¡Hola chicas!
¡Sí, he regresado! Es oficial, con contratiempos, tropezones, depresiones, borrones de fics, perdidas de datos en computadora y peleas, pero una vez superado, estoy lista para regresar. Continuaré con las historias pendientes (¡Al fin!) Estaba matándome el no poder escribir, pero creo que he solucionado las cosas.
Realmente pensé en no regresar, se me habian hecho algunos comentarios sobre que FF está quitando fics por normas, quitando divisiones en los capitulos, que la calidad ha decaido sobre el plagio de fics o insultos que se les colocan a las escritoras por parte de alguna lectora que no le gusta el fic. Pero finalmente decidí hacerlo.
Y como prueba de buena voluntad y compromiso, "hágome" una re-inauguración a este mundo con un pequeño FF, vale, pequeño no precisamente, pero sí de pocos capítulos. Muy pocos.
Luego ya me alterno entre "La historia de mi vida" y "Shikateru", Lo siento a las seguidoras de Yaoi (Ya que últimamente la historia del hijo de Shikamaru/Temari tenia más seguidoras por eso, y como era a decisión de quien seria la pareja del chico, pues al parecer se quedaba en una relación homosexual, lo sé lo sé, a mi también se me caía la baba al imaginarlos y también quiero autopatearme) ¿Porqué decido esto? Oh bien, pues la cancelo porque no había mucho éxito, creo que FF aún no está totalmente listo para está clase de historias y probablemente la retome más adelante.
A las nuevas escritoras, no, aún no las he leido, es el primer día que regreso a todo esto, pero en cuanto suba esta historia me paso a ver que nuevos talentos hay.
Y las lectoras, supongo que ya no conozco a muchas, estaba acostumbrada a ver nombres conocidos en los review, pero me alegrará conocerlas.
Y mis amigas, chicas, me he perdido bastante de sus historias, pero ya he regresado, especialmente les debo una lectura pero ya me pongo al corriente.
En fin, entraron aquí por un Fic, no? Sabiendo que el ShikaTema es un hecho seguro en Naruto (Y pienso crear un grupo para alzarnos si es que eso cambia) Creo que es momento de algo diferente XD Pues ahí les va…
Había sido como cualquier otro viernes hasta el media tarde, se levantó antes de las siete, se duchó y cambió, preparó el desayuno y despertó a su hijo para comer, luego lo vistió a él, alimento Sho-el halcón peregrino de su hijo-y llevó al pequeño a la escuela, luego del trabajo regreso a por el niño y luego de regreso al Domo donde le dejó jugar.
Ya camino a casa las cosas comenzaron a extrañarle, había una pequeña nube negra, vamos que el frío se acercaba pero aún no era tiempo, y era mejor que así siguiera, una vez que comenzaba a llover en el desierto, no paraba. Y Temari ya tenia muchos problemas para agregar uno más.
Tenia 26 años y era divorciada desde hacía casi uno y medio, y con un hijo que cuidar, el trabajo era más difícil al no sentir esa adrenalina ante el peligro. Shikateru era quien más había perdido, tenia sólo tres años y medio pero ya tenía que pasar sus vacaciones viajando para ver a su padre y abuelos.
Las cosas con Shikamaru simplemente no funcionaron….
Luego de medio año de que el bebé nació, habían sido demasiadas peleas, celos, mentiras y engaños que hundieron cada esperanza creada en su juventud, cada recuerdo de amor entre ellos. Lamentó que su hijo no creciera con unos padres unidos, pero ambos decidieron que era lo mejor a que lo hiciera en un ambiente así.
Vivieron separados lo que duraron los trámites, pero lo realmente duro era que, al tener que cuidar constantemente al niño, ella debía llevarlo a cada reunión, y ver el rostro de Shikamaru no era sencillo cuando él contemplaba a su hijo del que pronto se separaría, finalmente, ella optó por dejarlo con su todavía suegra esas horas.
Shikamaru era un sentimental y la despedida de él con su hijo fue agonizante, hubiese dado cualquier cosa por no verlo sufrir así.
