siquiera se digno a mirar al doctor.
Sam gira su rostro un poco para verle finalmente y luego de un momento de silencio, dio un par de pasos hacia la silla y en conclusión, se sentó a su lado.
- … Pero entre nosotros, muy bien sabemos quien fue el responsable de tal acontecimiento. –Agregó Loomis después.
Myers le vio de reojo finalmente, un movimiento causado por las palabras del adulto.
Samuel hizo igual, pero le miró directamente, a esos ojos oscuros, esa mirada sombría y carente de emoción. Loomis sabía que había entendido.
Se mantuvo un silencio prolongado por un buen rato y ahora, aparentemente, Sam se había perdido en sus propios pensamientos. A pesar de los años y saber que por más que tratara, las cosas no podrían cambiar con respecto a Myers, muy dentro suyo sentía un extraño afecto por él. A veces deseaba poder volverlo a escuchar, al comienzo solía comunicarse aunque fuera con pocas palabras, pero luego… Nada. Michael parecía haber caído en un profundo hoyo desde hacia ya mucho tiempo.
Como profesional, él suponía y deducía las cosas primarias que un psicópata podía pensar, tenía cosas en que basarse, experiencias, pero algo oculto… Algo extraño y diferente, Sam podría jurar que percibía aquello en el interior de Michael, tenía que haber algo más, solo que no podía deducirlo aún y eso le frustraba.
Ese muchacho se había vuelto una especie de obsesión para el adulto.
- Realmente a veces desearía que volvieras a comunicarte conmigo, ¿Sabes? –Comentó el doctor finalmente tras varios minutos de completo silencio.- Pero sé que no hablarás, que no te comunicarás, Michael. –Finalizó.
Michael entrecerró la mirada, soltando un suspiro. Su respiración se tensaba poco a poco, nuevamente. La señal era clara: Quiero estar solo.
Samuel entendió aquello y no paso mucho para que él se pusiera de pie, volviendo a tomar aquella silla en la que había estado sentado, por el respaldo, y la dejo en el lugar que estaba antes de volver solo para despedirse.
- No sé si podré venir a verte en estos días, solo te pido que por favor… Controles tu ira, aunque sea un poco. No creo que quieras tenerme en tu contra a la hora del juicio el próximo año, yo sé que prefieres este lugar a que te trasladen a una prisión de máxima seguridad. Y aunque te parezca extraño, yo también prefiero que estés aquí. –Dijo Sam y comenzó a dar un par de pasos hacia la salida, pero antes de golpear la puerta de salida para que los guardias le dejaran salir, se giró para ver a su paciente una vez más, para decirle algo que se le estaba escapando.- Y algo más…
Michael entreabrió la mirada mientras la misma aún estaba dirigida hacia fuera de la ventana, él estaba atento a sus comentarios como siempre.
- Feliz cumpleaños, Michael. –Dijo el mayor finalmente y ya luego si, avisó para que le abrieran la puerta. Pronto estaba saliendo de la habitación, dejando nuevamente a un Michael Myers completamente solo en su habitación.
Michael había girado levemente su rostro hacia su derecha cuando escuchó aquellas palabras, podría decirse que era algo especial. Pero como era notorio, no demostró emoción alguna. Al menos no alguna emoción que fuera posible de notar.
Su psiquiatra se había ido, y él se sintió en paz una vez más. No porque le desagradara aquella presencia, Michael tenía muy en cuenta todos esos años que ese hombre trató de ayudarle y que aún, parecía querer tratar de hacerlo. Por alguna extraña razón, sabía que no podría cometer un acto muy violento delante de él. Y aquella voz que podría denominarse como su pequeña conciencia, aquella voz que se escuchaba casi como un susurro que poca veces se hacia notar en su perturbada mente, aquella vocecita solía decirle muchas veces "Contrólate, sabes que le aprecias." Pero ya luego la mayoría de esas veces, la otra vos gritaba con fuerza para tratar de callar al susurro. Y aquella decía cosas como "No es así, él busca destruirte. Él no entiende, no entiende. Debes matar, matar… ¡MATAR!"
