¡Hey! Cuanto tiempo
Bueno, no sé qué decir con respecto a mi fic "Lost Time Record", Solo diré que soy feliz porque a algunas personillas les haya gustado. Bueno, aquí la precuela.
¡Espero les agrade, y que tenga buenas críticas constructivas!
Disclaimer: Five Nights At Freddy´s no me pertenece. Pertenece a Scott Cawthon. El oc, Lydan Murtons, pertenece a la autora Karoru Gengar. Lo único mío aquí es Shuuko. Esta vez utilizare los modelos de Pole-bear, así que créditos ella.
Advertencias: Relleno (¿). Y tal vez un poquito de feels, confusiones, etc…
Primer capítulo:
El comienzo de la desgracia
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¿Así que el comienzo de todo…eh?
¿El responsable de todo?
Bueno, primero déjenme decirles mi nombre… soy Vincent Johnson. ¿Por qué estoy hablando yo, el desgraciado asesino de cinco inocentes pequeños? Calmaos con las antorchas… que, al igual que los demás, también tengo mis razones de estar "loco". Pero qué más da… les contare el Comienzo de todo desgracia..-
*Pasado*
– ¡Bienvenido! ¡Disfrute su hospedaje!
Ah… que recuerdos. Esa voz tan alegre y cálida… era mía. Ese era mi yo pasado. Cabello castaño algo desordenado y corto, vestido tan elegantemente como si se tratase de una gran fiesta en un buffet de abogados. Mis ojos eran más alegres, al igual que el aura que yo desprendía… todo era tan diferente… hasta ese día.Yo era el encargado de darles la bienvenida y el mejor hospedaje en uno de los mejores hoteles de xxxxxx [N/A: Anda, que no sé donde se desarrolla la historia de por sí], para ser más claros, el gerente de ese jugoso y cómodo lugar. No estaba mal, pagaban muy bien y con ese dinero podía mantenerla a ellas. Eh?, ¿Qué quienes son ellas? Pues… mi familia, la única que pude crear.
– ¡Bienvenido, cielo!
– Hola, Alice…
respondí de una manera cansada, pero sin dejar mi pequeña sonrisa. Alice era mi esposa, mi mujer, a la persona que más amaba en el mundo. Era una pequeña hembra de piel blanca, casi tirando al pálido. Raramente, sus cabellos eran grises, y sus ojos eran unos lindos azules que me dominaban. Era sexy, sin exagerar, pues tenía un buen cuerpo a pesar de sus 24 años. Ambos casados por el civil, teniendo como fruto a una hermosa niña la cuál llamamos… Violet Johnson, ¿Por qué ese nombre? Pues… Alice tenía una severa adicción al color morado, era su favorito. Vivíamos en un pequeño departamento, con los lujos necesarios como para estar cómodos.
– ¡Papi~!
Hablando del rey de roma…
Observe como mi "yo" pasado, abrazaba de manera tierna a una pequeña de cabellos castaños, con algunos mechones plateados. Raramente, saco ambos genes si hablamos de esto. Esa pequeña… era mi hija. La personilla ala cuál mas quería en todo el mundo, a excepción de mi esposa.
Pude sonreír nostálgicamente mientras veía como empezaba a jugar con ella.
– ¿Qué tal la escuela, cariño?
– ¡Es genial, papi! Hoy llego una nueva compañera al preescolar, es muy bonita ~
Ella me sonrió, yo le sonreí.
– ¿Ah sí?, ¿Cómo se llama?
– ¡Se llama Shuuko Takahashi!
– ¿Takahashi?...
Recuerdo que ese mismo día, también había llegado un nuevo "novato" al hotel con el mismo apellido. Era de procedencia japonesa, creo… tenía entendido que era padre soltero. Su esposa había muerto al dar a luz y debía mantenerse a él y a su pequeña hija. Si mal no recordaba, su nombre era Akio Takahashi. Uhm… para ser honestos, me alegraba que mi pequeña niña tuviera una nueva amiga…
.-
Pasaron algunos meses, y Takahashi era uno de mis mejores amigos de trabajo. De vez en cuando, nuestras familias se juntaban y cenábamos juntos, pues al parecer al igual que nosotros, nuestras hijas se hicieron muy buenas amigas. Ambas iban en el mismo preescolar, y tenían muchas cosas en común (como el raro color de cabellos y de ojos).
