La noche llenaba todos los rincones del bosque, el sonido de un cercano río es lo único que se escuchaba en los alrededores. Eso y el sonido entrecortado de los gemidos de la muchacha morena.
Ella abrazaba al hanyou contra su cuerpo, aferrándolo a ella con tanta firmeza que jamás lo dejaría escapar. Sus piernas enlazadas a las caderas del muchacho se cerraban como un sexy candado jamás abierto, sus cuerpos se acariciaban levemente en el vaivén de aquel dulce ritmo que proporcionaba el amor… el sexo. Un movimiento llamado de dos distintas maneras por los dos amantes, mientras que ella pensaba en hacer el amor con él, Inuyasha solo pensaba en tener una sesión de sexo con ella su primer amor.
Con dos firmes movimientos se vació en la mujer quien suspiró recostándose sobre él, acariciándole levemente. Al cabo de un rato el híbrido la quitó de su lado, lentamente. Kikyo se volteo mirándole con furia en sus ojos mientras él ya yacía vestido a su lado, mirando al oscuro cielo, en unas pocas noches él se volvería a convertir en humano y se prometió no cometer más estos actos; no más traicionar los sentimientos que estaban comenzando a fraguarse en su corazón.
- ¿InuYasha?
- Lo siento Kikyo, esta es la última vez… Yo no puedo traicionarme más, lo sabes mejor que yo… Sabes que amo a Kagome…
- InuYasha… no…
- No hay más Kikyo…
-. Es imposible –gritó levantándose del que había sido su lecho, dejando su pálido cuerpo desnudo a la oscuridad de la noche. Suspiró intentando calmarse y se acercó al hanyou tomándole con ambas manos la cara, mirándole fijamente – Así como en mi corazón, hay espacio para odiar... también lo hay para amar y es a ti a quien amo…
- Pero yo ya no te amo… Si te prometí estar contigo hasta la muerte y lo cumpliré, pero no me iré porque te ame sino porque te lo debo Kikyo. No lo hagas más difícil, la amo a ella… no a ti.
Cuando la sacerdotisa se dio cuenta gimoteó contra la tela de su kimono la cual había tomado y pegaba contra su pecho, acallando las lágrimas… Odiando a Kagome, mas que a nadie en su anterior vida y en esta.