Y solo con recordar aquellos susurros y gritos, su respiración volvió a tornarse un poco más pesada, sus músculos se tensaron sobre sus manos y los puños se apretaron por un momento. El tiempo paso, tenía que olvidarse de todo y así… Él volvió a mirar por la ventana.
Venía entrando al sanatorio, llegando al hall y pronto a un gran pasillo, avanzó hasta que llegó a recepción y una enfermera la atendió.
- Hola, si, disculpe. Estoy buscando por el Doctor Samuel Loomis ¿Sabe si puedo encontrarlo por aquí?
- Por supuesto. No hace mucho llegó, creo que estaba visitando a uno de sus pacientes. No tardara en aparecerse de regreso. –Dijo en respuesta la enfermera a la bella chica que se encontraba a pocos pasos de ella.
- Gracias, esperaré entonces.
Ella sonrió y sostuvo firmemente las carpetas que traía consigo. Y casualmente, el doctor por quien ella estaba buscando aparecía al final del pasillo que tenía ella en frente ahora, tras bajar por las escaleras.
- ¡Doctor! –Ella musitó y se acercó hacia él con una gran sonrisa.
Samuel escuchó una voz, pero no solo eso, pudo comprender que le llamaban a él específicamente. Al levantar la mirada observó a esta chica… Por supuesto.
- Oh, claro. Casi lo olvidé. –Él detuvo el paso al verla delante de él finalmente y le sonrió cálidamente en respuesta.- Tú debes de ser Kiara.
- Así es, es un gustó poder hablar con usted, Doctor Samuel Loomis. Tiene una gran reputación después de todo y es un honor que haya accedido a ayudarme con algunas cosas.
Él rió por lo bajo un poco mientras observaba la emoción de la menor, pero la sonrisa se disuelve poco después tras recordar varios de los problemas que le rodeaban, más al ser el día que era hoy. No estaba seguro si debería estar alrededor del sanatorio para ver por ciertas cosas, o si volver a casa e invitar a la chica para que le acompañara allí si así ella lo deseaba.
- Será interesante poder hablar con alguien acerca de este paciente en el cual estas particularmente interesada para tus estudios. Además… Probablemente tú si me escucharás. No como la mayoría de los que habitan en este sanatorio. –Comento el mayor, casi bufando el hecho que le molestaba, ser ignorado ciertas veces en cuanto a Myers.
- ¿Cómo no? Es poco más una celebridad. Me intriga demasiado y quisiera saber… Yo quiero saber el ¿Por qué? –Dijo ella, mostrándose sumamente sumida en el tema y luego agrego.- ¿Cree que pueda verlo ahora?
- Es muy pronto, me gustaría charlar contigo primero en un lugar más tranquilo. ¿Por qué no me acompañas a casa? De paso podrás disfrutar un buen café preparado por mi esposa.
- Por favor Dr. Loomis ¿Por favor? Aunque sea de lejos. –Insistió la chica, una mirada sumamente angelical le enseño en ese momento al adulto que este casi se olvida recordar que la palabra No, existía.
Loomis se pasó la mano sobre la cabeza, lo pensó un momento… Bueno, ver de lejos no hará daño después de todo, además, él estaría allí.
- Muy bien, ven conmigo.
Alguien estaba regresando, escuchó los pasos… Y no eran solo de una persona. Supuso entonces que el Doctor Loomis se había olvidado de algo en su habitación, pero eso se le hizo extraño de cualquier forma ya que ese viejo era bastante atento en casi todo lo que hacia.
Se levantó de su asiento, caminó un poco por la habitación y espero para ver que más tendría que soportar el día de hoy.
Ni que su cumpleaños resultara tan especial de un día a otro. Michael sintió algo de fastidio internamente incluso.
Ella avanzó junto al doctor, los guardias al parecer hacían una ronda por el piso, no tardarían en volver. Pero graciosamente las habitaciones tenían pequeñas ventanas con vidrios sumamente fuertes y resistentes hasta contra las balas, Loomis se detuvo un momento para ver si los guardias volvían y miró hacia atrás, la chica se adelanto, ya sabiendo de ante mano cual era la habitación del muchacho que tanta atención le llamaba desde hacia años.
