Era un lugar pacifico, tal vez la terraza de algún edificio, el cielo estaba despejado, no hacia ni calor ni frio, todo estaba decorado a la perfección con distintos tipos de flores, en el centro había una mesa con solo dos asientos, en la que nos encontrábamos las dos sentadas, no decíamos nada, solo nos mirábamos, los rayos del sol iluminaban su bellos rostro, realzando el color de sus ojos, esos hermosos ojos color avellana, no podía evitar quedar hipnotizada con solo verlos, todo mi cuerpo se paralizaba y el mundo desaparecía para mí, lo único en lo que podía pensar era en ella, sus labios, su perfecta cabellera rubia, su risa, sus gestos, todo en ella me fascinaba y el ver como nuestras manos encajaban tan bien estando juntas, hacia latir mi corazón a un ritmo imaginable. Ella solo me miraba y en su rostro tenia plasmada una leve sonrisa, todas sus expresiones indicaban que me amaba, no tenía que decirlo, las palabras no eran necesarias, yo lo sabía y ella también lo sabía, nos amábamos y es algo tan maravilloso que pareciera un sueño, solo que en verdad lo es.

Me desperté agitada y sudando, rápidamente me levante de la cama para quedar sentada en la orilla, trataba de calmarme, una vez más había tenido ese sueño con aquella misteriosa chica, todo era tan real, que me aterraba la idea de despertarme, llevaba ya dos meses con el mismo sueño, no todas las noches, pero en la mayoría aparecía la chica misteriosa, siempre eran situaciones distintas, en un parque de diversiones, en un restaurante, caminando por un parque, etc. Pero en el punto culminante donde me daba cuenta de mis sentimientos por aquella chica que ni siquiera conocía, me despertaba, era algo que me tenía aterrada, ¿Cómo era posible que me enamorara de un sueño?, todo era tan real, todo indicaba que ella existía, para mí todo era perfecto que preferiría quedarme dormida para siempre y así estar a su lado. Es un poco loco, lo sé, ni yo entiendo mis propios sentimientos, hasta hace unos meses no quería saber nada del amor, a decir verdad me había hecho la idea de quedarme sola, ya había sufrido una vez y no quería volver a hacerlo, pero de repente, esos sueños empezaron a aparecer y aunque todo fuera maquinaciones de mi cabeza, había empezado a creer en ellos, como solo recuerdos y no ilusiones.

Camine hacia al baño, me eche un poco de agua del lavamanos en la cara y me mire al espejo, ¿Qué es lo que pasaba conmigo?, decidí no darle más vueltas, así que fui directo a la ducha para bañarme y estar lista para empezar mi día, a los treinta minutos ya había salido de la ducha y con otros 20 minutos más ya estaba cambiada y maquillada, salí de mi cuarto y camine directo a la cocina, donde me encontré con mi compañera de apartamento, Rachel Berry.

-Buenos días, Santana- me dijo con una gran sonrisa en el rostro y un tono de emoción, que solo ella podría tener en las mañanas.

-Berry-le dije secamente, no era muy afectuosa con ella, desde la secundaria la trataba de esa manera, más que todo porque su personalidad puede llegar a irritarme demasiado, pero es buena amiga y yo me preocupo por ella, así que trato de ver los puntos positivos que tiene para no volverme loca al vivir con ella.

-quería informarte que es posible que el día de hoy llegue un poco tarde a lo que respecta a mi hora de llegada normal, así que no es necesario que me esperes despierta, en caso de que quieras ser buena amiga y esperarme, porque te preocupas por mi salud y bienestar-balbuceo sin parar.

-ok- le dije sin mucho ánimo, aunque no hubiera puesto atención a ni una sola palabra de lo que dijo, pero entre más rápido se callara, más rápido me dejaría en paz. Ya que Rachel estaba preparando alguna basura vegetariana para desayunar, decidí poner a trabajar la cafetera, no podía vivir sin mi café en las mañanas, puse a fritar algunos huevos y una salchicha para completar mi desayuno.

