Konnichiwa! Sigo viva! XD
Tuve problemas, por eso no había actualizado; pero espero actualizar en esta semana mis historias; paciencia onegai. Mientras, les dejó un fic que había escrito hace tiempo, pero no lo había publicado, ni pensaba publicarlo, sólo una de mis amigas lo había leído; pero sus comentarios me motivaron a subirlo a esta página. Espero les guste :D
Disclaimer: KHR! No me pertenece ni sus personajes; pues son de Amano Akira-sensei
Título: Castigo
Capítulo 1
Ella se infiltró en aquel Instituto; caminando por los pasillos de la escuela; esperando ver a su amado Tsuna. Repentinamente se topó con un joven de ojos azules.
― Estás irrumpiendo la paz herbívora― siseó aquel hombre.
― ¡Hahi! ― Expresó su sorpresa; el líder del comité disciplinario le miró de lado con un brillo en los ojos.
― Debes de ser castigada― sonrió, la muchacha se mostró confusa, pero estaba de acuerdo en que esa no era su escuela; así que probablemente le escribirían una queja a su padre o a su escuela; se sintió incomoda ante el pensamiento.
― Líder-san― habló; el carnívoro se detuvo para mirarle de perfil.
― ¿Qué? ― preguntó entre dientes.
― No me ponga un reporte, por favor; sí lo hace ya no podré venir a ver a Tsuna-san ― le dijo la chica a Hibari; este alzó una ceja en reproche; acercándose a ella, le susurró.
― Ven a la sala del comité disciplinario ― caminó lento esperando que ella le siguiera.
― Hai! ― corriendo tras aquel muchacho.
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― ¿Viste eso? ― preguntó un chico de la clase del Décimo Vongola.
― Si. Hibari-san está acompañado; esto es un notición ― dijo.
― Pero al ser Hibari lo más probable es que le vaya a morder hasta la muerte porque no lleva el uniforme de esta escuela; pobre de ella; me siento mal por la chica que va a ser golpeada― mencionó, el otro asintió; luego como si se le prendiera un foco comentó.
― Oye, esa no es la chica que siempre viene a ver a Tsuna; sí le decimos a él, a lo mejor sabe qué está pasando―.
― Es verdad, vamos ―.
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La puerta se cerró detrás de ella; la sala estaba vacía.
― Nadie se acerca a mi territorio ― dijo frio; mirando a Miura algo nerviosa por la situación.
― Esta vez lo pasaré por alto ― sonrió satisfecho al ver que ella se sorprendía.
― Hahi! ¿Líder-san perdonará a Haru?― cuestionó.
― Hibari Kyoya ―.
― ¡Ah! Hibari-san; gracias ― se inclinó, para después partir de aquel lugar. Las féminas manos iban a abrir la puerta, cuando sintió a ese chico detrás de ella; su cercanía era amenazante.
― Hi-Hibari-san? ― preguntó, pero antes de recibir respuesta; su blusa estaba siendo alzada por la pálida mano.
― Hahi! ― la otra mano acarició los muslos de la mujer; levantando la falda oscura de aquel uniforme; acercándose a la braga de la muchacha. Miura intentó zafarse, pero ágilmente unos dedos hicieron de lado la braguita blanca de moras, introduciendo sus largos y masculinos dedos en el sexo de la chica.
Miura pegó un gritillo; pero la mano que hace poco había tocado su seno, ahora le tapaba la boca.
― Urusai… ― ordenó al tiempo que sus dedos se movían un poco más rápido, acariciando el interior de la chica. Miura comenzaba a tener sus ojos llorosos; sus mejillas estaban sonrosadas.
― Hi-Hibari-san… por favor; no volveré a entrar cuando usted este; así que déjeme; onegai ― suplicó con una voz algo grave, temblorosa por tener dentro de sí aquellos dedos.
― El castigo es completo; te morderé hasta la muerte― sentenció mientras le bajaba la pantaleta, hasta tirarla al piso; viró a la morena frente a él.
― Mírame…― ordenó, Haru negó con la cabeza; agachando la mirada.
El peli negro sintió algo de frustración, pero no la demostró.
La mujer abrió sus ojos sin mesura al sentir que sus piernas eran abiertas; mientras masculinas manos la tomaban de los muslos, recargándola a la pared, al tiempo en que la lengua del prefecto se introducía en la vagina de la pequeña.
― Ah… no… hmm…― gemía con grosor en la voz; pues ese chico le hacía sentir extraña; aquella lengua le acariciaba, le lamia, aquellos labios chupaban su sexo; pero lo más drástico fue cuando el pelinegro mordió ligeramente el clítoris de la chica; curioso de saber que era lo que esa parte de ese femenino cuerpo provocaría en ella.
