Ohayoo lectores, aquí les traigo otra de mis locuras xD. No les quito más su tiempo así que a leer!

Bleach no me pertenece es todo obra del gran Tite-troll Kubo.

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La fresca brisa de la noche inundaba todo aquel solitario lugar, no había rastro de ninguna alma. Lo único que se apreciaba en aquel basto campo, rodeado solamente de un oscuro y tenebroso bosque. Eran dos siluetas, una frente a la otra mirándose fijamente como si de un desafío se tratase.

-Te lo repetiré de nuevo suéltala ahora.- Hablo con frialdad el más joven de los presentes mientras le dirigía una mirada de completo odio al sujeto que estaba frente a él.

-Ha…¿O si no que?- Pregunto con una sonrisa burlona intentando provocarlo.- Dime ¿Qué me harás niño?- Ensancho su sonrisa lo más que pudo dándose un aire un tanto psicópata.

-Te matare.- Contesto con simpleza aquel joven albino, poseedor un extraño e hipnótico mirar, su piel un poco bronceada resaltaba sus facciones; aparentaba unos 10 años de edad, sin embargo su mirada no se parecía en nada a la de un niño, pues transmitía una completa seriedad y madures. Aspectos que solo se podían ver en una persona adulta, él ya los tenia.

-Jajajaja ¡No me hagas reír mocoso! ¿Tu….MATARME a mí?...Por favor.- Lagrimas de risa salían de los ojos de aquel robusto hombre de piel morena, cabello largo castaño y ojos color naranja. Llevo ambas manos a su barriga debido al ataque de risa que le provocaron las palabras de aquel chico.

Por su parte el pequeño niño miraba cada uno de los movimientos hechos por ese asqueroso hombre, lo analizaba con detenimiento hasta que sus ojos enfocaron la katana que llevaba colgando en su costado.

-Bien dejemos de juegos que no tengo tiempo que perder y menos con mocosos como tu.- Desenfundo su katana y la coloco frente al albino, estaba preparado para escucharlo suplicar por su vida. Sin embargo el joven ni siquiera se inmuto, aún seguía mirándolo con odio.

-¿Qué no vas a suplicar por tu vida?- Le pregunto con enfado, pues la actitud de ese niño no le gustaba nada.

Al no escuchar respuesta a su interrogante, la rabia lo invadió. Porque prácticamente el niño lo ignoraba, nadie en su sano juicio lo hacía y ahora aparecía aquel mocoso a querer hacerse el chulo con él no se lo permitiría.

-Tsk, bien acabare contigo, no sin antes decirte que yo mismo me encargare de atormentar a tu querida "Amiguita"- Dijo en un intento de provocarlo más al ver como el albino fruncía el ceño; Una sonrisa triunfante apareció en sus labios al ver cumplido su cometido, se abalanzo contra el dispuesto a matarlo.

-¡YO SOY EL TEMIBLE WEST GRAND, EL HOMBRE MAS CRUEL DE TODO EL RUKONGAI; BORRARE TU ARROGANCIA DE MI PRECENCIA Y….- Sus palabras se cortaron al sentir un profundo dolor en su estómago, bajo la mirada y se encontró con el joven muchacho quien le clavaba su propia katana. Mucha sangre salió de su cuerpo manchando la ropa de aquel niño. El sujeto se desplomo en el suelo, intento con todas sus fuerzas huir mas era inútil su muerte estaba cerca; como pudo enfoco a su atacante, este lo miraba con repulsión. En ese momento quería gritar iba a morir a manos de ese engreído mocoso que solo lo humillaba. Volvió a sentir aquel agudo dolor, su cuerpo ya no lo soporto y poco a poco fue hundiéndose en la oscuridad.

-Hmp existencias como la tuya me dan nauseas.- Fueron las últimas palabras del albino, camino en dirección a las pertenecías de aquel horrible sujeto. Comenzó a moverlas de una por una, hasta que se encontró con un enorme baúl, utilizo la katana para abrirlo. Dentro de este se encontraba una pequeña niña amordazada; rápidamente corto las sogas que la ataban de manos y pies. La pequeña salió del baúl con la ayuda del joven, se posó a un lado de el.