Su ahora ex esposo pedía cada misión por más torpe y sencilla que fuera para ir a su aldea y poder estar un poco con Shikateru. Con el paso del tiempo, eso fue disminuyendo al aumentar sus responsabilidades, entonces Temari comenzó a enviarle unas pocas fotos de Shikateru en los momentos que sabía que a Shikamaru le gustaría no perderse.
Ese día Shikamaru llegaría a pasar algunos días como visita.
También como cada que venia Shikamaru, Ryu también lo hacia, como fuerza moral o como pretendiente, pero lo hacia.
Ese día se dio una prisa especial en terminar sus asuntos porque tenia una cita con él, hacia un mes había aceptado que debería volver a salir y quizá encontrar una pareja. Pareja, no novio, esa era una expresión inadecuada como para que una mujer divorciada y con un hijo la usara, aún si ella era joven todavía.
Y sin embargo, mientras veía a su hijo jugar con la espuma del baño, pensaba en Shikamaru. El dolor que sintió cuando se divorció, cuando supo su amor terminado. Recordar las peleas en la madrugada al verlo llegar, las veces que ella misma se fue a un hotel con su hijo, las discusiones y la rabia. No había sido un motivo en especial, simplemente una mañana las cosas fueron cambiando, el tiempo y el trabajo los hacían comportarse como extraños, y creían tener tanto amor que lo descuidaron, se olvidaron del otro.
Recordaba como se veía él el día de la boda, tan joven, tan apuesto; y recordaba también cuando firmaron el divorcio, tan joven aún, pero tan maduro. Y la mirada que ambos dieron al bebé entre los brazos de su abuelo.
-Mami.
Temari sonrío para transmitirle cariño y seguridad a su hijo, abrazándolo con una toalla para sacarlo del agua y llevarlo cargado a su recámara; le dio un beso en la frente mientras lo dejaba parado en la cama y lo secaba.
-Hoy viene tu padre, te comerás todo ¿verdad?
-Sí lo hago, o tú degañas.
Temari le sonrío, Shikateru era un niño encantador, aunque no hablaba con mucha gente y tenia un problema con una sola letra. No algo que le preocupara mucho, ya le habían informado era una etapa por la que todos los niños pasaban, y que podía durar hasta los seis años aproximadamente dependiendo de los cuidados, además la escuela a la estaba llendo era muy buena en cuanto a eso, obviamente la Arena no dejaría que sus aldeanos dieran un bajo prestigio con problemas que fácilmente podian arreglarse.
-Te quedaras con tu papá mientras yo voy a cenar con Ryu ¿te acuerdas?- Lo miró un segundo antes de tomar la ropa que había dejado en las sabanas y comenzar a vestirlo de blanco y verde como lo hacia cada que venia Shikamaru. Vestir a su hijo de los colores favoritos de su padre era algo que no le importaba mucho, pero que hacia feliz a su ex esposo.
Shikateru dijo que sí con la cabeza, pero Temari sabia que en realidad no lo recordaba.
-¿Podque no puedo id?
-Porque tu papá viene de visita y quiere verte, ¿verdad que quieres jugar con él?
Shikateru no dijo nada y miro sus pantalones verdes con disgusto, pero acepto de buena gana la fresca playera clara.
-No me gusta.
-Te ves muy guapo.- Imploró porque no dijera más, vestir a su hijo era una tarea muy laboriosa, casi podía entender porque Shikamaru había deseado una niña.
Casi, pero no, no lo hacia porque Shikateru no podía ser un ser más perfecto para ella, con sus caprichos y berrinches como cada niño, pero invaluable y totalmente amado. Y la verdad, Shikamaru lo amo desde que supo su embarazo.
El día que le dijeron que seria un niño, ella volteó hacia Shikamaru para ver su reacción, quien tenía los ojos vidriosos y una sonrisa adorablemente boba, justo antes de tomarla y besarla con aquel amor que creyeron interminable.