Sonrió al escuchar el gemir de ella; siguiendo con aquel saborear de aquella entrada, un líquido comenzó a salir de la chica, sabía extraño, pero no estaba mal; le había gustado.
Le hubiera probado más, de no ser porque cuando volteó a verla; la imagen de esos llorosos ojos, de aquel jadeo, de esa expresión tan sexy que tenía al momento, le hizo sentir un fuerte dolor en su entrepierna; se sorprendió él mismo por la reacción de su cuerpo.
Pero al ver a la muchacha bajo su poder; se permitió no pensar en nada, únicamente satisfacer ese deseo que le acababa de nacer.
Se levantó, beso los labios de ella, explorando aquella cueva humedecida.
Miura a pesar de su sonrojo, intentó resistirse en vano; terminando por corresponder el beso; esas emociones en su cuerpo le eran desconocidas; pero al mismo tiempo placenteras.
Nunca en su vida imagino hacer esas cosas; ni siquiera con su amado Tsuna, mucho menos con el indiferente de Hibari.
Mientras Miura estaba pensando, sintió un dolor en su feminidad.
― Ah… Du-duele; Hibari-san…― pero este ignoró la queja de ella, aunque intentó entrar un poco lento, a pesar de querer hacerlo rápido.
― U-urusai…― fue lo que pronunció; ella nunca vio la expresión agitada, las gotas de sudor en el tórax o el masculino rostro; sólo pensaba en el dolor; repentinamente el miembro viril entró en la concha de la chica; esta gritó.
Mientras con sus piernas que estaban siendo agarradas por las manos de su pareja sexual; rodearon la cintura del chico; acercando con eso ambos sexos; el muchacho gruñó con voz hueca al sentir como la vagina de la chica le succionaba su miembro; eso era tan nuevo, pero tan deleitable; siempre se había imaginado que podría hacer una herbívora como ella; pues desde hace tiempo había tenido cierta clase de sueños con esa morena de protagonista; ahora descubría que se sentía estar con la persona real.
En ese momento, mientras el peli-negro le estocaba, mientras algunos hilos de sangre caían al suelo debido a que era su primera vez; el ojiazul observó como la madera se manchaba con gotitas carmesí, pero no le dio importancia; únicamente empezó a sacar y hundir su virilidad en ella; una y otra vez.
― Mhnn… Ky-Kyoya…― gimió Haru; ella buscó los labios del chico para besarle; este le correspondió.
― Ya casi ― susurró el prefecto.
― E-espera; me falta llegar al clímax ― ahora era ella quién le decía que hacer, eso le molestó un poco, pero no dejaría que una herbívora arruinara su imagen de carnívoro.
― El que aún no acaba soy yo― cuchicheó algo cortado; pero tomo las nalgas de ella; apretándolas y jalándola más hacia él; la muchacha abrió sus ojos y unas gotas de lluvia salieron de ellos.
Sintió placer y dolor, pero aquella forma en que el miembro de Hibari había alcanzado a tocar algo dentro de ella; fue lo que le condujo al éxtasis.
Miura se aferró a él, rodeo el cuello del moreno con sus brazos, al tiempo en que la penetración se hacía más rápida, más violenta; más fuerte; disfrutando de ese momento.
Lo que ninguno de ellos sabía, es que alguien les había observado; alguien abrió la puerta esperando salvar a la morena de una golpiza, pero jamás pensó en que 'el morderé hasta la muerte' de Hibari, podía tener este significado.
"Hiiii! ¿qué hago?" pensaba Tsuna al ver como Hibari tenía sexo en aquel cuarto con su amiga; pero lo que más le sorprendió fue que la expresión en el rostro de Haru, era difícil de olvidar.
― Miura… ― dijo un poco falto de aire con la chica aún en esa posición.
― ¿Hn…? ― afianzándose a él, sintiéndole tan cerca; olvidándose del pudor por un instante.
― ¿Dentro o fuera? ― preguntó con voz hueca; el rostro de él, así como sus labios rozaban el cuello de ella, por lo que Miura no percibió el leve sonrojo de Hibari.
― ¡¿Hahi? ― exclamó confusa, pero antes de entender el significado de esas palabras, sintió algo correr dentro de su ser ― ¡Ah…! ― clamó al afianzarse más a él; llegando al orgasmo.
― No respondiste rápido ― comentó frió, mordiendo el lóbulo de la muchacha, intentando esconder las sensaciones que florecían en él.
― H-Hibari-san es muy malo… ― chilló.
El prefecto sonrió satisfecho sin ningún rubor aparente, con el mismo rostro sereno de siempre.