La sangre en la ropa del niño la hizo asustarse, con sus pequeñas manos intento encontrar la posible "Herida" de su compañero. El al ver las acciones de ella, se extrañó mucho sin embargo al reparar en la sangre que lo cubría inmediatamente supo el porqué de su actitud. Con mucha delicadeza la aparto de su lado para así poder posicionarse frente a ella.

-Tranquila no es mi sangre.- Dijo mirándola a los ojos. La niña al escucharlo se alivió mucho al saber que no estaba herido, buco con su mirada hasta que encontró el cuerpo sin vida del hombre que la secuestro esa misma mañana. Entonces supo de quien era la sangre y la katana que su amigo portaba.

Un suspiro de frustración salió de sus labios, porque ahora gracias a ella la persona más importante que tenia se había manchado las manos de sangre.

El viento comenzó a soplar en aquel lugar, meciendo su largo cabello azabache; con sus blancas manos tomo varios mechones rebeldes que se posaban en su rostro, apartándolos y colocándolos detrás de su oreja. Dirigió su bella mirada ónix a su salvador, este estaba de espaldas mirando el cielo nocturno, se acercó hasta quedar a su lado. Solo con él lograba sentirse protegida, se conocían desde que tenían 8 años de edad…..desde que ambos aparecieron en ese horrible lugar llamado Rukongai.

Eran inseparables, la pequeña no podía evitar agradecer el haberlo conocido. Al estar junto a, el ya no se sentía miedo ni soledad.

-Toshi….- Estaba por darle las gracias pero el, la interrumpió.

-He decidido volverme más fuerte para poder vivir tranquilamente en este mundo….y la única manera de lograrlo es convertirme en shinigami.- Miro a su compañera esperando su reacción, al principio mostro una gran sorpresa después bajo la mirada, se quedó analizando las palabras de su amigo y cuando por fin tomo una decisión lo encaro.

-Entonces ambos seremos shinigamis Toshiro.- Una sonrisa despreocupada apareció de nuevo en su bello rostro, su compañero sonrió por la actitud de la niña que aunque fuera un año menor que él nunca lo dejaba solo, siempre lo seguía a donde quiera que fuera y aunque él le reprochaba que lo dejara en paz, la actitud tan testaruda de ella ignoraba las peticiones que él le hacía.

-¡Bien! Ahora será mejor que se preparen todos aquellos shinigamis, porque sin duda seremos los mejores ¿Verdad Toshiro?- Hablo con gran entusiasmo la pequeña azabache. Un sonoro suspiro salió de los labios del albino definitivamente Karin aun pensaba de manera infantil.

-No será tan fácil Karin ¿Cómo esperas ser la mejor si precisamente hoy fuiste atrapada por aquel tipo?- Pregunto con fastidio el joven. La azabache al escucharlo inflo sus cachetes haciendo un puchero.

-Hmp Ya lo veras, los derrotare a todos y así ya no tendrá que salvarme jamás.-Apunto con su dedo índice al muchacho que no hacía más que mirar cada gesto y movimiento echo por ella.

El albino suspiro, tratar con Karin no era cosa fácil eso lo sabía muy bien, por esta ocasión lo dejaría pasar. Además ahora tenían que cumplir con esa nueva meta que se proponían la cual no iba a ser nada fácil de lograr, aunque no lo admitiera hoy más que nunca necesitaba la compañía y apoyo de la pequeña testaruda azabache.

-Vámonos Karin que ya se hace tarde.- Comenzó a caminar en dirección a la pequeña casa en la que Vivían Karin como siempre se situaba detrás de él siguiendo sus pasos y según ella "Cuidando su espalda"


Llegaron a la pequeña casa que compartían, esta no era más que un simple cuarto muy humilde, que solo les brindaba un techo donde dormir lo demás estaba en pésimo estado y era muy inestable en cualquier momento se podía derrumbar; por esa razón casi nunca estaban ahí casi siempre pasaban todo el día afuera y en las noches solamente llegaban a dormir.

-Bueno yo ya tengo sueño, hasta mañana Toshiro.- Decía la pequeña azabache a su compañero, se frotaba sus pequeños ojos con sus manos. Llego al pequeño futon y cayo profundamente dormida.

