Ahora mismo puedo ver cada pedazo de ti arrastrarse lastimosamente bajo mis pies, bajo mi mirada inquisitiva. Sé que lo estás escuchando todo a pesar de no ser más que seiscientos seis cubos de ti misma. Imbécil, me digo. Hubiese sido tan dulce ver tu cara descomponerse en cuanto dijera mi línea, tus ojos azules agrandándose en una mueca oscilando entre incredulidad y molestia. El rostro de Garterbelt no me resulta tan amarga, de todas formas.

- En realidad, soy un demonio.

Oh, la expresión de Brief. Puedo escuchar tu carcajada tan cerca, como si estuvieras a mi lado mientras gritas "¿viste eso, Stocking?". Si, Panty, lo estoy viendo.

Hasta ahora, incluso sabiendo que en mis venas no recorre la sangre digna de un angel, sino la de un siervo de Satán, todo me parece una broma de mal gusto. Eres maleducada, egocéntrica, una ninfómana en toda la extensión de la palabra y la persona más perezosa que haya habido jamás bajo el cielo que resguarda Daten City. Cuando lo pienso, me río con amargura.

¿Por qué de las dos, yo he tenido que ser el demonio?

Siempre fuiste la favorita de nuestra madre. Hiciese lo que hiciese, esforzase lo que me esforzase, tu escalabas hasta la cúspide social, dejándome a mi en la sombra allá, en el cielo. A veces cierro los ojos y me imagino el tacto de papá sobre mi oscuro cabello, reconfortándome. No es tu culpa, Panty, el haber salido a la puta de mamá. Ni tampoco mía, Dios, por haber salido al cabrón de nuestro padre.

Mientras me alejo hacia Oten City junto al incordio de Corset, dejo tus restos en el camino para que Geek Boy se entretenga jugando al príncipe salvador. Ese idiota. Me pone de los nervios.

Panty por allí, Panty por allá…

No lo echas, sin embargo, y eso es lo que más me sorprende. Lo maltratas como a un perro y lo insultas, pero sé que te gusta la forma en la que gimotea tu nombre sobre su paladar. Lo supe en el momento en el que le entregaste tu virginidad. Por el amor de dios, hermana… ¿en que momento los adolescentes fracasados se convirtieron en una opción?

"¡Mirad! ¡Pero si son las hermanas Anarchy!".

Lo espero. Espero y ansio que los pedacitos de ti vuelvan a juntarse para que puedas encararme por última vez y decirme que me odias. Música para mis oídos, pienso, aunque en realidad me duela. Siempre fuiste una molestia para mi. Ya que no puedo matarte, que no estorbes sería la mejor opción. Menos sentimientos con los que lidiar, confieso.

Vamos… ¿me necesitas?

Sé que aún sin poder hablar, dirías que no con una justificación tan lamentable como lo es todo de lo que sale de tus labios. Entonces, yo me burlaría sin importancia del tema, como siempre lo he hecho.

Miro al cielo, que está siendo absorbido por los mismos colores oscuros que decoran mi pelo. Es melancolía lo que se instala en mi pecho.

Lo siento, Panty, pero ya me cansé de esperar un " te necesito" por respuesta.