Hace unas cuantas horas, ya pasada la madrugada, tenía la cabeza llena de ideas inconcretas e insomnio, me encontraba leyendo un artículo en una revista mensual mientras veía en la tele la repetición de los Simpson en Fox, y me llego esta repentina idea para un fic nuevo.
Está en su mayor parte contada por Ichigo y Rukia, espero que pueda ser de su agrado. Ichiruki, claro, ¡como debe ser!, universo alterno con algo de misticismo urbano, todos los derechos reservados a Tite Kubo.
Mi vida de taxista
Capitulo 1
Es curioso como la vida, sin decir ni advertir absolutamente nada, se puede trasformar, de una escalera llena de existo y gloria a un espiral descendente de fracaso y mediocridad, uno no lo cree posible… pero pasa.
Nueve matados y cansados años estudiando medicina, para que un día te acusen de fraude (el cual nunca hiciste), te quiten la licencia, te demanden por varios miles, te dejen de la calle y termines trabajando de taxista (porque es el único empleo que consigues en tan poco tiempo), para pagar las deudas y evitar que los de embargo no te quiten la casa.
Me llamo Ichigo Kurosaki, tengo 28 años y antes de que todo esto pasara yo tenía una vida envidiable, el loco de mi padre estaba orgulloso de mí, al igual que mis hermanas, incluso tenía una novia que creía ingenuamente que me amaba, pero igual se fue con el dinero y el prestigio. Hoy en día, como se los había dicho anteriormente, soy un taxista, trabajo más de 12 horas diarias y recibo una miserable paga por ello, pero no es tan malo… una vez que te acostumbras, incluso puedes llegar a conocer personas agradables, como por ejemplo Chad, un compañero de la estación, no termino la escuela y habla escasamente, pero es uno de los pocos amigos que en este momento me quedan. Algunas personas dicen que es muy peligroso este empleo, para mí eso lo hace más entretenido, te permite conocer a muchas personas, algunas más chifladas que nada… otros solamente están demasiado estresados…
(Flashback)
-¡apúrate muchacho estúpido!, llegare tarde a mi reunión de negocios…- me gritaba un dinosaurio arrugado con una gran barba canosa y larga, casi le llegaba a la cintura.
-me gustaría hacerlo señor…- trato de sonar lo más amablemente posible- pero estamos en medio de un embotellamiento… creo que hubo un accidente delante…- le intento explicar que el auto no tiene la habilidad de volar.
-pues no me importa que se hayan estrellado mil autos, si no llego a mi oficina en 5 minutos o menos, ¡no te pagare nada!- casi me escupe en la cara las palabras con un hediondo aliento a tabaco y cebolla, lo único que pude hacer fue tragar saliva y apretar el volante para no lanzarlo fuera del vehículo.
(Fin del flashback)
También, además de taxistas, hacemos de paño de lágrimas, es un trabajo extra que nadie paga… pero nos permite ayudar a la gente…
(Flashback)
-y… y… Aizen-sensei nunca volvió a la escuela…- emite un chillido lastimoso una niña de unos escasos 14 años antes de ponerse a llorar a todo pulmón-¡¿porrrr queeee?!- y lloro más fuerte, apoyándose sobre el tablero del taxi. Una joven de cabello rosa y mirada divertida la observaba desde el asiento trasero.
-oye… no llores… solo te pregunte que ruta preferías para llegar a la escuela…-le pregunte eso y de un momento a otro comenzó a contarme algo totalmente diferente sobre un maestro y su inesperada desaparición para volverse director de un colegio de prestigio- toma un pañuelo, me estas llenando el tablero de mocos…- le ofrecí la caja y tomo unos cuantos.
-perdón…- me dijo entre sollozos y sonadas de nariz.
-no te preocupes… de todas maneras lo iba a lavar...- su amiga de atrás apenas y podía aguantar la risa, di un respiro cansado y estacione el auto afuera del plantel educativo.
-¡Hina-chan, ya llegamos!- abre la puerta su amiga y se sale de un salto, parecía que le habían dado azúcar para desayunar, al contrario de su compañera, la cual buscaba en su mochila el dinero para pagarme, pero al parecer no lo encontraba. Vacio su mochila por completo sobre el asiento, pero no encontró algo que se pareciera al efectivo, sus ojos se comenzaron a llenar de lagrimas nuevamente.
-juraría que si eche la cartera…- me intentaba explicar, ya sabía a dónde iba esto-Yachiru-chan… ¿traes dinero?...- le pregunta preocupada a su amiga que se encontraba a un lado de ella.
(Fin del flashback)
Y desde ese día traigo en la guantera una caja de colores, dos lápices labiales, una novela para adolecentes y un puñado de dulces que para este entonces ya deben de estar rancios, en un principio no los quería aceptar… pero insistieron tanto, que no pude decir que no. Ser taxista no es tan malo como todos dicen, es gratificante y productivo, además te puedes pasear todo el día por las calles hasta memorizarte cada esquina… una y otra y otra maldita vez.