Toshiro la miraba sorprendido, pues aún no se podía creer la velocidad con la que ella se dormía. El aun no tenía sueño, dirigió su hermosa mirada turquesa a la pequeña ventana, se quedó mirando el exterior por un rato. Estaba a punto de irse a dormir cuando sintió una enorme presión espiritual sofocarlo.

Puso todos sus sentidos en alerta, la última vez que sintió algo así, un horrible monstruo lo ataco. De no ser por su ingenio y agilidad seguramente hubiera muerto ese día. Miro a Karin profundamente dormida, tomo la katana que consiguió ese día y se dirigió sigilosamente a la salida procurando no despertar a la azabache.

Una vez afuera, corrió a toda prisa al lugar de donde provenía aquella energía espiritual y tal y como lo sospecho hay se encontraba un horrible monstruo con una terrible mascara, se ocultó entre los arbustos observándolo. El Hollow parecía estar buscando algo.

-Bueno al menos no nos va a encontrar.- Al haberse asegurado que el Hollow no se iba a acercar a su casa, dio media vuelta dispuesto a regresar; pero en ese momento el grito de una joven se dejó escuchar. Volteo lentamente para encontrarse con la imagen de aquella bestia que traía entre sus manos a una pequeña niña de cabello castaño recogido en un chongo, piel casi tan blanca como la luna. La pequeña gritaba pidiendo ayuda, a lo que él no podía negarse.

Se acercó sigilosamente al Hollow, este estaba debajo de un enorme árbol. Con cuidado lo escalo hasta situarse a una altura más grande que la de el, la joven paro de gritar cuando sus ojos chocolate bañados en lágrimas enfocaron al pequeño niño, este solo le hiso una señal con la mano para que se callara, la pequeña acato la orden.

Fue entonces que el albino se posesiono para clavarle la katana en la cabeza, cerró los ojos y conto hasta tres. Se abalanzo contra el Hollow clavándole justo como lo planeo la katana en la extraña mascara que traía, un desgarrador grito se escuchó por todo el lugar. A causa del dolor, la bestia arrojo a la pequeña al suelo, con sus garras intento atrapar al albino, pero este era muy ágil y esquivaba casi todos sus ataques más fue en ese momento que escucho como la castaña le gritaba, se distrajo por un segundo el cual el Hollow aprovecho y le clavo una de sus garras en su costado, un agudo dolor invadió el cuerpo del joven albino. Tenía que terminar con eso cuando antes, así que haciendo caso omiso al dolor que sentía, tomo con ambas manos la katana y la hundió más en la máscara del Hollow, provocando que este se desintegrara frente a sus ojos. Quedo levitando por unos segundos en el aire para después caer en el duro suelo, a causa de la caída se sentía aturdido. Busco con la mirada a alguien quien fuera, fue en ese momento que enfoco a la pequeña que salvo momentos atrás; la castaña se acercó al pequeño albino para ver como la sangre salía de su herida.

-¡P-por favor N-no te mueras!- Pedía entre el llanto la pequeña.

Toshiro solo la veía mover sus labios, no alcanzaba a escuchar lo que la niña le decía. Sus parpados comenzaron a hacérsele muy pesados, lentamente fue cerrando sus hermosos ojos turquesa, fue ahí cuando la imagen de la pequeña azabache sonriendo llego a su mente.

-Lo siento Karin yo….no podre seguirte más…..- Esas fueron las últimas palabras de aquel chico antes de quedar inconsciente.

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Oh por dios ni si quiera yo sé ¿de dónde salió esto? xD, pero bueno espero les guste, esta nueva historia (HitsuKarin obvio) que no se si valla a ser un Two-shot o Three-shot pero de que va a ser una historia corta de eso estén seguros ;D

Ahora si vamos a hablar del fic, como se dieron cuenta en esta historia Karin y Toshiro se conocen desde el Rukongai (No pregunten como, porque eso lo explicare más adelante xD) y básicamente este es un punto de vista de esta loca fan ñ.ñ, bien ahora si aclarando este punto me despido, no sin antes pedirles que dejen sus Reviews que son los que me animan a continuar :D sin más que decir me despido Ya nee!

PD: Ah se me olvidaba perdonen si hubo Ooc u.u.

Ahora si Ya nee los súper quiere Dark Moon :3