Comenzó a salir de aquella entrada que fue de él; dejó a la chica recargada sobre la pared, sentada en el frió piso, con su trasero desnudo debido a la falta de bragas; con la falda cubriéndole. En ese momento Tsuna cerró la pequeña abertura de la puerta por la que observó todo; retirándose completamente sonrojado.
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― Jyuudaime! ¿Qué sucede? ¿Se encuentra bien? ― preguntó el albino preocupado; su Jefe le miró con la vista perdida.
― S.i, n-no es nada…― pero se volvió a sonrojar cuando recordó la escena; miró sus manos, y pensó…
"¿Q-Qué se sentirá? ¿Tendría Haru las mismas reacciones conmigo?" pensó.
Brincó, sacudiendo su cabeza; volviendo a pensar "será mejor que me aleje de amistades como la del Doctor Shamal".
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Mientras en la sala del comité disciplinario; Miura comenzaba a analizar el acto previó ocurrido; se sonrojó a más no poder; observó con total humillación y vergüenza a Hibari, quién le miraba de frente, pues ahora ambos estaban sentados en los sillones.
― Hi-Hibari-san…― pronunció apenada.
― Hace rato gritaste Kyoya ― comentó, haciendo que ella pareciera jitomate.
― Mis bragas… ― escondió su mirada mientras apretaba sus piernas; el peli-negro le miró fijamente ― m-me las devuelves por favor― esas palabras fueron dichas con tal inocencia que le provocó de nueva cuenta.
Hibari sacó la pantaletita blanca con esos estampados de mora; con uno de sus dedos sostenía la prenda, la chica se sintió morir.
― ¿Qué recibo a cambio?―.
― Haru no volverá a venir a la escuela de Hibari-san― respondió por lo bajo; el ojiazul aventó la prenda hacia su dueña.
Molesto, pero manteniendo su porte replicó.
― Sawada Tsunayoshi…―.
― Hahi?― levantó la mirada.
― Ese herbívoro causa demasiados problemas; si mañana no estás aquí le morderé hasta la muerte― afirmo, Haru se puso azul al pensar en que su amado Tsuna fuera castigado de la misma forma que ella; ¡No!, eso no podía ocurrir, Haru debía de salvar la castidad de su amor a cualquier costo; pero eso la haría parecer fácil, así que se mantuvo sin decir nada.
Hibari se acercó a ella de nueva cuenta, abrió las piernas de la chica, esta hipó del susto; pero se percibió rara al sentir el pantalón oscuro de él cerca de su aún desnuda feminidad.
Hibari empezaba a desabrochar los botones de la blusa; con su mano acariciaba a la pequeña que tenía sentada bajo él; sonrió al sentir el temblor de esta; y cómo intentó golpearle, pero este le tomo las dos manos con la suya.
― Lo disfrutas Miura, acéptalo…― siseó; para bajar hasta el brassier de ella.
― No; Hibari-san es un idiota ― chilló; pero el moreno volvió a besar esos labios; ahora hinchados.
Acercó más su rodilla al sexo de ella, quién gimió.
― Aún estás sensible…― le mordió la oreja, bajando con su lengua desde el lóbulo hasta la clavícula, luego al pecho.
― Ah…― pegó un pequeño grito.
― Bien ― se dijo el moreno a sí mismo; agachándose, mientras masajeaba un seno de la chica; le abrió las piernas, escondiendo su cabeza bajo la falda.
Ella le agarró de los cabellos, pero este gruño al sentir que sus hebras negras eran jaladas; así que en castigo introdujo su lengua en la vagina de la mujer; ella intentó cerrar sus piernas; pero las manos de Hibari fueron más rápidas, haciendo que esta las abriera más.
― ¡Ah…!― sollozó de placer, a pesar de que dentro de sí pensaba que eso estaba mal.
Miura tomó uno de los cojines para apretarlo con fuerza, pues las caricias de su amante le hacían estremecer.
― Kyoya, detente, por favor ― el peli-negro sonrió al escuchar su nombre, así que sin proponérselo, le proporcionó más placer a la chica, quien ahogo un gemido.
Alzó su rostro al sentir que ella estaba preparada para una segunda penetración; miró los vidriosos ojos chocolate de ella, sintió ganas de hacer suyos esos labios rojizos; y lo hizo; exploró cada recoveco de aquella humedad; haciendo que saliera al terminar el beso un hilillo de la saliva de ambos.
El erecto miembro del chico acarició la feminidad de ella; hasta introducirlo en aquella estrechez; el hombre gruñó en vez de gemir; el sudor de su cuerpo comenzaba a salir por vez segunda.