¡Con un demonio!, ¿a quién trato de engañar? Mi vida es una total y completa porquería. Recoges a cada infeliz con dinero que te pide la parada, tienes que llevar todo el tiempo un arma debajo del asiento porque dos de cada diez que se suben te intentan asaltar o tratan de largarse sin pagar, en tiempos de poca clientela te mueres de hambre y en la noche… por dios, te dan ganas de que las 24 horas sean soleada aunque te cocines dentro. Sé que debería de ser optimista y toda esa basura que dicen las personas para que no te pongas una soga en el cuello, pero odio esta decadente (por no decir humillante) vida.
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Hoy recogí a un tipo, el cual parecía tener una vida peor que la mía, vestía de gala, como si fuera a ir a un evento importante, una boda tal vez. De cabello pelirrojo y unos ridículos tatuajes en las cejas, en si era una persona más rara que singular. Me pidió que lo llevara fuera de la ciudad, traía una cara larga y distante, su traje estaba desarreglado y en ningún momento dejo de mirar la ventana, pero igual, a mi no me importaba, yo solo conduzco, no doy terapia psicológica (si no es necesario).
Conduje por más de tres horas en silencio, para cuando me pidió bajar ya se había hecho de noche, me estacione en un motel de mala muerte el cual no me era familiar, se bajo, me pago el doble, me dio una muy considerable propina y se alejo a paso lento y cansado. Al verlo no pude evitar decir en mi mente "pobre infeliz".
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(En otro lugar muy lejos de ahí)
-Rukia-chan… el no va a venir…- se le acerca una rubia mujer, que aunque ebria, hablaba con mucha cordura y propiedad.
-lo sé… nadie puede retrasarse más de cuatro horas…- hablo de manera triste, mirando el pastel y apretando el ramo.
-una vez más te pido perdón por derramarte esa botella de vino sobre tu vestido, no fue apropósito… tu sabes que en todos los eventos bebo más de lo que debería y…- su voz comenzó a quebrarse.
-no hay problema Rangiku-san, de todas maneras hoy no lo voy a necesitar…- trato de sonar chistosa, pero su voz se lleno de amargura en la ultima parte, por lo que tuvo que respirar hondo y controlar sus lagrimas, en ese día tan especial no quería llorar, por lo menos no enfrente de todas las personas queridas que había invitado.
-¿vas a estar bien?- le pregunta la mujer al verle los ojos rojizos.
-¿Por qué todos me preguntan eso?- finge una de sus mejores sonrisas- me dejo plantada ¿y qué? La vida sigue…- se recogió el velo la morena chica y camino unos cuantos pasos fuera del reducido círculo de personas que todavía estaban paradas ahí, entre las velas y focos del lujoso salón de fiestas.
-¿A dónde vas Rukia?- le pregunta al verla alejarse.
-voy a tomar un poco de aire…- le contesta sin detenerse, arrastrando su largo y pomposo vestido por el pasto lodoso.
-pero si me pregunta tu hermano donde estas… ¿Qué le voy a decir?- camina en su dirección para darle alcance y detenerla.
-¿Dónde está tu hijo Rangiku-san?- gira la cabeza y le pregunta abriendo un poco sus ojos violetas.
-¡pero qué pregunta es esa! El esta…- se voltea completamente para señalar un punto vacio en medio del gran salón de eventos- pero… el estaba ahí…- corre hacia el lugar y comienza a buscarlo con la mirada- mierda… me iban a dar la custodia en dos días…- dice para si misma apretando los dientes- ¡Hitsugaya-chan!- comienza a gritar- ¡si me escuchas levanta la mano! Ya sabes cómo es el procedimiento… no tengas miedo, no confíes en extraños y no le digas nada de esto al abogado de papa…
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Estaba conduciendo con las luces altas, a una velocidad más rápida de la permitida y con una horrible canción empalagosa en la radio, la carretera estaba despejada y no había ni un alma en el boscoso paisaje nocturno. Se me había hecho muy tarde, debía de haber devuelto el auto hace media hora, ahora debo de tomar el turno nocturno para no recibir una multa por retraso ¡genial!, con lo mucho que me encanta rondar prostíbulos y tabernas por cuatro horas consecutivas.
Intente mirar el vaso medio lleno para caer en la conclusión de que no me fue tan mal este día, las personas que transporte fueron calmada y no me pagaron con dinero falso, eso es un gran avance… y el ultimo cliente (hasta ahora) me dio lo suficiente como para pagar la hipoteca de este mes, y eso está muy bien, voy a tener techo por un tiempo más. Sumergido entre pensamientos sin importancia y la vista frente a la autopista, pude notar a lo lejos un bulto blanco, seguramente es el fantasma de la novia que se mato hace unos cuantos años por estos rumbos, una verdadera tragedia, nunca llego a la boda.