De vez en cuando, Shuuko iba a nuestro hogar, pues Takahashi nos pedía el favor de cuidarla cuando a él le tocaban turnos extras. Shuuko era una niña muy alegre y algo nerviosa, pero de muy buen corazón. Nos ayudaba y le ayudaba a mi pequeña en varias cosas. Era como si fuese mi segunda hija… Pero… Pero…
La desgracia ocurrió.
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–N-No… e-ellas… No…
Corría todo lo que mis piernas, ese día la lluvia no había parado, y el viento venia con velocidad cada vez más. Mi mente era un caos en ese momento, lo único en que pensaba… era que ellas estuviesen bien. Cada vez más me acercaba a mi departamento, y el sonido de las sirenas de las ambulancias y las patrullas policiacas se hacía más claro conforme me acercaba. Mi respiración se entrecortaba en cada momento, pero no me importo. Necesitaba saber que ellas estaban a salvo…
Justamente, en mi jornada de trabajo, recibí una llamada de Alice, pensaba que se trataba sobre alguna cosa de dinero, y estaba en lo correcto… pero esto era más grave de lo normal. Podía escuchar como ella lloraba, y le costaba decirme varias cosas. Escuche también la gruesa y ronca voz de varios hombres, al igual que el grito de Shuuko y Violet pidiendo ayuda.
"Si no llegas en 30 minutos, todas ellas morirán… cada 10 minutos, una morirá" fue lo que me dijeron antes de que colgaran el teléfono…pero, ¿Quiénes eran ellos? Fue lo que me preguntaba en ese momento, y sin pensarlo salí corriendo de mi trabajo.
Y, ahora en ese momento, lo único que pensaba era en llegar y que ellas estuvieran a salvo… solo eso quería…
A lo lejos, pude ver como aquel, mi hogar, ardía en miles de llamas. Los bomberos trataban de controlar el fuego, mientras que los policías trataban de calcular los hechos. Podía observar como toda la gente que vivía de aquellos alrededores, murmuraban millones de cosas las cuales no escuche por pura apurancia. En cuanto estuve lo suficiente cerca de los policías, ellos me detuvieron.
– ¡O-Oiga, esto no es un campo escolar! – Uno de ellos me dijo y me tomo de un brazo, mientras que su compañero me sujetaba mi otro brazo.
– ¡Ellas son mi familia! ¡D-Déjenme verlas! – Exclame mientras forcejeaba contra ellos, para poder entrar y tener seguro que ellas estaban… quería saber que habían pasado con ellas. Y como si dios hubiese escuchado mis plegarias, lo hiso, me mostro que habían pasado con ellas…
Frente a mis narices, pude observar como varias camillas salían de entre las llamas, siendo llevadas por paramédicos y algunos que otros bomberos. La primera camilla en pasar, fue una que llevaba a Shuuko, esta tenía un tanque de oxigeno y respiraba de manera entre cortada. Agradecia que ella estuviese bien, no me imaginaria como reaccionaria Takahashi si le dijera que su pequeña había muerto… al menos un peso de encima me quite.
Pero…
– ¡Señor! – La voz de un paramédico, me llamo la atención, metiendo las narices donde jamás debí meterlas…
– ¿Qué ocurre? ¿Algún herido? – Pregunto al parecer el que era el comandante de la policía.
– Vera, una de las victimas está muy grave, inhalo mucho humo… y sobre las otras dos… – El hombre me vio – ¿Usted es familiar? – Asentí, mientras sentía como los dos policías me soltaron del agarre. Aquel hombre frente a mí, me tomo del hombro y bajo su gorra. Mirándome seriamente y con pena a la vez, dijo aquellas palabras que tanto me temía…
– Lo sentimos mucho…
Detrás de mí, pasaron otras dos camillas con otras dos personas, totalmente cubierta. Una persona se notaba considerablemente mayor… y la otra, considerablemente menor…
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– Aquí tiene los papeles sobre el funeral… y nuevamente, lo sentimos mucho, señor Johnson.
Escuche la gruesa voz de aquel hombre encargado de los funerales, mientras me daba dos carpetas llenas de datos de Violet y Alice. Al tomarlos, solo salí del local. Vestía de negro, pues ese preciso día había sido el entierro de ambas personitas que amaba. Ese día, no había ningún rastro del sol, como si el tiempo supiera sobre mi temperamento en ese momento… Es decir, ¿Cómo mierda se sentirían ustedes si perdieran todo lo que aman?
– ¿Vincent?