― Mmm… ― sollozó la morena, los labios de ambos se separaron un momento para volverse a encontrar; Hibari recargaba su mano en el respaldo del sillón; penetrando con toda soltura a la joven frente a él.
― N..o…―.
La mano libre jaló una de las piernas de ella, para que se apoyara sobre su hombro; mientras la virilidad de él alcanzaba el máximo de profundidad permitido en aquella entrada.
Miura estaba por gritar cuando el poso sus labios sobre los de ella; jugueteando con sus lenguas; acariciándose mutuamente.
Aquel vigoroso joven le embestía sacando un poco su sexo para volver a meterlo, cada vez con más rapidez; las caderas de ella se mecían al compás; uniendo ambos cuerpos; haciéndose uno; a pesar de su falta de amor; pues este acto comenzó por instinto, por deseo.
Una vez terminó el acto de pasión; Hibari beso la frente de la muchacha; algo inusual de él; pero que le había nacido.
Los parpados de ella estaban cerrados, se había quedado dormida; él prefecto se sacó su chaqueta negra con la cinta de su estatus; tapando a Haru con esa prenda.
― No serás de aquel herbívoro― susurró, para después besar la mejilla de ella.
― Tsuna-san…― murmuró entre sueños la pequeña, esbozando una sonrisa. Aquel inocente comentario provocó en el moreno un flash de dolor en sus ojos; apretó su propia chaqueta, pero calmó sus impulsos de despertarla; pues a pesar de decir el nombre de aquel herbívoro en sueños; decía el suyo cuando se hacían uno; y esa era la forma en que haría que ella olvidará a aquel débil ser.
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La escuela había cerrado sus puertas; en las noches semi-oscuras, un joven de azules ojos llevaba en su espalda a una chica un poco menor que él; ella le rodeada con sus brazos; a pesar de estar dormida.
El moreno no traía la prenda que le caracterizaba como prefecto, pues la había puesto sobre la muchacha de ojos cafés.
Gotas de lluvia empezaban a caer, el peli-negro acomodó a la morena de nueva cuenta sobre su espalda, caminando calmo hacía la dirección que había leído en la identificación de ella; su paso era calmo, disfrutando de aquella fémina fragancia, que a pesar de la suave lluvia, el aroma de ella no desaparecía; sonrió un poco al sentir la respiración armoniosa de Miura sobre su nuca.
Llegó a la casa de la muchacha; abrió la reja de metal; camino por el pequeño pasillo, tocó el timbre; de ahí salió una mujer de unos 35 años de edad con el rostro serio.
― Dígame ― preguntó sin interés, pero al observar a su hija en la espalda de aquel oji-azul; parpadeo repetidamente, preguntando sorprendida ― ¡¿Haru? ― dirigiendo su vista a la de aquel adolescente de porte frio ― ¿Tú eres…?―.
― Hibari Kyoya ― espetó, evitando ser cortante.
La mujer suspiró.
― La habitación de mi hija se encuentra arriba, es la primera subiendo las escaleras; una vez la dejes ahí, tengo que decirte algo― mencionó seria, Hibari se marchó sin inmutarse.
…
En la habitación de Miura; la recostó con suavidad inusualmente permitida; antes de retirarse acarició el suave rostro con sus fríos dedos, para después tomar su chaqueta consigo antes de ir a ver a su futura suegra.
…
En la sala le esperaba una mujer con dos tazas de porcelana en la mesita de vidrio.
―Es té, bébelo―.
― No lo necesito―.
― Esa es una buena respuesta; me gustan los chicos como tú ― le dijo sonriente, Hibari pusó cara de espanto.
― Jaja, no lo malinterpretes; quise decir, que me gustaría que mi hija tuviese un novio como tú; pero ambos sabemos que ama a Sawada Tsunayoshi, así que no te acerques más a ella, sí lo único que quieres es jugar―.
El moreno sorbió un poco de té; lo colocó en la mesa, mirando firme los ojos de la mujer de mediana edad.
― No estoy jugando; no me interesan las herbívoras, sólo ella― dicho eso, salió de aquel lugar dejando su saco de la escuela tras él.
La madre de Miura sonrió, susurrando.
― ¿herbívoras? Que interesantes conceptos tienen los chicos de hoy―.
Sí no piensan que quedó super fatal, dejen reviews, onegai ^_^
y sí no les gusto, pues espero los abucheos + críticas
Pero sí les gusto, les prometo que el segundo capítulo -que ya está redactado, es más pervert XD -.
Sí, a Tsuki-chan la visitó la musa del lemmon; además debo muchos lemmons de varias parejas, esta es una -creo- ya deliro, ignorenme.
Ja ne!
Pd: como ya está escrito el capítulo 2, los subo mañana jueves.
