Hola a todos! A ver, explico: este Fic es una especie de continuación del one shot que publiqué hace poco. Me lo pidieron las locas de mi grupo de Castle, últimamente conocido como El Roce y está dedicado a una de ellas que está un poco pocha...
Espero que lo disfrutéis y que os guste, y dejad alguna review que es gratis.
Covi, muchos besos!
Al llegar a casa Rick atrajo a Kate por la cintura y comenzó a besarle el cuello lenta, suave, delicada y frágilmente como si se fuera a romper. La detective sonrió sin que la viese el escritor.
- ¿Rick?
-Mmm, ¿si, qué pasa? ¿Voy muy deprisa? Lo siento, me he perdido en tu olor y acabamos de empezar, podría haber sido más sutil, darte tu tiempo. Lo siento, de verdad.
Kate quería quedarse con su escritor pero al ver que agachaba la cabeza avergonzado le dio pena y no quiso jugar con él, pues también tendría sus dudas al igual que ella las tenía; pero era normal.
- Rick, mírame, Rick vamos no seas un crío.
Él levantó la cabeza con miedo hasta ver su mirada de amor y supo que la esperaría hasta que ella estuviese preparada. Ella se acercó al escritor le tomó de la cara y besó sus labios de forma breve y tierna.
- Te esperaré lo que haga falta, Kate.
Ella sonríe ante su inocencia, le acaricia la barba de dos días que la vuelve loca y le arregla un poco el flequillo que cae por su frente.
- Bueno, si quieres esperar… yo tenía pensado otra cosa, pero podríamos esperar.
El escritor la mira alucinado, no pensaba que su detective fuera tan poco tímida, no le gustaban las muestras de afecto en público pero claro estaban en el apartamento de ella.
- A mi no me gustaría esperar, Rick. ¿Y a ti?
El escritor negó con la cabeza como un muñequito de trapo y mientras ella se dirigía a la cocina y se paraba para guiñarle el ojo, él notaba como un calor se formaba en su vientre, definitivamente sería muy difícil aguantarse. Aunque esperaba que Kate también quisiera hacerlo con él.
-Ricky…
Resopló y se acercó a la mesa americana de la cocina de la detective. Ella estaba sentada en un taburete con dos cafés en la encimera.
- Katie…
- Oh no, eso sí que no. Bastante es aguantar a mi padre y a Lanie para que tú me llames así.
- Entonces es la misma situación.
- Vale. Rick, solo Rick.
El escritor bebió de la taza y tapó su sonrisa con ella. Miraba a Kate mientras ella removía con una cuchara su bebida, no sabía qué decirle, no sabía cómo actuar, ni qué hacer. Terminaron sendos cafés en un cómodo silencio interrumpido por algún beso.
- Creo que debería irme a casa.
- Oh, claro, deberías irte… cierto.
Castle cogió su chaqueta que descansaba en el sofá y seguido de Kate se acercaron a la puerta para despedirse.
Ella abrió la puerta y no supieron que hacer, Castle le sonrió sintiéndose un adolescente que se despide de su chica mientras que el padre de esta está a la espera de lo que va a ocurrir.
- Bueno… me voy, Kate.
- Sí, te vas ya.
Se miraron un segundo con infinita ternura. Él hizo un amago para acercarse y besarla, se quedó quieto a medio camino esperando la reacción de su novia. Ella pensó que era imposible que el Castle de las revistas que ella había conocido titubease a la hora de darle un beso de despedida. Sabía que iba a respetar sus tiempos pero ella se los quería saltar a la torera y arrancarle la camisa y los pantalones.
- Castle
- Mmm
- No voy a romperme…
- Sí, cierto.
Sonrió y terminó de cerrar la distancia entre ambos besándose pausadamente. Kate enlazó sus brazos alrededor del cuello de Rick para juguetear con el pelo de su nuca. Él la atrajo hacia sí pero intentado que no se sintiera muy violenta por la erección que le apretaba los pantalones. Los gemidos de Kate por el beso no ayudaban para nada y tras darle un suave mordisco a su labio inferior se separó de la detective.
Ella se quedo con ganas de más, se mordió el labio para controlarse y le miró a los ojos. Él le sonrió y acarició su mejilla. Dejó un beso en su labio superior y se alejó un poco de ella.
- Me voy, luego hablamos. Acuérdate de que solo he venido a traerte.
- Perfecto. Sí, es verdad.
Cerró la puerta, se apoyó en ella y retiró el pelo de su cara mientras se tocaba los labios rememorando los besos con Rick. Besos que le sabían a poco, pero eran de su escritor.
Al otro lado de la puerta el escritor había pedido el ascensor, pero volvió hasta la puerta de su detective. Quería llamar y decirle todo lo que sentía. Quería decirle "te quiero" "te necesito cada segundo cerca" " te quiero y te requiero", quería decirle que aunque estaban saliendo desde hace pocas horas ya necesitaba que viviesen juntos para despertar a su lado todos los días y dormirse todas las noches con su olor y su cuerpo cerca. Quería decirle que necesitaba hacerle el amor y que quería besarla hasta que se le desgastasen los labios.