Y así ella llegó a la misma, se detuvo frente a la puerta y, lentamente, busco querer observar a través de la ventana por si de casualidad le veía allí adentro. Una oleada de adrenalina la invadió, no sabiendo que podría encontrarse, ella quería saber como era él.
El famoso asesino que mato a su hermana mayor con tan solo seis años de edad, ella había visto las fotos. Un niño sumamente adorable y con un rostro angelical… ¿Cómo había sido aquello posible? Tenía que saberlo, era más fuerte que ella.
Su corazón palpitó fuertemente en ese entonces, pero cuando finalmente miró dentro de la habitación… No diviso a nadie. Y aquello ella lo experimento en varias facetas consecutivas, pasando desde el desconcierto y curiosidad, hasta la decepción. Un balde de agua fría.
¿Dónde estaba?
¡Pu-pum!
Su corazón dio un vuelco al escuchar del otro lado como si un par de manos se estrellaran contra la puerta, no fue un sonido sonoro como para alarmarse, pero para lo que ella estaba viviendo ahora, el mínimo sonidito ya la sobresaltaba.
Y allí le vio.
Era una chica, el doctor Loomis estaba más adelante, al parecer distraído con algo más, pero apenas él se acercó a la ventanilla de aquella puerta, él adulto pareció reaccionar y ahora se acercaba hacia ellos. Pero antes de que el psiquiatra siquiera llegara hacia la entrada, Myers volvió a dirigir su mirada, blanca y sin expresión hacia esta mujer. ¿Quién era? y ¿Qué hacia viendo por la ventanilla? Si era a él por quien buscaba, pues aquí estaba y era obvio que logró lo que se propuso en si, haberle propinado un buen susto solo por atreverse a espiar.
Ella tenía el cabello largo, de un color oscuro, azabache, lacio, con algunos mechones a los costados. Sus ojos eran verdosos, su expresión, claramente alarmada, demostrando con ello un nerviosismo que hacia que sus pupilas temblaran levemente, buscando ver sus propios ojos oscuros uno y uno de manera repetitiva. Aparentemente no era más alta que él, incluso igualaba al doctor Loomis, casi. Incluso quizás era uno o dos centímetros más baja que el adulto. Sostenía unas carpetas y no aparentaba ser mayor que él. ¿Cuántos tendría? ¿Diecisiete?
La mera idea le hizo hervir la sangre, no pudiendo evitar recordar a Judy, su hermana mayor. Nuevamente, tensión.
Y ella creyó realmente que algo le iba a dar, el que él se apareciera así de la nada y por sorpresa, por debajo de la ventanilla hacia arriba. De no ser por aquel resistente cristal, estarían a solo un par de centímetros el uno del otro. Aquello le dio miedo, comenzó a temblar, él estaba allí, el asesino de la fría noche de Halloween de 1963. Su respiración se agito un poco y apretó las carpetas bajo sus manos.
Y luego, él meneó levemente su rostro hacia su derecha, no quitando su mirada de encima de esa mujer. ¿Era aquello un gesto que demostraba curiosidad acaso? Ella pestañeó finalmente y Loomis poso la mano sobre el hombro zurdo de Kiara.
- Debiste haberme esperado. –Demandó el adulto.
- Lo siento.
Llegó a responder ella, viendo al doctor, pero cuando quiso volver su mirada al temido asesino, este ya no se encontraba mirando por la ventanilla. Ahora se encontraba más adelante en la habitación, había vuelto a situarse delante de aquella ventana, contemplando, esperando.
Kiara le observó, aún sintiendo los nervios dentro de ella, como aún temblaba y su corazón acelerado parecía que le quería saltar por la garganta.
Michael Myers… Definitivamente tenía que saber todo lo que el Doctor Loomis pudiera transmitirle acerca de él.
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Notas: Hola a aquellos que les interese leer esta historia xD, comentaré un poco de mi en esta primera nota ya que estoy.