-¿estás bien?, te noto un poco desanimada, ni siquiera te has quejado por el olor de mi desayuno-me pregunto Rachel un poco preocupada.

-sí, todo está bien, solo estoy un poco cansada, es todo-le conteste sin apartar mi atención de mi desayuno, no quería que empezara a realizar preguntas para lograr sacarme algo.

-¿es por el sueño?-por supuesto, no funciono-¿lo has vuelto a tener?, últimamente lo has tenido muy seguido, no crees que tal vez sea algún mensaje o algo.

-Berry, cierra la boca por un segundo, ¿sí?, mira, no sé si es un mensaje del destino o alguna basura, pero no quiero hablar de eso en este momento, solo quiero disfrutar de mi desayuno, beber mi café e irme a clases-sin nada más que decir, serví mi desayuno en la mesa y empecé a comer.

-no lo hago por fastidiarte, Santana, es solo que desde que esos sueños empezaron te noto un poco ida y estoy empezando a preocuparme-insistió mientras colocaba su desayuno en la mesa y se sentaba al otro lado.

-no hay nada de qué preocuparse, todo está perfectamente bien-puede que allá elevado un poco la voz en lo último que dije, pero ya tenía suficientes problemas en mi cabeza, como para que Berry viniera y me presionara más con el tema.

-está bien, como digas-dijo al fin con un tono de derrota, el resto del desayuno se mantuvo en un silencio incomodo, de vez en cuando podía ver como ella trataba de decirme algo, pero terminaba cerrando la boca antes de siquiera poder pronunciar un sonido, era difícil para ella poder conformarse con una respuesta esquiva o un no quiero hablar.

-escúpelo Berry, a este punto prefiero oír cualquier cosa que tengas que decir a ver los constantes gestos que haces al tratar de preguntarme algo y no hacerlo- solté los cubiertos, ya había terminado de desayunar y bebía los últimos sorbos de mi café, mientras esperaba que hablara.

-¿no tiene nada que ver con Brittany?, es que cuando me describiste a la chica de tus sueños, también era rubia, tal vez solo estas dejando que todo lo que paso con Brittany se apodere de tu mente y se manifieste en tus sueños

-no tiene nada que ver con ella y no, puede que sea rubia, pero es totalmente diferente a Britt, había logrado que me enojara, no quería continuar hablando del tema, así que me levante rápidamente de la mesa, tome mis cosas y me dispuse a salir- ahora te toco lavar los platos-dije sin mirar atrás y salir de una vez del apartamento.

Después del incidente en la mañana, el día transcurrió normal, asistí a todas mis clases, almorcé y adelante algunos trabajos con unos compañeros, alrededor de las seis de la tarde, decidí regresar al apartamento, tal como dijo Rachel, llegaría un poco tarde, así que pude prepararme algo de comer y ver televisión sin ser interrumpida o molestada por la pequeña diva. Ya me estaba quedando dormida cuando sentí una pequeña vibración en mi bolsillo, lo saque y mire un mensaje nuevo de parte de Mercedes, una de mis mejores amigas.

¿Qué pasa Snix?, ¿quieres salir a pasar el rato?, escuche sobre un nuevo bar al que van todos los chicos de NYU y NYADA, Kurt y Puck van a ir, ¿te nos unes?-M

Sonreí por un momento al leer el mensaje, tal vez salir a festejar un rato me ayude a despejar mi mente, rápidamente le escribí a Mercedes pidiéndole la dirección y le dije que nos veríamos allí. Me levante del sofá y fui directo a mi cuarto, busque un vestido que llamara la atención, aunque no tenía la intención de buscarme una relación de una noche, si quería que medio bar se enterara que Santana López llego, así que cogí un vestido rojo bastante provocativo, me arregle el cabello, me puse un poco de maquillaje y salí del apartamento a disfrutar la noche.

A la media hora llegue al bar y me encontré con Mercedes, Kurt y Puck, estuvimos charlando un rato, hasta que Puck decidió que era hora de cazar chicas, así que son su plan de siempre, se metió a la pista de baile y dejo que el Pucksaurio hiciera de la suyas.