Pero eso sería cagarla y adelantarse a ella. Aunque algunas acciones y frases de Kate no le hacían ver que quisiera que tuvieran tiempos. A pesar de eso y de su necesidad la esperaría siempre. Siempre.
Suspiró y apoyó la cabeza en la puerta de ella, la acarició tiernamente como si se lo hiciera a la detective. Se separó con el sonido del ascensor, miró la puerta y se dirigió hacia la cabina.
-Rick...
Se paró con el sonido de su nombre. Su nombre en sus labios. Cerró los ojos, se mordió el labio inferior, gesto que le había pegado su detective y giró sobre sus talones. La miró y torció su boca en una sonrisa. Allí estaban sus tiempos. Era ahora. Era su ahora.
Ella le sonrió y corrió antes que a él se le ocurriese irse a su casa. Le tomó de la cara y lo acercó a ella. Le besó como hubiese querido hacer cada vez que le trae un café por la mañana, cuando hablan a la vez para resolver un caso o cuando le mira con el amor y el cariño con el que la mira.
- Creo que no deberías irte, no por ahora.
- Yo tampoco lo creo.
Sus labios volvieron a colapsar de forma más caliente, sonriendo durante el beso.
- ¿Qué es tan gracioso?
- Tú y yo. Aquí en el descansillo de mi edificio como dos adolescente enamorados.
- Bueno adolescente no, pero enamorados yo diría que sí.
- Yo creo que también.
El escritor abrió los ojos y alzó las cejas por la sorpresa y ante esa revelación sobre su amor, Rick no pudo más y fue empujándola hacia su apartamento poco a poco mientras intentaban respirar entre beso y beso.
Cuando la detective cerró la puerta y arrancó los botones de la camisa de Castle de un tirón, el teléfono de Kate comenzó a sonar. Ellos pararon y miraron el móvil a la vez queriendo fundirlo.
- Dios no, ¿en serio?
- Lo siento, tengo que contestar.
-Más lo siento yo.
Dijo Rick mirando hacia abajo y colocando mejor su dura erección para no sufrir un infarto. Kate se mordió el labio inferior y Castle al verla le desembarazó con su dedo gordo el labio inferior de la detective.
- Por favor no hagas eso si pretendes atender la llamada.
- Lo siento, voy a mi habitación. El baño está a la derecha y la cocina allí.
- Gracias pero te espero en el sofá acomodándome.
Sonrió y beso suavemente sus labios, acarició su mejilla y se sentó en el sofá, al tiempo que ella descolgaba el teléfono y soltaba un grito que hizo que Castle se sobresaltase.
- Papá…
Rick se llevó las manos a la cabeza y se levantó de un salto intentando esconderse como si fuese un adolescente. Kate le miró alzando una ceja hasta que su padre soltó la fatídica frase.
- Katie, abre. Estoy en la puerta de tu casa y no habrás oído el telefonillo.
- Ah, pues ahora mismo no estoy en casa, papá.
- ¿Y te has dejado la luz encendida?
- Mierda…
-¿Qué?
- Nada, papá, nada. Espera un momento, por favor.
Le hizo una seña a Rick para que se arreglara, tapó el auricular esperando que su padre no la oyese.
- Está abajo.
- Mierda…
-Sí, Rick, mierda. Montones de mierda.
- ¿Qué hacemos?
- Tienes dos opciones: esconderte y esperar a que mi padre se vaya o salir y subir al piso de arriba para que no te pille al bajar.
- O…
- No hay otra opción, Castle.
-Podríamos decirle que estamos juntos. Me gustaría que supiese que voy en serio.
- En serio… ¿cómo de en serio?
- Pues en serio, Kate. No te voy a decir que te voy a dar mañana una alianza pero me gustaría tener la posibilidad.
- Me estás diciendo que me vas a…
- Kate, no hay tiempo para posibles pedidas de matrimonio. Tu padre está al teléfono y quiere subir. ¿Qué hacemos?
- La opción de conocerlo no está mal, si quieres.
- Claro que quiero, podríamos darle pistas de que estamos juntos, que se entere pero sin decirlo directamente, ¿no?
- Sí, perfecto, pero hay otro problema.
-¿Cuál?
- Rick, tu camisa y tu…
Dijo señalando lo evidente. A ella no le importaría que se pasease así por su apartamento, pero su padre iba a subir y quería que la primera impresión de Rick como novio y no como compañero debía ser la apropiada.
- Ya… ¿me dejas algo?
Ella asintió, le tomó de la mano y le dirigió al baño mientras le decía a su padre que fuese al supermercado de la esquina a por una botella de vino y algo de picar.
Una vez en el baño Kate le dejó para buscar ropa de su talla. Rick al ver su lavabo se quedó impresionado, no era como el de Alexis o su madre lleno de cosas de mujeres. Era sencillo solo con un bote de jabón de manos y punto. Le sorprendió y se puso a investigar. Al abrir el primer cajón vio un cepillo de dientes y la crema dentífrica. En el segundo estaban los peines, coleteros y orquillas.
