Declaimer: Los personajes ni el lugar me pertenecen. Jinn es un personaje creado por mi y metido en la historia.

La nota Nightray

Había sido un horrible día en la academia. Todos los dias eran pesados, pero sobre todo éste había sido de los dias más cansados de toda mi vida! Solo quería llegar a mi habitación y encerrarme. Tomar un baño y recostarme a leer un buen libro o incluso, dormir.

Llegué a mi habitación. Dejé mi mochila sobre la silla del escritorio, me quité el apretado moño del cuello y coloqué mis zapatos debajo de la cama. Luego me dirigí a poner el cerrojo a la puerta, cuando escuché un terrible golpe en el pasillo. Me asomé por el mirador y pude notar a un chico de cabellos negros rodeado por libros exparcidos por todo el suelo.

Me puse de nuevo mis zapatos y salí de inmediato a ayudarle. Cuando me acerqué descubrí quién era aquél chico delgado. No le conocía realmente, pero le había visto un par de veces por los pasillos, en algunas de mis clases y ciertas ocasiones en las que me sentaba en un cerezo a escribir, el cual se encontraba al pie de una ventanta del salón de anatomía, a través de la cual me ponía a observar al Nightray que siempre llevaba el ceño fruncido.

-Te encuentras bien?-me acerqué despasio y le tomé el hombro.

-Descuida-levantó la mirada y me observó a través de sus gafas- e-estoy b-bien-dijo algo nervioso.

-Te ayudaré a recogerlos-me arrodillé sentándome sobre mis piernas y comenzé a juntar los libros.

-E-en serio no tienes que preocuparte-se inclinó a mi lado y me ayudó a juntarlos.

Acerqué mi mano para tomar el último libro, misma idea que se le ocurrió a él pues nuestras manos se tocaron en un leve roce que me hizo sonrojar y retirar mi mano velozmente. Éste solo sonrió y se diculpó y yo asentí y nos levantamos.

-Te ayudo a llevarlos?-dije levantando una pequeña pila en mis brazos.

-A-así está bien, los llevaré yo-levantó el resto.

-No quiero que te vuelva a ocurrir algo.

-E-está bien-aceptó desviando la mirada al suelo y comenzó a caminar a mi lado hacia su habitación.

Es una persona extraña, aunque simpática y amable. Siempre llevaba sus lentes. No había llegado a convivir mucho con él. La primera vez que hablamos fue en clase de química. Había faltado a clases el día anterior y me acerqué a él con la esperanza de que el Nightray me mirara; pero éste solo continuó en lo suyo y el chico de cabellos negros me entregó sus apuntes.

Después de eso, él es quien me busca en ocasiones. Me pide apuntes, me saca pláticas relativamente cortas o solo me saluda si me ve.

-Tu nombre-dijo más bien afirmándolo.

-Mi nombre?-pregunté intrigada.

-Sí, tu nombre Jinn, cierto?-encogió los hombros- es muy bello.

-Vaya!-me sonrojé un poco- nadie jamás me lo había dicho, gracias.

-No es nada-siguió caminando sin apartar la vista de los libros que cargaba.

-Y..el tuyo, Leo, me equivoco?

-R-recuerdas mi nombre-sonaba muy sorprendido, en extremo.

-Por supuesto! Es…-guardé silencio.

No podía creer que hubiera dicho eso! Pensar en voz alta, no es para nada bueno. Pero él no dijo nada. Siguió caminando sin preguntarme qué era lo que iba a decir o si quiera dedicarme una mirada curiosa. Pero finalmente mi propia mente me torturaba. Lo que dije, aunque no mostrara interés por saberlo, tenía derecho a conocerlo, pues no sería justo que después de aquellas palabras que me dijo, yo no completara mi frase.

-Es..-tome aire- de los nombres más bonitos que jamás hubiera oído-bajé la mirada- cómo podría olvidarlo?

Él solo sonrió.

Qué le sucedía? Después de armarme de valor y decírle lo que pensaba, solo sonríe? Pero pude notar un color rosado en sus mejillas. Sí, fue cuando solté una risita pícara que llamó su atención. Puse la frente en alto y seguí caminando, ignorando por completo el hecho de que había notado que me miraba.

