Nuevamente desperté en esa habitación oscura. Quizás cuantos días llevo ya aquí, no había contado. Más bien no sabía qué hora era o, si era de día o noche. No sabía nada de lo que me rodeaba o él porque estaba aquí. Nuevamente la doncella ha sido capturada.

–Sakura. –la puerta se abrió y mire sin fuerzas. Me miro cerrando la puerta y sentándose en una silla. - ¿Sabes qué día es hoy? –no respondí a lo que el continuo. –28 de Marzo. –levante la mirada. –Así es hoy te gradúas de aquí…y también es tu cumpleaños número 23. –baje la mirada. El salió de la habitación cerrando con llave. Suspire y cerré mis ojos a esperar la hora.

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–Bien, ¿estás lista hermosa? –abrí los ojos levemente y mire a mi alrededor, estaba amarrada de pies y manos a un especie de metal. Frente a mi estaba el dueño del causante de esto. –Feliz cumpleaños Sakura. –dicho eso sentí mi cuerpo convulsionar y perdí el conocimiento.

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Un peligris estaba detrás de su escritorio con ambos ojos cerrados, aunque solo uno se veía, suspiro por sexta vez. Tenía a dos ex estudiantes frente a él, uno con cara de pocos amigos y el otro esperando una respuesta impaciente.

– ¿Por qué nos llamó Kakashi-sensei? –pregunto otra vez el rubio.

–Me dieron el paradero de Sakura. –el rubio abrió sus ojos de par en par y el acompañante cambio su semblante frio.

– ¿Dónde Kakashi? –hablo por primera vez el pelinegro.

–Cerca de la aldea oculta en el frio.

–Tenemos que ir a buscarla. –hablo el rubio emocionado, no sabían nada de la pelirosa hace varias semanas tras una misión.

–Sé que no te puedo contradecir Naruto. Vayan por sus cosas y parten. –dicho eso ambos ninjas desaparecieron a arreglar las cosas necesarias, cuando estuvieron listos se juntaron en la entrada de la aldea.

– ¡Vamos teme, Sakura-chan nos espera! –el pelinegro asintió levemente, tendría que soportar a Naruto, pero todo fuera para encontrar a su compañera. Si, "raro". Tomaron rumbo a la aldea donde supuestamente se encontraba Sakura. Tardaron un día y medio gracias al cansancio y hambre del rubio, tenía 23 años pero seguía exactamente igual. Llegaron a un bosque a las afueras de la aldea y se detuvieron. –Teme no me digas que ahora tú estás cansado.

–Idiota, siento el chakra de Sakura. –cerro los ojos, "si es Sakura pero su chakra se siente algo…alterado", pensó el pelinegro. Abrió los ojos y corrió seguido por Naruto. Ambos detuvieron el paso, vieron una mota rosa tirada en el suelo con toda su ropa rasgada que cubría lo necesario. Sasuke se acercó y la tomo en brazos, se veía pálida. –Sera mejor quedarnos en la aldea esta noche. –no se dijo más y partieron a la aldea a buscar un cuarto para los tres. Entraron en el cuarto asignado y el pelinegro recostó a Sakura cubriéndola. –Iré por primeros auxilios y medicina, tú cuídala. –lo dijo en forma de orden y salió. El rubio miro a su compañera.

– ¿Qué te hicieron Sakura-chan? –bajo la mirada viendo su piel más blanca de lo normal. Acaricio su cabello con ternura, más bien fraternidad. Había dejado de sentir cosas hacia ella hace más de cuatro años y además estaba con la Hyuga. Sasuke sin meter ruido entro y vio la escena sintiendo algo de celos. Si, había aceptado sus sentimientos hacia la pelirosa hace mucho.

–Dobe. –el rubio lo miro y entendió.