Y como cada que lo recordaba, se preguntó porqué había tardado tanto en volver a aceptar una cita, extrañaba la sensación de unos labios o la calidez de una mano entrelazada a la suya. Siempre terminaba diciéndose que tenia demasiadas ocupaciones para pensar en una más, y que Shikateru no necesitaba una figura paterna cerca, tenia ya una aún si no estaba ahí, y la tenia a ella. Encontraría un hombre si era cosa del destino y a su tiempo.
Cuando hubo terminado de vestir a su hijo lo tomó en brazos y bajó las escaleras hasta la cocina para darle algo, Shikamaru no pasaba mucho tiempo con su hijo, así que tendía a mimarlo un poco y a veces, cuando pasaban grandes periodos y su dolor por no tenerlo era tanto, le cumplica cada cosa por insignificante que fuera, aun si con eso debían saltarse alguna comida o dormir a una hora apropiada. Y la verdad, Temari no podía culparlo.
Mientras Shikateru miraba fijamente sus ultimas verduras en un intento por desaparcerlas con la mente la puerta sonó con los tres rápidos y fuertes golpeteos de un hombre desesperado.
-Es papá.- Exclamó el pequeño con una fuerte inhalación de aliento.
-Termina tu cena mientras yo abro.- No era una pregunta, y por mucho entusiasmo que tuviera, Shikateru sabía que llevarle la contra a su mamá nunca traía nada bueno, así que picoteo los trozos de verduras para meterselos a la boca.- Con cuidado y bebe tu jugo.
Temari fue hasta la entrada sabiendo que tenía pocos segundos antes de que su hijo corriera. Cuando abrió, no pudó encontrarse un chico más cansado y feliz. Dios, era casi ilicito pensar en su edad, casi un niño viajando para tener unos días con su hijo, verlo tan joven y en esa situación siempre hacia que Temari se preguntara cómo habían dejado que las cosas se fueran a ese punto.
Lo cierto era, que para ella tampoco fue sencillo los primeros meses, ni aún a veces lo era.
Ella criando un hijo sola, extrañando la compañia y el apoyo de otro. Él cargando la tristeza de un hijo lejos, con el cuento siempre soñado perdido.
-Hola Temari.- Tan calido y dulce siempre, Temari le sonrió cuando él lo hizo.- Te extrañaba mujer.-Dió un paso hacia delante y dejo un beso en su mejilla.
-Y yo a ti, espero que no estés muy cansado por el viaje, pasa.
-Sólo un poco.- Mintió pues sus ojos cansados lo evidenciaban, pero eso era algo que ambos sabian y no hacia falta pronuncair. Entró hacia la casa y miró al rededor.- ¿Cómo está Shikateru? ¿Aun tienes esa obseción con que hable perfectamente?
-No es ninguna obsesión, ya sabes que así es la aldea de rigurosa. Pero está muy bien, salvo que se ha molestado un poco porque le corté su cabello, queria dejárselo creecer tanto como tú pero le daba mucho calor en el cuello, ya se lo dejará al crecer.
-¿Y cómo has estado tú?
-Mucho mejor que tú, mira que pareces a punto de caerte.- Pese a que no volvian a ser amigos intimos, siempre había sido natural preocuaprse por él.
-No es nada, sabes que para mañana estaré perfectamente.- Luego de sonreírle giró la cabeza hacia los pasos precipitados que se escuchaban.
-¡Papá!
Desvió la mirada rápiramente, aquellos encuentros siempre le destrozaban. Shikamaru amaba a su hijo tan intensamente que le era doloroso saber que no duraría tanto como merecia. Quizá no volvieran a ser aquellos amigos, pero saber que él sufria era insoportable, y saber que era ella parte del motivo, imperdonable.
Si las cosas hubiesen sido mejor, pero no lo fueron. No era como otras parejas, no habian tenido un problema que se pudiese solucionar. Resolver una pelea, un engaño, cualquier cosa, pero no eso. ¿Cómo resolver un problema de día a día? Recuperar un amor que poco a poco moria. Dejar de amar no es un problema que pueda solucionarse. No se puede odiar a alquien por dejar de amar. Sencillamente los sentimientos no son algo que puedas manipular, no basta tener la determinación de amar a alguien para hacerlo.