Escuche alguien llamarme, haciendo que por pura inercia, volteara hacia la dirección de aquella voz. Era Takahashi junto con Shuuko, ambos de negro al igual que yo pues habían ido al funeral de Alice y Violet.
– Ah…Eras tú… ¿Qué pasa?
Respondí desanimado, mientras sentía como mi amigo me miraba con pena. Observe como la pequeña Shuuko se aferraba al pantalón de su padre. Milagrosamente, ella fue la única que se salvo.
– Veras… es sobre… el accidente. – Escuche seriedad en su voz… sabía que eso no era bueno. – Veras… antes de mudarnos aquí, tuve que hacer unos pequeños "movimientos" para poder con todos los gastos… es decir, tuve que robarle a la compañía con cuál trabajaba antes. – Mi semblante serio cambio a uno de sorpresa… eso quería decir… que por su culpa habían matado a mi hija y esposa.
– Entonces… ¿Por tu culpa…?
Me interrumpió, mientras que la pequeña albina se aferraba más a su pantalón.
– Si… cuando se enteraron de eso, me estuvieron rastreando para poder encontrarme y asesinarme, por traición… Y p-por algún motivo… llegaron a ti. Pensaron que Alice era mi nueva esposa, y que Violet y Shuuko eran mis dos hijas… fue por eso…
El no pudo continuar, pues le tome del cuello de su camisa, alzándolo levemente. El coraje me invadía en ese momento.
– Por tu culpa…¡POR TU CULPA, ELLAS ESTAN MUERTAS! ¡ELLAS NO ESTAN CONMIGO! ¡ELLAS SUFRIERON LO QUE TU DEBISTES SUFRIR, PEDAZO DE MIERDA!
Al escuchar los llantos de la más pequeña, lo solte con brusquedad, sin dejar mi semblante frío.
"Me las pagaras" fue lo último que dije mientras me alejaba de los Takahashi.
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Pasaron algunas semanas, y en esas semanas, estuve planeando mi venganza contra el imbécil que empezó todo… pude contactar a las personas que trataban de asesinarlos, convenciéndoles que yo sabía sobre su paradero de aquel traicionero.
Y Ahora, en ese momento, veía como el hotel donde trabajaba antes, ardía en llamas. Aquellas llamas como las que dominaron y consumieron mi hogar, donde les arrebato la vida a mi felicidad.
Podía escuchar varios gritos de ayuda, pero el más claro entre ellos era el de una personita que yo conocía bien…
Los gritos de Shuuko.
"¡Papi!" eran los gritos que daba la mocosa, dándome a entender que mi venganza había tenido éxito. Akio Takahashi estaba muerto.
Pude ocultar todo contacto con aquellos asesinados, sin dejar rastro alguno, así que no me vieron involucrado en aquel accidente. Sin embargo, aun después de cumplir mi venganza… sentía necesidad de hacer algo. La venganza no había sido suficiente.
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Después de un tiempo, volví a casarme con una prostituta que conocí en uno de los bares más frecuentes que visitaba, y volví a ser padre, esta vez de un niño. Sin embargo, no fui el mismo padre amoroso de antes.
Después de algún tiempo, mi segunda esposa se divorcio de mi, dejándome al mocoso conmigo y mis malos hábitos, y al no tener nada con que desquitarme, lo hice con él.
Con insultos, con golpes, con todo lo que podía me desquitaba aquel dolor irreparable con él.
Al verme forzado el tener que conseguir dinero, tuve que recurrir a la búsqueda de trabajo. Y a pesar que mi búsqueda fue larga, lo encontré.
Habían derrumbado aquel edifico donde yo había vivido mi felicidad y mi desgracia, construyendo una pizzería infantil llamada "Fredbears Family Diner", la cuál a sus pocas semanas de servició, tuvo mucho éxito. La paga no era la mejor, pero si lo suficiente como para sobrevivir un par de semanas. Como el mocoso no asistía a la escuela, tuve que llevarlo al trabajo, dejándolo varias veces en el estacionamiento de este.
Mi trabajo era de vigilante diurno. Vigilar que varios mocosos felices no rompieran o cagaran en las atracciones principales, las cuales eran unos robots. Mi uniforme era un purpura, un purpura que tanto amaba Alice…
Tks, el paso del tiempo me hiso odiar la felicidad y los mocosos. Odiaba todo lo relacionado con ambas cosas, y también que estas se juntaran.
Durante varias noches, el dolor seguía acorralándome, desesperándome por ser inútil en ese momento. Soñaba el cómo las asesinabas, el cómo pude ayudar a que asesinaran al que fue mi mejor amigo. Al pensar que había dejado, al igual que a mí, sola a una persona increíblemente menor que yo.
