¡Buenas! Aquí llego con lo que va a ser el primero de una colección de drabbles basados en un fanmix de sharryamu que encontré hace un tiempo. Van a ser 10 drabbles basados en 10 canciones, por eso os recomiendo que los leáis escuchando de fondo la canción correspondiente. Este primero está basado en la canción Lyla de Oasis, una canción animadilla y un fic dulce como introducción. Agradecerle antes de nada a mi Chibicchi y a mi beta reader Special Illusion, que además de ayudarme me han dado muchos ánimos para escribir /. Y eso es todo, que disfruteis~


Toc.

...

Toc.

Abrió los ojos lenta y pesadamente. Supuso que serían las dos o las tres de la madrugada al ver el cielo estrellado a través de su ventana. No sabía que era lo que la había despertado hasta que vio algo impactar contra el cristal a través del cual estaba mirando.

Toc.

Algo estaba golpeando su ventana. Al ponerse alerta todo su sueño desapareció en un momento. Se levantó de la cama y fue a abrir la ventana para asomarse, curiosa por lo que podía ser. Cuando lo vio, se sorprendió tanto que abrió los ojos ligeramente entornados del sueño.

"¿Qué haces tú aquí?"

Gritó en un susurro debido a las horas que eran, aún tenía la voz rasposa de haberse despertado hacía unos minutos. La figura que había bajo su ventana tenía un brazo extendido con el que sujetaba algo, como si se estuviese preparando para lanzarlo.

"¿Te apetece hacer algo divertido?"

"¡Muérete! Vete a hacer tus tonterías con Masrur, a mí no me molestes."

"No seas idiota, si he venido a por ti es porque ya lo he intentado con Masrur pero no había manera de despertarle. Aun así prefiero sufrir tu compañía a quedarme en mi cuarto aburrido sin poder dormir."

Mintió. Bien era cierto que no había conseguido pegar ojo y en el momento en el que la maga cruzó sus pensamientos se obsesionó con la idea de irla a buscar tan tarde en la noche, hasta que sin darse cuenta se había puesto manos a la obra.

Pero en ningún momento había ido a ver a Masrur ni había pasado antes por otra habitación.

"Hoy hay lluvia de estrellas y el cielo está despejado..." Era todo lo que Sharrkan necesitaba para ganarse a la chica.

No iba a decirle que era una bonita noche para escapar del palacio y hacer travesuras como un par de niños chicos, Yamuraiha era demasiado madura y responsable (estirada, habría dicho él) para acceder a algo como eso.

Sin embargo, no hacía muchos días la había visto leer un libro de astrología con bastante ilusión (por lo que se había dedicado a molestarla cuando leía tranquilamente bajo alguno de los grandes árboles del jardín).

Yamuraiha se lo pensó unos segundos antes de contestar, aunque Sharrkan ya sabía la resp-...

"Corre, ponte debajo. Voy a saltar."

"¡¿Qué?!"

Es decir, sabía que iba a asentir. No se había pasado las horas de insomnio en vano buscando la excusa perfecta para sacarla de su habitación, pero... esto no entraba dentro de sus planes.

"¡Como no me cojas bien te enteras!"

"¡O-oi! ¿Vas a saltar de verdad?"

Ya tenía un pie en el alféizar y a saber cuándo se había puesto su túnica de General encima del camisón, así que tuvo que autoresponderse. Estiró los brazos no muy convencido, deseando que no se le cayese encima como una vaca.

"Una... dos... y tres"

La verdad es que no se esperaba para nada que confiase en él, porque vale que tuviese las agallas (y la locura) como para tirarse desde una ventana, al fin y al cabo era uno de los Ocho Generales de Sindria. Pero, ¿confiar en que Sharrkan la cogería sin que ninguno de los dos saliese herido? Quizás aún estaba medio dormida y no era completamente consciente de la situación.

Pero al final, cuando la vio caer, encontró el sitio justo para recibirla en sus brazos sin sufrir ningún daño. Después de la pequeña tensión que había sufrido rió ante el logro.

"¿Has engordado? Pesas demasiado para ser una chica."

"¡Idiota, n-no he engordado! Serás tú el que está perdiendo fuerza"

A base de patadas consiguió que la soltara, aunque no de una manera muy delicada. Yamuraiha protestó cuando impactó contra el suelo, y tras unas maldiciones agarró la mano que Sharrkan le ofrecía como ayuda para levantarse.

Fueron juntos a una zona despejada del jardín y se tumbaron en el césped húmedo mirando el cielo estrellado.

"¿Ves esa constelación de allí? Es acuario"

La maga señalaba estrellas y hacía dibujos en el aire a la vez que le contaba al otro pequeñas historias sobre cada una de ellas. No es que a Sharrkan le interesasen demasiado las historias en sí pero era divertido escuchar a la otra contarlas. Sobre todo cuando hacía comentarios despectivos para que ella se indignase y le dijese que se callase o le amenazaba con dejar sus explicaciones.

De repente fue Sharrkan quien levantó la mano y señaló al cielo oscuro y estrellado.

"¡Una estrella fugaz!"

Yamuraiha aún tenía su mano en el aire, y cuando el otro imitó el gesto se rozaron sin querer. Si hubiese sido cualquier otra situación ambos se habrían puesto nerviosos y se habrían intentado excusar o echar las culpas mutuamente. Pero esta vez ni se dieron cuenta (o por lo menos no le dieron esa exagerada importancia de siempre).

"¿Eeeh? Me la he perdido..."

"¡Otra más!"

"¿A dónde se supone que estás mirando?"

"Tenía razón, te dije que hoy había lluvia de estrellas. Cállate y mira, estúuupida."

"Hm..."

Al cabo de unos segundos cayó otra estrella. Yamuraiha exclamó ilusionada cuando esta vez si la vio. Justo después cayó otra, y para cuando el cielo se había llenado de luces en movimiento Sharrkan ya se había incorporado.

Miró un segundo al lado y, aunque fuese tan poco tiempo, aquella imagen de las estrellas cayendo reflejadas en los ojos claros de la chica se quedó en su mente. Cuando volvió a mirar arriba parecía que el cielo se les estaba cayendo encima pero que nunca llegaba a ellos. Se sentía mareado de solo pensar en lo enorme y ancho y desconocido que era el mundo en realidad.

Y a pesar de la inmensidad que le cubría, pensó que era realmente afortunado de que todo lo que necesitaba estuviera ahí abajo, muy cerca de él.

"¿Has pedido tu deseo?"

"He pedido unos cuantos... Eran muchas estrellas así que se vale. ¿Y tú?"

Sharrkan sonrió ligeramente cuando escuchó su risa.

"También, creo que he pedido deseos para el resto de mi vida."

Y repitió en su cabeza una y otra vez el único deseo que había pedido varias veces.