Leo, pensé. Sí que es un chico extraño. Nunca le veía separado del Nightray, por qué ahora caminaba tan solitario por los pasillos de Lutwidge? –suspiré- Eso no me incumbe, aunque por otra parte, Leo era mi perfecta excusa para estar tan cerca del jóven duque Elliot Nightray; y si algo sucedía entre ambos, sería un completo desastre.

-Sucede algo señorita Jinn?- se puso frente a mi y detuvo mi camino.

-Por qué lo dices?

-P-por..por nada, es que, b-bueno suspiró-inclinó su cabeza de lado.

-No, tranquilo yo solo…- reaccioné- suspiró?-lo miré.

-Ah?

-Me hablaste de usted?

El chico se sonrojó y quedó sin habla. Bajé al suelo los pocos libros que cargaba y le quité los suyos poniéndolos sobre el piso también.

-Anada-puse mis manos sobre sus hombros y le sonreí- puedes hablarme de tú.

-Y-yo…-intentó mantenerme la mirada pero, a pesar de llevar puestos sus anteojos noté como bajaba la mirada.

-Vamos Leo, no pasó nada-insitintivamente acaricie su cabello negro.

Después de esa acción quedé helada. Por qué demonios había echo eso? Por su parte él, levantó rápidamente la cabeza y nos miramos un poco apenados ambos. Quité mi mano de sus mechones y me disculpé. Dijo que no tenía por qué preocuparme y tomó los libros del piso. Le quité algunos de encima y no dijo palabra alguna. No se negó, solo aceptó mi ayuda.

Reinó el silencio el resto del camino. Cada uno iba sumergido en sus pensamientos. Me gustaría saber lo que pasa por su cabeza. Me sentía realmente extraña. Él era un gran chico, pero le notaba diferente. De las pocas veces que me detuve a observarlo pude notar que su comportamiento era en extremo diferente a como se comportaba conmigo en esos momentos. Será porque no somos tan conocidos? Se comportará como le veía solo con el Nightray?

-Aquí es-me sacó de mis pensamientos.

-Uh? A sí claro-me detuve junto a él frente a la puerta.

No pude evitar ver el número de habitación. Cuántas veces tendría la oportunidad de estar parada frente a la habitación del duque sin parecer una tonta?

-Eriotto!- gritó Leo.

-Quiéres que la abra por ti?-pregunté-

-B-bueno es que, verás Jinn, Eriotto es un tanto…-pausó- tenemos prohibido traer chicas a nuestra habitación-dijo con cierta tristeza.

-Solo abriré la puerta-reí.

-E-está bien, pero pon esos libros sobre estos por favor.

Coloqué los libros que yo llevaba sobre los suyos y abrí la puerta. Antes de entrar me dio las gracias y me dijo que nos veríamos después. Yo solo asentí. Entró unos pasos pero se le calló un pequeño libro rojo de encima, lo miró y se quedó pensativo. Tomé el libro dispuesta a colocarlo en la pila de nuevo, pero éste susurró que ya volvía y se adentró emparejando la puerta con el pie solo un poco.

Me recargué en la pared de afuera con el libro abrazado y suspiré. Al instante se escuchó una discusión desde su habitación. No podía distinguir lo que decían, pero claramente podía asegurar que los dueños de aquellas voces eran Elliot y su sirviente.

La puerta se abrió de golpe y se escuchó claramente el reclamo de Leo mientras el Nightray miraba al pasillo a través del pórtico abierto.

-Teníamos un trato!-gritó con desánimos Leo.

-Pues yo…!-Elliot retrocedió a volver a su discusión pero notó mi presencia y me miró fúrico y mudo- …Reo!- gritó mirando dentro de la habitación- Reo!- gritó una vez más tomándome de la muñeca y obligándome a entrar en su dormitorio.

-Qué?- dijo el otro muy tranquilo sentado en la silla del escritorio, con un libro abierto y sin despegar la vista de éste.

-Quiéres decirme quién es ella!?- me estaba lastimando el brazo, nunca había visto a Elliot tan molesto e irritado, qué había pasado?

-Ella tiene su nombre Eriotto- contestó calmado sin despegar la vista de su libro.

-Qué no me estás oyendo!?- me soltó agresivo mandándome del lado opuesto al escritorio donde se encontraba Leo.