La conciencia no me dejaba tranquila, no dormía bien… y las risas de los pequeños durante el día me hacían enloquecer cada vez más.
Hasta que un día de esos, perdí la cordura totalmente.
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Durante la fiesta del hijo de uno de los abogados más exitosos de la ciudad, lleve a cabo mi plan. Aquel plan de sufrimiento para algunos pequeños. Para esto, tuve que robar el traje de una de las atracciones secretas, la cual la hacían llamar "Golden Freddy" si mal no me equivocaba.
Me costó mucho trabajo, pero al final, no había valido la pena.
Durante la festividad, lleve a dos niños hasta el "Backstage", una sala donde tenían piezas de reparación entre otras cosas. Ese día, solo habían asistido 5 niños a la fiesta, increíblemente uno de ellos era Shuuko, la cual ahora se llamaba "Shuuko Murtons" pues al parecer después del incidente había sido adoptada, había quedado invalida … Pero dejemos esto de otro lado.
Al tener a la pequeña rubia y al pequeño de orbes negros muy motivados frente a mí, atrapados en aquella sala, empecé con mi plan. Empecé asesinarlos, a demacrarlos… a hacerlos sufrir como debían.
Al final, ese día, había asesinado a 3 malcriados. Tuve que esconder aquel trío de cadáveres en la pizzería y que, Si mal no me equivocaba, sus nombres eran Samantha, Oliver y Timothy.
Sin embargo, aquello no aliviaba mi alma en pena. Necesitaba… más. Necesitaba asesinar aún más, asesinar a aquellas personas que creían que la vida era realmente fácil y alegre…
y al único que conocía que pudiese asesinar… era a mi nuevo hijo. Era Patrick
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Al paso de algunas semanas, las personas ya habían olvidado casi por completo aquella desaparición de tres personas en la pizzería, pero las personas que iban a esta habia disminuido notablemente. Era perfecto, mientras menos mocosos llevaran, mayor era mi tranquilidad. También, habían culpado a uno de los empleados de ese lugar, que si mal no recuerdo su nombre era Scot… pero esto no es de suma importancia. Con suma tranquilidad, había tomado uno de los pastelillos de la cocina, pensaba llevárselo a Patrick.
Eh? ¿Qué si así de normal? JÁ, como creen… el pastelillo que había elegido, le había puesto un poco de veneno para ratas, lo suficiente como para que sufriera en el contacto con el infierno, ¿No creen?...
– Ey mocoso… ten esto, pensé que tal vez tendrías hambre.
Dije en cuanto salí al estacionamiento y veía como trataba de ocultar algo, no le di mucha importancia. Deje aquel plato con el Cupcake "normal" frente a él, mientras que yo me iba. En cuanto cerré la puerta, me dedique a ver por la ventana. Ver como el comía felizmente aquel Cupcake, como se limpiaba con felicidad, y sentía su estomago lleno. Hablaba con otra persona felizmente, hablaba con Shuuko alegremente.
Pero no duro mucho. Pude ver como se tomaba el cuello, como si se tratase de falta de aire, y estaba en lo correcto. Sonreí con locura al ver cómo caía al suelo y se retorcía de dolor, mientras que la albina se asustaba y empezaba a llorar con miedo.
Salí de mi escondite, mientras sentía como Shuuko me miraba con coraje e ira ala vez. Como pudo, se abalanzo contra mí, y trato de enterrarme una daga que traía en su mano, sin embargo, yo la jugué en su contra. Pues antes de que aquel filo diera contra mí, lo voltee, haciendo que diera directamente al pecho de ella. Empezó a desangrarse, cayendo al suelo mientras que se retorcía de dolor.
Pase de ella. Dejaría que se enfriara en aquel lugar.
Tome el cuerpo de Parker, mientras lo arrastraba para poder esconderlo.
– L-Lydan…Fé..lix…
Esas fueron las últimas palabras que dio la albina antes de dejar de respirar. ¿Quiénes eran ellos? Me pregunte, pero después investigaría un poco de ellos.
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Nuevamente, el escándalo azoto en la pizzería, y las personas eran menos y menos cada vez. Y lo más genial, es que nadie sabía quien había asesinado a aquella niña en el estacionamiento de la pizzería. ¡Já! Todo había salido a la perfección… bueno, casi todo.