Sabía con seguridad que Shikamaru estaría llorando silenciosamente, que Shikateru se separaría al sentir humedad en su ropa y que le limpiaria las lagrimas justo antes de besarle la nariz como Temari lo hacia con él cuando tenia pesadillas y luego el pequeño le prometería darle algun dulce secretamente escondido de su madre si dejaba de llorar. Así que mejor se retiró antes de ver aquella escena que se repetía cada ocación que Shikamaru estaba en la aldea. Ella en cambio guardaba las lagrimas para la oscuridad de su habitación. Aun si no tenia a nadie que le secara las lagrimas a ella.
Lavó los platos con la suficiente lentitud para dar inimidad a Shikamaru y disfrutar de las risas de su hijo. Cuando terminó y se secó las manos fue hacia la salita Shikateru tenia la mesita llena de papeles con dibujos que mostraba a su padre. Temari los contempló desde el marco. Shikamaru sonreía viendo a su hijo más que por el parloteo del pequeño mientras se movia entre los sillones contando qué historia graciosa le habia pasado al hacer cada dibujo.
-Iré a darme un baño antes de que Ryu llegue, pórtensen bien.
Subió las escaleras una vez más y dentro de su habitación comenzó a dejar caer la ropa mientras vagaba con pasos lentos hacia el baño. El agua tibia siempre la hacia sentir mejor aunque en esa aldea los baños fuesen rápidos. Vestirse fue lo que más le tardó mientras pensaba en su hijo y ex marido abajo. ¿Eran una familia rota acaso? En momentos creía que no, que tenian una buena relación entre ex esposos y por lo tanto estaba bien, en otros, se preguntaba cómo hubiese sido de seguir juntos: si tendrían aún aquellas peleas o hubiese regresado a ser como antes.
Por su hijo, siempre por él.
Solia suspirar y preguntarse porque ya no amaba a Shikamaru, el chico con el que nunca soñó, pero porque no sabía que era lo que necesitaba. Cuando niña el matrimonio le era tonto, cuando adolescente sólo tramites diplomáticos por el puesto de su padre, pero conocer a Shikamaru había sido algo inesperado. Más que en una atracción había conocido lo que era que realmente le gustara un chico, llegar a tener un amigo, y luego a enamorarse.
¿En qué momento dejo de amarlo? Había significado tanto para ella que quizá no había salido con otro hombre por temor a intentarlo y darse cuenta que no podría volver a amar. Porque sabía que la excusa del tiempo era sólo eso, una tonta excusa que ya no podía sostenerse ni a ella misma.
Cuando bajó nuevamente Shikamaru le sonrió, ya no con aquella sonrisa enamorada ni orgullosa del esposo ante su bella mujer, ni siquiera una de deseo, pero tampoco una amitosa. Era algo más simple como los buenos deseos.
-Te ves hermosa.- Susurro finalmente y Shikateru hizo un gracioso intento de silbido para luego jalar la mano de su padre y seguir hablándole, pero Shikamaru seguió sonriéndole un poco más antes de voltear hacia su hijo.
La puerta de la entrada sonó y ambos adultos levantaron la mirada mientras el niño seguia en sus cosas. Temari fue a abrirle a Ryu y el apuesto hombre le beso la mejilla. Tan alto, tan apuesto y fuerte. Era un hombre sacado de la más pura novela de fantasia, ya fuese una romantica o erótica. Su increible cuerpo, su musculatura y cabello que hacian que cada chica deseara algo con él, era solamente superada con el contraste de la bondad en sus ojos o la sinceridad de su sonrisa.
-Por favor, la mirada de tan bella dama es más de lo que este mortal puede soportar.
Temari, sonrojada por mirarlo y encantada con que siempre la hiciera sonreír supo que aceptar salir con él era una buena desición.
Desde el otro lado de la habitación Shikamaru la miraba con una dulce sonrisa. Shikateru también sonrió ante el llegado.
-¡Dyu!- El hombre bajó su imponente cuerpo hasta la altura del pequeño para extender sus brazos y recibirlo. Cuando volvió a levantarse con él en brazos el niño parecia aún más pequeño de lo habitual.