-Te oigo claramente-cambió la página.

-Y bien!?

-Se llama Jinn-dijo serio, tranquilo y con una actitud bastante diferente a la que había tenído para conmigo hace unos minutos- va en tu clase de química, física y economía.

-Y… qué hace aquí?-preguntó el Nightray más tranquilo pero con un tono sarcástico.

-Tú la metiste aquí, no es verdad? Por qué me preguntas a mí?-quitó un segundo la vista del libro para tomar un lapicero.

-Entonces no la conoces…-me miró con sus orbes azules con cierto desprecio- entonces le acusaré de ostigamiento en la dirección.

Qué estaba sucediendo? Qué pasaba con este Elliot? Nunca lo había visto comportarse tan agresivo, su personalidad me asustaba, no actuaba como creí. Y Leo? Podía jurar que unos instantes atrás se comportaba protector, y ahora? Ignoraba el daño que me había echo su amo y el que seguiría haciendo.

-Yo nunca dije que no la conociera-levantó la cabeza perdiendo la total atención al libro.

-Entonces admites que tú la tragiste aquí!

-…-

-Y te quejabas de nuestro trato-refunfuñó el duque.

-Y?

-Y!?-me arrebató el libro- Y!? Qué acaso no es lo mismo!?-le lanzó a la mesa el libro.

-El trato era no meter señoritas a la habitación!-se levantó de golpe.

-Y qué es lo qué hiciste!?-me señaló con su mano.

-Tú la metiste en esto! Estaba fuera de la alcoba!

-Sí con un libro tuyo entre sus brazos!

-Eriotto…-suspiró.

-Olvídalo Reo, solo sácala de aquí de una vez por todas- caminó tranquilo al tocador y cerró la puerta.

Leo me miró con los ojos tristes.

-L-leo y-yo…-

-Ya…no digas más-caminó a la puerta y la abrió-lamento que pasaras por esto, nos vemos.

Cerró la puerta una vez que salí delante de él. No pude decir ni una palabra más. No me fui de ahí, me recargué en la puerta y me deslizé hasta llegar al suelo. Me sentía bastante mal. Qué era lo que acababa de pasar? A qué se refería Leo con romper su trato de no meter chicas a la habitación? Acaso Elliot…

-Y bien?-se escuchó la voz más calmada del duque.

-Bien qué?- contestó molesta la otra voz.

-Reo, lo siento. No quize romper nuestra promesa.

-…-

-Vamos Reo, no pasó nada entre esa chica y yo.

-Por tu bien Eriotto, te meterás en muchos problemas.

-No volverá a pasar, en serio y…-pausó –me disculparé con esa chica..Jinn –pero ahora hay que descanzar, mañana tenemos mucho que hacer.

-Es sábado-se quejó.

-Tenías planes Reo?

-Bueno, yo…-

-Claro, ahora abandono a mi amo para salir con alguien-bromeó Elliot.

-Cállate-ordenó.

-Hagas lo que tengas que hacer, ya es tarde, duérmete Reo.

-Aún no- se oyeron pasos –tengo que hacer algo primero.

Los pasos se escucharon cerca así que me levanté y corrí lejos hacia mi recámara. Entré y me encerré de inmediato. Traté de ignorar todo lo que acababa de suceder y me metí a tomar un baño pero, me era imposible! Qué podía pensar del duque Nightray? Sin mencionar a Leo.

Hay Leo~ cada vez que mi cabeza pronunciaba tu nombre sentía el palpitar de mi corazón. Pero no podía ser cierto que sintiera algo por él. No estaba yo perdida en el Nightray? Por qué derrepente mi estómago revoloteaba por pensar en el pelinegro?

Salí de ducharme con los pies desnudos. Caminé hacia mi cama y sentí en el camino algo bajo mis pies. Me agaché y lo recogí. Era una nota escrita sobre un papel que llevaba puesto el sello Nightray:

"Señorita Jinn:

Lamento que tuviera que pasar por esta situación el día de hoy, si acepta mis discúlpas quisiera invitarla al jardín principal para pedirle mis más sinceras disculpas en persona.

Nos vemos allí mañana a las 12 del medio día.

Atentamente: (el sello Nightray)"