-¿no vas a salir a buscar una chica?-pregunto Kurt, mientras bebía un poco de su bebida.

-no, hoy solo vengo a pasar el tiempo y despejarme mi mente un poco- conteste sin mucho interés, no quería que empezaran a lanzar preguntas como Rachel esta mañana.

-chica, pero de seguro cuando te pusiste este vestido, tenías al menos la intención muy pero muy escondida-me dijo Mercedes en un tono bromista, no pude evitar sonreír.

-bueno, el hecho de que no esté buscando, no quiere decir que no puedas disfrutar de la vista y sufran por lo que se están perdiendo-le dije como si fuera lo más natural del mundo, siempre he sido así, coqueta por naturaleza, sirve tanto en hombres como mujeres, pero lastima para los primeros porque solo estoy interesada en las partes femeninas.

-Así se dice-dijo Mercedes mientras cercaba su vaso para brindar por lo dicho, los tres nos reímos un rato y seguimos con la velada, de trago en trago, las horas pasaron, Puck ya se había ido con alguno de sus levantes, Kurt estaba un poco pasado de copas y estaba empezando a decir cosas sin sentido, mientras Mercedes trataba de seguirle el cuento, por mi parte, seguía bien, si, había tomado, pero no estaba borracha, tenía una alta tolerancia de alcohol, así que no corría el riesgo del hacer algún espectáculo por no estar en mis cinco sentidos.

-creo que ya es hora de que nos vayamos, Kurt ya empezó a contarme fragmentos de su vida, que en verdad no quiero escuchar-me dijo suplicante Mercedes mientras trataba de sostener a Kurt para que no se callera

-vaya al parecer Lady Hummel se dejó llevar esta noche-me levante de la mesa y ayude a Mercedes a cargar a Kurt. Mientras hacíamos paso para la salida del bar, un sentimiento extraño recorrió mi cuerpo, de manera mecánica gire mi cabeza hacia la una de las mesas del bar y ahí la vi, cabellera rubia, cuerpo escultural, labios rosados, cara angelical y esos ojos de color avellana. Su mirada conecto con la mía y por un momento sentí un choque eléctrico recorrer todo mi cuerpo, ¿era ella?, ¿en verdad era ella?, no estaba segura si aún me encontraba en el mundo real o en algún momento me había quedado dormida y los sueños con aquella chica misteriosa se habían apoderado de mi mente.

-Santana, ¡Santana!, vamos haz un poco más de fuerza, tenemos que sacar a Kurt de aquí-la voz de Mercedes me volvió a la realidad, no tuve tiempo de hacer otra cosa, pues instintivamente me deje llevar por Kurt y lo sacamos del Bar, Mercedes pidió un taxi y se subió en el con Kurt-¿segura que no te quieres ir con nosotros?-pregunto mientras acomodaba a Kurt en el asiento.

-ehm, si segura, solo tengo que ir a hacer una cosa y me iré para el apartamento-le conteste algo apresurada, lo único que quería era volver y buscar a la chica de ojos avellana, quería confirmar si en verdad la había visto o el alcohol me estaba haciendo ver cosas, el taxi arranco y rápidamente entre al bar, me acerque a la zona donde la había visto, pero esta vez no encontré rastro de ella, busque por la pista de baile y por algunas mesas, pero no la vi. Tal vez había sido una jugada del alcohol, así que me rendí y salí del bar una vez más, tome un taxi y regrese al apartamento. Rachel ya había llegado, lo note porque su abrigo estaba colgado en el perchero, sin hacer mucho ruido, fui directo a mi cuarto, me puse una camiseta negra y unos shorts del mismo color y me deje llevar por los brazos de Morfeo, los cuales me llevarían una vez más al lado de la chica misteriosa.


Bueno es mi primera vez escribiendo y la verdad tenia la idea en mi cabeza desde hace tiempo, solo que no sabia como ponerla en palabras, espero que les guste. Todos los errores son míos, cualquier opinión o critica son bien recibidos.