Arcadio: Tejiendo Historias
-Los personajes son propiedad de Naoko Takeuchi, más no la historia presentada aquí-
Apta para todo publico.
Basada en hechos reales.
1.-Hermosa
Sacó el chaleco negro y la blusa azul rey del armario, los planchó pulcramente y se los puso, luego escogió cuidadosamente una gorra plana que hiciera juego. Por último se roció con una loción especial.
"Que bien hueles"; había sido una de las primera buenas señales que había recibido de aquella bella chica, y por eso ordenó la botella más grande que encontró de esa loción.
Haruka Tenoh estaba lista, bajó las escaleras y dio las últimas indicaciones a su staff:
—Escuchen con atención por favor— dijo Haruka elevando un poco el tono de voz y las personas del staff se vieron maliciosamente unas a otras acordando en silencio gritar al unísono:
—¡Ella vendrá!
—¿Eh? — dijo Haruka desconcertada, todos rieron a carcajadas y de nuevo repitieron el estruendoso grito.
—¡Ella vendrá!
—Claro que lo sé, pero no tienen que gritarlo. —dijo una rúbea Haruka
—Haruka, llevas toda la tarde diciéndolo cada 7 minutos "Ella vendrá", "Ella vendrá" —dijo Sei quien se encontraba agitando una bebida en la licorera—. Fue nuestra muestra de apoyo, no te pongas nerviosa.
—Muy graciositos. Así no debes de agitar la bebida, hazlo con más estilo y suave, como si tuviera dentro el genio de la lámpara, y no lo querrías matar porsupuesto—
Haruka tomó la licorera con cuidado, agitó con elegancia y vació el contenido en una cristalina copa, colocó un porta vasos debajo y agregó una cereza.
—¡Perfecto! — Dijo admirando su obra maestra —por cierto Sei— dijo bajando la voz
—¿Te encargaste de aquel asunto?
—Verás, no pude encontrarle, pero te aseguro que para la apertura ya estará resuelto, ten paciencia, no creo que hoy salga, hay mucho alboroto. Suele salir más cuando todo está en silencio.
—Bien, te lo seguiré encargando. Se discreta ¿quieres? —Sei le guiñó un ojo.
—¿Discreta con el tema de la madre y las hijas? —dijo Setsuna quien recién llegaba aún con la bata puesta, dejó su bolso en la barra al tiempo que tomaba la bebida recién preparada y se la bebió de un sorbo
— No era de nadie ¿verdad? —
—Y aunque lo fuera ya no hay remedio—dijo Sei hundiendo sus hombros
—Bueno Sei, prepárele otro y está vez con elegancia ¡eh!. —
— Me gusta mucho este lugar Haruka, será todo un éxito— dijo Setsuna girando sobre el banco mientras inspeccionaba el interior del pequeño lugar. —Muy acogedor, me encanta la iluminación tenue que irradian esos enormes focos redondos, ese anaranjado ni oscuro ni claro de las paredes, combinan muy bien con la madera de los muebles, me siento como en una cabaña en medio de la ciudad, de hecho el exterior me recordó un poco las casas de los hobbits, así medio redonda, con bordes de ladrillo, tienes buen gusto, y esa shisha verde de ahí…— dijo señalando la mesa principal en la que se encontraba el artefacto.
Sei se acercó con el trago de Sestuna
—Es lo más hermoso del lugar Setsunita— dijo Sei y Haruka le guiñó un ojo a Setsuna— es un regalo de Sei para el bar.
— Por cierto, ¿por qué se llama Arcadio?
—Pues veras…
—¡Heeeermooooosa! — gritó la aguda voz de una mujer rubia en el exterior la cuál venía acompañada de varias personas que entraron rebosantes admirando el pintoresco sitio.
—¡Hola Minna,! — saludó Sei con excesiva alegría, sin embargo Minna fue directamente hacia Haruka, colgándose de su cuello, dándole un par de besos en cada mejilla.
—Minna, por favor. — dijo Haruka abrumada
—Eres muy aburrida Haruka, y eso que te traje unos amigos, espero no te moleste.
—Agradezco el gesto, gente es lo que necesitamos y más ahora que pronto será la apertura. Así que díganme ¿que les sirvo?. — dijo dirigiéndose a los recién llegados mientras se libraba de los brazos de Minna quien hizo una mueca.
Entonces Haruka fue detrás de la barra a preparar algunas bebidas mientras Sei, y otros dos chicos del staff se encargaron de los aperitivos que iban solicitando.
Después de hora y media la gente ya había entrado en ambiente, y se encontraban hablando amenamente; bebiendo, comiendo y fumando de cuando en cuando la shisha.
