Era un hermoso campo en el que se encontraba descansando aquel pequeño héroe, contenedor de gran valentía. Parecía imposible todas las cosas que aquel joven hizo no hace mas de algunos años. En su tierra era conocido como un héroe; él en cambio pensaba que no era para tanto, que solo había cumplido con su deber, nada mas.

Se encontraba en un profundo sueño, su yegua se aproximaba hacia el después de haber tomado un poco de agua en un riachuelo cercano, recostándose a su lado, lo miro. Ella era uno de los muchos seres que pudo conocer el espadachín, de los pocos que lo acompaño en su dura travesía y la única que conocía la verdadera razón por la cual su amo se fue de sus tierras para quedar como una leyenda que viviría de boca en boca.

El viento soplo delicadamente, el joven empezaba a moverse y él a despertarse. Rápidamente se sentó, contemplando con ansiedad desubicada sus manos, suspirando tristemente para luego sonreír, observando a su fiel montura.

-¡Epona, esta vez casi la alcanzo!-La sonrisa más hermosa fue regalada a la bestia ecuestre. El de cabellos dorados se levanto, rodeado de aquellos aires de un niño que había perdido su niñez al haber vivido una adultez precoz, pero que guardaba una ingenua esperanza de conseguir su final feliz.- Andando, Navi esta muy equivocada si piensa que se nos escapara.

Al ponerse sobre sus cuatro herraduras, el héroe del pasado y el futuro la monto para empezar a cabalgar, aparentemente, sin rumbo fijo, no importaba, siempre encontrarían un camino, pero, tal vez por los momentos lo que su amo no se daba cuenta en realidad, era aquello que entendería tarde o temprano, pero para ella ya quedaba muy claro el sentimiento que motivaba a Link a seguir buscando a esa hada ruidosa que lo dejo por su propia dedico pero que aun así no perdía la esperanza de volver a estar a su lado, como en los viejos tiempos