Me pide la parada, seguramente se dirige a la ciudad, por lo normal siempre que se adentra unas calles desaparece, así que no valía demasiado la pena llevarla, pero igual me detengo a un lado de ella ¿no era más alta?
-necesito que me lleves a mi casa… por favor…- su voz era sepulcral, su cara era pálida y sus ojos estaban rojos he hinchados, tenía todo el maquillaje escurrido y el vestido lleno de sangre- no sé como llegue a este lugar...
-¿eres nueva por aquí verdad?- bajo la ventana y le pregunto sin entablar contacto visual.
-¿y eso que te importa? Solo quiero ir a mi casa…- me respondió malhumorada, al parecer era un fantasma bastante enojado.
-te preguntaba cuanto tiempo llevas de muerta, no me entere en ningún periódico sobre otro accidente por aquí… y eso que lo leo cada mañana…
-¡yo no estoy muerta estúpido!- la otra fantasma me caía mucho mejor, era más agradable.
-claro… todavía no te has dado cuenta y sigues repitiendo la misma rutina noche tras noche…- algunas personas tardan años en darse cuenta de su condición no-viva.
-he estado caminando mucho, tuve el peor día de mi vida, me duelen los pies y la cabeza como no tienes una maldita idea, así que llévame a mi casa ¡ahora!- que carácter tiene, para ser tan enana no debería de ser tan amargada.
-mira, para ser un fantasma eres muy terca, estoy cansado y esta noche no puedo llevar a ningún muerto, la última vez que subí a uno, me lleno todo el asiento de sangre cuando desapareció y tarde una semana completa quitándolo, tal vez pase pronto alguien al que le puedas dar un infarto o algo así…- subo las ventas y acelero, ignorando por completo los gritos ofensivos y una breve persecución que le hizo al auto; es una lástima que estuviera muerta, pese a su carácter no me podía quejar de su aspecto, ella era definitivamente la fantasma más linda que había visto en mi vida.
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(Unos cuantos kilómetros detrás)
-ese imbécil… me dejo aquí…- apenas podía contener su rabia la morena novia- si lo vuelvo a ver le retorceré el pescuezo…- hace la interpretación con las manos - ¿Cómo diablos un fantasma? Si no quería llevarme… ¡podría haberlo dicho y ya!- patea una roca que ninguna culpa tenia, levantando un montón de tierra a su paso.
-oye… a ti te apuñalaron… ¿verdad?- le pregunta una pálida chica vestida también de novia, tenía el cabello claro manchado de sangre y los ojos demaciado rojos.
-no, nada de eso, es vino tinto… ¿parece sangre de noche verdad?...- sonríe aliviada, no está sola en medio de la deshabitada carretera- ¿te golpeaste la cabeza?- pregunta al ver el montón de sangre en el pelo- se ve muy grave esa herida…- le señala con el dedo la lesión.
-eso creo… pero ya paro la hemorragia…- se da unas palmadas en la cabeza para demostrar que la sangre estaba seca.
-deberías de llamar a una ambulancia, ¿te accidentaste cerca de aquí?- le comienza a hacer platica la chica mientras camina hacia la ciudad.
-sí, no debe de tardar, antes de cerrar los ojos escuche a alguien que llamaba a una…-camina un rato junto a Rukia.
-será mejor que no te muevas de aquí, te vez muy destrozada, es casi un milagro que sigas caminando…- le aconseja la bajita novia- y cuando llegue pide un suéter o algo, la temperatura bajo muy repentinamente, juraría que estábamos a 31 grados hace unos minutos, y tu lo necesitas con urgencia, mira que estas tan trasparente que casi puedo ver atreves de ti…- un escalofrió inexplicable le recorrió la espalda al pronunciar eso- ol..olvida lo último que dije, estoy tan cansada que incluso comienzo a alucinar, suerte con tu boda, estoy segura que tu novio sabrá entender el retraso…- le agita la mano para despedirse y se aleja.
-suerte también con la tuya…- le agita la mano de igual forma, desapareciendo justo cuando se da la vuelta y deja de verla.
-si… con mi boda…- menciona de forma triste- me tendré que hospedar en la primera posada que encuentre- apresura un poco más el paso y recuerda su breve encuentro con el desagradable taxista idiota de cabello extravagante- ¡fantasmas!- exclama con fastidio- que estupidez, esas cosas ni siquiera existen… - y sigue su marcha, sonriendo para sí misma pero llorando en sus adentros, mientras intentaba darse la mejor explicación de la posible causa por la que su prometido Renji nunca se presento en un día tan especial como su propia boda.
Y termino el primer capítulo de esta nueva historia, únicamente quería subirla para seguir con los demás fic que tengo bastante abandonados.
¡Adiós y buen día!