Mientras, Minna totalmente desatada, no paraba de decir:
—¡Heeeermosaaaa! — a Haruka cuando pasaba por delante.
—¡Heeeermosaaaa! — a Sei cuando servía los aperitivos o cambiaba de canción.
y —Tú también eres hermosa Setsuna, me ha dado mucho gusto conocerte. — a lo que Setsuna sólo respondía brindando con su trago en mano
—¿Y yo soy hermosa? —preguntó Sei desde la barra.
—Claro hermosa, eres hermosa, todas son hermosas, las amo a todas.
Dos de los chicos se acercaron a hacerle conversación a Minna, cuando de nuevo empezaba a decirle hermosa a las chicas, entonces Haruka pasó delante y dijo:
—Ustedes también son hermosos— dirigiéndose a los chicos, los cuales hicieron una reverencia y Minna quedó en shock
—¿Yo también soy hermoso? ¿Soy un hombre? — dijo Minna contrariada, y todos los presentes carcajearon, Minna se veía tan desconcertada que Haruka tuvo que decirle que era hermosa para que desapareciera la cara de consternación que se la había formado en el rostro. A lo que Minna volvió con su eterna cantaleta
—¡Hermosa!
—¡Hermosa!
— Si, ya sabemos— dijo Haruka comenzando a perder la paciencia.
— No, tú no, esa chica que acaba de entrar.
Entonces Haruka giró justo en el momento en que la fémina de ondulados cabellos agitaba su suave cabellera aguamarina, a paso lento y resonando sus tacones con elegancia, cruzando entre los alegres invitados, no sin levantar varias miradas, el verde esmeralda de su vestido resaltaba su hermosa figura que aún bajo la tenue luz del lugar se podía apreciar perfectamente, Haruka se apartó de los demás para recibirla
—Bienvenida a Arcadio— dijo extendiendo las manos, Michiru contempló el lugar con emoción disimulada y se acercó a saludarla de beso en la mejilla haciendo que el rostro de Haruka se tornara rúbeo por un momento.
—Vaya, vaya, así que este es el lugar del cual me has estado hablando, parece muy prometedor, seguramente la apertura será todo un éxito. —dijo mientras se acomodaba el vestido al sentarse.
—Gracias a que viniste hoy, seguramente tu presencia dejará la buena fortuna en este lugar.
—¿Eres supersticiosa?
—Sólo cuando una estrella cruza la puerta y me regala esa sonrisa
Un leve sonrojo se asomó en las mejillas de Michiru y bajó la mirada para ver el menú
—¿Que te gustaría degustar?
—Tú eres la experta, recomiéndame algo, se nota que tienes buen gusto, veamos si también lo tienes con las bebidas.
—Espero tener el placer de no decepcionarte.
—No creo que seas una persona que suela decepcionar, por eso confío en tu elección.
Mientras Haruka preparaba el coktail de Michiru, esta conversaba con Setsuna, y de cuando en cuando intercambiaba miradas y sonrisas con Haruka.
—¿Qué te parece el lugar Michiru? —preguntó Setsuna
—Me encanta, tiene algo mágico, es muy tranquilo, a diferencia de otros bulliciosos y oscuros bares, este tiene un cálido color interior, puedes ver a la personas y apreciar su conversación, la música es agradable y no tiene el volumen muy alto, definitivamente volveré, hay un sabor de hogar muy cautivante en este lugar, así como la presencia de ella — y al decir esto último dirigió una mirada llena de ternura hacia donde se encontraba una Haruka muy concentrada que servía la bebida de Michiru con sumo esmero.
El ambiente dentro de Arcadio siguió a tono, todos los presentes compaginaron y se sintieron en confianza para desinhibirse sin llegar al desenfreno, luego poco a poco empezaron a bailar.
Todo iba a la perfección, pensó Haruka, no sólo Michiru había venido, si no que había probado la comida y bebidas hechas por ella misma y ahora bailaban. Para sorpresa de Michiru quien la siguió con la mirada embelesada, Haruka además de ser una excelente bartender, tenía una gran habilidad para el baile.
—Te estoy observando señorita— dijo Sei a Michiru por lo bajo, mientras bailaba con Haruka quien respondía algunas preguntas que le hacían los invitados de Mina, había atrapado a Michiru dirigiéndole una mirada intensa a Haruka , Michiru sólo sonrió apenada.
Y entonces, cuando el ambiente estaba en la cúspide de la emoción, vino la catástrofe.
