¡Hola de nuevo!
Traigo una historia diferente. Esta vez el protagonista total y absoluto es Radamanthys de Wyvern. No sé por qué me cae bien este personaje, quizás sea su uniceja. Me pregunto por qué tiene manía con las cejas el señor Kurumada...a unos les hace una sola (Dohko, Aldebarán, Radamanthys...) y a otros les depila completamente (Mü, Shion, Ichi...bueno, éste último por no tener, no tiene ni ojos).
Tonterías aparte, este fic va sobre la vida terrenal del danés/escocés. A ver, según el manga, Radamanthys nació en las islas Fellows (?), que imagino que por error de traducción se referirían a las islas Feroe/Faroe. Éstas islas, aunque se encuentran al norte de Gran Bretaña, pertenecen al reino de Dinamarca.
Esto sumado a que suelen darle nacionalidad inglesa al juez del inframundo, me volví loca para darle una nacionalidad. Así que opté por el camino del medio: nació en las islas Feroe, osea es danés de nacimiento pero su padre es escocés. Le hice escocés simplemente porque quedaba más cerca de esas islas.
Además, tengo especial cariño a Escocia, ya que me gustó mucho Edimburgo cuando lo visité. Y cuando estuve viviendo en Inglaterra, estuve en Londres, y no me pegaba para la historia. Así que en lugar de inglés y decir que su padre era londinense, es escocés, aunque no he querido decir de qué pueblecito.
Puestos en materia, su vida terrenal, antes de conseguir la armadura del Wyvern, transcurre en el siglo XIX. En plena época victoriana. El ambiente perfecto para este juez, en mi opinión. Es que las patillas que lleva me recuerdan a películas como "Cumbres Borrascosas"...así que ésta es mi visión de cómo pudo ser su vida. Y el título viene de una canción de Mike Oldfield, Moonlight Shadow, Sombra de Luz de Luna que me inspiró para el fic.
¡Que lo disfrutéis!
Disclaimer: todos sabemos que Saint Seiya con toooooooooodo lo que ello conlleva pertenece a Masami Kurumada. Este fic es pura invención de mi mente enferma, sólo utilizo a los personajes para recrear historias.
AVISO: Este fic contendrá escenas fuertes. En los primeros capítulos no, así que lo dejo como ficción K. Pero en cuanto se caldee la cosa, lo subiré a M.
Y ya me callo...
Introducción
Él era juez del Inframundo. Desde hacía dos siglos. La armadura del Wyvern le había elegido a él. ¿O se la habían asignado sin su consentimiento?
Fuera como fuera, Radamanthys portaba la armadura con orgullo, defendiendo los intereses de su señor Hades…y de su señora Pandora.
Aunque su lealtad era profunda, a veces pequeñas grietas resquebrajaban su confianza. Sobre todo ahora, que tras haber visto a la diosa Atenea, pequeñas imágenes iban formándose en su mente. ¿Por qué? ¿Por qué ahora, en estos momentos decisivos?
Y algo le decía que alguien le había traicionado pero ¿quién?. Y sobre todo ¿Por qué?
Inmerso en estas dudas se encontraba cuando Pandora hizo acto de presencia.
-Mi querido Radamanthys- dijo melosamente -¿qué son esos pensamientos que tanto te torturan el alma?- Se acercó al juez y acarició la barbilla del muchacho. Éste desvió la mirada al suelo.
-No es nada mi señora. No se preocupe por mi.- dijo sin darle importancia.
La mujer empujó con sus dedos la barbilla de Radamanthys, para que le mirara a los ojos.
-Espero que no me estés ocultando nada- dijo fríamente. El juez sostuvo la mirada malva de su señora. Sintió un relámpago dentro de su ser. Pero Pandora pareció no darse cuenta.
-Está bien, vete preparándote, Minos y Aiacos te esperan- dijo tras besar los labios del muchacho. Éste permaneció inmóvil, con los ojos abiertos mientras aspiraba el perfume de violetas de su señora. Ella se alejó suavemente, casi como levitando, acariciándose los labios.
Cuando Pandora abandonó la fría estancia, Radamanthys dejó escapar unas lágrimas. Las primeras que vertía tras ser investido juez del Inframundo.
