Disclaimer: Los personajes son propiedad de Meyer, porque si fueran míos, ya hubiera hecho un libro a parte sobre la historia de Kyle y Sunny, ah.
Notas: Amo esta pareja y me obligue a mi misma a escribir algo sobre ellos. Espero que la historia no me haya quedado muy complicada y fea. Y ojala que les guste.
Little sunshine.
Kyle tenía la mirada clavada en el techo de la cueva de juegos, mientras todos a su alrededor dormían y sobre su pecho descansaba Sunny. Su pequeño y tímido rayo de sol, que estaba exhausta por haber ayudado con la cosecha, pero aún así, con las suficientes fuerzas para abrazarse a él antes de quedarse dormida.
— Buenas noches, Kyle — le susurro Sunny, de aquella manera tan dulce —. Te quiero.
El corazón de Kyle se agrando al escucharla decir eso y desde lo más profundo de ser, quiso estrechar el delicado cuerpo de Sunny contra el suyo y fundirse en ese cálido calor que emanaba. Al mismo tiempo, en su garganta se albergaba el deseo de decirle lo mismo, que la amaba y que sentía una inmensa necesidad de envolverse en aquel tímido amor que le profesaba. Pero en ese instante, en que acercaba su mano para acariciar el brazo de Sunny, para sentir con la yema de sus dedos la suave textura de piel, de susurrarle con dulzura cada una de esas palabras románticas que tenía guardadas para ella, y que necesitaba desesperadamente decirlas o moriría, los recuerdos de Jodi asaltaron sus pensamientos.
Inmediatamente, los cálidos sentimientos que lo embargaban desaparecieron. Retiro su mano, cuando estaba a tan solo unos milímetros de tocar la piel de Sunny y se giró hacia el otro costado, con la respiración pesada. Analizando que hacia algún tiempo ya no pensaba en Jodi, porque había aprendido a admirar a Sunny, a enamorarse de sus mejillas sonrojadas y sus sonrisas tímidas, dejando en el olvido al cuerpo en el que estaba. Sin embargo, aún le producía dolor las escasas veces que los recuerdos aparecían.
— Kyle — escucho decir a Sunny, con voz adormilada —. ¿Que sucede?
Pero de la misma manera en que los recuerdos de Jodi aparecieron repentinamente, se esfumaron ante las palabras de Sunny.
— Nada — se limito a responder —. Vuelve a dormir, cariño.
Kyle la sintió aferrarse a él, como si de eso dependiera su frágil alma. Y él se aferro a ella de igual manera, porque su vida también dependía de ella, Sunny el alma, su pequeño sol que iluminaba su existencia, no del cuerpo en el que habitaba.