En la pared principal se vislumbraba su gran temor de hace unos días: una enorme cucaracha posando. Setsuna también se percató y codeó a Sei.
—La madre está aquí— dijo por lo bajo Setsuna.
—Y al parecer las hijas también—afirmó Sei cuando pudo ver que efectivamente, las crías venían tras la madre, todas en fila dispuestas a integrarse a la fiesta.
Haruka se puso pálida al verlas, en una fracción de segundo se hundía en los más negros presentimientos, "si alguien las ve todos gritaran y se irán, contándole al que pueda. Nadie querrá venir a la inauguración, pensarán que el lugar está infestado y que la comida sabe a esos repugnantes bichos".
Esa era la tarea que le había encomendado a Sei, pesé a ser muy higiénica, nuevos vecinos se habían mudado y a raíz de eso habían tenido ciertos problemas con esos insectos, todo había estado controlado hasta que intentaron cazar a esa enorme cucaracha que, para su sorpresa resultó ser muy escurridiza.
Haruka comenzó a sonrojarse por la tensión de la situación, hizo una seña a Sei y esta intentó distraer al público cuando hacía de Dj, pero era imposible estar así toda la noche, hasta que sus temores se hicieron realidad.
—¡Heeeeermosaaaaa! , eso no es una…
—¡Cucaracha! — gritó una de las amigas de Minna
Entonces todos giraron hacía la pared, y Haruka quiso escalar los Alpes, visitar el Tíbet, recorrer La muralla China, caminar en el Ártico, huir a el más inhóspito y menos poblado lugar sobre tierra, pero solo pudo hacerlo mentalmente. Quería hacerse minúscula y desvanecerse, que nadie la viera, deseó con todas sus fuerzas que nadie viera lo que estaba en la pared. Justo cuando empezaba a dar todo por perdido una zapatilla paso delante de ella dando vueltas en cámara lenta y dirigiéndose hacia al blanco que era la cucaracha.
Haruka quiso saber quién había emprendido tan heroica faena, y no daba crédito a sus ojos, la hermosa y elegante violinista brillaba por su victoria, estaba totalmente eufórica y gritó:
—¡Cacemos a la cucaracha!, ¡vamos! ¡vamos!, todos tomen un zapato y arrójenlo pero no la embarren por que debe tener huevecillos, sólo noquéenlas, después las pondremos en una servilleta para quemarlas.
Para sorpresa del staff y de la misma Haruka, los invitados la siguieron emocionados.
—¡Cacemos a la cucaracha! — Gritaban —¡Siii vamos! — decían emocionados mientras se quitaban los zapatos. Y Arcadio pasó de ser un bar a una jungla en la que los invitados daban caza a las cucarachas.
—¡Hermosa! Aquí hay una y allá hay otra—gritaba Minna mientras daba sorbos a su bebida, fue la única que no participó pero si animaba a otros a realizar la faena.
—¡Acá tenemos otra!— gritaron otros eufóricos invitados.
Finalmente, Michiru salió en primera fila mostrando el preciado trofeo, sonriéndole desde el umbral a Haruka quien no dejaba de verla e imaginarla vestida de gladiadora blandiendo una espada en el Coliseo Romano; era su salvadora.
Una vez que se aseguraron que no había ninguna, las juntaron en servilletas y las quemaron sobre la cera.
—Vamos adentro, la siguiente ronda va por mi cuenta—dijo Haruka un tanto apenada cuando terminó la pequeña fogata, pero radiante de alegría, puesto que se sentía la princesa rescatada por el príncipe que resultó ser otra princesa cuyo hobbie era matar cucarachas, cosa que Michiru explicó con todos los detalles durante el resto de la velada; técnicas y a hazañas de como las cazaba. Todos la escucharon con sumo interés, cautivados por el hecho de que una chica tan elegante y refinada tuviera ese extraño pasatiempo.
Al final de la velada, todos se quedaron a dormir en los cuartos que había arriba del bar, destinados a ser en el futuro una casa de huéspedes. Setsuna, antes de retirarse, dijo en secreto a Michiru
—Eres su heroína, te develaré un prohibido secreto, veras…
—A Haruka le aterran las cucarachas.
—Eres más perspicaz de lo que suponía, no le digas que sabes, buenas noches.
—Descuida. Buenas noches.
Entonces de pronto una tenue lluvia comenzó, Haruka cerró la puerta y al girarse encontró a una Michiru embelesada, ella no pudo más que quedarse ahí contemplando su bello rostro y perdiéndose en su mirada. Sabía que había encontrado su complemento que la protegería sus más oscuros temores, su heroína, su…hermosa.