Y en el tercero descubrió el paraíso, encontró el champú y el gel de cerezas de Kate. Sacó un de los botes y lo abrió, lo olió un poco cerrando los ojos y lo cerró.
-¿Qué haces con mi champú?
- Em, yo…
-¿Sí…?
-Lo estaba… yo lo olía.
-¿Qué lo…? Déjalo, no quiero ni saberlo.
-Es sencillo, me encanta tu olor y en general me encantas toda tú. No te enfades ¿vale?
Kate le sonríe, se acerca y le da un suave beso. Al separarse Castle acaricia su nariz como la de la detective y deja un delicado beso en la punta.
- Vamos, vístete que mi padre estará al llegar.
Rick se tensa y asiente.
- Ahora no me digas que te vas a rajar cuando ha sido idea tuya.
- Ya lo sé, pero me impone conocer a tu padre. Es más nunca me había puesto así de nervioso ni para mi primera firma de libros.
- Rick, ya lo conoces.
- Sí, pero no es lo mismo. Antes era tu compañero, ahora soy tu novio. Es como…
- No me digas la tontería de que soy su niña pequeña.
- Nunca dejamos de ver a nuestros hijos como si fuesen eso: pequeños. Ya lo entenderás con los nuestros.
- Eh, eh, eh. Quieto, nadie ha dicho nada de embarazos, niños, pañales, renacuajos, ni nada por el estilo.
-Vale, vale.
Dijo Rick poniendo las manos en su cabeza como si estuviese detenido. Sabía que esa reacción de Kate era normal llevaban menos de un día y la detective no era una mujer de rosas y corazones aunque a veces le salía la vena romanticota y se hinchaba a ver pelis de chicas con Lanie.
- Solo imagínatelo con tus ojitos verdes y tu naricilla, pero con mi sonrisa. Solo imagínalo.
Kate se acercó a él, le desbrochó el cinturón haciendo que sus pantalones cayesen al suelo y soltando antes de darse la vuelta para adecentar un poco el salón.
- Sí, ahora que lo dices me lo imagino, pero con tus ojos. Las toallas están en el cuarto cajón, el que te falta por abrir.
A Rick se le quedó la cara de tonto y los pantalones por los suelos. El momento se vio interrumpido por el timbre. El escritor se activó, se desnudó y pensó en la propuesta de Kate de tomar una ducha rápida y así rebajar un poco la presión que sentía en sus pantalones.
La detective abrió la puerta de su casa, dejando pasar a su padre que le dio un beso en la mejilla.
-Hola, papá.
-Hola, Katie. ¿Qué tal?
- Bien, papá, estamos bien.
Soltó sin pensar.
- ¿Estamos? ¿Quiénes estáis?
Mierda. La había cagado de manera desorbitada. Sin estar Rick delante ya la había cagado.
- Ah pues todos en la comisaría.
Jim la miró intentando creerla, pero su hija se terminó de delatar cuando se mordió el labio en un gesto de nerviosismo.
- Katie, ¿tienes algo que compartir con la clase?
- Sí, quiero decir: no. ¿Por qué lo preguntas?
En ese instante y para sorprender a Jim, se oyó un ruido del baño, algo parecido a una caída. Kate maldijo por lo bajo, nada podría salir peor o sí.
-¿Hay alguien en tu baño?
-Bueno papá, por eso debías comprar el vino.
-¿He interrumpido algo? Por favor, dime que no Katie. No quiero tener esa imagen en mi cabeza.
- Papá, esto… yo.
-Oh dios, si ha llegado a la siguiente base lo mato, yo lo mato a quien sea lo mato, como si es el presidente de los Estados Unidos. Mi niña no se toca.
-Papá tengo 33 años y es algo serio.
- ¿Serio? ¿Qué seriedad tiene? No puedes ir a las bases de otros cuando todos sabemos que estás enamor...
- Papá ya. Y bueno, es serio, muy serio, tan serio que…
-Kate, me he caído y me sangra un poco…
La detective cerró los ojos, Jim se giró para ver al dueño de esa voz tan familiar. Y se encontró al compañero de su hija con una toalla anudada a la cintura, el pómulo sangrando y jabón por algunas zonas del cuerpo.
- Katie, ¿esta es la seriedad? ¿Qué has acogido a Castle una temporada?
-Bueno, papá. Acoger lo que se dice acoger…
-Eso es lo que hacen los compañeros, Katie.
-Perdone señor Beckett, pero no somos…
- Papá, Rick ya no es mi compañero.
Jim se giró hacia Castle otra vez y para desesperación de ambos soltó:
-¿Es que ya no te dejan colaborar en la doce?
Rick abrió los ojos y no supo dónde meterse y tampoco sabía si de esa guisa sería apropiado decirle al padre de su novia que estaban saliendo.
- No, sigo allí pero ahora su hija y yo…
-Papá, es mi novio.
Pues hasta aquí el capi de hoy... espero actualizar pronto, pero hay cosas de fanfiction que todavía se me resisten...
Pd: Dejad una review o alguna ayuda para los que no entienden mucho de informática.
Gracias!
