Quiero aclarar que todo lo que este escrito en esta novela no está basada en hechos reales, no obstante si algún personaje, nombre o vida parecida a la de alguna persona aclaro es por pura casualidad.
Cap.1 Un nuevo alumno
¿Se puede amar y odiar al mismo tiempo?
Esa es una pregunta que siempre me hice desde muy pequeña, no recuerdo la verdad porque me hacía esa pregunta, solo sé que me la hacía.
No hace mucho, tuve un accidente automovilístico, donde perdí a mis padres y me hermana menor, cada persona que me ve, se compadece, la verdad no es lo que espero, eso es causa del destino, pero no soporto que me miren así, me tratan diferente y hasta a veces me tratan como si fuera una persona especial, dándome los gustos y consolándome, Ya no lo soporto…
Me cambie de escuela y procure de que nadie se enterara, quería ser normal y que de la misma forma me trataran, pero tengo mis gustos que son diferentes a las demás, por eso hice amigas de palabra, lo cual estaba conforme ya que prefería tener amigas a no tener. Estuve así durante toda lo que quedaba de primaria y la secundaria hasta el segundo año, pero, el tercer, el tercer año, cambio mi vida, mi forma de pensar, mejor dicho a mí.
Como todos los días, me levantaba y me hacía el desayuno, vivo con mi abuela, pero es un poco vieja y no la puedo molestar, por eso me independice y empecé a manejarme yo sola, la verdad es que costo pero si se pone empeño y esfuerzo, todo se puede lograr, creo.
Nunca en mi vida traje amigos a mi casa, ni para trabajos, cumpleaños, nada. Me vestí y me fui a la escuela, era el día de ingreso, deseaba con ansias volverme a encontrar con mis amigas, como siempre, pero, se habían cambiado de curso, estaba sola.
Cuando fuimos al curso presentaron a un alumno nuevo, su nombre era Enrique Smith, un poco raro su apellido, tal vez demasiado. Anteriormente dije que el accidente fue causa del destino, este chico, me hizo pensar que, a veces, se provoca al destino.
En mi clase siempre había un asiento de más por lo cual solo había dos asientos libres, la profesora mando a Enrique a sentarse al frente, pero, como dije había dos asientos libres, el de adelante y el de alado mío, la casualidad es que Enrique no obedeció y se sentó allí, cerca de mío.
