1.- La mansión más alejada del camino.

La lluvia había cesado desde hacía unos cuantos minutos mientras el carruaje tirado por los Thestrals seguía avanzando a un paso constante.

En el interior, Hermione Granger suspiró mientras pasaba distraídamente su dedo por el cristal empañado de la ventana derecha. Esa misma mañana su vida había cambiado completamente…

Los Granger eran una familia muggle acomodada en el pueblo, ¿muggle? Claro, muggle, el término que utilizan los magos para referirse a las personas sin magia, todo el mundo lo sabe. Los muggles son algo así como los vecinos incómodos para los magos, mientras todo el mundo se rige por la magia ellos no pueden utilizarla, es más, nacen sin la habilidad. Por eso los muggles no pueden llegar a ser parte de las altas esferas del mundo.

Hermione lo sabía, siempre había sido así, los magos tenían mejores oportunidades que los muggles, y los hijos de padres sin magia no podían competir con los hijos de los magos… afortunadamente ella tenía un secreto, desde que había cumplido los once años podía realizar encantamientos y hechizos de un nivel sorprendente, sus padres habían arreglado que fuera a una escuela para niños de magos utilizando un nombre falso, ya que como todo el mundo sabe, los muggles tienen prohibido aprender magia.

Mientras Hermione vivía con sus padres en un pequeño pueblito del norte de Inglaterra una familia de gran importancia en el mundo de los magos decidió que sería "divertido" tener una residencia de "veraneo" en ese lugar, la familia Malfoy una de las más poderosas y hay que decirlo también una de las más peligrosas… Fue así como un día fingiendo amabilidad con los habitantes muggles el señor Lucius Malfoy importante figura política de todo el país descubrió el secreto de los Granger "tenían una bruja en la familia"

Semejante noticia hubiera terminado en que la joven Hermione pasara el resto de sus días encerrada en una celda o mucho peor… pero; como si hubiera sido una providencia del destino, alguien intercedió en su favor, así fue que se decidió –sin que la joven pudiera opinar al respecto- que estaría bajo la tutela de una noble familia de magos…

Y así fue como Hermione Granger con solo quince años de edad dejó la casa de sus amorosos padres para subir a un carruaje tirado por (ante la mirada desconcertada de los muggles) la nada…

Hermione no se había sorprendido de que los animales que jalaban el carruaje no fueran vistos por nadie en el pueblo ya que había leído que solo algunos podían verlos.

No sabía realmente si tenía o no miedo, sabía que sus padres habían hecho lo correcto, de cualquier otra forma su futuro hubiera sido infeliz y miserable aunque no podía evitar pensar que sus sueños e ilusiones se habían quedado en casa mientras ella era arrojada al mundo sin al menos un manual de qué debía hacer.

Odiaba en silencio a los Malfoy, si no hubieran llegado su padre no hubiera sido engañado y ahora no tendría porque ir a Dios sabía dónde para salvar su vida, y eso que no había visto en persona más que a Lucius Malfoy lo que la hizo estremecer de pies a cabeza.

Pero ahora no tenía sentido atormentarse con lo que había pasado, ahora pasaría su tiempo en una lejana mansión con una antigua familia de magos, o al menos eso había dicho su padre. Deseaba con todo el corazón tener la oportunidad de volver a verlos…

Y como si el cielo compartiera su pena todo el camino llovió a caudales, en ocasiones el carruaje se mecía terriblemente mientras en otras se quedaba atrapado por el barro del camino hasta que finalmente se detuvo frente a la amplia entrada de una de las residencias de magos más ostentosas que hubiera visto, era extraordinariamente grande pero también extraordinariamente lúgubre, como si las sombras y espectros de toda la región hubieran decidido ir a vivir a ese lugar.

Hermione no pudo evitar tragar saliva mientras bajaba llevando su pequeño bolso en las manos.

Solamente bajar el carruaje se alejó a paso lento por el camino, sus servicios ya no eran requeridos.

La joven esperaba algún tipo de recibimiento, no una gran comitiva de bienvenida pero al menos si los dueños de la casa… Nadie, no la recibió nadie.

Después de asegurarse que no había nadie en los alrededores o que pudiera ser una especie de broma para ver como se comportaba Hermione caminó con paso seguro sobre la mojada gravilla del camino hasta llegar a la entrada.

¿Hola?- llamó después de haber golpeado con sus nudillos la puerta de madera.

Con un rechinido se abrió lentamente, la joven asomó su cabeza con su alborotada cabellera castaña.

¿Hola? Mi nombre es Hermione Granger- habló a las sombras del interior- ¿Hay alguien en casa?- gritó con más fuerza.

-No es necesario que grite

Sin poder evitarlo Hermione lanzó un grito de espanto, la había tomado por sorpresa un hombre de aspecto desagradable cuyas facciones le recordaban las de un ratón, de ojos grises y cabello café como pelaje con muestras de una inminente calvicie.

¿La señorita Granger?- habló con una voz que no agrado a Hermione- el señor Malfoy me mando para ver que llegará con bien.

Pensó que no me presentaría- pensó para sí Hermione sin exteriorizar lo que sentía.

En fin, no puedo entender porque se toman tantas molestias… Bienvenida a la mansión Spinner's End, señorita Granger- continuó el hombre-soy el señor Pettigrew y velo por los intereses de la familia Malfoy, esta es la residencia de la familia Snape, los amos no se encuentran pero el profesor Snape espera se sienta cómoda, regresará por la noche o tal vez mañana por la mañana…

¿Profesor Snape?- repitió Hermione.

Su padre no le había dicho con quien tendría que vivir.

Sí, Profesor Snape en el Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería- el señor Pettigrew se sonrió de una forma maliciosa- claro, los muggles cómo iban a saber de Hogwarts, es la mejor escuela para nuestros jóvenes, solo los mejores son aceptados…

Hermione se mordió el labio para no decir algo desagradable, este sujeto la trataba como si no supiera nada.

Que pase buenas tardes, señorita Granger- Pettigrew se puso un raído sombrero café para tapar su horrible cabeza- ah y no intente guardar en su bolso la plata de la casa, al ser una familia de magos todo está protegido con hechizos y maleficios… Su alcoba está en el ala este, segundo piso última habitación- y después como si Hermione no entendiera- solo siga las luces del corredor.

¡Era lo más humillante que la joven había pasado! Si la puerta no se hubiera cerrado después del desagradable señor Pettigrew no se hubiera controlado y le hubiera gritado sus verdades.

Ahora Hermione estaba sola en la mansión Spinner's End, la más alejada del camino que llevaba a Mill Town…

Continuara…