Todos los personajes de InuYasha pertenecen a Rumiko Takahashi.
Hola gente! Bueno, la verdad tenía ganas de escribir un fic de InuYasha, asi que aquí está mi primer proyecto. Está mas que nada dedicado a mi personaje favorito: Miroku (of course ), pero tb tiene partes de los otros personajes y espacio para las parejas Mir-San y Kag-Inu. Espero que les guste, por favor dejen reviews!
------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
InuYasha FanFic: Cuando Todo es por Proteger a los Demás
Autora: Nade-san
Capítulo 1: Escondiendo
-¡InuYasha!- gritó Kagome mientras corría hacia el aludido - ¡ahora!
-¡Kaze no Kizu! – exclamó el hanyou, al tiempo que realizaba la técnica con su espada Tetssaiga. Un rayo de luz atravesó la tierra y cortó un brazo al monstruo frente a ellos.
-¡Kazaana! – atacó Miroku, el joven monje budista, dirigiendo su mano hacia el demonio. Éste, con un aullido escalofriante, se vio arrastrado por la vorágine.
Miroku cerró el agujero y se volvió a InuYasha y Kagome.
-Bien, terminamos el trabajo. Regresemos a la aldea.
Sango, la exterminadora de demonios, y Shippo, el pequeño kitsune, habían quedado cuidando de los aldeanos. La villa había estado siendo atacada por un demonio, y la gente del lugar les había ofrecido alojamiento y comida a cambio de que lo exterminaran (Miroku había sido el primero en aceptar luego de ver a la linda jovencita, hija del terrateniente).
Cuando regresaron, entonces, triunfantes a la villa, Sango, Shippo y los aldeanos los recibieron con alegría. Prepararon un gran banquete en la casa del jefe del pueblo, comieron mucho y bebieron sake.
Un día normal para InuYasha y compañía. Desde que Naraku había desaparecido, solían recorrer el país a la deriva, buscando signos de su enemigo y ayudando a la gente por el camino a cambio de alojamiento.
Pero no podían evitar preocuparse. Ya iban a ser 6 meses sin señas del malvado Naraku, y sin embargo sabían que no había muerto, ya que la kazaana de Miroku seguía en su mano derecha, consumiéndolo poco a poco.
Sobre esto mismo meditaba el joven monje, esa noche después del banquete. A su lado, InuYasha roncaba ruidosamente y Shippo murmuraba en sueños. Pero él no podía dormir.
Estaba preocupado. Ya se había habituado durante los años a vivir con su maldición y sabiendo que moriría prematuramente, si no derrotaban pronto a Naraku. Pero desde hace unos pocos días, algo había cambiado. Su kazaana parecía haber obtenido fuerzas. El agujero había aumentado de tamaño, y Miroku podía sentir como palpitaba en su mano, queriendo salirse de control. Sentía como absorbía sus energías cada día, como comenzaba a costarle mas esfuerzo hacer cosas diarias tan comunes como caminar, cortejar lindas señoritas y exterminar monstruos.
Sin embargo, no quería alarmar a sus amigos, por lo que disimulaba su preocupación lo mejor que podía. Una parte de su ser le decía que lo mas correcto sería escapar para evitar dañar a sus amigos, pero la idea de alejarse para siempre de Sango le resultaba insoportable. Por esto, había decidido guardar silencio por el momento.
El cese de los ronquidos a su lado lo hicieron salirse de sus pensamientos. Volteó y vio a InuYasha mirándolo.
-¿Qué sucede, Miroku¿Por qué estás despierto tan tarde?
-No es nada, InuYasha. No podía dormir, bebí demasiado sake y me duele la cabeza. Ahora lo volveré a intentar. Buenas noches.
-Buenas… zzz – InuYasha volvió a caer dormido.
Miroku sonrió y se tendió en su propio lecho. Quizás lo mejor sería tratar de dormir.
Al otro día partieron viaje nuevamente. Luego de una pequeña y clásica escena con Miroku y la hija del terrateniente, que culminó con Sango arrastrando al monje por una oreja, se despidieron y se encaminaron hacia la villa más próxima.
Se adentraron en un frondoso bosque y caminaron por varias horas. Cuando notaron que no llegaban al final de éste, comenzaron a preocuparse.
-Que extraño- dijo Kagome- los aldeanos dijeron que este bosque no era muy grande y no nos tomaría más de un par de horas atravesarlo.
-¿Ya nos perdimos¿Otra vez? – preguntó Shippo.
-Me parece que ya hemos vivido esto antes- suspiró Sango con ironía.
-Nos indicaron que siguiéramos el único sendero, éste. ¿Cómo es posible que nos hayamos perdido? – inquirió InuYasha.
-Pues ahora que lo dicen… me parece haber visto este árbol antes… - agregó Miroku, pensativamente.
-¡Estamos andando en círculos¡InuYasha, eres un inútil, ni siquiera con tu olfato de perro te puedes guiar! – exclamó Shippo.
-Enano… - dijo InuYasha, con la vena de la sien latiéndole de enfado. Se acercó para golpearlo y entonces…
-OSUWARI!- ordenó Kagome. El hanyou cayó al suelo en el acto, en una posición muy cómica.
-¡Kagome¡¿Por qué hiciste eso…!
-Calma, calma. No es el momento para pelearnos. Reconcíliense y busquemos una forma de encontrar la salida. – interrumpió Miroku, tratando de pacificarlos.
-Puedo investigar con Kirara- dijo Sango, señalando a su querida amiga y mascota, una gatita.
-Buena idea. Sube y vuelve a contarnos qué ves, dónde estamos.
La joven exterminadora montó a Kirara y ambas subieron hasta que desaparecieron tras las copas de los altos árboles.
Minutos mas tarde regresaron. Sango tenía una visible cara de preocupación.
-Y, Sango… ¿Qué viste?
Ella los miró a todos muy seria y contestó:
-No lo van a creer… el bosque… es infinito, es un océano de árboles, no hay ni un principio ni un final…
---------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Está bien, un poco corto... pero conciso. El proximo será mas largo U... creo (voy escribiendo la historia mediante se me ocurre).
Dejen reviews con sus críticas, lo que les gustó, sugerencias, lo que sea... pero dejen nn.
Sayonara!