-Hola pequeño ¿Te has portado bien? ¿Cuidas y obedeces a tu mami?.- Temari vio a su hijo asentir y luego a Shikamaru para ir hacia él.- Muy bien, veamos qué traemos hoy para ti.
Ya no vio el dulce que fuere que le trajera a su hijo, caminó hacía su ex marido y le sonrío.
-Él será un buen padre.- Le dijo él apenas llegar a su lado y Temari lo tomo de los hombros para girarse lentamente y hacer que él les diera la espalda a su hijo y a Ryu, evitándole el verlos.
-Lo sé. Tú también lo eres Shikamaru, un maravilloso padre.
-¿De verdad lo crees?
-Siempre lo he sabido. Shikateru no podría tener a uno mejor, eres todo cuanto puede desear.
Sabía que tenian que decir más, que quedaban temas entre ellos, y que aquel nunca terminaría; pero Ryu ya la llamaba y ella debía irse. Además en un par de horas llegaría Kankuro y prefería darles más tiempo a ellos antes de que eso pasara.
Esa noche cenaron en un sitio tranquilo y muy bello que era conocido por su fama a la hora de pedir matrimonio, al menos una vez a la semana se podía ver una petición de noviazgo, un compromiso, la pedida de mano de la chica o hasta un matrimomio arreglado. Sin embargo, Ryu fue ese caballero que le gustaba y solo la tomo de la mano en una ocación al inclinarse un poco y susurrarle algún secreto gracioso de un compañero.
-Me alegra que aceptaras venir. Me tomó algunos años pero finalmente aquí estás.-Ryu le sonrío medio en broma medio aliviado.-Mira que comprometerte cuando tenias a un gran casanova como admirador.
-Dudo que a los dicisiete puedas considerarte un casanova.- Rió con frescura. Hacia una hora que ambos reían por cualqueir pequeñez, como cuando antes, cuando tenian una misión o compartian una comida.
-Vamos, está en mis genes, lo soy desde que naci.
-Oh, sí. Puedo recordar a tu hermano.
-Y yo puedo recordar que a los diciseis no te interesabas en mi por que él te parecia mucho más genial aun cuando te llevaba casi seis años.
-En realidad me gustaba otro chico, tú hermano solo me parecia guapo y fuerte, además de un buen pretexto para rechazarte.
-¡Gracias!.- Las risas de ambos provocaron una mirada de varias mesas y ellos siguieron riendo y hablando pero más bajo.-¿Y que hay sobre mi ahora? ¿Piensas que ya soy tan "guapo y fuerte" como mi hermano?
-Pienso...que ese era un tema que no tocariamos esta noche. Es muy pronto.
-Mujer.- Temari se estremeció ante aquel llamado tan conocido pero Ryu no lo notó.- Es una cita, no te estoy pidiendo nada formal. Tampoco estoy listo para casarme y tener hijos. Pero yo sigo tomando misiones peligrosas y aprendí a vivir cada día como único. No se trata de formar una familia ni remplazar a alguien, solo de salir. Nos divertimos y me gustas, como sé que te gusto a ti, nada formal, nada fuerte ni con amor, pero tenemos algo y no puedes negarlo. ¿No inician así todos? Sabes que muy pocos se forman algo ya del amor, puede que se enamoren rápido, pero casi todas las relaciones inician porque alguien dijo "Ey ¿ves esa chica? es linda y agradable".- Temari rió y él sonrío.- Nada de presiones, si algo pasa será en su momento, pero prométeme que no lo impedirás.
-Lo prometo.
Sonriendo entrelazó su mano con la de él un momento antes de seguir comiendo y bromeando. Aquel fue el único tema medianamente serio que se habló aquella noche.
Tuve problemas con el word así que esto fue por mi y no estoy segura de la ortografía, en cuanto lo soluciones regreso a sustituir el capítulo ya corregido.
Espero que les gustara y contar con su apoyo en este fic. Recuérden que cada review salva a un gatito indefenso ;)
NaraVillbs
