Prohibido

Debo decir que no conocía mucho a mi padre y tampoco teníamos una gran relación como padre e hija cada quién hacia lo que quería, los gastos eran una mera forma de obligación porque así tenía que ser mientras lo dejaran en paz, pero ahora habían pasado dos semanas desde que mi padre falleció pero hoy me encontraba en la boda de mi madre

-hoy estamos aquí para unir en matrimonio a reina fujino y a...-

siempre supe que mi madre detestaba a mi padre, ella nunca lo amo más bien la obligaron a casarse con el, ya que sus propios padres la vendieron sólo para seguir a flote con su propia compañía pero aun así cayeron en bancarrota y después tuvo que soportar quince años de todo tipo de maltrato y eso me incluye a mi como uno de sus malestares, no es que me queje ni mucho menos diga que no me ame, sólo que no soporta nada que venga de el, tanto es su odio y locura que evitaba verme sólo por tener los mismos ojos que él, aunque tuviera todo lo demás de ella.

Pero al final de todo, todo lo que el tenía pasó a manos de mi madre lo más probable era que en su momento de locura lo haya obligado a hacerlo y con eso pasar a estar con alguien más haciendo lo mismo que hicieron con ella sin ninguna pizca de remordimiento..

-alguien está en contra con este matrimonio?, que diga ahora o que calle para siempre-

aunque por lo menos está vez será con alguien que le gusté eso creo o eso pensé

-nadie?... Bueno puede besar a la novia-

desde que me había enterado que mi madre se casaba no me pregunte que clase de persona era y ni mucho menos como era hasta ahora que me atrevía a ver la escena del beso y que nuestras miradas se conectaban por un par de segundos antes de que cerraran los ojoso sino tal vez haya sido mi imaginación el que nuestras miradas se cruzaran..

-te dije que siempre llevaras puesto los malditos pupilentes!-

hasta que de nuevo nuestras miradas conectaron aún lo recuerdo pasaron dos semanas desde la boda; yo regresaba de la escuela cuando me encontraba con mi madre en uno de los pasillos que se dirigían a mi habitación desgraciadamente era el mismo hacia la habitación de mi madre, yo me detuve al verla esperando a que ella pasará pero no pude desviar mi mirada o por lo menos cerrar los ojos dándole a entender que no llevaba los pupilentes puestos y fue cuando se detono su enojo; ella quería soltarme una cachetada pero fue detenida por quién se había casado; yo voltee a verla

-reina... Que se supone que ibas a hacer con esa mano-

era la segunda vez que la veía y me dejaba sin aliento tenía el cabello un poco largo amarrado en forma de cola de caballo, llevaba puesto un pantalón de vestir color negro con una camisa blanca realmente se veía joven..

-no te metas-le decía mi madre

-claro que me metere, nos casamos no es cierto?, entonces es mi hija también y no permitiré que la toques, no tienes suficiente conmigo?-

pero tan pronto el encantamiento terminaba cuando besaba a mi madre enfrente mía

-vámonos se nos hace tarde-le decia

-si-contestaba mi madre sin decirme nada o verme de nuevo ella simplemente siguió su camino mientras que yo me quedaba parada viendo como mi salvador volteaba a verme

-estas bien?-

me sonreía pero yo estaba decepcionada

-si, gracias y lo siento-

-lamento lo que pasó, no era mi intención hacerlo-

no sabía a lo que se refería tal vez a la escena del beso pero porque lo haría?

-no tienes que disculparte al contrario gracias no creí que regresarían en un tiempo-

le decía enfocándome en la conversación evitando verla al sentir que su mirada buscaba la mía

-cuando hables conmigo desearía que me miraras por favor-sentí su mano en mi barbilla haciendo que volteara a verla encontrándome con sus ojos color esmeralda-tienes unos hermosos ojos los cuales quiero que me miren de acuerdo?-

me sonroje al verla y a lo que me había dicho, que era lo que me hacia ponerme tan nerviosa ante ella, la verdad es que era una mujer realmente hermosa

-s-si-

-bien, por cierto aún no nos han presentado cual es tú nombre siempre te eh visto pero no he podido acercarme a ti hasta ahora-

Estaba realmente nerviosa su rostro estaba a un par de centímetros de mi rostro el olor a loción era leve pero le quedaba a su apariencia pero le contestaba lo mejor y rápidamente posible…

-… mi nombre es shizuru-

-shizuru eh bonito nombre, mi nombre es natsuki...-

sólo asenti a lo que ella me había dicho sin pensar en otra cosa, su tacto era gentil y agradable algo que jamás había sentido pero al igual que hace unos momentos esto se desvanecía ella se alejaba dejándome ahí sin siquiera moverme sólo escuchando en mi cabeza una y otra vez su nombre, su tono de voz.

Tenia quince años cuando conocí a natsuki, tenía quince años cuando me enamoré de natsuki, cuando me enamoré de alguien cuyo amor por ella era prohibido..