–Iré a darme un baño. –salió de la habitación y el pelinegro se sentó en donde estaba su amigo. La observo y comenzó a curarle algunas heridas. Había comprado algunas ropas para ella, pensó, realmente no sabía cómo cambiarla…aunque prefería cambiarla él a que Naruto pusiera sus manos en ella. Suspiro no quería verla con esa ropa toda destrozada, la destapo y comenzó desde abajo, trato de no mirarla tanto cuando tenía que pasar por partes de ella. Cuando estuvo lista la volvió a tapar, tenía puesto unos short negros con una polera de mangas cortas azul. Se recordó cuando era pequeño por la vestimenta. Naruto volvió y vio que Sakura tenía ropa nueva, miro pícaramente al pelinegro.

– ¿Cambiaste a Sakura-chan eh? –se acercó sacudiendo el cabello.

–Hmp. Es hora de dormir. –se levantó y se acomodó a un lado de Sakura un poco alejado. Naruto se puso al otro lado de Sakura.

–Buenas noches teme.

–Hmp.

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– ¡AAA! –Naruto se estiraba refregándose los ojos. –Buenos días Sakura-chan. –susurro mirando a su lado, pestañeo varias veces viendo que su amiga pelirosa no se encontraba. – ¡Sasuke! ¡Sasuke! –no respondió. – ¡TEME! –grito y el pelinegro dio un salto despertando. Lo miro enojado. –Sakura-chan no está. –dicho eso se levantaron a buscarla.

–Ve a la aldea a preguntar, me quedare aquí por si alguien la ha visto.

–Ok. –salieron de la habitación. Por su parte Naruto pregunto a cada persona que se encontraba por una chica pelirosa, pero nada. Sasuke bajo a la entrada y preguntaba al igual que el rubio, el mismo resultado. El pelinegro suspiro y entro en la habitación.

–Rayos Sakura, ¿Dónde estás? –se lanzó en el suelo y tomo su cara entre sus manos.

– ¿A quién buscas Sasuke-kun? –el pelinegro giro su rostro y vio a la pelirosa que ellos buscaban. Estaba con solo una toalla puesta. La puerta se abrió y Naruto entro.

– ¡Sakura-chan! –corrió a abrazarla. Sasuke se levantó y le golpeó la cabeza. -¿Por qué me pegas teme?

–Deja que Sakura se vista. –cerro sus ojos, jamás la había visto en solo toalla y la sangre ya estaba por salir de sus fosas nasales.

–Está bien. –la pelirosa sonrió tiernamente y se dirigió a colocarse la ropa que Sasuke le había comprado. Cuando estuvo lista se hizo presente, Sasuke estaba parado en la ventana mirando a la nada y Naruto en el suelo aburrido.

– ¿Dónde quedo mi ropa? –el pelinegro la miro al igual que el rubio.

–Estaba toda destrozada Sakura-chan, solo cubrían tus… -Sakura se sonrojo al imaginárselo. –Pero no te preocupes el teme te compro eso.

–Muchas gracias Sasuke-kun. –susurro con un leve sonrojo.

–Hmp. –continúo viendo por la ventana, el sol comenzaba a ocultarse. –Sera mejor dormir, partiremos temprano mañana. –miro a sus compañeros y ambos estaban en el suelo durmiendo como niños pequeños, una pequeña gota salió de su nuca y se recostó.

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–Eres hermosa. –la chica lo ignoro en su totalidad.

–Dime cual es el objetivo.

–No seas impaciente mi querida gema. –la chica golpeo la pared destrozándola al instante.

–Mi paciencia es demasiado pequeña, ahora, dime cual es el objetivo. –hablo sádicamente.

–Konoha mi gema.

–Bien, ¿Cuándo partimos?

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Bueno, es mi primera historia, espero que les guste y cualquier cosa que quiera me comentan y veré si puedo hacer algo. Quizas algunas personas no entiendan ciertas palabras ya que soy Chilena, si tienen dudas me dicen y las aclaro. Pronto subiré el segundo capitulo, bye! :3