Soy una gran fan de la saga de Halloween, pensé en crear un fanfic de una vez por todas y bueno, aquí estoy.
Esta basado en la saga original en si, las películas de Rob Zombie como suelo decir siempre, no me gustan (La 1era al menos la pude ver sin traumarme tanto, pero la 2da... Mejor ni opino, tampoco busco haters(?)), ya que ver ese cambio en Michael sobre su vida y que le metieran que todo se debía a que era porque vivía en una familia disfuncional, no me gustó o quizás no me atrajo esa idea.
Me gusta la clásica de Carpenter y las demás también (Salvo la 3era, por obvias razones al no tratar de Mikey), el hecho de que luego hablaran y crearan que había algo más que solo locura por parte de Michael, si me gustó. La maldición de Thorn debo decir que es una cosa que me hizo sentir pena y emoción, llamando mi atención y deseando llegar a saber si realmente algún día él podría salirse de ese culto. Adoro a personajes como el Dr Loomis, Jamie y Laurie, son mis favoritos después de Michael, obviamente. A los que vieron la versión sobre Halloween 6: The Producer's Cut, también sepan que me gustaron varias cosas, pero quizás a la hora de explicar sobre Thorn, otra forma hubiera sido mejor vista. Y como de seguro la mayoría, el que mataran a Jamie o a Laurie en la saga, me decepcionó y entristeció.
Soy de las que gusta unir las películas, no descartando a Jamie. Con esto no quiere decir que dejo a Laurie parada como una HDP xD, pero que quizás fue algún plan que tuvo en mente para apartarla del asunto de su hermano, etc. También me gusta creer que Steven es hijo de Michael, debido a H6 the producer's cut (Aunque sea una idea algo enfermiza, no hay que olvidar que Michael sufre de locura también y cualquier cosa podría pasar en su cabecita.), también me gusta fantasear con la idea de un futuro feliz en el que Mikey nunca hubiera matado a Jamie y que hubiera logrado salirse de Thorn, pudiendo haber llegado a ser un familiar decente para su sobrina, lo mismo con Laurie. Pero bueno, eso ya son cosas de fans y fantasías xD. Cuando escribo trato de mantener las cosas en formato canon sobre los acontecimientos de las películas, por ej, si Laurie y Jamie están muertas, así pasará. Quizás la "muerte" de Laurie incluso se podía arreglar en fiction, ya que cayó y todo, pero quizás se podría "haber" salvado (Algo así como paso con Jamie al comienzo en The producer's cut, quien la termina matando es el Dr. Wynn ya que Michael al parecer no la había terminado como se esperaba.). Así como lo hicieron también con Michael en H20 y en Resurrection encajaron que el Michael decapitado habia sido solo un paramédico (?), si... Eso me causó algo de gracia ya que era más que obvio que ese Michael al final de H20, era nuestro Mikey. Igual lo de Resurrecion me gustó en ese aspecto porque él seguía vivo, no quería que muriera ya que me hubiera gustado otra clase de final para él de última, pero no quería que Laurie muriera (duh). Halloween Resurrection me gustó y no me gustó por algunas cosas, hicieron un reality show en la casa de los Myers y me pareció algo bien tonto... Pero creíble (Con tal de hacer dinero, hacen cada cosa la gente en la vida real que pfff...), no me gustó que Michael volviera a la casa a dar importancia a ese asunto en lugar de ir tras su sobrino (Ya que en esa línea, John era parte de su familia y aún estaba vivo).
En fin... Eso por ahora sobre algunos de mis pensamientos sobre la saga.
Al que le interese saber como se vería Kiara, sepan que me baso de Jennifer Connelly para ella. Así que de imaginarla en una película, la actriz sería ella. Adoro a esa mujer jeje xD.
Y bueno... Veré como me sale este intento de fic para ayudar a Michael y darle algo de cariño ya de paso (Si es que se deja(?) lol). Esta de más decir que si les interesa, comenten, así me entusiasman para actualizar seguido xD. Rated T por el momento, quizás luego tenga que subirlo a categoría M.
Veremos...
Di.-