Una tarde, un pequeño de alrededor de 12 años de nombre Félix, me había encarado que yo era el asesino. Por un momento había pensado "¿Cómo lo sabe?", pero… recordé aquel nombre que Shuuko había dicho antes de morir. "Félix".
¿Qué si lo asesine? Claro, se había desangrado al igual que Shuuko por su costado derecho, ¿Me creerán que a ese mocoso le gustaba la inválida? ¡Já! Con mucha más razón lo disfrute…
Fue cuando me di cuenta, que ser asesino era lo mio.
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*Lost Time Record Cap. 10*
Al paso de los años, cerraron y reabrieron la pizzería un par de veces, con el nombre de "Freddy Fazbear Pizza". Por cosas del destino, en esa pizzería pude encontrar a "Lydan", que por lo que había investigado, era el semi hermano de la difunta Murtons. Lo habían despedido, y por cosas también del destino, me habían contratado a mí.
El responsable de toda la tragedia…
Ahora, me encuentro aquí, siendo apuntado por el robot de nombre "Freddy", controlado por la alma en pena de Timothy.
– Anda… Dispara si quieres, me harías un gran favor…
Respondí de forma adolorida pero sin dejar una sonrisa. Pero el dejo de apuntarme.
– Si hiciera eso, te haría un favor, y lo único que queremos… es que sufras, bastardo.
Tiró la pistola lo suficiente cerca de mí, mientras me daba la espalda y se acercaba a Lydan a The Mangle junto con sus compañeros. Sonreí, pues jamás había pensando que a esos mocosos se les había dado una segunda oportunidad de la felicidad. Tome entre mis manos aquella arma y apunte hacia mi cabeza. Lo único que recordé en ese momento, fue el horrible dolor de mi cabeza al pasar la bala en ella.
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Todo… es oscuro…
No logro ver nada…
Se suponía… me podría encontrarlas…
Entonces, ¿Por qué?... ¿Por qué ellas no están aquí?...
– ¿Por qué hiciste todo esto?
Escuche una voz, al igual que note una luz en toda la oscuridad. Aquella voz, era la voz de Shuuko.
– Y-Yo… no quise hacerlo… Y-Yo jamás… quise asesinar a nadie… – Empecé a llorar como todo un niño al ser abandonado en el mundo – Y-Yo solo quería… Y-Yo solo quería l-liberarme… s-ser libre… L-Lo juro… Y-Yo también quería ser salvado…
Comence a llorar de manera escandalosa, siendo observado por una Shuuko madura frente a mí. Ella me observaba de manera sería, pero aquella seriedad se fue en un dos por tres. En un chasqueo de dedos, aquella oscuridad se había ido, y todo era un escenario tan hermoso… era un patio lleno de flores, al aire libre y increíblemente hermoso. Deje de llorar al ver tanta belleza.
– ¡Papi!
Hace años que no escuchaba aquella voz, que parecía que era mentira. Voltee lentamente hacia la dirección de aquella voz, encontrándome con quien más quería… con Alice y Violet, con una hermosa sonrisa en sus rostros.
– Ellas te han estado esperando desde aquella desgracia… – Habló Murtons con una sonrisa en su rostro. – Ve con ellas, y se feliz, señor Johnson.
La mire por unos momentos, pero le hice caso a sus indicaciones, así que salí corriendo en dirección de mi felicidad. De aquellas personas que amaba y que seguiré amando. Las junte en un abrazo, y ellas también correspondieron. Varias luces brillantes comenzaron a rodearnos.
– Os eche de menos…
– Nosotras igual, cariño ~
Alice me beso la mejilla, yo solo sonreía mientras aguantaba las lagrimas. Los tres volteamos hacia la dirección de Shuuko, sonriéndole.
– Gracias… – Dije, ella solo sonrió.
– Creo a ti jamás te lo dije, ¿No?... Mi teoría de la felicidad, es que los demás sean felices ~ Pero, ese es nuestro secreto ~
Coloco un dedo en sus labios, mientras que nos guiñaba un ojo. Yo solo asentí al igual que mi familia, mientras que nos desvanecíamos en miles de lucecitas brillantes.
Por fin, pude descansar en paz, y por fin… pude encontrar nuevamente el sentido de la felicidad.
.-
¿Qué les pareció? No tengo mucho que decir, solo que posiblemente estare más activa, pues ya empezaron las vacaciones! xD Bueno, esto es solo un AU y prologo de mi fic "Lost Time Record". ¿Ya? Para entender, deben leer ese fic primero.
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